DANIEL ALCIDES CARRIÓN Mártir de la medicina peruana
Daniel Alcides Carrión, nació en Cerro de Pasco el 13 de agosto de 1857, hijo del médico ecuatoriano Baltasar Carrión De Luque y de Dolores García Navarro. A la edad de 14 años se trasladó a la ciudad de Lima e ingresó al Colegio Nuestra Señora de Guadalupe en 1874. Posteriormente, en 1880, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Hacia 1884, durante la construcción del Ferrocarril Central, apareció la llamada “Fiebre de la Oroya”. La bartonelosis, verruga peruana, Fiebre de La Oroya o “Enfermedad de Carrión”, es una enfermedad infecciosa que se trasmite al hombre por la picadura del zancudo Lutzomyia sp, conocido también como “manta blanca” o titira, que infecta los glóbulos rojos y los destruye. Carrión se inoculó el virus el 27 de agosto de 1885, con la finalidad de estudiar el proceso del mal, usó su propio organismo para demostrar que una enfermedad endémica propia de la región andina era de naturaleza infecciosa y transmisible. Tres semanas más tarde, el 17 de setiembre, el joven estudiante percibió los primeros malestares y dolores. En los 5 días siguientes presentó fiebre, escalofríos, malestar general y dolores osteomusculares. Tomó notas hasta que la enfermedad lo venció. El 4 de octubre aceptó ser llevado a la Maison de Santé para que se le realizara una transfusión de sangre. En ese trance le comentó a su compañero Rómulo Eyzaguirre: “…aún no he muerto amigo mío, ahora les toca a ustedes terminar la obra ya comenzada, siguiendo el camino que les he trazado…”. El 5 de octubre de 1885 cayó en estado de coma, muriendo ese mismo día como consecuencia de la auto inoculación. A Daniel Alcides Carrión, se le recuerda por esta acción heroica, de entrega y sacrificio.