La ley del Señor es perfecta, que convierte el alma; el testimonio del Señor es fiel, que hace sabio al sencillo. - Salmo 19:7.
LA MISMA BIBLIA SE COMPARA CON: Una simiente incorruptible, “la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23). Pero la semilla puede caer en diferentes terrenos: en un corazón duro como un camino por el cual transita todo el mundo; en un corazón invadido por las preocupaciones, las riquezas o los placeres, en el cual la palabra resulta ahogada; o bien en una buena tierra (un corazón sensible) que conserva la semilla y lleva fruto. “Una espada de dos filos” (Hebreos 4:12), la espada del Espíritu (Efesios 6:17). Es el arma ofensiva del cristiano para luchar contra los artificios del diablo. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105). Me permite evitar los peligros morales en el tenebroso mundo que atravieso. Un fuego y un martillo, según Jeremías (23:29); fuego que juzga y purifica nuestras obras carnales; martillo que a menudo debe quebrar nuestra obstinación. Un espejo (Santiago 1:23-24) que refleja nuestras imagen y nos hace ver lo que somos a los ojos de Dios. El agua que lava nuestra conciencia (Efesios 5:26) mediante el juicio de nosotros mismos cada vez que un pecado ha interrumpido nuestra comunión con Dios. “La leche espiritual no adulterada” (1 Pedro 2:2). Es un alimento completo que asegura la supervivencia y el crecimiento del hijo de Dios. ¿Qué
precio tiene la Palabra de Dios para el lector?.