A Caso Nosotros Somos Barbaros.docx

¿A CASO NOSOTROS SOMOS BARBAROS? Es bien sabido que hoy día se tiene la barbarie como actos crueles o de incultura, sin embargo, haciendo remembranza de los antiguos, el bárbaro no está ligado a acciones que rebelen falta de empatía o conocimiento, y esto nos lo reafirma Montaigne en su texto “de los caníbales”, texto que nos conduce a los ancestros y sus conceptos de barbarie. Así pues, Montaigne nos afirma que “lo que ocurre es que cada cual llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres” (2010, P56), admito que puede ser extraña dicha afirmación debido a los conceptos ya sabidos con anterioridad, de aquí que, Montaigne nos narre la anécdota del rey Pirro “(…) No sé qué clase de barbaros sean estos (sabido es que los griegos llamaban así a todos los pueblos extranjeros), pero la disposición de los soldados que veo no es bárbara en modo alguno” (Montaigne, 2010), este argumento corresponde muy bien a lo que ant6eriormente planteamos (Montaigne y yo mismo), veamos como el rey Pirro reconoce que las formaciones de los romanos no son bárbaras ya que son de su agrado (esto se debe a la bien conocida conducta romana de copiar formaciones, culturas y hasta religión de otras aldeas e imperios), mientras que los propios romanos si le parecen barbáricos solo por la diferencia de natalidad. A partir de este único hecho podemos decir que solo es un caso aislado, en todo caso esto no es totalmente cierto, pus Montaigne nos propone la existencia de un “pueblo” cuyo nombre no lo memorizar; la manera más acertada de ilustrarles la situación de este es con las mismas palabras de Montaigne: “(…) en esta disposición, los dos que le sujetan destrozan a espadazos. Hecho esto, le asan, se lo comen entre todos, y envían algunos trozos a los amigos ausentes. Y no se lo comen para alimentarse, como antiguamente hacían los escitas, sino para llevar la venganza hasta el último limite; y así es en efecto, pues habían advertido que los portugueses que se unieron a sus adversarios ponían en práctica otra clase de muerte contra ellos cuando los cogían, la cual consistía en enterrarlos hasta la cintura y lanzarles luego en la parte descubierta gran número de flechas para después ahorcarlos, (…), aquel genero de venganza, que desde entonces fue más cruel que la suya.” (Montaigne M. d., 2010)

Si nos ponemos en situación ambas prácticas a nuestros ojos son inhumanos, bárbaras y crueles, es inimaginable que en nuestra sociedad actual el canibalismo sea bien visto, y la ejecución de prisioneros se considera un crimen de guerra. En sentido contrario, el pueblo al que nos referimos (el pueblo que cometió canibalismo), no ve el canibalismo como una práctica bárbara, más sí considera malvada la conducta del ejercito portugués; este pueblo guerrero en cambio tiene bien visto el vengarse hasta el último momento de los portugueses, quienes sádicamente son capaces de torturar al enemigo de manera más dolorosa y lenta. Hasta ahora he relacionado la barbarie con la masacre y sufrimiento en la mayoría de mis argumentos, así que, ahora desligaré estos términos, de forma que usaré las palabras de Montaigne “sitiados nuestros antepasados por César en la ciudad de Alesia, determinaron, para no morirse de hambre, alimentarse con los cuerpos de los ancianos, mujeres y demás personas inútiles para el combate” (Montaigne M. d., De los canibales , 2010), de aquí que yo haga un símil entre esta práctica de canibalismo y las practicas medicas actuales, ¿Cuál es la diferencia entre sacar un órgano de un cuerpo muerto para reemplazar uno dañado de alguien que aún vive, y comer la carne de alguien que falleció para sustentar el cuerpo de quien lo necesita?, ninguna, el problema radica en lo que nuestras costumbres y culturas nos preparan para asimilar, nos han normalizado e interiorizado que para salvar una vida se puede profanar un cuerpo muerto, siempre y cuando este en los estándares de la medicina; mientras que nos han inculcado el repudio y asco al canibalismo o a la profanación de cadáveres mientras no sean con fines quirúrgicos. Y siguiendo la idea de alejar el término barbarie de los conceptos de guerra y muerte, podemos mencionar el concepto propio de Montaigne (o lo que podemos interpretar como su propio concepto de barbarie), “(…) las propiedades y virtudes naturales, que son las virtudes útiles, las cuales hemos bastereado en los segundos para acomodarlos al placer de nuestro gusto corrompido” (Montaigne M. d., De los canibales , 2010); en este punto Montaigne se pone en situación de diferencia con los seres humanos, donde las acciones egoístas que logran destruir a esta son bárbaras y reprochables, se pone en una situación donde cree que la naturaleza es perfecta y los hombres al tomar más de lo que necesitamos la destruimos, agregando a esto, Montaigne afirma que las artes humanas nunca serán lo que pueden ser las creaciones de la naturaleza, para él somos inferiores, y dañinos Para concluir creo que es indispensable decir que es imposible llamar a otro bárbaro sin ser llamado de vuelta, ya que a los ojos de los demás nosotros somos los barbaros. Ya que diferimos en cultura,

creencia, moral, y nación; y desligando la barbarie de la muerte y guerra podemos decir que todos somos barbaros.