Cancer De Pulmon. Cecilia Grierson

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“Escuela superior de Enfermería Cecilia Grierson “ Carrera de Enfermería Directora Mag. Prof. Lic. Maria de los Ángeles Maldonado Vice directora Mag. Prof. Lic. Maria Elena Cabrejas Coordinadora: Profesora Licenciada Salazar Marta Docente: Profesora Licenciada Ortiz Ángela Materia: Fundamentos Clínicos

Alumnos: -

Lance Sandra Lopez Griselda Sarapura Lorena Torres Sonia

Curso: 2º año, Turno mañana, comisión B

Fecha de entrega: 12 de junio de 2009

Ciudad Autónoma de Buenos Aires Año: 2008

SISTEMA RESPIRATORIO Función del Sistema Respiratorio La función del Sistema Respiratorio es incorporar oxígeno al organismo; para que al llegar a la célula se produzca la "combustión" y poder así "quemar" los nutrientes y liberar energía. De ésta combustión quedan desechos, tal como el dióxido de carbono, el cual es expulsado al exterior a través del proceso de espiración (proceso llevado a cabo por el sistema respiratorio). Órganos del Sistema Respiratorio: Anatomía y Función Nariz: Posee dos orificios llamados narinas. Dentro de los narinas, encontramos a los cilios, que sirven para oler. También están las fosas nasales que están separadas por el tabique. La función de la nariz es humedecer, calentar y purificar el aire inspirado. Traquea: Está situada en las primeras seis vértebras cervicales. Es un órgano común al aparato digestivo y al respiratorio ya que conduce al alimento desde la boca al esófago, por otro lado conduce el aire procedente de las fosas nasales a la laringe. Laringe: Tiene forma de tubo y sus paredes están reforzadas por cartílago. En el interior se hallan las cuerdas vocales por lo que se considera a la laringe "el órgano productor de sonido". Además es un órgano móvil ya que se mueve con la fonación, la voz y la deglución. Tráquea: Es un conducto semicircular de 12 centímetros de largo formado por 20 anillos cartilaginosos. Su superficie está revestida con una película de moco, en el cual se adhieren partículas de polvo que atravesaron las vías respiratorias superiores. Además, este moco actúa como bactericida. Bronquios: Son las diversas ramificaciones del interior del pulmón, terminan en los alvéolos pulmonares que tienen a su vez unas bolsas más pequeñas o vesículas pulmonares, están rodeadas de una multitud de capilares por donde pasa la sangre y se purifica y se realiza el intercambio gaseoso. Alvéolos: Son pequeños sacos en donde se produce la hematosis, proceso en cual los glóbulos rojos absorben oxígeno y se liberan del dióxido de carbono. Pulmones: Son dos masas esponjosas de color rojizo rodeados de la pleura, situadas en el tórax a ambos lados del corazón, el derecho tiene tres partes o lóbulos; el

izquierdo tiene dos partes. Contienen aproximadamente 300 millones de alvéolos. Diafragma: Es un músculo que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal, al contraerse permite la entrada de aire a los pulmones.

Esquema del Sistema Respiratorio

Mecánica Respiratoria: Inspiración y Espiración El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Luego, pasa a la faringe, sigue por la laringe y penetra en la traquea. A la mitad de la altura del pecho, la traquea se divide en dos bronquios que se dividen de nuevo, una y otra vez, en bronquios secundarios, terciarios y, finalmente, en unos 250.000 bronquiolos. Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de alvéolos, pequeños sacos de aire, donde se realiza el intercambio de gases con la sangre. Al inspirar y espirar realizamos ligeros movimientos que hacen que los pulmones se expandan y el aire entre en ellos mediante el tracto respiratorio. El diafragma hace que el tórax aumente su tamaño, y es ahí cuando los pulmones se inflan realmente. En este momento, las costillas se levantan y se separan entre sí.

En la espiración, el diafragma sube, presionando los pulmones y haciéndoles expulsar el aire por las vías respiratorias. Es cuando las costillas descienden y quedan menos separadas entre sí y el volumen del tórax disminuye.

