Cuentos Del Mundo

  • May 2020
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  • Words: 4,198
  • Pages: 20
1

Por: Paulina Ruiz

Título del boletín VOLUMEN 1, Nº 1 RUIZ

FECHA DEL BOLETÍN

Tít ulo del artí culo pr inci pa l

Este artículo puede incluir 175225 palabras.

Puntos de interés especial:

Destaque brevemente un punto de interés.

El propósito del boletín es proporcionar información especializada para un público determinado. Los boletines constituyen un buen método publicitario para sus productos o servicios, además de otorgar credibilidad y afianzar la imagen de su organización tanto fuera como dentro de ella.

Destaque brevemente un punto de interés. Destaque brevemente un punto de interés. Destaque brevemente un punto de interés.

En primer lugar, determine el público al que va dirigido el boletín; por ejemplo, empleados o personas interesadas en un producto o servicio.

Contenido:

Cree una lista de direcciones a partir de las tarjetas de respuesta, hojas de información de clientes, tarjetas de presentación obtenidas en ferias o listas de

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Tít ulo del artí culo secundari o

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Este artículo puede incluir 75125 palabras.

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El título es una parte importante del boletín y debe pensarlo con detenimiento.

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Debe representar fielmente y con pocas palabras el contenido del artículo y despertar el interés del público por leerlo.

miembros. Puede adquirir también una lista de direcciones de una organización. Publisher incluye numerosas publicaciones que se ajustan al estilo de su boletín. A continuación, establezca el tiempo y el dinero que puede Pie de imagen o gráfico. invertir. Estos factores le ayudarán a determinar la frecuencia con la que publicará el boletín y su extensión. Se recomienda publicar un boletín al menos trimestralmente, con el fin de que se considere una fuente constante de información. Sus clientes o empleados esperarán su publicación.

Escriba primero el título. De esta manera, el título le ayudará a desarrollar el artículo centrado en este punto. Algunos ejemplos: Premio internacional para un producto, ¡Este nuevo producto le ahorrará tiempo! y Próxima apertura de una oficina cerca de

usted.

ÍNDICE

2

Por: Paulina Ruiz

América

3

El papel y la tinta

4

El Cuento del Oso del Bosque

5

El lobo que cree que la Luna es queso

6

África

7

La Golondrina y El Ruiseñor

8

Porqué la garza tiene el cuello torcido

9

¿Por qué la hiena tiene la piel con rayas?

10

Asia

11

El pez y la tortuga

12

Cuento árabe

13

La niñera fantasma

14

Europa

16

El caballito blanco Hühü

17

El molino mágico

18

El duende enamorado

19

3 VOLUMEN 1, Nº 1

PÁGINA 3

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4

El papel y la tinta Estaba una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una pluma, bañada en negrísima tinta, la mancho llenándola de palabras. ¿No podrías haberme ahorrado esta humillación? Dijo enojada la hoja de papel a la tinta. Tu negro infernal me ha arruinado para siempre. No te he ensuciado. Repuso la tinta. Te he vestido de palabras. Desde ahora ya no eres una hoja de papel, sino un mensaje. Custodias el pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso. En efecto, ordenando el despacho, alguien vio aquellas hojas esparcidas y las junto para arrojarlas al fuego.

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5 VOLUMEN 1, Nº 1

El Cuento del Oso del Bosque El Oso del Bosque se quejaba siempre porque no era capaz de encontrar a una mujer que quisiera ser su compañera, mostrando al observador sus sentimientos de inadecuación. En otros tiempos, solía proclamar la multitud de cualidades que debería poseer cualquier hembra que llegara a tener el honor de ser su mujer, revelando su exagerada, y aun así, frágil vanidad. Un día, el sabio padre de Oso del Bosque lo llamó y tuvo una charla con su confundido hijo. Dijo a Oso del Bosque que él mismo se había creado su soledad. Le explicó que las mujeres evitan a los hombres que se niegan a ver la belleza interna en las demás personas, limitándose al cuerpo físico o a las ventajas sociales. El hombre que busca la perfección total en una mujer muestra al mundo que está profundamente herido y que no tiene una idea real de lo que es un hombre. Si un hombre sabe quién es y qué quiere, puede aceptar sus fuerzas y sus errores con igual humildad. Cuando un hombre ha sanado sus inseguridades, no necesita que una mujer perfecta llene lo que a él le falta. Puede amar a los demás por lo que son, no por lo que parecen o lo que hacen. El padre del Oso del Bosque esperó que sus palabras hicieran mella en él, y entonces habló con su corazón: Hijo mío, todos los seres humanos usan cualquier método para defender las heridas que tienen dentro, pero es el uso de esas mismas defensas lo que impide que la gente se cure. No puedes disparar flechas al mundo con tus palabras y actitudes sin hacer daño a otras personas heridas que también defenderán sus heridas con sus propias flechas.

