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  • November 2019
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SERIE: “TENER DERECHOS NO BASTA”. Los Derechos Económicos, Sociales Y Culturales (DESC). Indice. 1. ¿Qué son los DESC? • •

Son DDHH Características • Universalidad • Integralidad • Igualdad y no discriminación

2. ¿Cuales son los DESC. • • •

Sociales Económicos Culturales

3. Obligaciones de los Estados 4. ¿Cómo Defender los DESC? • •

Exigibilidad Justiciabilidad

5. Definición de contenidos mínimos: Un reto hacia la justiciabilidad de los DESC 6. Participación de la Sociedad Civil en la realización de los DESC.

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1. ¿Qué son los DESC? Independientemente del énfasis colocado en alguno de los componentes jurídicos, sociológicos, filosóficos o políticos, la mayoría de las definiciones nos conducen a concluir que la noción de derechos humanos se corresponde con la afirmación de la dignidad de la persona frente al estado y la sociedad. La posibilidad de que todos los seres humanos puedan disfrutar durante todas las etapas de su desarrollo de condiciones en correspondencia con su dignidad implica el estar protegido contra todo acto que menoscabe su integridad física, moral e intelectual y la posibilidad de su realización plena como parte del conjunto de la sociedad. De la misma forma, conquistar las garantías necesarias para que las personas estén en condiciones de prestar su contribución al logro de sociedades cada vez más justas y democráticas es uno de los de los fines últimos de la lucha por los derechos humanos. En este sentido el concepto de derechos humanos abarca la totalidad de los aspectos de la vida de los seres humanos, tanto en lo individual como lo colectivo, por lo que es de la integración y la realización de todos los derechos que se podrá alcanzar en correspondencia con su dignidad. Para acercarnos a una definición de DDHH tomaremos la del Dr. Héctor Faúndez “ Los derechos humanos son las prerrogativas que, conforme al derecho internacional, tiene todo individuo frente a los órganos del poder para preservar su dignidad como ser humano, y cuya función es excluir la interferencia del Estado en áreas específicas de la vida individual, o asegurar la prestación de determinados servicios por parte del Estado, para satisfacer sus necesidades básicas, y que reflejan las exigencias fundamentales que cada ser humano puede formular a la sociedad de que forma parte” 1

Los DESC, son derechos humanos.

Llegado a este punto nos parece fundamental la tarea que deberá emprenderse para superar la diferenciación que ha conducido al establecimiento de una subvaloración de los Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC) sobre los Derechos Civiles y Políticos (DCP), situación que ha conducido a una interesada postura de gobiernos y otros actores nacionales e internacionales, que descalifican a los DESC como DDHH de plena igualdad. Aquí nos parece importante recordar que a pesar de tener diferencia de acuerdo a su naturaleza y definición todos los derechos humanos son iguales. “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La

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FAÚNDEZ, Héctor. El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos. Aspectos Institucionales y Procesales. Instituto Interamericano de derechos Humanos. 1996, pág.21

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comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en general de manera justa y equitativa, en píe de igualdad y dándoles a todos el mismo énfasis”2. Quizás uno de los elementos que ha contribuido a la diferenciación y por lo tanto al trato desigual entre los DCP y los DESC, ha sido lo que Ligia Bolívar ha señalado como los mitos que han impedido un desarrollo equilibrado entre ambos grupos de derechos tanto en el ámbito local como internacional. Algunos de estos mitos se sustentarían en las diferencias entre los mecanismos de control nacional e internacional, la exigibilidad, el papel del Estado, las prioridades, el papel de los afectados y las estrategias de defensa para hacer justiciables tanto unos derechos como otros. “Asumir acríticamente que existen diferencias fundamentales entre derechos civiles y políticos, por una parte, y los derechos económicos, sociales y culturales, por la otra, puede conducirnos a una trampa, que es precisamente la que, en buena medida, ha contribuido a la postergación de los segundos. De allí la necesidad de desmontar generalizaciones inapropiadas que hasta ahora han sido utilizadas desde sectores oficiales para justificar la constante postergación de las obligaciones estatales en materia de derechos económicos, sociales y culturales”3 La reivindicación de los derechos económicos, sociales y culturales implica un proceso social, político y legal, que busca comprometer al Estado en el cumplimiento de sus responsabilidades y como se afirmara en el Encuentro Latinoamericano para la Promoción de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, realizado en Quito con la participación de ONG’s de DDHH, Desarrollo, Mujeres, Indígenas, Campesinas y Sindicales, “La forma y medida en que un Estado cumpla con sus obligaciones respecto de los DESC no solamente ha de ser materia de escrutinio de los órganos de verificación del cumplimiento de las normas que los consagran y garantizan, sino que debe abarcar la participación activa de la sociedad civil en esta tarea como una condición sustancial del ejercicio de su ciudadanía. Los DESC son derechos subjetivos cuya exigibilidad puede ejercerse individual o colectivamente”4. Sin pretender dar respuestas a cada uno de estos argumentos que de manera interesada o no han afectado la justa reivindicación de los DESC como derechos humanos, buscaremos compartir algunas reflexiones y aportes que desde la práctica y la elaboración teórica el movimiento no gubernamental de derechos humanos viene construyendo en este sentido.

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Declaración de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, Organización de las Naciones Unidas, Artículo 1. Viena, Austria, 1993. 3 BOLIVAR, Ligia. Derechos Económicos, Sociales y Culturales: Derribar Mitos, Enfrentar Retos, Tender Puentes. Una visión desde la (in)experiencia de América Latina. Provea. Serie Aportes, Caracas, 1998. Pág. 4 Declaración de Quito Acerca de la Exigibilidad y Realización de los Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC) en América Latina. Párrafo 19.

