Si mis condiciones no coincidieron con las establecidas, no sé por que, pero siento que nunca cometí mis errores en ese momento. Pero pues ya que les digo... el dolor visceral que vuelve para recordarme que estoy vivo. Si despues no lo siento es por que mejore, o estoy muerto. Eso dijo el policía cuando quizo aprehender al villano que veía que robaba a mano armada. Sacó su revolver le apuntó al malhechor y disparó tres veces, dos en las manos y una en el pie. Con esas manos tu libertad es tan libre como la anarquía que guardan tu motivos del asalto que cometiste, pero las dos balas que perforé en tus manos te recordaran que no hay libertad sin dolor y la bala que en tu pie descansa no volverás a correr de la realidad que nos revuelca entre aguas salinas -decía el policía mientras guardaba su arma en su funda-. Para cuando sanes yo estaré en mi casa pero nos volveremos a ver, dijo al malhechor.