PÁGINA 5

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6

El lobo que cree queVOLUMEN la 1, Nº 1 Luna es queso

Andaba el lobo muy hambriento y ya no sabía qué hacer para coger algún animal y comérselo. Y por ahí encentrase con la zorra y le dice: - Oiga usted, señora zorra, que me la voy a comer. Y la zorra le dijo: - Pero mire usted, que estoy muy flaca. No soy más que huesos y pellejos. - No, que usted estaba muy gordita el pasado año. - El año pasado sí que estaba gordita, pero ahora tengo que darles de mamar a mis cuatro zorritos y apenas encuentro bastante para crear leche para ellos. - ¡Que no me importa!, le dijo el lobo. E iba a darle la primera mordida, cuando la zorra le dijo: Deténgase usted, por dios, señor lobo. Mire que yo sé donde vive un señor que tiene un pozo lleno de quesos. Y se fueron la zorra y el lobo a buscar los quesos. Y llegaron a una casa y pasaron unas tapias y llegaron ante el pozo, y la Luna se reflejaba en el agua y parecía un queso. Y se asomó la zorra y volvió y le dijo al lobo: - ¡Ahí amigo lobo, que el queso es grande! Mire asómese usted. Y se asomó el lobo y vio la Luna y creyó que era un queso grande. Pero el lobo sospechoso, le dijo a la zorra: - Pues bueno, amiga zorra, entre usted por el queso. Y la zorra se metió en uno de los cubos y entró por el queso. Y desde abajo le gritaba al lobo: - ¡Ay, amigo lobo! ¡Que grande está el queso! ¡No puedo con él! Venga usted a ayudarme a subirle. - Pero no puedo yo entrar -le decía el lobo-. ¿Cómo voy yo a entrar? Súbalo usted sola. - Y la zorra le dijo: - Pero no sea usted torpe. Métase usted en el otro cubo y verá como así entra fácilmente. PÁGINA 6 Y se metió el lobo en el otro cubo y, como pesaba más, se deslizó para abajo y la zorra subió para arriba. Y ahí se quedó el lobo buscando el queso, y la zorra se fue muy contenta a ver a sus zorritos. PÁGINA 6

7 VOLUMEN 1, Nº 1

PÁGINA 7

PÁGINA 7

8

La Golondrina y El Ruiseñor Cantaba el ruiseñor en la soledad de la selva cuando, oyéndole la golondrina, le dijo: -Vente conmigo a Tebas, una ciudad maravillosa de Egipto. Encuentro tonto que desperdicies tu canto entre zarzas y cardos. Aquí nadie lo aprecia. -Hermana mía -respondió el ruiseñor-, en esa ciudad tan rica no encontraré más que ruido y tormento. Aquí el aire es perfumado y el arroyo me regala con su música cantarina. No cambiaría mi sosiego por toda la gloria del mundo.

