LA SAGRADA FAMILIA
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en este número
familias: 2 EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
8. La unión corporal, templo de la santidad de Dios.
3 DE ENTRADA...:
Queridas familias.
4-5 TESTIMONIOS
Por la familia cristiana…
6 MANYANET: BOLETÍN INFORMATIVO.
7 NOTAS DE PSICOLOGÍA FAMILIAR
¿La violencia se aprende?
8 NAZARENUM
Un centro de la Sagrada Familia para las familias.
9 - 11 ASOCIACIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA
Diálogos en familia: Vacaciones en familia.
12 ESPOSOS Y SANTOS
Santa Umbelina de Claraval, esposa, monja y santa.
13-14 «Verdad, bien y belleza de la familia».
15 En familia...
16 «MÁRTIRES POR LA FAMILIA.»
17 XIII Taller de pasatiempos para hacer en familia.
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Vino en agua.
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a familia no sólo favorece la propagación de la vida garantizando el relevo generacional en la sociedad, sino que hace posible la «vida buena» porque es el principal agente humanizador. Es en el ámbito de la familia donde se adquieren capacidades específicamente humanas, comenzando por el lenguaje a través del cual veremos ya siempre la realidad; es en la familia donde el niño adquiere «la confianza originaria» base del posterior desarrollo personal y afectivo equilibrado. También la sensibilidad moral del niño se desarrolla por inmersión en un ambiente en el que se respetan ciertas normas y ciertos valores. Y ¡qué decir de la transmisión de la fe! No hemos inventado nuestras creencias, las hemos recibido de nuestros mayores y, aunque son muchos los caminos que acercan a Dios, no cabe duda de la influencia preponderante del ambiente familiar en la respuesta a la búsqueda interior de la persona. Bien podríamos decir que en la familia, cuando está sanamente constituida, se vive la experiencia de un «bien» por el que estamos agradecidos y que queremos compartir.
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stamos convencidos de que la preocupación y el interés por la familia no es una cuestión meramente coyuntural. Afecta a la esencia misma del ser humano. Para el cristiano, el matrimonio y la familia son intocables, sencillamente porque están inscritos por el Creador en la entraña misma de la naturaleza humana. Ni el matrimonio ni la familia los ha inventado la Iglesia. Si los defiende con toda la fuerza y convicción que sus medios le permiten es porque lo que está en juego no son, en primer lugar los derechos de la Iglesia, sino los derechos fundamentales del ser humano. Esta raíz de lo humano es lo que está en juego, y es preciso salir al paso de quienes pretenden falsear esta verdad. La familia es tradicional porque hunde sus raíces en la misma naturaleza del hombre. Al mismo tiempo, es preciso recordar que, justamente porque la esencia del hombre está enraizada en la familia, la propia naturaleza humana, para realizarse en toda su verdad, su bien y su belleza, pide, desde lo hondo de su ser, el don de la Gracia, el don del Amor único que redime. La encarnación del Hijo de Dios, realizada históricamente en la familia de Nazaret, se prolonga en la familia que es la Iglesia, y se abre a toda la Humanidad y, en ella, a todas las familias.
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a familia está llamada, en palabras de Benedicto XVI, a dar «testimonio ante el mundo de la belleza del amor humano, del matrimonio y la familia. Ésta, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, constituye el ámbito privilegiado en el que la vida humana es acogida y protegida, desde su inicio hasta su fin natural». Si falta este ejemplo familiar, tantas veces heroico, el deterioro y la destrucción de lo humano surgen implacables, la persona sufre el más radical de los desamparos. Es a través de la verdad de la relación de los padres, de la honestidad de sus vidas comprometidas en un proyecto común, como los hijos son introducidos en el significado y en el valor de la existencia; es la misma belleza, que resplandece en el testimonio de los padres cristianos que se aman, la que necesitan encontrar los hombres y mujeres de hoy. No nos cabe duda de la necesidad de gritar con el Papa que «vale la pena trabajar por la familia y el matrimonio, porque vale la pena trabajar por el ser humano, el ser más precioso creado por Dios». J. D. A.
