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Pere Camps: “El Mago” Nuestro personaje de este número, aunque no es veterinario, lleva más de veinte años tratando con nuestro colectivo, los trece últimos como delegado comercial de Bayer para la zona de Aragón y Cataluña (menos Barcelona). Su nombre es Pere Camps, de treinta y ocho años, casado con Viviana y con tres niños, Sergi, Ricard y Miquel. El motivo por que lo hacemos protagonista de nuestras páginas es porque en su tiempo libre se dedica a la magia, “mago aficionado” más concretamente es como él se define.
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Pere Camps: “El Mago”
Durante una actuación para la televisión local de LLeida, los magos actuaban en la calle, parando a la gente que pasaba. paseaba.
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iempre me gustó la magia, de pequeño tenía “Magia Borrás”, como muchos, pero hace unos siete años, en el escaparate de un centro comercial vi artículos de magia que me evocaron ese pasado. Entré y comencé a hablar con el dueño, que resultó ser un mago profesional, me habló de una reunión de magos que tenían semanalmente, por si quería asistir, y así lo hice”. Así nos cuenta Pere como se introdujo en el mundillo de la magia. “Al principio asistía a las reuniones, pero no me enteraba de nada y me decían –no importa que no te enteres de momento-, me recomendaron un par de libros (el primero gordísimo) y cuando ya había leído la mitad de ellos, no habían hablado más que de cómo agarrar la baraja y como mezclarla”. Nos cuenta como a dos de aquellos magos los considera sus maestros , a Carlos Baquero y Antonio Gálvez. Hoy Pere pertenece a la Asociación de magos de Lérida y a la de Gerona y sigue asistiendo a las reuniones, siempre que puede. A Pere lo que le gusta son las cartas, “más que trucos son técnicas, pero técnicas a cada cual más ingeniosa y sutil.” También nos dice que, como leyó en alguno de los muchos libros que ha leído sobre el tema, “hacer magia es fácil, pues cuando sacas la baraja la magia ya empieza a hacerla el espectador, tu sólo tienes que mantenerla”. Lo que nos ha dejado claro a lo largo de toda la charla que hemos tenido es que nunca ha ejercido la magia de forma profesional, y además no tiene intención de hacerlo “no me gusta la presión de que ten-
ga que salir bien por obligación. Me gusta dejar que surja el momento y ver las caras de la gente cuando les haces los trucos”. Nunca ha hecho trucos con animales, aunque bromea con que si sigue en otros siete años lo vemos incorporando perros a sus números. “Hoy día la magia con los animales, la hacen los productos que vendo. Si hay otra parte da la magia que me interesa a parte de las cartas, las cuerdas, ahora estoy empezando a descubrirlas, hay mucha magia en las cuerdas también.” Aunque le hemos presionado para que confiese, se mantiene firme en negar que utilice sus conocimientos con la baraja para jugar a las cartas, “de veras que jugando a la butifarra (algo así como lo que es el mús para Madrid, para Cataluña) soy un tío legal. Los trampas las dejo para los trucos de magia y porque el público me ayuda a realizarlas”.
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Nos comenta también que la magia requiere algo más que Más que trucos, las cartas habilidad, “es todo son técnicas, pero técnicas una puesta en escena, Carlos Baquero es un a cada cual más ingeniosa maestro muy exigente y sutil. que no para de corregirme, aunque sales con la impresión de que el truco te ha salido bien, siempre me recrimina -te enseño este truco y me lo destrozas- por que no hay que mostrar habilidad con las cartas, hay que crear magia y eso es muy difícil. En una ocasión, en una pequeña reunión de magos
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en la que tuve la enorme suerte de coincidir con Juan Tamariz, se puso a realizar trucos que yo había leído en algunos de sus libros, pero los hacía de forma totalmente distinta a como los había escrito, creaba esa magia.” Pere nos cuenta que algunos de sus clientes cuando se enteran, siempre le traen una baraja para que les haga algunos trucos. “una vez después de testar con unos clientes, acabamos tomando unas copas y saqué la baraja. Al final me quería contratar para la comunión del niño. Pero como ya he dicho, actuar por compromiso no me gusta.” Aunque confiesa que desde su empresa, en la que también tienen conocimiento de su afición, le han pedido que haga algún pequeño truco en algún congreso, algo informal, a lo que no ha podido negarse. “Yo quiero ser siempre un mago aficionado. El gran maestro de todos los magos españoles Arturo de Ascanio, no fue un mago profesional, fue notario en Madrid.” Al final puede que esto de la magia se quede como una tradición familiar en los Camps, pues Pere nos cuenta que sus tres hijos ya les siguen los pasos, el mayor Miquel, con tan sólo seis años ya hace algún que otro truco “ y le sale muy bien. Además de que ha venido en alguna ocasión a nuestra reunión semanal y si que parece gustarle el asunto”. También nos confiesa que eso de ser un papa mago vende mucho: “siempre andan por ahí –papá, hazle a fulanito tal o cuál truco-.
Arriba durante otra actuación para la televisión local de Lleida, en un programa en el que participarón todos lo magos de la asociación de magia de la ciudad (AMIL). Abajo, en una actuación improvisada durante una cena con amigos.
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Sólo una recomendación antes de despedirnos, si Pere pasa por vuestra clínica como delegado comercial, no vayáis a obligarlo a hacer trucos, que ya nos ha dicho que no le gusta. Creadle el ambiente apropiado para que se inspire, que seguro que conseguiréis que fluya la magia.