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Bendita agua de tempestad Ana Livia Salinas González [email protected] Categoría profesional. Reportaje. Publicado en Razones. Adjunto PDF de su publicación el 5 de octubre del 2010, ed. 883

No importa el nivel de agua que entre a tu hogar o a tu negocio, a tu gallinero, a tu potrero o a tu platanar, pueden ser 20 cm… o 3 metros. Tampoco difiere si es agua de río o residual, ambas están contaminadas por igual. Te enfrentas de nuevo a la pérdida, a la desolación, a los “hubiera nacido en otro lado, hubiera comprado en el cerro o en otro Estado; hubiera votado por otro “wey”, hubiera hecho esto o aquello…”. Pero entre que no puedes viajar al pasado para cambiar las cosas y la psicosis de que los muros o las barricadas de costales colapsen ante el volumen y la fuerza de las corrientes, aparece una lucecita en tu horizonte: la consolación puede llegarte en forma de cajita de despensa o de abrazo gubernamental, ¡hasta un cayuco podría tocarte!

En el 2007 fueron los vales de 10,000 pesos, en el 2008, la compasión de algunos y alimentos enlatados. Sólo tú, que has visto escurrir entre el agua tus pertenencias y tu casa maltratada, y hasta a punto de derrumbarse después de tres inundaciones –casi “al hilo”–, sabes que es invirtiendo tu dinero, propio o prestado, y tu esfuerzo, que podrás reparar lo reparable.

La naturaleza no hace distinciones, no somos los únicos que padecen los embates de los ríos y de las tormentas; también sucede, entre otros, a veracruzanos y regiomontanos. ¿Y qué tal a los de la colonia Valle Dorado y anexas, del municipio de Tlalnepantla, Estado de México? Nunca imaginaron que ante una lluvia inmoderada se inundarían sus casas. Y es que, cuando su viejo drenaje fue

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incapaz de contener la excesiva precipitación pluvial, las aguas negras llegaron en oleadas súbitas y furiosas a sus hogares, arrasando con todo.

Mi hermana estaba en su sala cuando sus autos, empujados por el agua, reventaron contra los ventanales; corrió despavorida hacia el piso de arriba sin saber lo que estaba sucediendo. Por su mente pasó la idea de que ahora sí había llegado el fin del mundo. Luego me dijo: “Ahora entiendo lo que viviste en Villahermosa”. Afortunadamente, a los mexiquenses les tocó un gobierno más generoso. El Gobierno Estatal les dio una tarjeta con valor de 15,000 pesos para canjear por productos en Wallmart, un horno de microondas y un televisor de pantalla plana; el Gobierno Federal les dio un vale por 15,000 pesos y realizó reparaciones en cada casa. ¿Qué tal? Recibieron más de lo que obtuvieron de sus seguros bancarios algunos habitantes de la col. Las Brisas en el 2007, y más que yo en el 2008 del seguro HSBC en Residencial Esmeralda. Agua y saneamiento Según el Programa de Monitoreo Conjunto OMS/UNICEF(JMP/2006), datos de agua y saneamiento basados en la Encuesta Mundial de la Salud (World Health Survey) del OMS (2003), y el Censo General de Población y Vivienda (Febrero de 2000), en México el 80 % de la población urbana y sólo el 16% de la población rural, cuenta con saneamiento de sistema de alcantarillado. La calidad de los servicios de agua y saneamiento dependen de la eficiencia en la prestación de los servicios: el adecuado abastecimiento de agua, el saneamiento de las aguas residuales, el mantenimiento del sistema de drenaje y su cobertura en toda zona urbanizada y las zonas rurales. En Tabasco, cada dependencia relacionada con el servicio del agua tiene su función específica, y se supone que debe trabajar en conjunto con las otras y con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), sobre todo para prevenir los problemas que se suscitan durante la temporada de lluvias. Sin embargo, y a raíz de la construcción del muro de contención llevada a cabo de manera totalmente Bendita agua de tempestad. Ana Livia Salinas Glz.

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desintegrada, los ciudadanos nos percatamos de la falta de comunicación y cooperación que existe entre el Sistema de Agua Potable y Saneamiento del Ayuntamiento de Centro (SAS) y la Secretaría de Asentamientos y Obras Públicas (SAOP).

Para que la SAOP realice obras que coadyuven a solucionar el problema de la falta de un drenaje pluvial a los costados de los muros de contención –que bloquearon toda salida o vertiente de agua a ríos o cuerpos de agua–, necesita del respaldo técnico y económico del SAS, quien deber procurar conexiones de drenaje residual a toda la ciudad. El año pasado la SAOP elaboró un proyecto de drenaje pluvial que, integrado a obras del SAS, solucionaría para “siempre”, el problema de anegamiento de las colonias ubicadas en la “media luna” que bordean el río Viejo Mezcalpa, pero como hubo cambio de administración municipal parece que el “proyectazo” se fue al caño, pues han pasado 10 meses, nueva contingencia, y nada de nada.

