Hace 15 años que vivimos sin ellos. Hace 15 años que una bomba estalló y dividió dos mundos, dos mundos que conviven paralelamente en nosotros. Un mundo donde el instante quedó intacto, las sonrisas penetradas, las huellas marcadas. Un mundo donde se siguen sintiendo el calor de sus abrazos, donde nos sigue retumbando el sonido de sus voces. Pero ahí está el otro mundo. Este mundo, en el que los asesinos nos condenaron a vivir con un dolor a cuestas, con una herida que sangra y que no se cerrará jamás. Un mundo en el que nuestros seres queridos están detenidos en el tiempo, en el que sus imágenes están congeladas con una sonrisa eterna. A 15 años, lo que sentimos, es una mezcla de dolor e impotencia. Impotencia por esas palabras imposibles de escuchar. Ese abrazo imposible de revivir. Impotencia que por esas casualidades hayan llegado a horario, que nada los haya atrasado. Impotencia porque los necesitamos físicamente en cada logro, en cada uno de nuestros momentos, acompañándonos. Impotencia por saber si nos escuchan, impotencia que no podemos calmar con nada, porque no hay nada que hacer, ellos, los asesinos lograron su cometido. Matar. A 15 años de aquel terrible 18 de julio de 1994, tenemos la horrible sensación de estar luchando como el Quijote, contra molinos de viento, movidos por el odio, la traición, la impunidad, la hipocresía y la indiferencia. Vientos de odio son los que sufrimos a principios de este año por parte del sicario de Irán, Luis D’elia y distintas organizaciones que pintaron la ciudad con leyendas antijudías y enarbolaron banderas del Hezbollah, la organización terrorista que voló la AMIA. Ese odio a los judíos generó una ola de violencia, con delincuentes armados, que produjeron hechos como hacia tiempo no vivíamos. Potenciados por las xenófobas declaraciones de D’elia, quien ante lo que sucedía, sugirió que nos quejemos a nuestro presidente israelí, calificando así a los argentinos de religión judía como ciudadanos de segunda, negándonos nuestra nacionalidad argentina. Actos antisemitas que permanecen impunes, por la tardía reacción de la presidenta del INADI Maria José Lubertino quien primero no los reconoció, luego los minimizo y finalmente no tuvo mejor idea que responsabilizar a Israel por lo ocurrido. Hecho que fue inmediatamente descalificado por el entonces jefe de gabinete Sergio Massa. Señora Lubertino, por su pobre accionar y su lamentable indiferencia, demostró que no está a la altura de su cargo. A 15 años, vientos de odio son los que alimentó las Naciones Unidas en lugar de detenerlos, convocando como invitado de honor al presidente de Irán Ahmadinejad, a la Conferencia de Durban contra el racismo, el pasado mes de abril. En lugar de condenar al régimen totalitario y teocrático iraní tal como lo hizo el mismo pueblo en las ultimas elecciones, invitan al nuevo Hitler, a hacer apología del genocidio y negación del Holocausto.