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Testimonios
POR LA FAMILIA CRISTIANA… Nuestra revista manifiesta con humildad, valentía y convicción el aprecio por la familia cristiana a la que valora como un tesoro. La familia cristiana tiene una señas de identidad que deseamos custodiar, conocer cada día mejor y promover en el mundo actual y en nuestra coyuntura histórica. El amor, la vida, la familia son realidades gozosas que alientan la esperanza. Ellas nos dicen con su misma existencia: «¡Es posible vivir el amor matrimonial en la fidelidad diaria! ¡Es posible transmitir la vida, ejercitando en la mutua donación como esposos y en la responsabilidad de padres la esperanza de Dios que no defrauda, y cuida de sus hijos de generación en generación!¡Es posible superar las pruebas, que en cada tramo del camino pueden aparecer, unidos a Jesucristo, cuya cruz es signo de amor hasta el extremo y de victoria sobre el mal y sobre la muerte!» Tantos hombres y mujeres muestran con su vida el resplandor de la verdad, la hermosura y el bien del matrimonio y la familia cristiana. Es una extraordinaria vocación y una preciosa misión bendecida por Dios. Recordamos aquí algunos fragmentos de los testimonios compartidos en la Fiesta de la Familia cristiana celebrada el pasado mes de diciembre en Madrid. in la familia, la vida no tiene casa. Esto es verdad para los niños concebidos cuyas lágrimas que piden vivir ni siquiera escuchamos; es verdad para los discapacitados a los que se les niega el derecho a nacer; es verdad para todos los niños, para el hombre y para la mujer. Sin la familia, la vida no tiene casa. En un mundo donde se tiene la ilusión de elegir, donde todo se compra y se vende, donde todo es precario y está sujeto a las leyes de la competencia, la familia es el espacio de la gratuidad: algo escandalosamente gratuito, pero no precario sino bien sólido porque está fundado sobre la fidelidad del amor. El mundo necesita más familia porque necesita gratuidad. La familia es
una profecía incómoda de un mundo humano. El mundo —dice Benedicto XVI— debe acoger la idea de la familia en el léxico de la vida nacional e internacional, para descubrir una verdad decisiva: que la humanidad es una gran familia de pueblos. No estamos aquí para defendernos a nosotros mismos o un interés de la Iglesia, sino que estamos aquí por un bien de todos. Por esto estoy contento de estar en Madrid para decir que en España, en Europa y en el mundo, se necesita más familia porque se necesita más gratuidad, más vida y más amor.
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frecemos nuestro testimonio. No lo imponemos. Pero sí pedimos a Jesús, María y José, que sea comprendido, que sea aceptado; más aún, que contribuya a que la conciencia social y la valoración cultural por parte de la sociedad española en relación con el reconocimiento del valor insustituible del matrimonio y de la familia según el proyecto de Dios para el bien de las nuevas generaciones y de su futuro, que tanto deniegan o escatiman, gire y gire pronto. Más aún, pedimos que con vuestro testimonio constante y gozoso de la verdad, la bondad y la belleza de la familia cristiana, en la vida privada y pública, apoyados en la oración de toda la Iglesia, espe-
cialmente de sus comunidades contemplativas, seáis capaces de que se produzca una verdadera conversión de las conciencias de las personas y de los distintos grupos e instituciones sociales en su concepción y en su aprecio de la familia; ¡que de nuevo sea vista y apreciada la familia, fundada en el verdadero matrimonio, como «la célula primera y vital de la sociedad» y «la primera e insustituible educadora de la paz»! (AA, 11; Mensaje, 3); tanto en la opinión pública como en la estimación popular, en la valoración política y en la legislación del Estado.
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conveniencia humana: una realidad totalmente correspondiente al deseo y a la exigencia del hombre, también en el matrimonio y la familia. Una relación vivida así constituye la mejor propuesta educativa para los hijos y, al mismo tiempo, es un testimonio para todos de que el matrimonio no es necesariamente la tumba del amor, sino su realización.