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Características de los DESC Universalidad. Los DESC son universales, lo cual significa que le corresponden a cada persona sin excepción de ninguna naturaleza. Supone tambien la eliminación de las barreras que impiden el ejercicio del derecho en condiciones dignas. Implica suprimir todo tipo de barreras sociales, económicas, culturales, étnicas y de cualquier otro orden. En el caso del derecho a la educación, por ejemplo, la universalidad se expresa en que toda persona, sin excepción, debe tener acceso a la educación y la cultura, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones. Integralidad. Al afirmar que es la realización de todos los derechos los que hacen posible la vida digna estamos ratificando el principio de integralidad, fundamental en la concepción de los derechos humanos. Sólo cuando se haga posible el reconocimiento integral de todos los derechos es que se podrá asegurar la existencia real de cada uno de ellos, ya que, como dice el Dr. Héctor Gros Espiell, “...sin la efectividad del goce de los derechos económicos, sociales y culturales, los derechos civiles y políticos se reducen a meras categorías formales. Pero a la inversa, sin la realidad de los derechos civiles y políticos, sin la efectividad de la libertad en su más amplio sentido, los derechos económicos, sociales y culturales carecen, a su vez, de verdadera significación.”5. Ejemplos de integralidad lo constituye la relación entre el derecho a la vida y el derecho a la salud; libertad de expresión y educación; y derecho de asociación y negociación colectiva, entre otros.

Igualdad y No discriminación. Los DESC deben aplicarse a todas las personas sobre la base de la igualdad y no discriminación. Los derechos humanos pertenecen a todas las personas y el ideal de aplicación debe ir hacia la más amplia cobertura. Los Estados deben definir políticas y destinar los recursos necesarios y suficientes para garantizar que todos/as los/as ciudadanos/as tengan el mismo acceso los servicios esenciales o por lo menos que para su disfrute no se apliquen mecanismos discriminatorios. Con relación al derecho a la salud, por ejemplo, la igualdad tiende a asegurar su vigencia en todos los sectores y lugares posibles, atendiendo a una realidad que se caracteriza por la existencia de sectores que no tienen las mismas oportunidades materiales para la satisfacción del derecho a la salud. Al asegurar el goce de los derechos civiles y políticos sin garantizar los derechos económicos, sociales y culturales se favorecen situaciones de discriminación intolerables 5

GROS ESPIELL, Héctor. Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, En el Sistema Interamericano. Ed. Libro Libre, Costa Rica, 1986, pág. 17.

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que termina profundizando las diferencias entre los minoritarios sectores sociales que se han beneficiado de la desigual distribución de la riqueza y amplios sectores excluidos, lo que perpetúa la inequidad social.

2.- ¿Cuáles son los Derechos Económicos, Sociales y Culturales?

Tomando en consideración el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), la Constitución de la República y otros instrumentos internacionales, identificaremos a continuación los derechos económicos, sociales y culturales. Derechos Sociales Al Trabajo: Todas las personas tienen derecho a trabajar, lo que comprende el derecho a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado. Supone además condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que aseguren: una remuneración acorde con el tipo de labor; un salario equitativo e igual por trabajo de igual labor, sin discriminaciones de ninguna especie; en particular, debe asegurarse a las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual. El trabajo debe proporcionar condiciones de existencia dignas para el/a trabajador/a y su familia. El/la trabajador/a también debe gozar de seguridad e higiene en el trabajo; limitación razonable de la jornada de trabajo, hasta un máximo de 8 horas diarias y 40 semanales; igual oportunidad para ser promovido y ascendido dentro de su trabajo; descanso, disfrute del tiempo libre, vacaciones pagadas y remuneración de los días festivos. Libertad sindical: Toda persona que trabaja, sea de la ciudad o del campo, del sector público o privado, del sector formal o informal, puede constituir o afiliarse a organizaciones para promover y defender sus intereses. Los sindicatos no necesitan de ningún permiso previo del gobierno o de los patronos para constituirse y funcionar, solo deben apegarse a sus estatutos y directivas, para cumplir con sus objetivos de defensa y promoción de sus intereses económicos y sociales. Pueden elegir libremente a sus representantes. Estos sindicatos podrán a su vez conformar federaciones y confederaciones nacionales o conformar organizaciones sindicales internacionales o afiliarse a estas. El Estado no podrá intervenir en los asuntos internos de los sindicatos y deberá establecer la legislación para su protección y autonomía en el marco de una sociedad democrática. Negociación Colectiva: Todos/as los/as trabajadores/as deben tener la posibilidad de establecer los términos y condiciones del empleo mediante la concertación de convenios colectivos de forma voluntaria entre el sindicato y los empleadores, con el objeto de mejorar y proteger sus condiciones de trabajo. El Estado tiene la obligación de promover la negociación colectiva y de favorecer la solución de los conflictos laborales. Derecho de Huelga: Los/as trabajadores/as tienen derecho a la suspensión colectiva de las labores cuando se vean afectadas sus condiciones de trabajo, se desconozca la contratación 5

