Fuera Seguros de la clínica
JAVIER URREA, “NUNCA HE LLEGADO A EJERCER LA VETERINARIA”
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Aunque licenciado en veterinaria, Javier se dedica a la serigrafía artística y a la educación de discapacitados síquicos. Por la mañana en un taller educacional y por las tardes en el suyo propio.
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unque la veterinaria es una carrera que la mayoría inicia por vocación, no todos lo que acaban terminan por ejercerla. Este es el caso de nuestro personaje, Javier Urrea, un licenciado que, en realidad, sólo ha ejercido ayudando a amigos en algunas intervenciones. Javier, de treinta y siete años, está casado con Mari Ángeles, con quien tiene una
“Nunca he llegado la veterinaria” ¿Debemos dejarnos controlar por alasejercer grandes compañías aseguradoras?
Tarjetas de boda nada convencionales. pequeña de dos añitos, Ana. La labor que ejerce es doble y para nada tiene que ver con la veterinaria. Por las mañanas es maestro de taller de serigrafía en el Centro Ocupacional Alcorcón para Discapacitados Síquicos. Por la tarde, trabaja en su propio taller, “El Coyote”, de serigrafía artística. El cómo ha llegado aquí es realmente curioso. Cuando acabó la carrera y había agotado todas sus prórrogas, por aquellos tiempos en los que todavía había que cumplir con la patria, “me hice objetor y solicité hacerlo en ANDA (Asociación Española de Defensa de los Animales) y el funcionario de turno se equivocó y me mandó a ANDE (Asociación Nacional de Discapacitados Españoles). Cuando llegué a que me dieran un puesto, aquello estaba lleno de objetores y poco menos que me quedé sin plaza. Vi que tenían una publicación totalmente espesa de texto y sin dibujos, y como yo dibujaba y hacía ilustraciones, me ofrecí. (para aquellos que recuerden nuestro último número, resulta que este mundillo veterinario es un pañuelo. Javier tam-
El trabajo con los chicos. Aunque en realidad no son tan chicos, el menor de sus 16 alumnos tiene 26 años y el mayor 55, en realidad es cómo trabajar con chavales, el nivel de sus alumnos no es de discapacitados síquicos profundos, sino medio alto. En el centro donde tabaja Javier se imparten talleres de cerámica, encuadernación, carpintería, jardinería y mantenimiento, además del de serigrafía. Javier los adentra en el mundo de la serigrafía, la elaboración de papel reciclado, el diseño y la pintura. “La mayoría de las veces los trabajos que abordamos vienen marcados por las subvenciones que tengamos. Son muy creativos, y aunque en un principio, a muchos trabajar con discapacitados puede parecerles desagradale, en realidad es un trabajo muy cómodo y te aporta mucho”. Yo les propongo un tema, por ejemplo, insectos, y ellos comienzan a hacer trabajos sobre él. Incluso, en algunas ocasiones, hacemos una selección con los mejores y montamos una exposición con ellos.”
Aquí vemos a los “chavales” en el taller de serigrafía que imparte Javier, así como el resultado de sus creaciones.
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Aquí os presentamos algunas de las serigrafías pertenecientes a una exposición de Javier en Alcorcón.
bién colaboró en “la Garceta”, la revista de la Facultad Veterinaria, dónde conoció a José González, personaje de esta sección en el pasado Centro Veterinario) Comencé a colaborar con ellos y cuando estaba a punto de acabar la objeción me ofrecieron un trabajo en un taller de serigrafía. Una cosa de la que yo no tenía ni idea. Pero me pareció interesante y lo acepté.”
www.serigrafíaelcoyote.com es la página web a través de la cual podéis contactar con Javier si estais interesados.
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Tras quince años desde que entrara en el mundo de la serigrafía artesanal, Javier decidió crear junto a un amigo José su propia empresa: “El coyote” es un pequeño taller artesano de serigrafía donde Javier y su socio, elaboran de forma prácticamente manual, serigrafías artísticas, camisetas, marcapáginas y tarjetas de bodas. “La idea de la empresa surgió cuando en los talleres de los chavales empezaron a encargarme trabajos extra para hacer fuera. Compré una máquina de las más sencillas y me puse en el garaje de mi padre. Empecé fuerte, me apuntaba a ferias callejeras, exposiciones, etc. Pero, además de que te cobran un dineral por un puesto, estar en la calle sin vender más que una litografía en todo un día es muy duro. De ahí acabamos montando “El coyote””. Javier sigue trabajando por las mañanas con niños discapacitados, ahora en el mencionado Centro Ocupacional de Alcorcón y por las tardes en su taller. También, en verano y con
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el buen tiempo, los fines de semana va a los mercadillos medievales de la zona a vender sus camisetas. “En principio abrimos esto como complemento, para echar un par de horitas por la tarde un par de días a la semana, pero la verdad es que ahora no damos a basto por las tardes”.
Arriba podemos ver a Javier en varios procesos de la elaboración de una serigrafía.
Estamos hablando de producciones artesanales, es raro que tengan un pedido de más de 10 ó 20 camisetas, por ejemplo. Todos los diseños de las camisetas son originales de Javier y los precios oscilan entre los 3 y los 10 € por camiseta, dependiendo de la calidad de la prenda y la cantidad que le encarguen “En los mercadillos, como son prendas buenas, las vendemos entre 8 y 10 €”. Las tarjetas de boda, son ahora lo que más le solicitan en su taller. “Empecé también casi por casualidad, hice un par de ellas para unos amigos, y parece que el boca a boca ha funcionado, ahora es lo que más me piden. Sobre todo por que es algo que muchos quieren que no sea lo de siempre. Los diseños también son todos míos.” Respecto a la veterinaria, nos comenta que aunque hizo la carrera por vocación, “siempre tuve muy claro que no pensaba trabajar por cuarentamil pesetas, que era lo que pagaban por aquel entonces a un recién licenciado, entre otras cosas porque incluso antes de acabar la carrera me independicé, y con ese sueldo no llegaba a nada. Además, a mí la carrera me costó más que a la mayoría, por que me puse a trabajar en el taller de aluminio de mi padre. Yo iba a la facultad por la tarde, después de una jornada laboral completa. tardé siete años en acabarla. Mi única relación actual con la veterinaria es un buen número de colegas que conservo de aquella época”.
A la izquierda los marcapáginas, también muy originales.
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