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9 VOLUMEN 1, Nº 1

Porqué la garza tiene el cuello torcido

Un día que el chacal estaba cazando vio una paloma que volaba sobre él. El chacal, gritándole le dijo: "Oye, paloma, tengo hambre. Tírame a una de tus crías". ‘No quiero que te comas a una de mis crías', dijo la paloma. ‘Entonces volaré hasta donde ti, y te comeré a ti también', contestó el chacal. Asustada la paloma, dejó caer a una de sus crías, y el chacal se escapó con ella entre sus tientes. Al día siguiente, el chacal amenazó a la paloma con el mismo destino, y otro bebé pájaro bajó a su garganta. La mamá paloma lloraba sin consuelo hasta que pasó una garza y al verle llorando le preguntó: ‘¿Por qué lloras? '. ‘Lloro por mis pobres bebés', contestó la paloma. ‘Si yo no se los doy al chacal, él volará hasta aquí y me devorará también. ' ‘Eres un pájaro tonto, ' replicó la garza. ‘¿Cómo puede volar hasta aquí si no tiene alas? No debes hacer caso de sus tontas amenazas. ' Al día siguiente, cuando volvió el chacal, la paloma se negó a darle otra de sus crías. ‘La garza me ha dicho que usted no puede volar, ' le dijo. ‘Que la garza tan entrometida, ' murmuró el chacal, ‘ya verá como me las paga por tener la lengua tan larga. ' Cuando el chacal encontró a la garza que buscaba ranas en un estanque, el chacal le dijo: ‘Con ese cuello tan lago que tienes, ¿qué haces para evitar que se te rompa por la mitad cuando sopla el viento? ' ‘Lo bajo un poco, ' dijo la garza, a la vez que bajaba un poco su cuello. ‘Y ¿cuándo el viento sopla más fuerte? ' ‘Entonces lo bajo un poco más. ‘dijo la garza, bajando un poco más su cuello. ‘Y ¿cuándo hay un gran vendaval? ' ‘Entonces lo bajo aún más, ' dijo la el pájaro tonto bajando la cabeza hasta el borde del agua. PÁGINA 9 Entonces, el chacal saltó sobre su cuello y sonó un crujido al rompérselo por la mitad. Y desde ese día, la garza tiene su cuello torcido. PÁGINA 9

10 VOLUMEN 1, Nº 1

¿Por qué la hiena tiene la piel con rayas?

Hace mucho, mucho tiempo una hiena y una liebre eran muy buenos amigos. Pero la hiena, le engañaba a la liebre y cada vez que ésta pescaba un pez grande era la hiena quien se lo comía. La hiena inventaba juegos extraños y tras acordar que el que ganara se comería el pez, la hiena siempre acababa ganando y comiéndose el pescado. Un día la liebre pescó un gran pez y le dijo a la hiena: - ¡Hoy es mi día! ¡Hoy me comeré yo solo este gran pez! . - Es demasiado grande para un estómago tan pequeño, le dice la hiena. Se pudrirá antes de que puedas comértelo todo. - Es verdad, dice la liebre. Pero lo pondré a ahumar por la noche para conservarlo en pedazos pequeños. ¡Estará delicioso! La hiena no aguantaba de envidia y seguía deseando comerse el pescado de la liebre. ¿Me lo comeré yo solo! se decía a sí misma. Y no hacía más que planear para satisfacer su egoísmo. Llegada la noche, la hiena cruzó sigilosamente el río, acercándose hasta donde dormía la liebre. En ese momento, el pescado, partido en trozos, se asaba lentamente y la grasa que caía sobre las brasas perfumaban el ambiente. La hiena se relamía Mientras tanto, la liebre estaba acostada haciéndose la dormida pero muy atenta a lo que hacía la hiena. Cuando la hiena agarró el primer trozo de pescado, la liebre se levanto de repente, cogió la parrilla que estaba encima del fuego y corriendo tras la hiena le azotaba con ella mientras la hiena aullaba de dolor, de vergüenza y de rabia. La hiena acabó con todo el cuerpo marcado con las barras de la parrilla y desde entonces las hienas llevan rayas en la piel y por eso desde entonces las hienas odian a las liebres. PÁGINA 10