colectiva o para alcanzar legítimas reivindicaciones ante la intransigencia del patrono. Las huelgas tambien se pueden promover en solidaridad con otros trabajadores y es un recurso que puede ser usado en contra de regímenes políticos que desconocen otros derechos humanos. Seguridad Social: La seguridad social es un servicio público de carácter no lucrativo para garantizar la salud y asegurar la protección en contingencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida del empleo, desempleo, vejez, viudez, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social. El Estado tiene la obligación de asegurar la efectividad de este derecho, creando un sistema de seguridad social universal, integral, de financiamiento solidario, unitario, eficiente y participativo, de contribuciones directas e indirectas. Prestaciones Sociales: Las prestaciones sociales son un mecanismo de protección social que recompensa a los/as trabajadores/as una vez finalizada su relación laboral, en función su antigüedad en el centro de trabajo. También representan un amparo a los/as trabajadores/as en caso de cesantía. Protección de la familia: La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y como tal se le debe conceder la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo. El Estado debe proteger la maternidad y paternidad de manera integral. Se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia a favor de los/as niños/as y adolescentes, sin discriminación alguna por razón de filiación o cualquier otra condición. Debe protegerse a los/as niños/as y adolescentes, contra la explotación económica y social y su empleo en trabajos nocivos para su moral y salud, o en los cuales se peligre su vida o se corra riesgo de perjudicar su desarrollo normal, será sancionado por la ley. Los Estados deberán establecer limites de edad por debajo de los cuales quede prohibido y sancionado por la ley el empleo a sueldo de mano de obra infantil. Nivel de vida adecuado: Todas las personas deben tener condiciones apropiadas que le garanticen cubrir las necesidades básicas para la existencia en condiciones dignas para sí y su familia. Esto incluye alimentación, vestido y vivienda adecuados, y una mejora continua de las condiciones de vida. Salud: Todas las persona deben disfrutar del más alto nivel de salud física y mental. La Salud es un derecho social fundamental y es obligación del Estado que lo garantizará como parte del derecho a la vida y asegurará su acceso y prestación de manera gratuita. La salud es el estado de completo bienestar físico, mental, social y no solamente la ausencia de enfermedad. Educación: La educación es un derecho fundamental y deberá estar orientada hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. La educación debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos 6

raciales, étnicos o religiosos. Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas sus aptitudes, vocación y aspiraciones. Es obligatoria, desde maternal hasta nivel medio diversificado. Es gratuita la impartida en las instituciones públicas hasta el pregrado universitario. Vivienda: Todas las personas tienen derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda e higiénica con servicios básicos que incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias. Derechos Económicos A la Propiedad: Toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. Libertad económica: Toda persona tiene derecho a dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en la Ley. Asociación con fines económicos: Derecho de los/as trabajadores/as y de la comunidad para desarrollar asociaciones de carácter social y participativo, como las cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas, para desarrollar cualquier tipo de actividad económica, de conformidad con la ley. Derechos Culturales Todas las personas tienen derecho a: participar en la vida cultural de la nación; gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones; beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan en razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora. Los valores de la cultura son un bien irrenunciable y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará. Derecho de Autor: derecho a la inversión, producción, divulgación de la obra creativa, científica, tecnológica y humanística, incluyendo la protección legal de los derechos de autor/a sobre sus obras. Deporte y Recreación: Toda persona tiene derecho al deporte y la recreación como actividades que benefician la calidad de vida individual y colectiva.

3.- Obligaciones de los Estados. Las personas son depositarias de los derechos humanos y los Estados tienen obligaciones de respetar, promover, proteger y satisfacer los mismos. Si bien es cierto las obligaciones de los estados respecto a los DESC no son tan taxativas como en el caso de los DCP, la comunidad internacional se ha dotado de una serie de estándares legales y normativas para definir el carácter de los derechos y las obligaciones de los gobiernos respecto de los mismos. Estas obligaciones están basadas en pactos, tratados, convenciones, declaraciones 7

y recomendaciones internacionales, así como en las disposiciones constitucionales y legislaciones nacionales. Cuando un Estado es signatario de cualquiera de estos instrumentos internacionales y más aún cuando su texto constitucional recoge de manera expresa estos derechos, establece un compromiso frente a los demás Estados y frente a sus ciudadanos de cumplir con dichas obligaciones. En el caso de los DESC la obligación de los Estados empieza por reconocer la naturaleza integral de los mismos, es decir no son derechos de segunda categoría y como tal tienen el mismo estatuto legal, importancia y urgencia que los derechos civiles y políticos. Existen niveles de obligaciones comunes a todos los derechos humanos, que comprenden al menos obligación de respeto, una obligación de protección y una obligación de satisfacción. De tal modo que ninguna categoría de derechos es per se más o menos exigible, sino que cada derecho humano le corresponden distintos tipos de obligaciones exigibles. La Declaración de Quito toma como referencia varios documentos y elaboraciones realizados por instituciones internacionales dedicadas al tema de los derechos humanos, en donde se señalan las obligaciones de los Estados respecto a los DESC. Especialmente hace referencia al art. 2.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) en donde reza que << ... cada uno de los Estados Parte se compromete a adoptar medidas (...) especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos>>. Parte de estos compromisos comprenden: • • •

Una obligación de respeto, consistente en la no-interferencia del Estado en la libertad de acción y el uso de los recursos propios de cada individuo o de grupos o colectividades, en aras de autosatisfacer sus necesidades económicas y sociales; Una obligación de protección, consistente en el resguardo del goce de estos derechos ante afectaciones provenientes de terceros; Una obligación de satisfacer, de manera plena, el disfrute de los derechos y una obligación de sancionar los delitos cometidos por servidores públicos, así como personas físicas o jurídicas en casos de corrupción que violen o atenten contra los DESC.

