Comprender las Adicciones ¿Autoindulgencia perniciosa o algo más?
Micro-Taller dirigido por Gabriel Gutiérrez
[email protected] Pasamos una buena parte de nuestro tiempo secuestrados por costumbres improductivas. Algunas de ellas pueden resultar incluso perjudiciales para nuestra salud. Las adicciones corroen y consumen nuestro tiempo vital. Podemos ser adictos a fumar, a creer, a hacer suposiciones y generalizaciones; podemos tener adicción patológica por el pasado (nostalgia) o por el futuro (especulaciones y proyecciones sin fin); podemos vernos atrapados por un trabajo que no nos satisface o por relaciones y vínculos emocionales con personas que no nos corresponden. Somos adictos a una pareja, al padre, a la madre, a los hijos. Podemos ser adictos al poder, a la imagen propia, al qué dirán, al prestigio, a estar siempre a la vista o, por contra, a escondernos cada vez que quisiéramos ser vistos y reconocidos. Somos adictos a las palabras, al ruido, al pensar sin fin, a preocupaciones que no solucionan nada, a criticar y quejarnos de cómo va el mundo, a fijarnos en noticias negativas. Somos más adictos a aquello que causa malestar o nos enferma que a lo que nos resulta beneficioso y protector para nuestra salud. Por otro lado, hay adicciones que pueden sanar: las que se derivan del desarrollo de la creatividad. En efecto, la estimulación de recursos creativos a través de una actividad con la que disfrutar y crecer, puede ocupar el lugar que hasta entonces estaba secuestrado por alguna adicción. Somos tan adictos como creativos. El volumen que ocupan nuestras adicciones es proporcional a nuestra creatividad potencial. Por otro lado, detrás de una persona adicta hubo unos padres que, a su modo, también fueron adictos. En este micro-taller exploraremos lo que una adicción esconde, cuáles pueden ser sus orígenes y cómo podemos transformar y cambiar este tipo de dinámicas.