CANCER DE PULMON Las células son las unidades de vida más pequeñas del cuerpo humano. Una de sus funciones es reproducirse y morirse cuando ya no son útiles. Este proceso es muy ordenado, en el tiempo y en el espacio, de tal forma que permite que exista siempre el número adecuado de células para cada etapa de la vida. Cuando esta multiplicación de células se produce de manera descontrolada, se forman masas anormales. A estas masas se les denomina tumores. Puede haber tumores benignos y malignos. Los tumores benignos son aquellos que no se propagan a otras zonas y que no comprometen la vida de la persona. Los tumores malignos suelen extenderse a otras partes del cuerpo y causan daño a los tejidos y a los órganos corporales pudiendo incluso provocar la muerte de la persona. Las células malignas pueden moverse a través de la linfa o de la sangre y llegar a cualquier parte del cuerpo provocando un segundo tumor, que se denomina metastásico, porque no es el que se originó primero. El cáncer de pulmón consiste en un crecimiento anormal de las células del pulmón. La enfermedad se produce habitualmente en las paredes internas de los bronquios, y al crecer puede obstruir el paso del aire y alterar la respiración. Por este motivo, produce generalmente falta de aire, ahogo y fatiga. Existen dos tipos principales de cáncer de pulmón: el cáncer de células pequeñas o microcítico y el cáncer de células no pequeñas (no microcítico o broncogénico). TIPOS DE CÁNCER DE PULMÓN El cáncer de pulmón se clasifica por el tipo de célula que produce el tumor. El 90% de ellos son de células pequeñas o de células no pequeñas. El 10% restante está compuesto por clases muy infrecuentes, como la mixta, los carcinoides o los tumores neuroendocrinos. Por otro lado, el pulmón es un lugar muy frecuente para la aparición de metástasis. Pero éstas no son verdaderos tumores de pulmón, sino siembras de cánceres de otros órganos, como la mama o el intestino. Cáncer de pulmón de células pequeñas (microcítico) Recibe este nombre por el tamaño de las células vistas a microscopio. Se relaciona casi invariablemente con el hábito de fumar y se estima que alrededor del 20% de todos los cánceres son de células pequeñas. Éstas se multiplican rápidamente y se pueden formar grandes tumores; además su capacidad de extenderse a otros órganos es mayor. El de células pequeñas es, casi siempre, un tumor muy agresivo.

Las metástasis suelen afectar a los siguientes órganos: ganglios linfáticos, huesos, cerebro, glándulas suprarrenales e hígado. El tumor primario generalmente se origina cerca de los bronquios y se expande hacia el centro de los pulmones. Cáncer de pulmón de células no pequeñas Este tipo de cáncer representa casi el 80% del total de los cánceres de pulmón. Se extiende más lentamente que el de células pequeñas y, ocasionalmente, puede aparecer en personas que no fuman. Hay algunas variedades de cáncer no-microcítico de pulmón. Las dos más comunes son el carcinoma escamoso o epidermoide y el adenocarcinoma. El primero es el más común y, como el microcítico, suele nacer de la profundidad del pulmón, en el centro del pecho. El adenocarcinoma es más raro y suele ser la clase de tumor pulmonar que padecen las personas no fumadoras. Tiende a nacer de las partes más periféricas del pulmón, cerca de la pared del tórax. CAUSAS •











Tabaco. Es la principal causa. El humo de tabaco, con su elevada concentración de carcinógenos, va a parar directamente al aire y es inhalado tanto por los fumadores como por los no fumadores. Dejar de fumar también reduce de manera significativa el riesgo de contraer otras enfermedades relacionadas con el tabaco, como las enfermedades del corazón, el enfisema y la bronquitis crónica. Efectos del radón. El radón es un gas radiactivo que se halla en las rocas y en el suelo de la tierra, formado por la descomposición natural del radio. Al ser invisible e inodoro, la única manera de determinar si uno está expuesto al gas es medir sus niveles. Además, la exposición al radón combinada con el cigarrillo aumenta significativamente el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Por lo tanto, para los fumadores, la exposición al radón supone un riesgo todavía mayor. Exposición a carcinógenos. El amianto es tal vez la más conocida de las sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón, pero hay muchas otras: uranio, arsénico, ciertos productos derivados del petróleo, etc. Predisposición genética. Se sabe que el cáncer puede estar causado por mutaciones (cambios) del ADN, que activan oncogenes o los hacen inactivos a los genes supresores de tumores. Algunas personas heredan mutaciones del ADN de sus padres, lo que aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer. Agentes causantes de cáncer en el trabajo. Entre las personas con riesgo se encuentran los mineros que inhalan minerales radiactivos, como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de mostaza y los éteres clorometílicos. Marihuana . Los cigarrillos de marihuana contienen más alquitrán que los de tabaco. Igualmente, el humo se inhala profundamente y se retiene