Además, el Estado tiene las siguientes obligaciones: a) Obligación de no discriminación: Amén de la obligación de trato igualitario y del principio de no discriminación, tanto en materia de derechos civiles y políticos como de derechos económicos, sociales y culturales, la obligación del Estado se extiende a la adopción de medidas especiales - incluyendo medidas legislativas y políticas diferenciales- para las mujeres y en resguardo de grupos especialmente vulnerables y de sectores históricamente desprotegidos, tales como los ancianos/as, niños/as, personas con discapacidad física, enfermos/as terminales, personas con problemas médicos persistentes, personas que padecen enfermedades mentales, víctimas de desastres

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naturales, personas que viven en zonas riesgo, refugiados, comunidades indígenas o los grupos bajo condición de pobreza extrema. b) Obligación de Adoptar medidas inmediatas: Los Estados tienen la obligación de adoptar medidas en un plazo razonablemente breve desde el mismo momento en que ratifican los instrumentos referidos a DESC. Tales medidas deben consistir en actos concretos, deliberados y orientados lo más claramente posible hacia la satisfacción de la totalidad de los derechos, entre ellos tienen la obligación de adecuar su marco legal a las disposiciones de las normas internacionales sobre derechos económicos, sociales y culturales. Por ejemplo en el caso del Derecho a una Vivienda Adecuada, el Estado deberá tratar por todos los medios de garantizar que todos tengan acceso a recursos de vivienda adecuados para la salud, el bienestar y la seguridad, de conformidad con otros derechos humanos; elaborar programas para atender el déficit de vivienda; destinar los recursos presupuestarios y definir metas concretas que permitan evaluar el impacto de esa política. b.1) Obligación de producir y publicitar información: el derecho de información constituye una herramienta imprescindible para hacer efectivo el control ciudadano de las políticas públicas en el área económica y social. Contribuye asimismo a la vigilancia por parte del propio Estado del grado de efectividad y obstáculos para la satisfacción de los DESC, teniendo en cuenta además a los grupos que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Debe además producir información sobre el grado efectividad de los DESC, así como de los obstáculos o problemas que impiden su adecuada satisfacción y sobre grupos más favorables. Continuando con el ejemplo del Derecho a una Vivienda Adecuada, la población debe estar enterada de las regiones y/o sectores prioritarios que serán beneficiados de la política de vivienda del Estado. b.2) Obligación de proveer recursos judiciales y otros efectivos: dada la ausencia de diferencias sustanciales entre derechos civiles y políticos y derechos económicos sociales y culturales, el Estado – y la comunidad internacional – deben asegurar recursos judiciales y de otro tipo, aptos para hacer exigibles los derechos en caso de violación. Algunos de los elementos componentes del derecho a una vivienda adecuada, son conformes con la disposición de recursos jurídicos internos de algunos países, por ejemplo: recursos de amparo destinados a evitar la expulsión de personas que ocupan terrenos urbanos o rurales objeto de medidas de desalojo por supuestos propietarios; reclamaciones contra acciones ilegales realizadas o apoyadas por los propietarios (sean privados o públicos) con relación a niveles de alquiler, mantenimiento de la vivienda y discriminación racial u otra forma de discriminación, etc. c) Obligación de garantizar niveles esenciales de derechos: el Estado tiene la obligación mínima de asegurar la satisfacción de niveles esenciales de cada uno de los derechos. Esta obligación rige aun en periodos de limitaciones graves de recursos, causados por procesos de ajuste, de recesión económica o por otros factores. En estas circunstancias el Estado debe fijar un orden de prioridades en la utilización de los recursos públicos, identificando a los grupos vulnerables que serán beneficiados a fin de efectuar un eficaz aprovechamiento de la totalidad de los recursos que se disponga. d) Obligación de progresividad y su correlativa prohibición de regresividad: El Estado tiene el deber de encaminarse hacia la plena efectividad de los derechos, por lo que viola la idea de progresividad su inacción, su irrazonable demora y/o la adopción de medidas que impliquen retroceso de tales derechos. Es prohibido al Estado la 9

implementación de políticas regresivas, entendiéndose por tales aquellas que tengan por objeto o como efecto la disminución del goce de los derechos económicos, sociales y culturales. En este sentido: d.1) Las normas reglamentarias aparentemente regresivas conllevan una presunción de invalidez que obliga al Estado a justificarlas plenamente bajo escrutinio estricto. d.2) La progresividad implica que los Estados fijen de manera inmediata estrategias y metas para lograr la vigencia plena de los DESC, con un sistema verificable de indicadores que permitan una supervisión de los sectores sociales. La progresividad implica la aplicación inmediata de los contenidos mínimos de los DESC para garantizar una vida digna y unas condiciones mínimas de subsistencia. d.3) Conforme al Principio 72 de Limburgo 6 se considerará que el Estado Parte comete una violación al Pacto si, por ejemplo: - No logra adoptar una medida exigida por el Pacto; - No logra remover, a la mayor brevedad posible y cuando deba hacerlo, todos los obstáculos que impidan la realización inmediata de un derecho; - No logra aplicar con rapidez un derecho que el Pacto exige; - No logra, satisfacer una norma internacional mínima de realización, generalmente aceptada, y para cuya satisfacción está capacitado; - Adopta una limitación a un derecho reconocido en el Pacto por vías contrarias al mismo; - Retrasa o detiene la realización progresiva de un derecho, a menos que actúe dentro de los limites permitidos en el Pacto o que dicha conducta se deba a una falta de recursos o a una situación de fuerza mayor; - No presenta los informes exigidos por el Pacto.

4.- ¿Cómo defender los DESC? Exigibilidad de los DESC.

En el caso de los DESC, como ya fue señalado, la conciencia de derechos posibles de ser exigidos es fundamental. Ya conocemos de la poca valoración que desde los círculos oficiales se tiene sobre estos y si las personas no los entienden y conocen como tales, pues difícilmente los puedan ejercitar. Una cuestión esencial es la posibilidad de ser reclamados estos derechos a través de canales judiciales, administrativos y por otros medios – manifestaciones, denuncias ante los medios, desobediencia civil, etc.- donde no exista un mecanismo establecido para ser exigidos. Ha sido precisamente cuando la ciudadanía asume la conciencia de un derecho, que lo reclama y hace suyo, que se ha iniciado el proceso de reconocimiento por parte de los Estados. Para algunos autores la participación de la sociedad civil en la conquista de sus 6

Principios de Limburgo, Relativos a la Aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Elaborados por un grupo de expertos en Derecho Internacional convocados por varias instituciones internacionales para considerar la naturaleza y alcances del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Culturales, reunidos en la Universidad de Limburgo, Maastricht, Países Bajos, del 2 al 6 de junio de 1986.