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in la experiencia de plenitud humana que hace posible Cristo, el ideal cristiano del matrimonio se reduce a algo imposible de realizar. La indisolubilidad del matrimonio y la eternidad del amor aparecen como quimeras inalcanzables. Éstas, en realidad, son los frutos de una experiencia intensa de Cristo, tan gratuitos que aparecen a los ojos de los mismos esposos como el testimonio de que para Dios nada es imposible. Sólo una experiencia así puede mostrar la racionalidad de la fe cristiana, su
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ANDREA RICARDI, Fundador y Presidente de la Comunidad san Egidio
CARDENAL ANTONIO MARÍA ROUCO VARELA
JULIÁN CARRÓN, Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación
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ueremos dar nuestro testimonio personal y familiar. Somos el reflejo de los miles, millones de familias de toda España que viven su fe en familia, incardinados, a través de un cordón umbilical, en sus comunidades parroquiales. Fuimos jóvenes (hace ya de ello muchos años), crecimos en familias cristianas donde recibimos unos profundos valores que nos fueron marcando el camino a seguir. Vivimos nuestros noviazgos y nos casamos por la Iglesia, no porque entonces era lo políticamente correcto, sino por convicción y en respuesta a nuestra vocación al matrimonio. Nunca se nos planteó duda alguna sobre ello. Fundamos nuestra familia bajo los valores del Evangelio. Fruto de nuestro mutuo amor nacieron nuestros tres hijos: Pedro, Javier y David, queridos y deseados, que trajeron la alegría a nuestro hogar y fueron un motivo más para dar gracias a Dios. Nuestro hijo David, tras el parto, sufrió una grave enfermedad que, durante más de dieciocho meses, nos exigió una atención, dedicación y cuidados especiales. Con amor, mucho amor, pudimos ayudarle a superar el sufrimiento que le aquejaba.
A lo largo de nuestro matrimonio, hemos tenido nuestras dificultades, como todo el mundo, pero las hemos sabido superar, con nuestro amor, respeto mutuo, entrega, dedicación y, por supuesto, con la presencia del Señor en nuestras vidas. Lo más importante ha sido vivir en plenitud, de total realización, de alegría, de satisfacciones por ver crecer a nuestros hijos y a nuestras nietas. Hemos experimentado cómo nuestros hijos han crecido y, poco a poco, iban consolidando los valores que pretendíamos transmitirles. Pero todo ello ha sido posible porque nuestra parroquia ha sido y es para nosotros, y lo ha sido para ellos, nuestro segundo hogar, nuestra familia de hermanos en la fe. No queremos agotar el tiempo de que disponemos sin hacer una ilusionante y esperanzada llamada a todas las jóvenes parejas que hoy viven su amor: que lo vivan fundando una familia, que vivan su amor desde la fe en Jesucristo, que vivan los valores del Evangelio con sus hijos. ¡El Señor no falla nunca!
seamos conscientes de nuestra trascendencia en ¡F amilias!, la sociedad. Debemos organizarnos y asociarnos, para
certezas. No podemos dialogar con nuestros vecinos o nuestros compañeros de trabajo si no tenemos una buena formación cristiana. La formación es para toda la vida, para todos los miembros de la familia, sean niños, jóvenes, adultos o ancianos. Colaboremos en las parroquias en tantas necesidades que se presentan: educación cristiana y evangelización, atención a los pobres, a los enfermos y abandonados. Estemos abiertos a todas las necesidades del mundo.
ser más eficaces en nuestra tarea de mejorar el mundo. No podemos dar razón de nuestra fe y nuestra esperanza aisladamente. La Iglesia es fundamentalmente diocesana, se organiza en torno a su obispo. Seamos el apoyo de nuestros pastores. Se realiza en cada parroquia que es una comunidad de familias. Volvamos a la parroquia, ella nos necesita y nosotros necesitamos de ella. Que nuestra familia sea la Iglesia doméstica que fundamente una sociedad nueva, más humana y más cristiana. ¡Queridas familias!, demos importancia a la formación, basada especialmente en el magisterio de la Iglesia que nos da
