Comunidad Judía Gibraltar, Ignacio Iglesias

Europa Sur

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● DOMINGO, 13 DE SEPTIEMBRE DE 2009

Gibraltar El primer terreno que adquirió un hebreo fue hace 278 años, que fue cuando comenzó a permitirse que los judíos compraran propiedades. En él se optó por levantar la primera sinagoga de Gibraltar. Los judíos están hoy plenamente integrados en todos los ámbitos de la vida social, económica y cultural de Gibraltar. Son abogados, contables, odontólogos y comerciantes, entre otras profesiones, además de una sociedad abierta que está hermanada con el resto de religiones que se profesan en el Peñón: católiSolomon Levy Primer alcalde civil del Peñón

Los judíos somos cien por cien gibraltareños y estamos al servicio de Gibraltar con nuestro trabajo”

PACO GUERRERO

Imagen del interior de una de las sinagogas del Peñón.

La comunidad judía, un ejemplo de integración Hay unos 650 hebreos en Gibraltar aunque llegaron a ser más de 1.800 antes de la II Guerra Mundial. Su presencia en la vida social, económica y cultural está consolidada I. Iglesias Triay / GIBRALTAR

El calendario judío dice que nos encontramos en el año 5769. El próximo 19 de septiembre es Año Nuevo para esta comunidad, que culminará diez días después con la conmemoración más importante para los judíos: el Yon Kipur o día del perdón. Esa jornada, marcada porelayuno,loshebreosdeGibraltar –unas 650 personas– abarrotarán las cuatro sinagogas existentes. Los judíos del Peñón son sefardíes, es decir, judíos descendientes de españoles, portugueses y norteafricanos, frente a los askenazíes, que son originarios de Alemania,RusiayelcentrodeEuropa. Una de las personas más relevantes de la comunidad hebrea en la historia gibraltareña es, sin duda, el ya fallecido Sir Joshua Hassan, quien fuera dos veces ministro principal de la colonia y uno de las hombres más activos en la política más reciente del Peñón. Hassan tuvo un papel clave en los primeros órganos de autogobierno de Gibraltar y fue fiel defensor de los derechos de los ciudadanos, dirigien-

do la Asociación para el Desarrollo de los Derechos Civiles. Su sobrino, el también sefardí Solomon Levy, que acaba de abandonar la alcaldía civil de Gibraltar cediendo el bastón a Olga Zammitt, nos atiende en sus oficinas de la céntrica plaza de El Convento. Desde el comienzo de la conversación, ya deja clara su postura: “Los hebreos del Peñón son cien por cien gibraltareños y están al servicio de Gibraltar contribuyendo con su trabajo y esfuerzo”. Un desarrollo al que no siempre han podido contribuir, según Levy. De hecho, los judíos sufrieron continuas persecuciones y eran enterrados en un cementerio en lo más alto del Peñón para que no fueran identificados. Incluso no tenían derecho a adquirir propiedades. En este sentido, el propio Tratado de Utrecht de 1713, según Levy, impide a los judíos habitar en Gibraltar. Estas líneas corroboran para el ex alcalde que es un texto “sin seriedad e incumplido, ya que su artículo diez reza que ningún judío vivirá en el Peñón, y nosotros llevamos aquí más de 200 años”, puntualiza en declaraciones a Europa Sur.

El primer alcalde civil de Gibraltar, el judío Solomon Levy.

P. G..

ca, protestante e hindú. Un acercamiento al que contribuyó el propio Solomon Levy, tercer alcalde hebreo de Gibraltar y primer judío que ha ostentado este cargo en su vertiente civil. La Segunda Guerra Mundial supuso un punto de inflexión para la comunidad judía. A partir de esa fecha, Gibraltar pasó de 1.800 a menosde700hebreos,yaquegran parte de ellos tuvieron que huir hacia el Reino Unido cuando se desató el conflicto armado. Una reducción de habitantes que no alteró en absoluto el número de sinagogas en el Peñón, “que son muchas. Hemos preferido mantenerlas para darles un uso distinto a cada una de ellas”, señaló Solomo Levy. Una de las que goza de mayor actividad es la de Nefusot Yehudah. En su interior ya puede escucharse el sonido de la Shofar o cuerno de carnero, una trompeta primitiva que suena como ensayo previo al Yon Kipur, día en el que se toca varias veces como muestra de arrepentimiento. El templo se constituye de dos plantas. Abajo se sitúan los hombres y en la balconada superior las mujeres, que por tradición deben colocarse una peluca. “El pelo es lo más bello de la mujer para los hebreos, y sólo el cónyuge tiene derecho a contemplarlo”, dice. Junto al edificio se ubica una de las instituciones más importantes de la sociedad hebrea: el Kollel. Un centro de estudio en el cual ocho rabinos están en continuo aprendizaje de la Torá (los cinco libros de Moisés) y que sólo abandonan para impartir lecciones en el colegio hebreo, que cuenta con unos 80 alumnos. El Kollel es una institución educativa a la que la comunidad judía contribuye cada año con 35.000 euros. Los hebreos de Gibraltar tienen en Salomon Seruya a otro de sus grandes representantes. El ex ministro, ex diplomático y empresario recibió en 2008 del Gobierno español la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil por su contribución durante décadas a las buenas relaciones de vecindad entre los lados de la Verja.