en los pulmones por largo tiempo. Además, los cigarrillos de marihuana se fuman hasta el final, donde el contenido de alquitrán es mayor. Inflamación recurrente. La tuberculosis y algunos tipos de neumonía a menudo dejan cicatrices en el pulmón. Estas cicatrices aumentan el riesgo de que la persona desarrolle el tipo de cáncer de pulmón llamado adenocarcinoma. Polvo de talco. Algunos estudios llevados a cabo en mineros y molineros de talco sugieren que éstos tienen un mayor riesgo de desarrollar dicha enfermedad debido a la exposición de los mismos al talco de calidad industrial. Este polvo, en su forma natural, puede contener amianto. Otros tipos de exposición a minerales Las personas con silicosis y beriliosis (enfermedades pulmonares causadas por la inhalación de ciertos minerales) también tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer de pulmón. Exceso o deficiencia de vitamina A. Las personas que no reciben suficiente vitamina A tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer de pulmón. Por otra parte, tomar demasiada vitamina A también puede aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón. Contaminación del aire. En algunas ciudades, la contaminación del aire puede aumentar ligeramente el riesgo del cáncer de pulmón. Este riesgo es mucho menor que el causado por el hábito de fumar.

ETAPAS DEL CÁNCER Los cánceres de pulmón no microcíticos se clasifican en varias etapas o fases siguiendo un sistema bastante complejo conocido por las siglas TNM. La estadificación del tumor es muy importante porque permite, en primer lugar, distinguir a los pacientes curables de los que no lo son y, en segundo, calcular la probabilidad de curarse. La T hace referencia al tamaño del tumor. Se clasifica entre T1 y T4, según el tumor sea más voluminoso o afecte estructuras cercanas importantes como los bronquios principales, las arterias o el propio corazón. La N indica si están o no afectados los ganglios linfáticos cercanos. N0 significa que no lo están. La afectación de los ganglios es un factor pronóstico muy importante que se gradúa de N1 a N3. En particular es vital conocer si están o no invadidos los ganglios más centrales del tórax, una región conocida como mediastino. Por regla general, la afectación del mediastino significa que el tumor es inoperable. La M indica si no hay metástasis (M0) o, por el contrario, si el cáncer ya se ha ramificado a órganos lejanos (M1) ETAPAS DEL CÁNCER DEL PULMÓN DE CÉLULAS PEQUEÑAS La clasificación de los tumores microcíticos de pulmón es mucho más simple. En este tipo de cáncer se habla de etapa limitada y de etapa extensa.

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La etapa limitada significa que el tumor se encuentra limitado en el hemitórax de origen, el mediastino y los ganglios supraclaviculares. Esto sería un campo tolerable para el empleo de radioterapia. La etapa extendida es aquella en la que el cáncer está demasiado diseminado para ser incluido dentro de la definición de etapa limitada, es decir, el cáncer se ha extendido al otro pulmón, a los ganglios linfáticos del otro pecho, a órganos distantes, etc. Los pacientes que tienen una etapa limitada del cáncer podrán ser tratados eficazmente con radioterapia. En los que tienen una etapa extensa, no es tan aplicable la radioterapia.

SÍNTOMAS Los síntomas del cáncer de pulmón no suelen aparecer en los primeros estadios sino que surgen cuando ya se ha extendido demasiado como para aumentar las probabilidades de curación. De hecho, desde que se produce la primera célula maligna hasta que una persona consulta por primera vez al médico ante los síntomas de la enfermedad pueden pasar muchos años. Entre los síntomas más frecuentes están: - Tos insistente. - Dolor en el pecho que aumenta al respirar. - Pérdida de peso y apetito. - Falta de aliento. - Respiración jadeante o con silbido. - Esputos con sangre o coloración rojiza (flemas). PRUEBAS DIAGNÓSTICAS Sólo un 15% de este tipo de cáncer se diagnostica en estadios iniciales, esto es debido a que los síntomas no aparecen hasta que la enfermedad está avanzada. Si no hay afectación ganglionar en el momento de la cirugía, el índice de supervivencia a cinco años es de un 50%. Si se consideran globalmente todos los casos, el índice de supervivencia se reduce a un 14%. Existen diferentes pruebas diagnósticas que visualizan los tumores pulmonares en distintos estadios. El médico utilizará uno o varios métodos para detectar el cáncer si existe sospecha previa. El historial médico del enfermo es lo primero que se

realizará para valorar los antecedentes personales y familiares. El médico preguntará por la existencia de cánceres y otras enfermedades en la familia, por el consumo de tabaco, la exposición ambiental o profesional a sustancias productoras de cáncer de pulmón y por las posibles enfermedades respiratorias o de otro tipo que padezca el enfermo. • • •