Le permitieron destilar su profundo odio hacia el pueblo judío, a quien pretende eliminar de la faz de la tierra junto con el Estado de Israel. Numerosas delegaciones se retiraron y no avalaron con su presencia la palabra de este terrorista fundamentalista islámico. En cambio las delegaciones latinoamericanas no se retiraron. Estamos sorprendidos por la actitud de algunas delegaciones, pero no por la de Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Venezuela, países que gritan a los cuatro vientos que somos pueblos hermanos. Por supuesto que los pueblos si lo somos, pero no quienes los gobiernan. Ya que cuando llega el momento de demostrar la hermandad solidarizándose con nuestro reclamo por el derecho a la justicia y a la vida, nos dan la espalda apañando a un estado que sembró la muerte y el odio en nuestro país. No sólo son afines a Irán y a su régimen, sino que permiten la instalación de campamentos de adoctrinamiento y entrenamiento del Hezbollah dentro de sus territorios, con el peligro que ello representa para el mundo. Reprobamos sin ninguna duda la actitud de la delegación argentina que no se retiró del recinto, convalidando con su presencia las palabras del presidente iraní. Pero debemos reconocer que Argentina luego efectuó una fuerte crítica y condena contra los dichos racistas de Ahmadinejad, que representa a Irán, acusado por la Justicia Argentina de ser el culpable de los atentados en nuestro país. La presidente Cristina de Kirchner y el ex presidente Kirchner, denunciaron y muy duramente a Irán y a su régimen, en el marco de las dos últimas Asambleas Generales de la ONU, hecho que sin duda se repetirá este año. Denuncias que generaron gran conmoción en el recinto. Pero esa conmoción no se ve reflejada en los hechos. Es una farsa que debe terminar. Las Naciones Unidas deben condenar dentro del marco de la ley a países como Irán, que financia, protege y planifica atentados terroristas, ejecutados por su brazo armado, el pseudo partido político Hezbollah. Señores miembros de las Naciones Unidas, llevan mucho tiempo haciéndose los distraídos, cuántos muertos más se necesitan para que de una vez por todas se comprometan con la vida y no con el odio y el fanatismo de ese estado teocrático. Señora Presidente, no permita que esto continué, denúncielos, realice todas las acciones necesarias a nivel internacional. Como usted bien sabe, con lo hecho hasta ahora no se ha logrado que Irán entregue a quienes son requeridos por la justicia argentina sospechados de ser los culpables del atentado. A 15 años, no podemos creer cómo tan sólo en pocos segundos puede cambiar tu vida. Cómo tan sólo en segundos pueden marcarnos toda la vida y se puede destruir tanto. No sólo se destruyeron 85 vidas, esas vidas eran 85 mundos, se destruyeron miles de vidas. Tantas veces nos preguntamos hasta cuándo tendríamos que esperar para que haya una justicia justa, que condene a los culpables, y termine con este inmenso abanico de impunidad. A 15 años, la Suprema Corte de Justicia con su resolución reivindico el derecho a la verdad y a la justicia que tienen las victimas, y allanó el camino para que la impunidad deje de ser realidad. La Corte declaró nulo el fallo del Tribunal Oral Nº 3 que absolvió a Carlos Telleldin, quien ahora podría volver a ser juzgado. Algunos festejaron esto como si fuera la resolución de la causa,
una manera de esconder la mugre bajo la alfombra, con la verdadera intención de ocultar lo que para nosotros, los Familiares es el hecho más terrible y doloroso de corroborar. Y es que la Corte confirmó que el juez Galeano y los fiscales Mullen y Barbachia, armaron un complot para acusar con pruebas falsas a los policías de la Provincia de Buenos Aires por el atentado a la AMIA. Durante años, el juez y los fiscales se burlaron de las victimas, de todos. Cuántos años perdidos, cuántos años plagados de mentiras. La justicia debe investigar, detener y juzgar a los verdaderos culpables y no armar una causa para que paguen inocentes. A 15 años, hay quienes aún defienden y justifican a los culpables de ese aberrante complot. Quizás actúan en defensa propia, probablemente no ignoraban lo que sucedía y prefirieron guardar silencio o mirar para el costado en lugar de denunciarlo. Y si fue así ¿por qué lo hicieron? Están quienes desacreditan y amenazan al Fiscal Nisman, pero no acusan con toda dureza a quienes le prendieron fuego a la causa dejándonos con las manos vacías de verdades y llenas de mentiras. Hablamos de Menem, su hermano Munir, Galeano, Mullen, Barbachia, Anzorreguy, Beraja, Palacios, Telleldin y los demás señalados por la Justicia, que por su encubrimiento son cómplices de los asesinos. Galeano en el año 2003 se negó a investigar al colombiano Salman El Reda, según él, no tenía suficientes indicios para hacerlo. Nisman sí investigó y determinó que fue parte importante