CUANDO SE FORMA CON LA VIDA. Algunas aportes sobre la relación entre la formación en la familia y la escuela. por Manuel Lozano. En los últimos años, las diferentes experiencias educativas han venido desarrollando un discurso sobre la relación entre la familia y la escuela, destacando el papel que tiene la familia como corresponsable de la formación, y también de la necesidad de ubicar a la escuela como segundo hogar. Y curiosamente también, para realizar en la práctica esta idea se han iniciado desde las instituciones educativas una serie de programas de formación para los padres, que en su mayoría tienen como finalidad el descubrimiento de su rol dentro de la experiencia formativa de sus hijos. La tendencia de estos programas es en su mayoría conocida. Aparentemente hay algo del lado de los padres de familia que no hay en la escuela, que quisieran los educadores que se cumpla con el fin de realizar plenamente la tarea educativa, y para lograr que los padres lo entiendan, la escuela tiene que decírselo. Esto puede sonar un poco negativo y hasta caricaturesco, pero en realidad, de las dos instituciones sociales, la familia es la más antigua, sus mecanismos de desarrollo y mantenimiento en la historia se han venido dando desde siempre, a pesar de los vaivenes de la humanidad, y la educación, como la conocemos actualmente, es en comparación una experiencia reciente. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Es que los padres de familia han venido perdiendo capacidad de reconocer su tarea? ¿Será que acaso que la manera de construir familia es lo que está fallando, y que la familia se ha convertido en una experiencia que está dejando de comportarse adecuadamente en nuestra sociedad, y por lo tanto perdiendo terreno en la experiencia formativa de las personas? Acerca de estas preguntas y otras más trata el siguiente artículo. MUNDO DE PERSONAJES. En la evolución de la familia se han dando progresivamente, y en relación con el proceso de la sociedad, muchos cambios que la han venido progresivamente debilitando y dejando en gran desprestigio. Hay que tener en cuenta que el avance industrial trajo al interior de la familia la necesaria división del trabajo familiar, haciendo salir de la dinámica al padre, quien se convirtió en el proveedor de los recursos del hogar. La mujer quedó a cargo de todas las tareas cotidianas, siendo la persona que con esto se ve recargada en su labor como responsable de la crianza. La revolución del feminismo y de la sociedad global, han favorecido en los últimos años la salida adicional de la madre del escenario familiar, gracias a muchos cambios sociales (aparición de los aparatos electrodomésticos, diversificación y acceso de la mujer al mercado laboral, ampliación del conjunto de necesidades a la tecnología), con lo que el tiempo de la crianza es cada vez mas reducido, y de menor calidad, que ha contribuido a la debilitación del núcleo familiar, y ampliado las posibilidades de inestabilidad de lasfamilias en el tiempo (multiplicidad de contratos familiares, procesos de movilización laboral) y en este proceso de cambios la necesidad de ampliar y diversificar los servicios educativos (aparición de nuevos niveles educativos, ampliación de las necesidades de aprendizaje, y aumento de las exigencias de capacitación relacionadas con las posibilidades de empleabilidad). Los hijos que antes eran deseados para fortalecer la unión familiar, hoy son un factor que hay que evaluar en función del desarrollo económico y las aspiraciones profesionales de los padres, que en muchos casos, en nombre del bienestar reducen sus expectativas reproductivas y aumentan las necesidades individuales. Esto ha convertido muchos hogares en núcleos de hermanos, pues por las aspiraciones de cada uno los sentimientos de protección y gratuidad que antes eran propios de los padres hoy han desaparecido para volverse una agrupación manejada por las demandas: el hijo quiere más juguetes, el padre quiere más tiempo para trabajar, la madre quiere más tiempo para desarrollarse profesionalmente. Ninguno de los personajes llega a darse cuenta que el sentido de la familia no la da la cohabitación o la acumulación de recursos, si no los lazos de interdependencia y de gratuidad que son capaces de construir en el tiempo todos sus integrantes. En este proceso, la escuela ha pasado de una posición de reemplazo de las tareas familiares, a una formadora de las habilidades necesarias para tener padres sensibles a las verdaderas necesidades de sus hijos. Desde la educación se han promovido modelos de escuela-hogar,