La exploración física se hará teniendo en cuenta los síntomas que refiere el enfermo y, con ella, se podrán obtener datos que pueden ayudar al diagnóstico de cualquier enfermedad. El análisis de sangre mostrará si hay alguna alteración celular a nivel de otros órganos como por ejemplo el hígado. Los estudios radiológicos se pueden realizar mediante varias técnicas, si no se visualiza bien con una prueba, o si hay alguna duda en el diagnóstico. Estas pruebas dan información sobre la etapa en la que se encuentra el cáncer. También son útiles para comprobar si el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo.

Las pruebas de diagnostico que utilizan son: - Radiografía de tórax con la que se puede ver alguna masa o mancha en los pulmones y establecer razonablemente la probabilidad de que sea un cáncer. Esta prueba se realiza en dos proyecciones, una de frente y otra de perfil. En más del 95% de los casos de cáncer sus resultados son anormales. - TAC: Consiste en una emisión de rayos X desde distintas perspectivas y con la que se observa todo el cuerpo. Es una prueba sencilla que suele durar algo más de 15-30 minutos. Esta es más sensible que la radiografía y con ella se detecta mejor el cáncer en etapas iniciales. También sirve para comprobar si existen metástasis en otros órganos: hígado, glándulas suprarrenales, cerebro etc. Es la prueba de imagen más utilizada y rentable en el estudio de esta enfermedad. Sin embargo, algunas veces se requiere completar el estudio del TAC con otras pruebas más sensibles para determinadas localizaciones del cáncer de pulmón: resonancia nuclear magnética (RNM) cerebral o de columna vertebral, ecografía hepática, gammagrafía ósea etc. - La resonancia magnética se utiliza para tomar imágenes transversales detalladas. Esta técnica emplea los campos magnéticos y los espectros emitidos por el fósforo en los tejidos corporales y los convierte en imagen. Con ella se puede observar la vascularización del tumor. Son imágenes más precisas con las que se puede observar la propagación del cáncer al cerebro o a la médula espinal. No suele ser demasiado útil para explorar los pulmones. - La tomografía por emisión de positrones (PET, sus siglas en inglés): consiste en inyectar un radio fármaco combinado con glucosa y éste será captado por las células cancerosas, de existir un cáncer, que consumen más glucosa. El radio fármaco hará que se localicen las zonas donde se encuentre el tumor. En el caso concreto del cáncer de pulmón, se emplea algunas veces para despejar alguna duda sembrada por la TAC, pero no es necesaria la

mayoría

de

las

veces.

- Citología del esputo: se analizará el primer esputo o flemas de la mañana con el microscopio para observar si contiene células malignas. Es una prueba sencilla y muy rentable en los cánceres de pulmón localizados en los bronquios. - La biopsia del tejido se precisará para confirmar el diagnóstico. Esta prueba consiste en tomar una muestra del tejido sospechoso y analizarlo al microscopio. La biopsia puede realizarse mediante la introducción de un tubo, un broncoscopio, por la nariz hasta donde se encuentre la masa en el pulmón. Si por las características del enfermo no se puede realizar este tipo de biopsia, se realizará una pequeña intervención quirúrgica para extraer el tejido. Después de analizarlo, se podrá determinar el tipo de tumor y el estadio y así establecer el tratamiento adecuado. Se pueden realizar biopsias para analizar el tejido de otras zonas, como por ejemplo los ganglios linfáticos, si hay sospecha de metástasis.

-Mediastinoscopia y mediastinostomía: La mayor parte de las veces, la TAC se basta para proporcionar la información esencial sobre si los ganglios del mediastino, en el centro del pecho, están o no afectados. Si existen dudas, se recurre a la mediastinoscopia. Esta exploración se realiza bajo anestesia general, introduciendo por detrás del esternón, a través de una pequeña incisión realizada en la base del cuello, un tubo dotado de sistema óptico y pinzas de biopsia.