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a familia, lugar de un amor que va y vuelve, de comunión, de fecundidad y ternura, es signo, símbolo y tipo de cualquier otra forma de humanidad asociada. No es retórico afirmar que la familia es el primer bien social. En la gratuidad cotidiana que da sentido y valor a sus funciones de generación y educación, la familia introduce en el tejido social ese bien insustituible que es el capital humano, poniéndose de esa manera como recurso eficaz de la Humanidad. Pero no sólo esto. La familia sabe llevar el calor familiar allí donde las estructuras e instituciones, aun con toda la buena voluntad, no pueden llegar. Pero si es grande su designio, igualmente grande tiene que ser el compromiso para llevarlo a cabo. Hoy, más que nunca, vemos que la familia manifiesta al mundo su fragilidad. Vemos esposos que, ante las primeras dificultades de la vida en pareja, dejan de creer en el amor que se tenían. Vemos hijos que, privados de la cercanía de unos padres unidos, encuentran dificul-
PEDRO GONZÁLEZ y LUISA ORTEGA
FRANCISCO AYUGA, Presidente diocesano, de Madrid, de la Acción Católica General
tad para alzar el vuelo hacia un futuro comprometido. Vemos ancianos que, alejados del núcleo familiar, han perdido su ciudadanía y su identidad. Hoy, más que nunca, la familia tiene que ser amada, protegida y sostenida. Es necesario no dejar de acudir nunca al designio originario de la familia, que la ve unida con un para siempre que la consolida y la realiza. Es necesario llenar de significado la vivencia familiar con una espiritualidad de comunión, inherente a la familia, pequeña comunidad de amor. Son necesarias corrientes de opinión fundadas sobre los valores, y políticas familiares adecuadas. Éste es el ardiente deseo que pongo en las manos de María Santísima, sede de la sabiduría y ama de casa, para el bien de la familia hoy y para la realización de toda la familia humana. CHIARA LUBICH Fundadora del Movimiento de los Focolares
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JOSÉ MANYANET Y LA IGLESIA DE BARCELONA
RETABLO DE SAN JOSÉ MANYANET olocado en la capilla de Nuestra Señora del Pilar de la Catedral de Barcelona en el cuarto aniversario de su canonización. El proyecto es del arquitecto Jordi Querol y la imagen de Francesc Carulla. Al pie de la imagen hay esta inscripción:
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osé Manyanet (1833-1901) procedía de la Iglesia de Urgell pero los últimos 30 años de su vida los pasó en Barcelona, amando la ciudad y trabajando incansablemente en plena sintonía con los diversos prelados. En Barcelona estableció las sedes principales de sus institutos y abrió escuelas, colegios y centros de culto: escuelas de la Junta de Señoras (1872), Junta diocesana (1876), Juventud Católica (1881), Asociación de Católicos (1886), colegio San Pedro Apóstol (1890), escuela de la Escolanía de la Merced (1896) y Asilo Naval Español (1896); también en los barrios obreros entonces periféricos: Sant Andreu de Palomar (1877) y Les Corts (1892). En la provincia, los colegios de Vilafranca del Penedès (1889) y Molins de Rei (1894). En Barcelona también, después de haberla comunicado a su obispo de Urgell (1869), compartió la idea de levantar un templo en honor de la Sagrada Familia con los dirigentes de la Asociación Josefina, los cuales hicieron posible la obra genial del arquitecto Antonio Gaudí. En Barcelona inició la publicación de la revista La Sagrada Familia y editó sus obras más importantes. Todos los obispos reconocieron siempre el espíritu sobrenatural de san José Manyanet, estimaron el trabajo apostólico que llevaba a cabo y apreciaron su consejo. Especialmente hay que recordar su participación en las peregrinaciones diocesanas a Roma (1888 y 1900) y su presencia en el Sínodo Diocesano (1890), durante el cual recibió el nombramiento de examinador sinodal. Además, el expediente de aprobación pontificia de sus institutos, preparado desde esta curia diocesana, y la promoción a las órdenes sagradas de los religiosos, le puso en contacto con muchos sacerdotes, todos ellos buenos amigos y admiradores del sacerdote fundador. José Manyanet murió en Barcelona y en la parroquia, que hoy lleva su nombre, se conservan los restos mortales. Y todo el proceso para su canonización se ha llevado a cabo también desde esta iglesia diocesana. Por todo ello, la presencia de san José Manyanet en la iglesia catedral de Barcelona es un testimonio elocuente de amor y de integración en la iglesia diocesana y sus pastores, y, al mismo tiempo, una llamada esperanzada a ser familia, a hacer un hogar del mundo y de cada hogar un Natzaret: una verdadera escuela de virtudes y una verdadera «iglesia doméstica». Josep M. Blanquet, S.F.