escuela-familia, para en los últimos años, cuando se cuestiona el mismo rol educativo desde la aparición de las tecnologías de la información, el nacimiento de una escuela-comunidad, en donde se reconoce la diferencia y necesidad de un protagonismo de los padres en el proceso educativo. Lamentablemente, la familia, ha carecido en todo este proceso de los adecuados soportes que le permitan asimilar, reconvertir y renovar algunas de sus principales capacidades y tareas. En muchos casos la deformación de los roles familiares, el desprestigio de algunos paradigmas ligados a la familia, y por supuesto el cambio del paradigma social del bien común por el del hedonismo, han dejado pocas posibilidades que hombres y mujeres vean en la familia un medio adecuado para le realización personal y de aporte al proceso de la humanidad. POR UNA NUEVA FAMILIA. Lo mencionado no nos deja mucho que desear, sin embargo podemos decir que junto con todo lo mencionado, también se vienen dando las condiciones necesarias para una renovación de un proyecto familiar coherente y propositivo frente a las necesidades y retos de la sociedad del presente. Como en todo proceso de cambio, se ven también en los márgenes de la experiencia algunos rasgos que permiten ver posibilidades de futuro:
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La promoción de la equidad. Esta tendencia ha permitido dar nuevas salidas al tema de las tareas propias de la vida familiar. En los padres e hijos que han asumido esta tendencia como suya, vemos florecer nuevas habilidades dentro de la crianza de los hijos y de los espacios de comunicación y responsabilidad familiares. Esto sin duda ha dado pie a la realización de espacios más democráticos y flexibles en la dinámica familiar, que esperamos sean beneficiosos para el crecimiento de sus integrantes. El compromiso ecológico. Este tema, de gran urgencia global, trae a las familias un gran tema de intercambio y de diálogo intergeneracional. La aparición del “enemigo común” hace que por simple oposición, padres e hijos se junten, conversen, tomen decisiones, que dan oportunidad a la creación de proyectos comunes, y decisiones que modifican y que establecen reglas de consenso que fortalecen la convivencia y el proyecto colectivo. Este tema además abre las posibilidades de revisión del uso del tiempo libre, el contacto común con la naturaleza y el valor de las cosas sencillas, que en la familia son gran motivo de inspiración. La renovación de una mirada espiritual de la vida. Este tema, la de del retorno a lo espiritual, nos ha traído a todos una mayor preocupación por lo trascendente, con ello, por los temas relacionados con los de la vida y de su sentido. Para los que somos creyentes en familia, tenemos una gran oportunidad para proponer espacios de compromiso y compartir familiar, que desarrollen en nuestra dinámica familiar una mayor capacidad de entender la responsabilidad social y el bien común, desde la vida cotidiana de nuestro hogar. Una mayor preocupación por el talento sobre el intelecto. Esta ola reciente, que nace de la tecnologización de la información, que subordina la acumulación del conocimiento a la capacidad de utilizarlo de manera innovadora, favorece muchos procesos de formación informales, entre ellos el familiar, como espacios de búsqueda de habilidades y de profundización de dinámicas relacionadas con el desarrollo psicofísico, que convierten a los padres en orientadores de habilidades antes que en solicitantes de grados académicos. Aún estamos viendo los primeros rasgos de esta tendencia, que me imagino, nos dará más de una sorpresa. Un ejemplo de lo que menciono en nuestro ambiente local, es el viraje creciente de la demanda educativa hacia profesiones de gran carga de habilidades (gastronomía, microempresa, turismo) donde el papel del vínculo familiar es en muchos casos un capital a explotar.
Lo comentado nos asoma a un panorama distinto: padres y madres tenemos el reto de emprender caminos nuevos para nuestras familias, rutas en donde incorporemos lo viejo y lo nuevo, lo simple y lo complejo, en una mezcla que nos permita brindar a nuestra gente un horizonte colectivo de felicidad en un proyecto único e irrepetible. La familia, que sobrevivió muchas crisis, guerras y desgracias, tiene hoy la posibilidad de renacer de sus cenizas renovada, con un papel importante en la sociedad, que necesita un puente vital por donde transitar, leer sus pasos y poder ver los nuevos días de la humanidad. Todo esto está allí al lado tuyo, en tu propio hogar.