-Análisis de sangre: permite apreciar si algunos valores funcionales u orgánicos están alterados a causa de la enfermedad y ayudan además a determinar las condiciones orgánicas de la persona de cara al tratamiento. TRATAMIENTO El tratamiento para estos pacientes consistirá en una combinación de varias técnicas que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Cada una de ellas será más eficaz que el resto según sea el tipo de cáncer y la etapa en la que se encuentre. De hecho, el tratamiento depende de cuatro circunstancias: del tipo y el grado de diseminación del tumor, del estado de salud del paciente y del estado funcional de los diversos sistemas del organismo (corazón, hígado, riñón, neurológico etc.). La cirugía es la modalidad de tratamiento con más probabilidades de resultar curativa, por lo tanto, se recurre a ella siempre que la totalidad del cáncer se pueda extirpar y el estado respiratorio del paciente tolere la eliminación de la porción de pulmón que es necesario extirpar. Los cánceres microcíticos de pulmón rarísima vez se operan, puesto que casi siempre se diagnostican en fase extensa, cuando sólo la limitada es operable. Aproximadamente, la mitad de cánceres no microcíticos de pulmón se pueden extirpar dada su extensión. Para ello es esencial que no existan metástasis y que los ganglios de la zona central del pecho (mediastino) estén libres de

tumor, así como que el tumor no haya invadido estructuras inextirpables como la traquea, la arteria aorta o las pleuras. Se puede extirpar sólo una pequeña porción de pulmón, si está muy localizado el tumor, que se denominará resección en cuña o segmentectomía. Si se extirpa un lóbulo del pulmón, se llamará lobectomía. Si se quita todo el pulmón, se habla de neumonectomía. El paciente tras la operación estará ingresado durante una o dos semanas. Algunos necesitarán fisioterapia respiratoria para recuperar pronto su capacidad pulmonar habitual. Tras este período regresará a su casa con algunas limitaciones impuestas. Entre las posibles complicaciones de la intervención están las hemorragias, la infección de las heridas y las neumonías. La radioterapia emplea radiaciones X de alta energía para destruir las células cancerosas. Se utiliza un aparato llamado acelerador lineal que envía los rayos sólo a la zona afectada. Este tratamiento se utiliza, a veces, como primario o principal en aquellos pacientes que no pueden someterse a una cirugía. En este caso, no se pretende curar sino retardar la evolución de la enfermedad, aunque algunos casos excepcionales se llegan a curar sin operación, sólo con la radioterapia. La radioterapia en el pulmón se suele emplear para aliviar una obstrucción de las vías respiratorias principales debido al cáncer. Cuando se emplea la radioterapia como tratamiento secundario, tras la cirugía, se utiliza sobre todo para destruir aquellas células que no se hayan podido extirpar. Otra utilidad para la que se emplea la radioterapia es para aliviar los síntomas que provoca el cáncer, como son el dolor, la dificultad para tragar, etc.

La quimioterapia es la primera opción de tratamiento en la mayoría de casos de cáncer de células pequeñas. Es capaz de controlar fácilmente los síntomas, que suelen ser muy acusados en esta clase de cáncer. Sin embargo, las curaciones son excepcionales y la mayoría de los casos recaen pasados uno o dos años. No todos los enfermos podrán ser intervenidos quirúrgicamente pues dependerá de si tienen suficiente capacidad respiratoria como para soportar una escisión de parte o de la totalidad del pulmón y de cómo sea su estado general.