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«Tremp 1833 Barcelona 1901 SAN JOSÉ MANYANET, sacerdote y Fundador de los Hijos e Hijas de la Sagrada Familia Inspirador del Templo expiatorio de la Sagrada Familia «Haced un Nazaret en cada hogar»
ORACIÓN A SAN JOSÉ MANYANET Dios y Padre nuestro, que has otorgado a San José Manyanet el don de encarnar las virtudes de la Familia humana de tu Hijo, y con la gracia del Espíritu Santo le has llamado a vivir y anunciar, con la palabra y el testimonio, el Evangelio de la familia, proclamado desde Nazaret; concédenos, por su intercesión, la gracia de vivirlo en nuestros hogares. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
GRACIAS Y FAVORES Seguimos recibiendo peticiones de reliquias de primera clase, como la de Mauricio Ragazzo, parroquia del D. Espíritu Santo, de Espírito Santo do Pinhal (SP, Brasil). «Envíenos, dice, una reliquia de San José Manyanet, protector de las familias. La exposición de una reliquia en las iglesias y comunidades parroquiales es una importante motivación para la participación de las personas y así tenemos la oportunidad de divulgar el ejemplo de su vida, que es una riqueza muy grande de la Santa Iglesia Católica. La reliquia será conservada siempre con mucho respeto, atención, cariño y devoción, y se expondrá en las iglesias y comunidades de las parroquias» (4-5-1008); En agradecimiento, Familia Mañanet Mas, 1.000 euros (Barcelona).
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Notas de psicología familiar
¿LA VIOLENCIA SE APRENDE?
M.a Aurora de Santiago, psicóloga
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ablaremos de violencia en el sentido del «uso intencionado de la fuerza física en contra de un semejante con el propósito de herir, abusar, robar, humillar, dominar, ultrajar, torturar, destruir o causar la muerte» (ROJAS MARCOS). La historia de la humanidad tiene múltiples ejemplos de la aplicación de la violencia. No hay horror imaginado por novelista, cineasta... que no haya sucedido en la realidad, en un lugar u otro del planeta. Existe y ha existido la crueldad y ha dejado huellas inolvidables. La violencia urbana provoca mucha tensión en la vida cotidiana. Además del daño, muchas veces irreparable, que produce en la víctima está el daño que produce en la sociedad. Se genera miedo a que pueda volver a pasar en cualquier momento provocando una desconfianza que perjudica seriamente la convivencia. La violencia juvenil se ha convertido en una desgraciada realidad que debe analizarse para encontrar la forma de contrarrestarla y erradicarla en lo posible. Con frecuencia los jóvenes no saben, no piensan, que el juego violento trae consecuencias destructivas e irreparables.
¿LA CRUELDAD RESULTA ATRACTIVA PARA EL HOMBRE DE HOY IGUAL QUE PARA EL DE AYER?
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REUD en su obra «El malestar en la cultura» dijo: «El hombre no es una criatura bondadosa... por el contrario es una criatura entre cuya dotación de instintos cuenta con una poderosa ración de agresividad». Esta teoría de FREUD y sus seguidores parece estar contestada. Otras corrientes psicológicas creen que todos nacemos con el potencial para ser violentos. Pero también nacemos con la capacidad para la comprensión, la generosidad, la empatía, la compasión. Lo que es lo mismo que decir que la violencia se aprende.
b) La competitividad. La cultura actual realza la rivalidad y el enfrentamiento. Se tiene la creencia que la competitividad es buena porque estimula el aprendizaje, la creatividad... c) Los otros. La errónea creencia de que existen grupos de personas menos buenas, menos valiosas (por ser de raza diferente, de cultura diferente o de religión diferente) es el tercer factor desencadenante de violencia. Es la justificación para actuar violentamente contra los otros. Dice PETER GAY, profesor de la Universidad de Yale: «nada parece más natural que la facilidad con la que los humanos reclaman su superioridad sobre otros colectivos».
CONCLUSIONES
P a) b)
¿CUÁNDO SE APRENDE A SER VIOLENTO?
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asi todas las corrientes psicopedagógicas coinciden en señalar que «las semillas de la violencia» (ROJAS MARCOS) se siembran en los primeros años al igual que las demás semillas. En los primeros años de una persona se configura la estructura de su personalidad. Las circunstancias que rodean la niñez, familiares, sociales, de salud, culturales... son elementos que influirán decisivamente. Sin que olvidemos que existen elementos genéticos que también actúan. Factores que desencadenan violencia: a) El tópico de la fortaleza masculina (machismo). La fuerza física fue importante desde el inicio de la creación. En muchas culturas se realizaban ritos para demostrar la fortaleza del hombre, bien luchando contra los animales o los elementos. Nuestra sociedad presenta a los jóvenes una idealización del hombre agresivo que bebe, pelea, conquista y triunfa a cualquier precio.
c) d)
ara no sembrar la semilla de la violencia existen otros factores que favorecen el desarrollo de buenos sentimientos en los niños: Los padres y el entorno del niño deben sentir y hacer sentir amor que se traducirá en una correcta autoestima. Un tratamiento precoz de los problemas infantiles, los físicos y los mentales, especialmente: trastornos de lenguaje; trastornos del aprendizaje; trastornos de atención; irritabilidad continuada; mala relación con los compañeros; manifestaciones de crueldad con otros niños, con animales, con juguetes. Ambiente familiar armonioso. Enseñanza activa de igualdad de los hombres, no discriminación en razón de sexo, raza, lugar de nacimiento, etc.