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11

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12

EL PEZ Y LA TORTUGA Amanecía. Los primeros rayos del sol se reflejaban en las aguas azules del mar de Arabia. Una tortuga salía de su sueño profundo y se desperezaba en la playa. Abrió los ojillos y, de repente, vio un pez que sacaba la cabeza del agua. Cuando el pez se percató de la presencia de la tortuga, le preguntó: --Amiga tortuga, presiento que hay sabiduría en tu corazón y quiero hacerte una pregunta: ¿qué es el agua? La tortuga no repuso al instante. No podía creer lo que le estaba preguntando aquel pez que estaba cerca de ella. Cuando se dio cuenta de que no estaba durmiendo y el suceso no era parte de un sueño, repuso: --Amigo pez, has nacido en el agua, en el agua estás viviendo y en el agua hallarás la muerte. Alrededor de tu cuerpo hay agua y agua hay dentro de tu cuerpo. Te alimentas de lo que en el agua encuentras y en el agua te reproduces. ¡Y tú, pez necio, me preguntas qué es el agua! El Maestro dice: Ignorante como ese pez, naces, vives y mueres en el Ser y gracias al Ser y, empero, como ese pez que desconoce el agua en la que mora, tú ignoras la Realidad en la que habitas. PÁGINA 12

13

CUENTO ÁRABE Había una vez un anciano muy sabio, tan sabio era que todos decían que en su cara se podía ver la sabiduría. Un buen día ese hombre sabio decidió hacer un viaje en barco, y en ese mismo viaje iba un joven estudiante. El joven estudiante era arrogante y entró en el barco dándose aires de importancia, mientras que el anciano sabio se limitó a sentarse en la proa de barco a contemplar el paisaje y cómo los marineros trabajaban. Al poco el estudiante tuvo noticia de que en el barco se encontraba un hombre sabio y fue a sentarse junto a él. El anciano sabio permanecía en silencio, así que el joven estudiante decidió sacar conversación: - ¿Ha viajado mucho usted? - A lo que el anciano respondió: - Sí - ¿Y ha estado usted en Damasco? - Y al instante el anciano le habló de las estrellas que se ven desde la ciudad, de los atardeceres, de las gentes y sus costumbres. Le describió los olores y ruidos del zoco y le habló de las hermosas mezquitas de la ciudad. - Todo eso está muy bien. - dijo el estudiante - Pero... habrá estado usted estudiando en la escuela de astronomía. - El anciano se quedó pensativo y como si aquello no tuviese importancia le dijo: - No.—El estudiante se llevó las manos a la cabeza sin poder creer lo que estaba oyendo: - ¡Pero entonces ha perdido media vida! Al poco rato el estudiante le volvió a preguntar: - ¿Ha estado usted en Alejandría? Y acto seguido el anciano le empezó a hablar de la belleza de la ciudad, de su puerto y su faro. Del ambiente abarrotado de sus calles. De su tradición, y de otras tantas cosas. - Sí, veo que ha estado usted en Alejandría. - repuso el estudiante - Pero, ¿estudió usted en la Biblioteca de Alejandría?. - Una vez más el anciano se encogió de hombros y dijo: - No. De nuevo el estudiante se llevó las manos a la cabeza y dijo: - Pero cómo es posible, ¡Ha perdido usted media vida!. Al rato el anciano vio en la otra punta del barco que entraba agua entre las tablas el barco. Entonces el anciano preguntó: - Tú has estudiado e muchos sitios, ¿verdad?. Y el estudiante enhebró una retahíla de escuelas, bibliotecas y lugares de sabiduría que parecía no tener fin. Cuando por fin terminó el viejo le preguntó: -¿Y en alguno de esos lugares has aprendido natación?. El estudiante repasó las decenas de asignaturas que había cursado en los diferentes lugares, pero en ninguna de ellas estaba incluida la natación. - No. - respondió. El anciano, arremangándose y saltando encima de la borda dijo antes de tirarse al agua: - Pues has perdido la vida entera. -