En el cáncer de pulmón, suele emplearse una combinación de medicamentos quimioterápicos. Algunos de estos fármacos pueden administrarse por boca o por vena. Cuando llegan al torrente sanguíneo, estos medicamentos se expanden por todo el organismo y actúan contra las células cancerosas, destruyéndolas. Por este motivo, es muy útil en aquellos cánceres que se han extendido a otras áreas. La quimioterapia puede administrarse como tratamiento principal o como terapia de ayuda a la cirugía. En muchas ocasiones, la quimio se administra antes de la cirugía, con la intención de reducir el volumen del tumor y allanar el camino al cirujano. Incluso a veces, algunos cánceres de pulmón inoperables se convierten en operables tras algunos meses de quimioterapia. También es posible recibir quimioterapia después de la cirugía, incluso cuando todo el tumor se ha extirpado con éxito. La razón es que con esta estrategia se evita un porcentaje de recaídas y acaban curándose más pacientes a largo plazo. Se conoce a esta clase de tratamiento oncológico como quimioterapia adyuvante. La elección del tratamiento de primera o segunda línea depende del tipo de cáncer, y varía entre el cáncer de células no pequeñas, o bien de células pequeñas. Los efectos secundarios más frecuentes que se presentan como consecuencia del empleo de quimioterápicos son: náusea y vómito, pérdida del apetito, pérdida del cabello y llagas en la boca. Junto a los medicamentos quimioterápicos, se emplean otros que disminuyen o hacen desaparecer los efectos secundarios de los primeros. FÁRMACOS ANTICANCEROSOS Estos están agrupados en varias categorías:  Los agentes alquilantes interfieren con la molécula de ADN, alternando su estructura o función, de tal manera que no pueda dividirse lo cual evita que la célula se multiplique. Los efectos secundarios consiste en nauseas, vomito, perdida de cabello, irritación de la vejiga (cistitis), con aparición de sangre en la orina, baja cantidad de los glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, disminución de cantidad de esperma en el hombre (y posible esterilidad permanente) y un incremento del riesgo de leucemia.  Los antimetabolitos son un amplio grupo de fármacos que interfieren en los pasos de la síntesis del ADN o del ARN, inhibiendo la división celular, además de provocar los mismos efectos adversos que lo alquilantes, ciertos antimetabolitos causan urticarias, oscurecimiento de la piel (aumenta la pigmentación) o insuficiencia renal.  Los alcaloides derivados de las plantas son fármacos que pueden detener la división de la célula, evitando la formación

de nuevas células. Los efectos adversos secundarios son similares a los producidos por los agentes alquilantes.  Los antibióticos antitumorales causan daño al ADN, inhibiendo la duplicación de las células. Los efectos adversos secundarios son similares a los producidos por los agentes alquilantes.  La hormonoterapia aumenta o disminuye la cantidad de ciertas hormonas, limitando así el crecimiento de los canceres que dependen de estas hormonas o que están inhibidos por ellas. Los efectos adversos varían según el tipo de hormona que se toma. EFECTOS SECUNDARIOS DEL TRATAMIENTO Casi todos los pacientes que reciben quimioterapia o radioterapia experimentan ciertos efectos secundarios, sobre todo nauseas o vómitos y disminución de los glóbulos de la sangre. Las personas tratadas con quimioterapia casi siempre pierden el cabello. Disminuir los efectos secundarios es un aspecto importante de la terapia. -NAUSEA Y VOMITOS Las nauseas y los vómitos generalmente se alivias con fármacos (antieméticos). Las nauseas pueden reducirse sin utilizar fármacos, comiendo frecuentemente pequeñas cantidades de alimentos y evitando comidas contengan una elevada cantidad de fibras, que producen meteorismo, o que estén muy calientes o muy frías. -BAJO RECUANTO DE CELULAS EN SANGRE

La citopenia, una deficiencia de uno o más tipos de células de la sangre, puede desalarse durante la terapia de sangre. Por ejemplo una persona puede presentar un número anormalmente bajo de glóbulos rojos (anemia), de glóbulos blancos (neutropenia o leucopenia) o de plaquetas (trombocitopenia). -LA QUIMIOTERAPIA O LA RADIOTERAPIA

Pueden causar inflamación o incluso ulceras en las membranas mucosas, como el revestimiento de la boca. TRATAMIENTO PARA CADA TIPO DE CÁNCER Y ETAPA Cáncer de pulmón de células pequeñas Etapa 0 En esta etapa no se requiere quimioterapia ni radioterapia. La cirugía puede eliminar por completo el cáncer. El tipo de cirugía es una segmentectomía, es decir, la extirpación de una cuña de pulmón. Etapa I Generalmente se emplea la segmentectomía, para los tumores más pequeños o para pacientes con peor condición física, o la lobectomía para eliminar el tumor.