Estas propuestas y cuantas se puedan suscitar en esta dirección facilitarán la siembra en los niños de semillas de bondad, compasión, generosidad y altruismo que irán floreciendo en su crecimiento y serán el mejor antídoto contra la violencia.
BIBLIOGRAFÍA ■ ■ ■
WALTER RISO. «La afectividad masculina». Planeta / Zenith. CARL G. JUNG. «El hombre y sus símbolos». Caralt. LUIS ROJAS MARCOS. «Las semillas de la violencia». Espasa bolsillo. N. O 1412 — MAYO - JULIO
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Un centro de la Sagrada Familia para las familias LAS ACTAS DEL VII CONGRESO
PORTADA DEL LIBRO DE LAS ACTAS DEL VII CONGRESO
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omo saben los lectores, nuestro Instituto, en colaboración con otros Institutos religiosos, sacerdotes y seglares, organizó del 6 al 9 de julio de 2006, el VII Congreso Internacional de la Sagrada Familia en homenaje al papa Juan Pablo II y en ocasión del V Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Valencia. El Congreso abordó el tema pastoral de la preparación al matrimonio «Mirando a María y a José - Novios en el Señor». Se estudió la preparación al matrimonio desde el magisterio pontificio y desde la educación y catequesis juvenil y, particularmente, según los Directorios Nacionales de la Pastoral Familiar de España, Italia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Chile, Argentina y Camerún. El aspecto específico del Congreso fue el análisis de las actitudes y comportamientos de María y José, como novios israelitas, las lecciones que dan para la vida y preparación de los novios cristianos de hoy y las claves pastorales que ofrecen para la preparación del matrimonio en nuestros días. Por último, se presentó una síntesis del pensamiento del papa Juan Pablo II sobre la Sagrada Familia y la familia y, en vigilias del V Encuentro Mundial de las Familias, los objetivos y logros de los encuentros anteriores. Y, dado que los congresistas participaron en los actos centrales del V Encuentro celebrado en Valencia, el volumen recoge también las intervenciones del papa Benedicto XVI en Valencia. El volumen inicia con la transcripción del programa y de las adhesiones recibidas de distintas personalidades eclesiásticas y civiles, encabezadas por la de Mons. Leonardi Sandri, entonces sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, y se cierra con el índice alfabético de personas, documentos y lugares. BLIM
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l volumen, a lo largo de sus 290 páginas, contiene los textos de las ponencias de los representantes de varios Institutos religiosos intitulados a la Sagrada Familia y otros sacerdotes y seglares que intervinieron en torno al tema central del Congreso. Contiene además un amplio reportaje gráfico sobre las actividades del Congreso, la bendición e inauguración de la nueva sede del Nazarenum y el Encuentro Mundial de las Familias de Valencia. Para pedidos, dirigirse a la sede del Congreso: Entenza, 301 Tel. 94.439.43 05 08029 Barcelona
INFORMACIÓN Consignamos con gusto la publicación del Decreto sobre la he2 roicidad de las virtudes de dos apóstoles de la Sagrada Familia. En primer lugar, la sierva de Dios Leopoldina Naudet (1773-1834), fundadora de las Religiosas de la Sagrada Familia de Verona (Italia). «En la oración —dice Leopoldina— tuve la inspiración de poner el instituto bajo la protección de la Sagrada Familia y proponerme la imitación de Jesucristo tanto en su vida oculta como en la pública» (Vaticano, 6-7-2007). En segundo lugar, el siervo de Dios Jerónimo Le Royer de la Dauversière (1597-1659), padre de familia, fundador de las Religiosas Hospitalarias de San José (La Flèche, Canadá). Se había consagrado a la Sagrada Familia con su familia y fundó también una Cofradía de la Sagrada Familia. (Vaticano, 6-7-1007).