Ahora que están metiendo drenaje pluvial en la ampliación del periférico, sería bueno que lo integraran a las colonias aledañas, o por ejemplo, extendiendo una tubería desde la Glorieta de Framboyanes a lo largo de la carretera a Teapa, hasta las últimas colonias de las afueras de la ciudad de Villahermosa, como lo son la Amate, Conjunto Rivera y la Plutarco Elías Calles, que hoy por hoy se encuentran anegadas con agua estancada. Claro que lo ideal es que también dotaran de un sistema de drenaje residual a todas estas colonias y a las del resto de la ciudad que no cuentan con él.

Sueños guajiros. Ni siquiera se puede evitar que el agua negra del drenaje brote por los excusados de las casas de la colonia Tulipanes cuando la precipitación de la lluvia es de más de 20 milímetros. Y para que no se hagan “bolas” ni se avienten la “bolita” ni se hagan “pato”, quizá deberíamos tener, como en China, una Secretaría de Control de Inundaciones.

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¿Y la CONAGUA? Este organismo es el encargado de administrar y preservar las aguas nacionales, y entre sus múltiples funciones administra el Servicio Meteorológico Nacional. Sería mejor preguntar qué no hace la CONAGUA. Su misión abarca demasiadas actividades. Entre las que me llamaron la atención está la de mantener en condiciones adecuadas de funcionamiento las presas administradas por ella, tratar las aguas residuales generadas y fomentar su re uso e intercambio e incrementar la cobertura de los servicios de agua potable y alcantarillado en el país, induciendo la sostenibilidad de los servicios. Otras: prevenir los riesgos derivados de fenómenos meteorológicos y atender sus efectos; promover la reubicación de asentamientos humanos ubicados en zonas de riesgo, coadyuvar en el restablecimiento de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento a la población en situaciones de emergencia; implantar las acciones de restauración y preservación en las partes altas de las cuencas, a fin de reducir escurrimientos y posibles afectaciones; lograr una adecuada coordinación entre las instituciones relacionadas con las obligaciones fiscales de los contribuyentes y etcétera, etcétera. Menuda tarea que tiene la CONAGUA. Historias similares Del otro lado del mundo también la han pasado mal: en China murieron 823 personas y 437 quedaron desaparecidas después de la inundación que sufrieron el pasado mes de julio. Y eso que desde 1911 se inició la construcción de diques de contención para contener al río Yangtzé (los cuales no evitaron inundación tras inundación). En el 2006 se inauguró la Presa de las Tres Gargantas, cuyo dique de 2309 metros de longitud y 185 de altura tiene una esclusa capaz de manipular barcos de hasta 3000 toneladas. Para lograr tal fin hubo de sumergir 13 ciudades, 140 pueblos y 1352 pequeñas villas, afectando a casi 2 millones de personas y sumergiendo unos 630 km2 de superficie de territorio chino. Es la mayor presa del mundo y de todas formas el río volvió a ganarles. ¿Te suena conocido?

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Aunque no soy partidaria de que la solución a las inundaciones sean los muros de contención, tampoco los rechazo, pues el que construyeron por los rumbos donde vivo ha impedido de manera parcial que nos vayamos al agua, a pesar de una ventana que le dejaron, y que hubo de cerrar con costales. Un ingeniero de la Conagua me dijo: “Es que no nos dio tiempo de poner la compuerta”. ¿Cuál será la justificación por no haber hecho nada para proteger a los de la Miguel Hidalgo que viven al margen del río Carrizal?

Entre mala planeación o abuso de los recursos y que si siempre se ha inundado parte de Tabasco o que si existe o no el plan hídrico… la verdad es que en Villahermosa, la capital, no existe un drenaje adaptado al crecimiento de la ciudad. Basta preguntarse por qué se estanca el agua que sobrepasa los tres metros de altura en los sectores Cedral y Coquitos de la colonia Gaviotas Sur. Sus habitantes dicen que se debe a que el muro de contención no la deja pasar a la zona lagunar de los Zapotes. ¿Acaso no tienen drenaje conectado a las cloacas de la ciudad? ¡Sorpresa! Es una de tantas urbanizaciones que no disponen de él.

Ellos, al igual que todos los que no cuentan con drenaje ni con fosa séptica ni con planta de tratamiento o lagunas de oxidación, vierten a los ríos y cuerpos de agua sus desechos. ¿Y la contaminación? ¿Y la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP)? ¿Alguien hace caso de las voces que se levantan en contra de la polución de las aguas? Porque de que hay voces que se levantan, las hay.

La verdad sea dicha, poco podemos hacer ante los embates de la naturaleza, pero ante la impunidad de los que nos engañan sí podríamos hacer algo, si quisiéramos; el verdadero crimen está en no hacer lo que sí podemos para vivir mejor, para cuidar nuestro entorno, nuestro planeta.

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