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14

La niñera fantasma Hace mucho, mucho tiempo, en un pueblo había una tienda de caramelos. Muy tarde, en una noche de verano se acercó a la tienda una mujer y dijo al vendedor: "Por favor deme caramelos". El rostro de la mujer era desconocido para el vendedor quien no la había visto antes en el pueblo. A partir de entonces, la mujer venía todas las noches a una hora muy avanzada. Un día vino un amigo del vendedor quien vivía en un pueblo vecino. Se quedaron conversando hasta altas horas de la noche. En ese momento, como siempre, vino la mujer. El amigo al verla se sorprendió y empezó a temblar. Después de que la mujer se retiró, el vendedor le preguntó a su amigo: "¿Qué te pasó?" Este contestó: "Ella es la esposa de Matsukichi que vive en mi pueblo. Pero ella murió un mes antes....." El vendedor se sorprendió mucho y exclamó: "¿Es ella un fantasma? ¿Por qué compra caramelos? ¡Vamos a seguirla!", y así lo hicieron. Este les dijo: ¿De veras? ¡Vamos a ver!" y entraron al cementerio. Ellos se sorprendieron mucho al ver a un bebé llorando al frente de una tumba. El bebé había sido abandonado. PÁGINA 14

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Ella se dirigía al pueblo vecino y al llegar desapareció en un cementerio. Ellos al ver eso, contaron lo que habían visto al superior de un templo budista. Este les dijo: ¿De veras? ¡Vamos a ver!" y entraron al cementerio. Ellos se sorprendieron mucho al ver a un bebé llorando al frente de una tumba. El bebé había sido abandonado. El superior les dijo: "¡Miren, esta tumba pertenece a la esposa de Matsukichi! Ella ha estado cuidando a este bebé con caramelos. Ella era muy afectuosa, por eso quería salvar la vida a este bebé." El vendedor dijo: "¡Ah! En este pueblo todos conocían a la señora Matsukishi, es por eso que iba a mi tienda a comprar." El superior se dirigió a ella: "Voy a criar a este bebé por eso ya no te preocupes." Desde entonces nadie la volvió a ver

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El caballito blanco Hühü

VOLUMEN 1, Nº 1

La abuela tenía un banquillo blanco, como un escabel, para poner los pies. Lo tenía en gran estima, y Hansli lo estimaba también: era su caballito blanco Hühü. Con él podía cabalgar alrededor de la mesa redonda, y, cuando la puerta de la habitación contigua estaba abierta, corría hasta delante de la cama de la madre y volvía. Con esto, sin embargo, Hühü tenía bastante. Detrás de la cómoda estaba su establo. Allí podía dormir el caballito y comer avena, tanto como quisiera. Un día estaba Hansli completamente solo en casa, mientras su madre y su abuela se hallaban en la lavandería. Sólo el caballito blanco Hühü estaba todavía arriba. Entonces sucedió que el caballito empezó a relinchar y a hollar con la pata. - ¿Quieres salir fuera? - preguntó Hansli. El caballito blanco sacudió la melena y bailó sobre las cuatro patas. Sí, sí: el caballito blanco quería salir Hansli montó sobre él, y -hop-hop- atravesó el portal, y bajó los escalones, hasta el pequeño jardín delantero. El viento soplaba allí en los cabellos de Hansli, y las hojas secas jugaban al escondite en la calle. - ¿Quieres salir fuera? - preguntó Hansli. El caballito relinchó más fuerte. Sí: quería salir. Así cabalgó Hansli por la ancha calle hasta llegar al pequeño parque, a través del cual fluía el alegre arroyuelo del jardín zoológico. - ¡Ah! Tú tienes sed y quieres beber agua - dijo Hansli a su caballito -. ¡Pero cuidado no resbales¡ gritó, insistiendo mientras Hühü descendía la empinada pendiente. Pero ya era inútil la advertencia: Hansli estaba de cabeza en el agua, y Hühü se alejaba nadando por el arroyo. El caballito blanco, en vez de relinchar, daba vueltas y más vueltas sobre el agua; finalmente, se colocó sobre sus espaldas y elevó las cuatro patas al aire. - ¡Hühü! ¡Ay! ¡Ay! ¡Mi caballito blanco! - exclamaba Hansli. Afortunadamente, en el parque había, mujeres y niños pequeños. Los niños pequeños rieron, y las mujeres, compasivas, sacaron a Hansli del agua. Entretanto el caballito blanco se hallaba ya lejos, muy lejos. Había llegado ya a la ciudad, y nadaba por entre las casas. Un poco más de navegación, y estaba ya en el grande y verde Rin. ¡Esto si que era una lástima! Calado hasta los huesos, llegó Hansli a la lavandería. Lloraba que daba lástima, y, como de vez en cuando tosiera también, le metió su madre deprisa en la cama. La abuela le dio el té a cucharaditas y le limpió las lágrimas, y tuvo que contarle una y otra vez, a diario, a dónde había ido a parar nadando el caballito blanco. Le contó que, finalmente, llegó hasta el lejano país de los indios. Los hijos de éstos le montaron por la selva virgen, y le veían corretear los monos que se hallaban subidos a los árboles. Un gran mono cogió una banana y se la arrojó al caballito blanco Hühü justamente en mitad del hocico abierto. Entonces pudo reír de nuevo Hansli, ante las aventuras del caballito blanco. PÁGINA 17