de la conexión local. Ya que coordinó la llegada al país, la estadía y la partida del grupo operativo, que ejecutó la fase final del atentado. El pedido de captura contra El Reda sigue la línea del pronunciamiento de la Corte, los vientos de impunidad deben desaparecer por siempre de la causa del atentado contra la AMIA. Deben predominar la verdad y la justicia. Al Dr. Nisman, con el que hemos tenido diferencias y coincidencias, le reconocemos el trabajo que ha hecho hasta el momento, pero ésto no detendrá nuestros reclamos hasta tanto no sepamos toda la Verdad. Usted asumió ese compromiso al hacerse cargo de la Fiscalía. Confiamos en que lo cumpla. A 15 años, los Familiares y Amigos de las Victimas sabemos que es muy difícil, pero no imposible que se puedan detener a los funcionarios iraníes y al colombiano Salman El Reda por la protección que tienen por parte de Irán y el Líbano. Los encubridores y cómplices que viven en este país y que quizás están aquí en este acto, mezclados entre nosotros, también están protegidos, los protege la aberrante lentitud de la justicia. Dr. Lijo, Actúe con rapidez. Son muchos años de esperar. No permita que se dilate mas lo irremediable, procese y eleve a Juicio Oral rápidamente las causas por las irregularidades en la investigación del Atentado a la AMIA, que nos impidieron saber la Verdad hasta el día de hoy. Ya es hora de que los culpables paguen por lo que hicieron con la cárcel, aquí, en la tierra. Nosotros no buscamos ni nos conforma la Justicia Divina.
A 15 años, Los Familiares y Amigos de las Victimas nos reunimos aquí mismo, el 18 de julio a las 9:53 hs. para rendir homenaje a nuestros seres queridos. Por ser Shabat decidimos hacer un minuto de silencio y depositar una flor. No más que eso. Agradecimos a quienes nos acompañaron y nos contuvieron. Nunca pensamos que molestaríamos a alguien. Sin embargo fuimos juzgados por lo que hicimos. Cuando manifestamos a quien lo dijo, nuestra molestia por su opinión, nos pidió disculpas en forma publica, con lo que dimos por terminado el tema. Con asombro vemos que otros vuelven a opinar sobre el homenaje, asociándonos a situaciones que nada tienen que ver con nuestros objetivos, que son Memoria y Justicia. No necesitamos que nos enseñen a vivir la vida que nos toco vivir y que no elegimos. Jamás se nos ocurriría indicarle a nadie como expresar su dolor. Nos indigna que nos usen con fines ajenos a los nuestros. Sólo personas con una mezquindad intelectual mayúscula pueden llegar a sostener esto, les exigimos que nos respeten y guarden sus filosas palabras para otros ámbitos. Y los vientos no paran de soplar. La designación del ex comisario Jorge Palacios al frente de la nueva policía porteña, por parte del Jefe de Gobierno Mauricio Macri, reavivó los vientos de hipocresía. Palacios está sospechado de ser partícipe en el encubrimiento y protección de un amigo de la familia Menem, Alberto Kanore Edul, investigado por su vinculación con Telleldin y el terrorista Monshe Rabani, asesino de nuestros familiares. Palacios durante años, nos aseguró al igual que el juez y los fiscales, que con lo que tenía averiguado y probado sobre los policías bonaerenses, había más que prueba suficiente para condenarlos. Nos mintió. Cuando llego el momento de confirmarlo en el juicio oral, dijo NO, no tengo elementos suficientes para asegurar la responsabilidad de estos policías. Pretendimos informarle a Macri sobre ésta y otras situaciones acerca del ex comisario, pero nunca nos recibió. Cuando era un secreto a voces que Palacios trabajaba en el proyecto de esta Policía desde sus inicios, y que Macri estaba listo para firmar su designación al frente de la misma, lo hicimos público pero nos negaron en la cara que esto fuera cierto. Lo designaron después de las elecciones para no pagar el terrible costo político que esto hubiera originado. Tenían un objetivo y arteramente lo llevaron adelante sin importarles la opinión de nadie. Quien llevó la voz cantante fue su ministro de justicia Montenegro, quien repitió a diestra y siniestra que no había elementos en la causa Amia para procesar a Palacios. Dr. Montenegro, en vez de asesorarse con un ex Fiscal muy amigo suyo que justamente está procesado, y es uno de esos que nos dejó con las manos vacías, le recomendamos que haga lo que aún no hizo. Lea las constancias de la causa, pero léalas todas, va a ver que rápido cambia de opinión y se saca a Palacios de encima. Todos los Familiares de las Victimas, no una pequeña minoría, todos, Memoria Activa, APEMIA, nosotros, la oposición en su totalidad, los Organismos de Derechos Humanos, la ciudadanía en general rechazan este infame nombramiento. La DAIA y la AMIA criticaron la designación, SI, lo hicieron, y en varias oportunidades. Sería saludable que el Jefe de Gobierno escuche cuando le hablan y no tergiverse lo que le dicen.