ORACIÓN PARA PEDIR GRACIAS POR INTERCESIÓN DEL SIERVO DE DIOS MAGÍN MORERA Dios y Padre nuestro, que has suscitado en la Iglesia a tu sacerdote MAGÍN MORERA, ferviente apóstol de la Familia humana de tu Hijo, para que, con los dones del Espíritu Santo, trabajara incansablemente por la salvación de las familias y de la juventud; haz que, animados por el testimonio de su vida, seamos servidores fieles del Evangelio de Nazaret y, por su intercesión, alcancemos la gracia... Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LA SAGRADA FAMILIA
DIÁLOGOS en Familia
VACACIONES EN FAMILIA H
a llegado el tiempo de las vacaciones veraniegas, es un buen momento para reflexionar sobre qué son y como las pasaremos en familia. Primeramente cabe recordar el derecho y a la vez la necesidad que tenemos todos juntos de disfrutar de unos días de descanso. En el Antiguo Testamento se habla de la necesidad del descanso: después de la creación «Dios descansó el séptimo día» (Gn, 2,3).
LA FALTA DE TIEMPO
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n la sociedad en la cual estamos inmersos, no hay tiempo para hacer todo lo que deseamos: dedicar tiempo a los hijos, a los padres o a la pareja, leer buenos libros, conocer rincones de nuestra ciudad, etc. De lunes a viernes estamos ocupados durante todo el día intentando cumplir nuestras obligaciones. Llegamos justos al hogar para preparar la cena, dársela a los niños y preparar las cosas para el día siguiente. Casi no hay tiempo para intercambiar preguntas, tales como: ¿cómo te ha ido el día? ¿Todo bien? Pero es a la vez la posibilidad de descansar lo que nos crea inquietud, porque estamos acostumbrados al ritmo del día a día, de no cesar, y nos parece extraño el hecho de tener que descansar, como si siempre tuviéramos el deber de estar ocupados. El tiempo de vacaciones debería servir para encontrar tranquilidad, paz, serenidad, para que ya sin prisas, supiéramos dar descanso al cuerpo, paz al espíritu, profundidad a la espiritualidad, tiempo a los amigos y, por encima de todo, ser padre, madre, esposo, esposa, hijo o hija, ofreciendo, disfrutando de lo que significa la vida de familia. Pero puede darse un fenómeno curioso durante las vacaciones: la ansiedad por buscar actividades para realizar durante los días de descanso. Hoy se ha puesto de moda llenar este «vacío» haciendo viajes exóticos o apuntándose a «la oferta» de realizar actividades frenéticas lejos o cerca del lugar de residencia. El único objetivo subyacente es llenar el tiempo, sin interesarnos por las nuevas culturas que conocemos, sin disfrutar de los paisajes por los que transitamos, sin gozar de la lectura de un libro. Este «llenar el tiempo», curiosamente se hace de manera estresante, hecho que seguramente es debido a que se ha perdi-
do la conciencia de saber disfrutar del tiempo libre; no hay tranquilidad para disfrutar y compartir el tiempo con los miembros de la familia, para saber relajarse humanamente y psicológicamente, como respuesta a la actividad frenética del año.
EL REENCUENTRO DEL VERANO
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as estadísticas dicen que después de las vacaciones de verano hay un número más elevado de familias que se rompen y también que durante este tiempo se generan más conflictos familiares. Después de once meses de lucha diaria, de jornadas de trabajo interminables, los esposos se despiertan el primer día de vacaciones sin obligaciones que cumplir, sin planificaciones predeterminadas, pero posteriormente, cuando ya no queda nada por hacer, surge
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nuevamente y se redescubre la realidad de la pobreza moral de la convivencia, que se ha ido alimentando el aspecto inhumano y materialista de sus vidas, por el entorno social en el cual se ha convivido. Existe el peligro de que el otro se descubra como un extraño con el que se han compartido algunos minutos diarios durante los últimos meses, pero del cual progresivamente e inconscientemente se ha ido distanciando, y comienzan a emerger todas esas tensiones que quedaron escondidas, todos aquellos temas que se cerraron en falso. Y a menudo, el mecanismo de defensa, ante estas situaciones, es llenar el tiempo, no dejar de hacer actividades: una excursión por la mañana, una visita por la tarde, una cena con los amigos... Todo sencillamente para evitar encontrar tiempo para la reflexión personal, de reencontrar a la pareja, a la persona amada con la cual un día se empezó un proyecto de vida, una promesa de fidelidad, un amor generoso y sacrificado, si era el caso, un reencuentro como esposos.