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derechos implica varios componentes: un compromiso de incorporación, lo que implica tiempo, recursos, dedicación y motivación hacia el objetivo que se propone; un compromiso de organización al nivel de los afectados, es decir se necesita estar en contacto directo con la realidad donde se limita o se desconoce el derecho; y una finalidad de obtención de poder, es decir, de conciencia real de la propia dignidad que se enfrenta al Estado denegante o no proveedor de los DESC. Exigir el cumplimiento de un derecho afirma la conciencia de que las personas son poseedoras de tales derechos y tambien puede ayudar a definir el contenido del mismo. Igualmente se asume que dicho reclamo se sustenta en la conciencia de derecho y no de un privilegio que el estado deba conceder de manera unilateral. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, consagra una amplia visión de la participación ciudadana, articulo 62 y otros, la cual brinda la posibilidad de que los ciudadanos puedan involucrarse en los asuntos públicos, directamente o a través de representes. Así mismo indica que el pueblo puede participar en la formación, ejecución y control de la gestión pública, como un mecanismo necesario para lograr su protagonismo. La exigibilidad de los DESC, puede encontrar en el articulado de la nueva Constitución un importante soporte para incorporar a la ciudadanía en su promoción y control ante el Estado. Justiciabilidad de los DESC Los derechos no son solo declaraciones, pactos o leyes; son realidades exigibles, reivindicables que pueden reclamarse a alguien que a su vez, está obligado a garantizarlos: los Estados. “Todos los derechos humanos requieren del Estado acciones que aseguren su respeto (absteniéndose de actuar en contrario), protección (mediante medidas que eviten y sancionen su violación) y realización (mediante medidas que aseguren su disfrute efectivo). La protección se asegura en la medida en que se desarrollen mecanismos y normas para evitar su violación y para que, si éstas ocurren, el afectado pueda exigir su restitución y/o 7 reparación por la vía judicial” Aquí nos encontramos con uno de los retos que deben enfrentar las organizaciones que se proponen a reivindicar derechos económicos, sociales y culturales, pues se trata de avanzar en acciones y experiencias que permitan dotar a esta categoría de derechos de los mecanismos y normas que permitan hacerlos justiciables tal como lo son los derechos civiles y políticos. Todos los derechos necesitan tener una forma concreta de ser reclamados ante las instancias jurisdiccionales y exigir su reparación o impedir su violación. La experiencia con algunos DESC como el caso de la libertad sindical, la negociación colectiva y el derecho a huelga, en el caso de los laborales, indica que mucho camino se ha recorrido para que existan un conjunto de normas internacionales y nacionales que impidan 7

Bolívar, Ligia. Op. Cit. Pág. 13

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su violación o por lo menos a los que se puede recurrir cuando se considera que se ha incurrido en prácticas que los desconocen. Incluso la actuación es a veces tan inmediata como cuando se trata de la violación de derechos civiles y políticos, tal es el caso de la libertad sindical. Este grupo de derechos pasaron por lo que fue la evolución de otros derechos hoy plenamente reconocidos y justiciados. Lo que hoy conocemos como libertad sindical y derecho de huelga comenzaron siendo delitos, duramente castigados y de cuya lucha existen testimonios de muchos mártires. Posteriormente fueron aceptados como aspiraciones, legítimas y loables, pero imposibles de aceptar sin que se pusiera en riesgo la existencia de la economía capitalista mundial. Y finalmente fueron reconocidos como derechos que hoy son indiscutibles y fundamentales dentro de cualquier sociedad democrática. No creemos que el resto de derechos económicos sociales y culturales deban pasar por el mismo proceso histórico ni aspiraríamos un sistema tan complejo como el que deriva del órgano especializado de Naciones Unidas para el trabajo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero ciertamente se trata de ir construyendo un núcleo de derecho sujeto de ser “medido” cualitativamente y cuantitativamente, que además permita su escrutinio por órganos jurisdiccionales (tribunales, etc.), que identifique claramente o por lo menos se aproxime al establecimiento de la responsabilidad del Estado en su garantía y por tanto en su desconocimiento y que posibilite medidas para ir avanzando en su plena satisfacción y realización. “La justiciabilidad no le otorga a un derecho calidad de tal, pero refuerza esa calidad en la medida en que establece los parámetros específicos de exigibilidad frente a quien se ha 8 comprometido a protegerlo y no solo proclamarlo”. Es desde este escenario que se plantea trabajar en la superación de la visión de los DESC como meras aspiraciones e ir construyendo un piso que permita dar avances, para lo cual contamos con una base importante que es la existencia de reconocimiento formal de estos derechos en la Constitución nacional y otras leyes, además del compromiso internacional de los Estados para respetarlos. Estas normas constitucionales, leyes y tratados internacionales por lo general consideran recursos para exigir respuesta frente al desconocimiento o violación de los derechos. Si a ello agregamos el trabajo adelantado por la comunidad internacional de DDHH para la construcción de indicadores y sentar jurisprudencia nacional e internacional sobre la exigibilidad y justiciabilidad de los DESC, pues seguramente estaremos más cerca de lograr avances sustanciales en la plena realización de los DDHH. 5. Definición de contenidos mínimos: Un reto hacia la justiciabilidad de los DESC. Una cuestión fundamental y que tiene que ver con lo que podemos identificar como limitaciones para lograr que los DESC puedan ser asumidos con plenitud, es la dificultad para identificar lo que realmente lo determina y constituye. Este carácter indeterminado 8