Se están colectando miles y miles de firmas que darán testimonio de este rechazo. Aquí mismo hay mesas para que los ciudadanos puedan adherir a este reclamo. Y esto no es una persecución política como dice el Jefe de Gobierno. Es apelar al sentido común, algo tan simple para algunos y tan difícil para otros. Sr. Macri, usted y el Dr. Montenegro tomaron la Justicia en sus manos y determinaron la inocencia de Palacios, este hecho sumado a tener una policía incondicional con un jefe que justificó el terrorismo de estado, nos preocupa, nos aterroriza, nos recuerda el terrible proceso militar, que nadie quiere volver a vivir. A 15 años, usted señor Macri rindió homenaje a las víctimas, acompañó a los familiares en su dolor y ratificó su compromiso con el trabajo basado en los valores del respeto, de la convivencia, de la justicia y la paz. Con los hechos demuestra todo lo contrario, el doble discurso es sinónimo de hipocresía. Haga realidad sus sentidas palabras y deje sin efecto el lamentable nombramiento de Palacios al cargo de jefe de la policía porteña. Se requiere una gran humildad, valentía y hombría de bien para dar marcha atrás en decisiones erróneas. Aún está a tiempo.
Nos sentimos seguros porque sabemos que están a nuestro lado, cuidándonos. Nos sentimos seguros porque sabemos que nos escuchan. Nos sentimos seguros porque sabemos que están acá. Pero cómo quisiéramos preguntarles tantas cosas, y no podemos. Cómo quisiéramos escuchar sus voces, cómo quisiéramos haberlos tenido más tiempo. Cómo quisiéramos tener más recuerdos que las simples imágenes que nos hicieron desde su presente, quererlos como hoy los queremos. Cómo quisiéramos viajar en el tiempo, y evitar que lleguen. Cómo quisiéramos que tan sólo unos segundos no nos hayan separado. Cómo quisiéramos verlos brillar como los recordamos. Cómo quisiéramos que nos devuelvan ese beso que cada noche les damos antes de irnos a dormir. Cómo quisiéramos no estar diciendo estas palabras. Cómo quisiéramos tenerlos vivos. Cómo quisiéramos que esos 85 hasta luego, no se hubieran transformado en 85 hasta siempre. A 15 años, una vez más decimos, que nos robaron la vida, pero no les vamos a entregar el alma. ¡PENSAMOS SEGUIR LUCHANDO!, porque no tenemos miedo. A 15 años, una vez más decimos, ¡NO PERMITIREMOS QUE SE SIGAN BURLANDO DE NUESTROS MUERTOS! ¡JAMAS OLVIDAREMOS! ¡JAMAS PERDONAREMOS! ¡JAMAS CLAUDICAREMOS!
Si algún día conseguimos que sean juzgados los asesinos, sus cómplices y los encubridores, nosotros no podremos decir que triunfamos. Nos rodean demasiados muertos para que podamos hablar de victoria. Simplemente, habremos logrado lo que tanto anhelamos, JUSTICIA, Y ENTONCES SI, PODREMOS DECIR QUE LOS MUERTOS EN EL ATENTADO A LA AMIA DESCANSAN EN PAZ.