La eficacia de la quimioterapia como tratamiento adyuvante, se está comprobando en estudios clínicos. Aunque es útil para aquellas micrometástasis que no se han detectado y que no han sido eliminadas con la cirugía. Si el tumor está en el borde del tejido pulmonar, probablemente no se hayan extirpado todas las células cancerosas, por lo que se recomienda la radioterapia. La radioterapia se puede emplear como tratamiento principal si el paciente, por su estado general, no puede someterse a cirugía. El índice de supervivencia a cinco años en esta etapa es de un 65%. Etapa II Se emplea la cirugía: segmentectomía o lobectomía. La radioterapia puede utilizarse después de la cirugía para asegurar que no quede ninguna célula cancerosa. También puede emplearse como tratamiento principal, en aquellos pacientes que no puedan ser intervenidos quirúrgicamente por problemas de salud. La quimioterapia puede emplearse después de la cirugía o de la radioterapia. El índice de supervivencia para los pacientes que se encuentra en esta etapa del cáncer es de un 40%. Etapa IIIA El tratamiento en esta etapa dependerá del lugar donde se encuentre localizado el tumor en el pulmón y de si están afectados los ganglios linfáticos. Se suele emplear quimioterapia antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor, para que sea más fácil su extirpación completa. Cuando no pueda utilizarse la cirugía para extirpar el tumor, se administrará radioterapia. A veces se empleará la braquiterapia que consiste en pasar un láser a través de un broncoscopio para destruir parte del cáncer dentro de la tráquea. Los índices de supervivencia oscilan entre un 10% a un 20% aunque determinados pacientes, como los que no tienen extendido el cáncer a los ganglios linfáticos, tienen mejor pronóstico. Etapa IIIB Debido a que en esta etapa el cáncer se encuentra muy extendido, la cirugía no es eficaz. Puede utilizarse la quimioterapia junto con la radioterapia. O cada una por separado. El índice de supervivencia está entre el 10% y 20% en aquellos pacientes que gozan de un estado de salud bueno y que pueden someterse a una combinación de ambos tratamientos. Los que no puedan, su índice está en el

5%. Etapa IV La finalidad del tratamiento en esta etapa es paliar los síntomas de la enfermedad. No se pretende una curación pues el cáncer se ha extendido a zonas distantes. Se utilizará quimioterapia o radioterapia para disminuir síntomas como dolor de huesos, síntomas debidos a afectación del sistema nervioso, etc. Cáncer de pulmón de células pequeñas Etapa limitada Por lo general, se emplea la quimioterapia como tratamiento principal, con el uso de varios fármacos combinados. Junto a la quimioterapia se emplea la radioterapia al tórax. A los pacientes que responden bien al tratamiento inicial se les administra, de forma preventiva, radioterapia en la cabeza. Esto es así porque el cerebro es uno de los lugares donde frecuentemente aparecen metástasis. En la mayoría de pacientes, estos tumores remiten con el tratamiento, pero al poco tiempo vuelven a aparecer volviéndose resistente al tratamiento. El índice de supervivencia de dos años en la etapa limitada, es de un 40% a un 50%, pero se reduce de un 10% a un 20% para cinco años. Se están realizando muchos estudios para comprobar la eficacia de otros tratamientos tales como la inmunoterapia o la terapia genética. Etapa extensa El pronóstico en esta etapa es muy malo si no se trata el cáncer. La quimioterapia puede utilizarse para tratar los síntomas y alagar la supervivencia a corto plazo. El tratamiento con dos o más medicamentos puede reducir los tumores en alrededor del 70% al 80% de estos pacientes. También se utiliza la radioterapia para controlar los síntomas y para prevenir la aparición de metástasis en el cerebro. La cirugía con láser se emplea para aliviar la obstrucción de las vías respiratorias en aquellos pacientes que, por su estado general, no pueden someterse a una cirugía quirúrgica. El pronóstico de supervivencia a los cinco años después de haberse descubierto el cáncer, es menor de un 4%. Los pacientes que tengan su estado de salud muy deteriorado y que no puedan someterse a quimioterapia, su tratamiento se reducirá a fármacos para aliviar el dolor.

SEGUIMIENTO Cuando el cáncer de pulmón se ha controlado mediante el tratamiento, se inicia un proceso de revisiones periódicas que tiene como finalidad principal poder detectar a tiempo una posible recaída. Además, con esta vigilancia también se valoran las posibles secuelas del tratamiento, y se aporta al enfermo el apoyo psicológico necesario. En cada revisión se interroga al paciente acerca de sus síntomas, se realiza una exploración física detallada y se solicitan análisis y exploraciones con radiografías, ecografías etc. en función de las posibilidades diagnósticas de recaída o progresión del cáncer. A medida que pasa el tiempo las recaídas son menos probables y las revisiones se espaciarán, aunque siempre es conveniente hacer una al año para controlar la aparición de otros nuevos cánceres, bien en el pulmón o bien en otros órganos del cuerpo. Cuidados de enfermería de los síntomas comunes del cáncer de pulmón

