Eli Bravo
Querida Isabel: Seguramente no sabes que termina un año, ¿cómo vas a saberlo?, si para ti las horas han pasado entre una teta y la otra, entre el sueño y la risa, entre chuparte las manos y ahora los pies. Pero para nosotros, los que ya pasamos el metro y medio y vamos del desayuno al trabajo, estos días son especiales porque nos llevan a hacernos preguntas algo difíciles como ¿qué hice? ¿qué dejé de hacer? ¿qué haré? Como aprenderás a su momento los grandes tenemos la costumbre, que a mi no me parece tan buena, de andar pensando siempre en el pasado y el futuro. Ahora que te veo dormidita con esa sonrisa tan inocente este año me dió por preguntarme ¿en qué mundo te toca vivir? No vayas a pensar que me paso de original con esta pregunta, aunque no por repetida la respuesta es muy sencilla. No estás a tiempo de entenderlo, pero te lo diré de una vez: el mundo que te toca es el mundo que tú crees. !Vaya cosa inmensa esta la de construir el mundo! Aunque si lees de nuevo, y piensas que las palabras a veces dicen más de lo que parecen, además de crear y de hacer, también puedes entender que importa lo que creas y pienses. Las palabras son como unos pajaritos tremendos que ponemos a volar y no te complico mucho el juego si te digo que uno crea lo que cree, y que dependiendo de lo que creas, crearás. ¡Caramba, te salió con un trabalenguas tu papá! Mas allá de los brazos de tu mami el mundo es un lugar extraño y maravilloso que vale la pena vivir. Escucharás historias felices de chiquitos que esperan al Niño Jesús, otras más tristes de niños que jamás conocerán a sus papás, un día te despertarás con la noticia de que unos hombres le hicieron un daño terrible a otros hombres, pero al siguiente sabrás que unas personas extendieron sus manos llenas de amor a quien lo necesitaba. Es que somos así los grandes, distintos y cambiantes, llenos de una energía vital que a veces usamos para hacenos bien y otras veces para hacernos daño. Pero yo de lo que quiero hablarte es del mundo que te toca. Tú tendrás tus experiencias y tus propias conclusiones, pero déjame contarte una cosa que he aprendido: Vivimos con un pasado lleno de alegrías y dolor, que ya pasó y no podemos cambiar. Del futuro no te puedo decir mucho porque no ha llegado, aunque allí ponemos todas nuestras esperanzas. Lo único que tenemos, querida Isabel, es el presente. Este momento maravilloso que es hoy y en el cual vivimos. En este presente está el secreto del mundo que nos toca. Llega hasta donde el corazón te lleve, toma el camino que consideres conveniente, llénate de la inmensa variedad que hay a tu alrededor y construye cada día el mundo que creas mejor. Si en el aqui y el ahora sientes la plenitud, entonces cuando termine el año podrás sentirte a gusto en el mundo que te toca.
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