Bolívar, Ligia. Op.cit. Pág. 14

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representa un obstáculo fundamental para lograr un mayor desarrollo normativo, y de esa manera un marco de acción que permita su entrada en vigencia. Dentro de estas limitaciones se hace necesario definir unos criterios que permitan precisar los contenidos mínimos para los DESC. Sobre este asunto trascendental, por lo que puede significar para el desarrollo futuro de los derechos humanos, existe hoy un amplio debate en la comunidad internacional de ONG’s de DDHH y especialmente de las que se han dedicado con mayor énfasis al tema de los DESC. Provea está participando de este debate, por lo que creemos que dicho asunto debe ser expuesto, por lo menos de manera sucinta en este documento. De acuerdo al Principio de Limburgo nº 25, los Estados Parte del PIDESC tienen la obligación de “garantizar el respeto de los derechos mínimos de subsistencia para todos”, independientemente de los recursos disponibles. Sin embargo esta obligación queda sin efecto en tanto no se cuente con un parámetro de vigencia mínimo, que pueda ser utilizado ante los órganos de control para poder determinar su cumplimiento. “Diversos autores coinciden en señalar la necesidad de definir el contenido mínimo esencial o contenido básico mínimo de cada uno de los derechos económicos, sociales y culturales como una forma de identificar las obligaciones concretas que un Estado asume al reconocer estos derechos en la legislación nacional o mediante la suscripción de un convenio internacional”9 Algunos de los argumentos en contra de la definición de contenido esencial y contenido esencial mínimo se centran en la dificultad de establecer parámetros universalmente aplicables, o en el entendido que pueda limitar la garantía total de los derechos, al establecer un estándar de cumplimiento definido, es decir, puede facilitar la argumentación de que todo lo que quede fuera de dicho contenido no es ámbito del derecho, con lo que su incumplimiento no implica violación y como tal no pueda ser reclamado. El ex Presidente del Comité de DESC, Philip Alston, afirma que “existe un contenido básico mínimo identificable de cada derecho que no puede ser disminuido bajo pretexto de diferencias razonables permitidas”13Por lo tanto “cada derecho debe dar lugar a un derecho mínimo absoluto, en ausencia del cual deberá considerarse que un Estado Parte viola sus obligaciones”14 La tarea fundamental es entonces determinar ese contenido mínimo de los DESC que permitiría identificar mejor los problemas en la realización de estos derechos. Provea asumió la necesidad de apostar por el desarrollo de contenidos mínimos esenciales, a pesar de las dificultades intrínsecas y la polémica que conlleva. A continuación se presentan una serie de elementos y principios que sirvieron de base para el trabajo de 9

PROVEA: La Salud como Derecho, en LA SALUD ESTÁ GRAVE, Una visión desde los derechos humanos. Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo. Primera Edición, mayo de 2000. Bogotá, Colombia, pág. 59. 13 Alston, Philip: Out of the abyss: The Ckalleges confronting the new UN Committee on Economica, Social and Cultural Rights, en Human Rights Quarterly, Vol 9, 1987. Págs. 352-353. 14 Idem, pág.353

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Provea en cuanto al derecho a la salud, que como ya señalamos no constituyen una postura acabada sino que más bien sistematiza una discusión en marcha. A continuación se presentan una serie de elementos y principios que sirvieron de base para el trabajo de Provea, los cuales surgen del cotejo de diversas fuentes de discusión y de experiencias de otras organizaciones. -

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El contenido mínimo esencial de un derecho establece las condiciones mínimas de las que debe gozar todo individuo, en ausencia de las cuáles se entiende que el derecho es vulnerado; Es un punto de partida a partir del cual se deben implementar progresivamente mejoras; La existencia de una definición de contenidos es valiosa pues permite exigibilidad y a su vez tener un parámetro mínimo de evaluación de su vigencia; El otro punto de partida para su definición son los estándares establecidos en los tratados de protección, que son un marco de referencia ineludible, pero requieren el esfuerzo continuado hacia su perfectibilidad; los instrumentos nacionales sirven para establecer exigencias en el ámbito local, pero no son extrapolables más allá del territorio legislado por ellos; La progresiva utilización, ante los instrumentos de protección, de una definición de contenidos consensuada – más allá de la formalidad de los estándares -, y por ende su progresiva validación, permitirá la cualificación de estos hacia una mayor exigibilidad; El logro de una definición universalmente aplicable de contenidos requiere de la participación activa de organizaciones de todo el mundo, de manera de incorporar al espectro del derecho la experiencia desde el contexto.

En cuanto al contenido y alcance de la protección, es posible identificar algunos elementos esenciales del derecho a la salud que se desprenden de sus características y principios rectores, los cuales constituyen una aproximación a lo que hasta ahora se ha desarrollado desde Provea10. •





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No discriminación: toda persona tiene derecho a no ser sometida a discriminación por razones de raza, edad, sexo, idioma, origen étnico, social, condición de salud física o mental o de cualquier otra índole, tanto en lo relativo a los programas de prevención y saneamiento como en caso de enfermedad; Accesibilidad: toda persona y colectividad tienen derecho al mejoramiento de las condiciones de higiene, saneamiento ambiental y laboral, así como a disfrutar en caso de enfermedad de servicios médicos básicos a una distancia razonables de su lugar de residencia; Prevención: toda persona y colectividad tienen derecho a inmunización contra enfermedades epidémicas o endémicas prevenibles y a ser beneficiarias de medidas generales de educación sanitaria;