Tos: • Valore la frecuencia, duración, intensidad y factores desencadenantes asociados a la tos del paciente. • Controle la cantidad y tipo de esputo. • Vigile los cambios de coloración en el esputo que puedan indicar infección o hemorragia. • Administre al paciente medicación antitusigena, según prescripto. • Promueva la ingesta de líquidos. • Enseñe al paciente a evitar los irritantes pulmonares como tabaco , polvillo, polen y las situaciones que favorezcan la tos. • Dígale que avise al medico si nota un cambio en la tos o en la producción de esputo, o bien si los antitusigenos no producen el efecto esperado. Disnea: • Valore los sonidos respiratorios del paciente, la frecuencia y profundidad respiratoria y oxigenación por turno y según necesidad. • Enséñele a toser, a respirar profundamente y con los labios fruncidos. • Colóquele de forma que se encuentre cómodo: sentarse en el borde de la cama o en una silla mientras se apoya en una mesita de comer. • Administre oxigeno humidificado, según prescripción. • Pídale al paciente que puntúe el nivel de disnea en una escala del 0 a 10 (0= ausencia; y 10= la peor disnea) para determinar si sus intervenciones son eficaces. • Administre broncodilatadores, según prescripción. • Administre agentes ansiolíticos o morfina oral a bajas dosis para tratar la ansiedad y el jadeo.



Aspire según convenga para eliminar las secreciones que el paciente no sea capaz de movilizar.

Hemoptisis: • Valore el origen, cantidad y duración de la hemorragia. • Administre los antibióticos y antitusigenos prescriptos. • Dígale al paciente que avise al medico si tiene fiebre. • Explíquele al paciente que una hemoptisis ligera debería resolverse en varios días. • Y que llame inmediatamente al medico si empeora la hemorragia. • Si el paciente presenta hemoptisis masiva controle las signos vitales para detectar hipovolemia y administre los derivados sanguíneos prescriptos. Colóquelo en decúbito lateral, con el pulmón afectado en posición declive, para evitar que la sangre entre en el otro pulmón • Proporcione apoye emocional y explique al paciente y familia que medidas se adoptaran para controlar la hemorragia. Fatiga: • • •

Valora la duración e intensidad da la fatiga. Valora el hemograma completo del paciente. Enséñele como manejar la fatiga: pida ayuda, que descanse y que realice solo las actividades en forma prioritaria.

Dolor: •

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Pídale al paciente que puntúe la intensidad del dolor en una escala de 0 a 10 (1 a 4 = leve; 5 a 7 = moderado; 8 a 10 = severo). Valore la frecuencia del dolor, su localización, factores que lo desencadenan y alivian y eficacia de la medicación analgésica. Elabore un plan para la administración de analgesia e implemente medidas para contrarrestar los efectos adversos. Trate el estreñimiento con reblandesedores de heces y laxantes. Enséñele al paciente técnicas de relajación, distracción u otras medidas no invasivas que complementen la medicación analgesia.

Perdida de peso: • •

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Pese al paciente una vez a la semana. Haga una relación entre el peso perdido y la cantidad de comida consumida. Valore al paciente por si presenta nauseas, vómitos, estreñimiento, dolor, ansiedad u otros síntomas que causen perdida de apetito. Consulte con la nutricionista. Dígale al paciente que descanse y que realice higiene bucal antes y después de la comida.

• • •

Ayúdele a tomar sus colaciones con el propósito que consuma la ingesta de calorías necesarias. Si no tiene apetito debe ingerir estimuladores del mismo. Lo ideal que consuma dieta blanda para facilitar la deglución. Si el paciente terminal no puede tolerar nada por vía oral se le explicara al familiar que la nutrición ha dejado ser una prioridad.

CRITERIO PALEATIVO: el objetivo es mejorar la calidad de vida del pacientes.

CUESTIONARIO 123456-

¿Que es el cáncer de pulmón? ¿Cuales son los principales tipos de cáncer? ¿Cuales son sus signos y síntomas? ¿Que tipo de tratamiento se utilizan? Nombre los fármacos que se utilizan par este tratamiento. ¿Cuales son las causas más predisponentes para contraer dicha patología?

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