El molino mágico 18

VOLUMEN 1, Nº 1

Un intrépido capitán de barco recaló en un puerto de las costas noruegas para hacer negocios. Allí un comerciante le vendió unos enormes bloques de sal. El capitán los cargó en la bodega de su barco y se puso rumbo a nuevos destinos. Por el camino se desató una tormenta que le hizo detenerse en un islote helado. Allí, para asombro de los marineros y del propio capitán, un viejo mago molía enormes bloques de piedra con una extraña máquina, con tan sólo pronunciar: «Muele que te muele». Toda la tripulación se escondió detrás de unas rocas y esperó a que el mago acabase con su ceremonia para… robarle tan increíble aparato. En plena noche, subieron la máquina al barco y zarparon sin ser vistos. El capitán estaba tan contento que no dejaba de pronunciar las palabras mágicas para que la máquina no dejase de moler los bloques de sal. Pero después de varias horas la bodega del barco y la cubierta se llenaron de sal, de tal forma que no se cabía. Y por mucho que el capitán inventaba palabras para detener al infernal aparato, éste seguía muele que te muele.

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El duende enamorado Un día el duende Coll salió a pasear por el bosque. De pronto se encontró con un hada maléfica, llamada Áine. Ella estaba transformada en una bella duende, tenía un hermoso vestido rosa lleno de volados. Su cabello negro con rizos, caían sobre su pecho como azabache. El hada no sabía que Coll, tenía el don de descubrir quién era ella. Estaba tan embelezado con su hermosura, que le propuso acompañarla para estar más tiempo con ella. Ánie charlaba con Coll, se sentaron sobre un tronco y el tiempo pasaba. Cuando pasaban por un claro, flotando en un árbol se encontraba la Reina de las Hadas Maléficas; quien al verla le realizó un maleficio de transformándola en una Urraca. Coll al ver esto, fue corriendo a ver a la Reina de las Hadas protectoras; para pedir por su amor. Ella le respondió que solamente podía transformarla de nuevo en duende, si él la encontraba con su corazón. Si así sucedía y la mantenía en sus manos, nuevamente estarían juntos y ella se libraría de su maleficio.

Así fue recorrió por días el bosque, vio pájaros de varios colores, animales a cuales le preguntó y ninguno había visto una Urraca. De pronto y cuando menos lo pensó, sintió en su corazón un fuerte latido. Si!!!, allí estaba posada en el tronco; donde ellos había charlado tanto tiempo hacía unos días. Como le dijo la Reina de las Hadas, la tomó entre sus manos y le dijo que se había enamorado de ella. El hechizo desapareció y Áine, se transformó de nuevo en una bella duende; liberándose de ser un hada maléfica.

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20

Por: Paulina Ruiz

La vida en sí es el más maravilloso cuento de hadas. Hans Christian Andersen Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar. Juan Rulfo

Vida solo hay una y con ella vienen los más grandes gozos de nuestra existencia, plasmados en su mayoría en relatos, cuentos y fábulas que intentan explicarlos. En el mundo multicultural en el que vivimos, los valores del resto de las personas que pueblan el mundo nos permiten no solo conocer más allá de nuestras fronteras si no que aprendemos otras manifestaciones de humanidad. Uno no es por lo que escribe, sino por lo que ha leído. Jorge Luis Borges

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