La Salud está... op. Cit págs 64-66

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Protección contra daños a la salud: ninguna persona o colectividad deben ser sometidas a condiciones higiénicas, sanitarias, ambientales o laborales que supongan un daño a su salud física o mental; Asistencia médica: toda persona tiene derecho a asistencia médica básica oportuna en caso de enfermedad; Atención de emergencia: toda persona, independientemente de su condición socioeconómica, tiene derecho a asistencia de emergencia en cualquier centro de servicios médicos público o privado, cuando la ausencia de tal asistencia de emergencia pueda significar peligro inminente para su vida o daños irreversibles evitables a su salud; Sectores vulnerables: toda persona o colectividad que, por su condición social, laboral, de genero, edad, etnia, estado de salud físico o mental o de cualquier otra índole, presente riesgos particulares de salud que la coloquen en una situación de vulnerabilidad, tiene derecho a disfrutar de programas preventivos especiales y de atención básica en caso de enfermedad; Gratuidad: toda persona que no pueda procurarse por sus propios medios la asistencia médica necesaria, tiene derecho a medios de prevención y asistencia gratuitos; Respeto a la dignidad e integridad: toda persona sometida a atención médica tiene derecho a ser tratada de manera tal que no se afecte su dignidad e integridad, lo cual supone el respeto a su voluntad y sus valores religiosos y culturales, además del manejo ético de la información sobre su salud por parte del personal médico o para médico; asimismo, toda persona tiene derecho a no ser sometida a pruebas, exámenes, experimentos médicos o científicos en contra de su voluntad y que requiera su consentimiento antes de ser sometida a cualquier prueba, tratamiento o intervención, suministrándole previamente toda la información sobre el procedimiento a seguir y sobre sus efectos; Participación: toda persona y colectividad tienen derecho a participar de manera organizada e informada en el proceso de desarrollo de las políticas públicas de salud, incluyendo los aspectos financieros, desde las fases de diseño, hasta las de ejecución, evaluación y seguimiento; Recursos legales: toda persona tiene derecho a utilizar recursos administrativos y judiciales sencillos, rápidos y eficaces ante la violación de su derecho a la salud y a obtener oportuna respuesta, incluyendo la reparación o indemnización por daños que le fueran ocasionados. Este derecho incluye también la utilización de dichos recursos contra la imposición legal o abusiva de limitaciones del derecho a la salud; Información: toda persona o colectividad tienen derecho a recibir información oportuna sobre riesgos que pueden ocasionar daños a su salud física o mental, en su entorno familiar, residencial, laboral o de otra índole, así como sobre sustancias presentes en alimentos, agua, atmósfera, medicamentos y otros productos, de consumo o uso humano y puedan ocasionar tales daños.

A la tarea de la definición de los contenidos mínimos de los DESC, es necesario sumarle la definición de una herramienta complementaria que son los indicadores sobre derechos humanos. Los indicadores son categorías específicas cuyo levantamiento sistemático y análisis cotejado permite constatar la situación concreta o evolución en el tiempo del

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aspecto del derecho al que dicho indicador se refiere. Al identificar los contenidos básicos de un derecho, se pueden desarrollar indicadores que permitan la evaluación de su vigencia. “Los indicadores sirven para analizar el grado de cumplimiento de las obligaciones estatales, constituyen también una manera indirecta de verificar la no violación de los derechos de la persona por el Estado. Por ende su desarrollo no se basará en la definición de los derechos sino en la definición de las obligaciones”15 Los indicadores deben permitir un análisis tanto cuantitativo como cualitativo del cumplimiento de las obligaciones generales del Estado (reconocimiento legislativo, adopción de medidas, hasta el máximo de recursos, etc.), así como las específicas de cada derecho. Los indicadores cuantitativos se componen de datos numéricos. Los cualitativos permiten por un lado evaluar la calidad del disfrute del derecho o el cumplimiento del Estado tanto en adopción de medidas como en actitud programática, así como analizar aspectos de las políticas públicas no cuantificables (p.ej. modos de participación o receptividad del poder judicial a planteamientos de realización de los DESC).

6. Participación de la Sociedad Civil en la Realización de los DESC. Como se evidencia de la casi totalidad de los aspectos desarrollados en este documento la participación es un componente fundamental en la reivindicación de los derechos económicos, sociales y culturales. Activar los mecanismos establecidos en el ámbito nacional e internacional para su vigencia y protección involucra la presencia directa e indirecta de los colectivos humanos a los que estos derechos amparan. Sin entrar en el escabroso terreno de las definiciones sobre la participación de la sociedad civil o sobre cuales son las diferentes formas en que esta se manifiesta y a partir de allí cuál es la más conveniente a los propósitos de la realización de los DESC, nos parece necesario hacer algunas precisiones con respecto a este tema. En los últimos años y sobre todo a partir del boom de los programas de ajuste estructural de nuestras economías, el tema de la participación de la sociedad civil a pasado ha ocupar un lugar preponderante en el discurso de los principales actores que tienen que ver con los diferentes espacios donde se ‘decide’ la vida política y económica de nuestros países. Desde los organismos financieros multilaterales– Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo – pasando por las agencias de cooperación y organismos intergubernamentales hasta los diferentes niveles de gobierno en el ámbito nacional, regional y local. Sin embargo la mayoría de estos organismos y actores de la vida política y económica nacional e internacional, sustentados en la concepción neoliberal y en las tesis que favorecen el “achicamiento” del aparato estatal como una necesidad para lograr economías más eficientes y competitivas, entienden la participación como una forma de traspasar 15

MUJICA, Javier. Notas sobre el uso de indicadores en el caso de los Derechos Humanos Económicos, Sociales y Culturales: La Propuesta de CEDAL. Taller de Indicadores para la Vigilancia Social. Pág. 15

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responsabilidades y descargar en actores privados obligaciones y funciones históricamente asumidas por el Estado. Esta ‘transferencia de competencias’ se realiza bajo la argumentación de la ineficiencia e incapacidad del Estado para cumplir con estas obligaciones y las bondades de la privatización como una forma de mejorar la prestación de los servicios al incorporar la competencia y el mercado como alicientes, que redundarán finalmente en un mejor beneficio para los usuarios. Pero resulta que al trasladar los conceptos del mercado y sus esquemas de actuación a un ámbito de actividad que se corresponde más bien con los conceptos de bien social y beneficio colectivo, que es la función del Estado, se generan una serie de contradicciones propias de sociedades desiguales y economías donde las leyes “perfectas del mercado” no funcionan, con lo que se profundizan las inequidades, pues el Estado, aún con todas sus limitaciones, deja de cumplir con su papel como garante del equilibrio y la justicia para todos sus ciudadanos. Esta concepción privatista del Estado, y su particular forma de entender la participación, encuentran en la sociedad civil un actor conveniente para atender aquellas áreas que no son de interés privado por los pocos ‘beneficios’ y elevados costos que implica su operación. Áreas como la educación, salud y vivienda, cada vez son más abandonadas o transferidas a actores no gubernamentales, con lo que el Estado deja de cumplir con su papel como principal garante de estos derechos humanos. Contradictoriamente veníamos de toda una tradición populista y utilitaria de parte del Estado con respecto a las organizaciones sociales. Se entendía la mayoría de las veces que el papel de las organizaciones sociales era de recibir de parte del Estado los beneficios que este a bien tenía la “bondad” de repartir para solucionar algunas necesidades fundamentales. En contraprestación las organizaciones sociales debían servir de correa de transmisión de los intereses de quien detentaba el poder, de su partido, proyecto personal o grupal. Aquí la participación era pasiva y no se entendía que el Estado tenía obligaciones las cuales debía cumplir y que el beneficio no era una dádiva sino un derecho. Ahora nos encontramos en presencia de una mezcla de dos modelos de participación, que relegan a la gente a ser simples receptores pasivos de planes compensatorios, con un carácter casi caritativo, o ser administradores de la pobreza. Una de las razones por las que organizaciones de la sociedad civil se embarquen en esta práctica son precisamente la ausencia de una concepción de derechos humanos integral y la confusión sobre el papel del Estado como único responsable de su garantía y por tanto tambien de su desconocimiento o violación. Esta cuestión es fundamental sobre todo en lo respectivo a los derechos económicos, sociales y culturales, donde ya hemos evidenciado la resistencia de los Estados a su pleno reconocimiento y, lo que es más grave en la presente coyuntura, por ser los derechos más vulnerados a partir de la implementación de los programas de ajuste estructural de carácter neoliberal.

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Para finalizar queremos citar a Ligia Bolívar quien nos presenta una serie de posibilidades y retos a cerca del papel de la sociedad civil en la promoción de los DESC16, los que consideramos importantes en la tarea que nos hemos propuesto y que se sintetizan de la siguiente manera: 1. Hacer un esfuerzo conceptual para entender el alcance y contenido de los DESC que permita reivindicar su calidad de derechos. 2. Desarrollar estrategias de promoción y defensa de los DESC consistentes con la experiencia alcanzada en el campo de los derechos civiles y políticos. 3. Imprimir al trabajo por los DESC un sentido de lo público, trascendiendo la reivindicación de intereses particulares. 4. Desarrollar una labor educativa hacia los representantes de los poderes públicos, sectores sociales diversos y población en general en la que se reafirme la calidad de derechos de los DESC. 5. Desarrollar estrategias de defensa de los DESC que incluyan: • Monitoreo de políticas, prácticas y legislación que afecten a los DESC • Producción de informes sobre realización de los DESC para uso local e internacional • Litigio temático o de casos de DESC, tanto en el ámbito nacional como internacional. 6. Mantener una actitud vigilante ante propuestas estatales de participación de la sociedad civil organizada en proyectos relacionados con DESC, asegurando que la participación no desplace o diluya la responsabilidad del Estado en este campo. 7. Asegurar que en las propuestas provenientes del Estado para promover la participación de la sociedad civil organizada en proyectos que afecten DESC se incluyan espacios de participación, no solo en las etapas de ejecución, sino tambien en el diseño, planificación, seguimiento administrativo y evaluación. 8. Exigir del Estado niveles adecuados de información sobre los proyectos en los cuales se espera la participación de la sociedad civil organizada.

Cuando los países dan preponderancia a la garantía y respeto a los derechos civiles y políticos y desestiman a los derechos económicos, sociales y culturales están creando un peligroso desequilibrio que pone en riesgo la propia estabilidad de esas sociedades. Cada vez más las democracias que se limitan al ámbito político y de libertades civiles, se convierten en sistemas con problemas de gobernabilidad, por cuanto ya no es suficiente tener acceso a mecanismos más o menos efectivos para ejercer los derechos políticos si las personas se encuentran en condiciones precarias de vida, cada vez más excluidas de servicios esenciales como la salud, la vivienda, educación, empleo, seguridad social, es decir derechos humanos esenciales. Al estar durante mucho tiempo desvalorizados y muy poco tomados en cuenta por los Estados, los DESC deben ser colocados como una 16

Bolívar O, Ligia. Organizaciones de la Sociedad Civil en la Promoción de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Ponencia presentada en el XVI Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. San José, Costa Rica. FECHA. Pág. 14

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condición esencial para la vida en democracia. Deben ser popularizados y sacados de la consideración que los ha colocado como aspiraciones remotas, sobre las cuales parece que nunca nadie tomará responsabilidad.

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