LA RELACIÓN CON LOS HIJOS
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el mismo modo, las vacaciones pueden ser la causa de un empeoramiento de las relaciones entre padres e hijos; es al final de las vacaciones cuando se puede haber llegado a una situación límite. Las actividades de los jóvenes, que a veces parecen manifestar que encontrarse con los amigos tiene más valor que hacerlo con la familia, la vida y diversiones nocturnas con horarios que rompen toda lógica de descanso y de vida familiar, las programaciones de actividades que tienen como único criterio de valoración disfrutar, pueden ser causa de una progresiva tensión. Pero también cabe la pregunta de si alguna vez no son los padres los causantes de la disgregación familiar por su egoísmo, por miedo a que los hijos les quiten el tiempo libre: ¿cuantos padres envían a los hijos lejos, de vacaciones, para quedar más tranquilos? Hay que tener imaginación para convertir las vacaciones en un tiempo excelente para compartir el tiempo con la familia, para encontrar actividades comunes que ayuden a conocerse mejor, a amarse más, en definitiva, a estar más unidos. Es sin duda en los largos momentos compartidos cuando los padres pueden transmitir a sus hijos los valores cristianos, no solamente de palabra, sino con el ejemplo. No hay nada mejor para la familia que disfrutar precisamente de días de vacaciones en común: días para dialogar, compartir ilusiones, y la vida.
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TIEMPO DEL ESPÍRITU
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l tiempo de vacaciones permite dedicar tiempo al espíritu. Muy a menudo se olvida la dimensión espiritual, tan importante para el hombre, porqué es la que dirige las actitudes de la vida. Parece que hoy da miedo encontrarse con uno mismo. Durante el año es difícil hacerlo, por falta de tiempo o porque no se quiere encontrar para hacer ésta reflexión, y preguntarnos como nos sentimos, cuáles han sido las actitudes y comportamientos y, en definitiva, como hemos de enfocar la vida cristiana. Este reencuentro personal con uno mismo ayuda mucho a reencontrarse con la propia pareja, con los hijos, es un reencuentro bueno y necesario. Si a lo largo del año, a causa del trabajo, de las preocupaciones y del estrés, es difícil pensar y reflexionar serenamente sobre uno mismo, aún es más difícil pensar en aquellos que nos rodean. Es necesario que aprovechemos las vacaciones para dialogar, para escuchar, para poder poner en común los proyectos, las ilusiones, también los miedos y las preocupaciones del futuro. Es así como la pareja se fortalece año tras año. Las vacaciones también son un buen momento para que los padres reflexionen sobre el futuro de sus hijos. Es precisamente en estos momentos de tranquilidad y de descanso cuando podemos hablar de cuáles son los valores que queremos transmitir y cuál es la educación que les queremos ofrecer. Y, asimismo, es un buen momento para valorar si han sido alcanzados los objetivos planteados durante el año.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR j ¿Tenemos pensado dedicar algunos días de estas
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próximas vacaciones para hacer una reflexión sobre las vivencias vividas por la familia en el último año? ¿Haremos alguna/algunas actividad/es en común con toda la familia? ¿Aprovechamos las vacaciones para hablar de los proyectos familiares comunes? ¿Y de las ilusiones individuales? ¿De todo lo que no hemos hecho «por falta de tiempo», hemos decidido qué haremos? ¿Qué actividades tenemos programadas este verano para profundizar espiritualmente?
LA SAGRADA FAMILIA
TEXTOS BÍBLICOS Gn. 2, 1-3. «El cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, quedaron terminados. El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación.» Ps. 19, 8. «La ley de Yahvé es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahvé, es veraz, sabiduría del sencillo.» Cohelet 3, 1-9. «Todo tiene su tiempo, y todo lo que hay debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.»
Mc. 6, 31. «Jesús les dijo: Venid, vosotros solos, a descansar un poco a un lugar apartado. Porque iba y venía tanta gente que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer.»
BIBLIOGRAFÍA j VV. AA. Tómate tu tiempo. 5 Oraciones y materia-
les para la reflexión. Coordinació Catalana de Colònies, Casals i Clubs d’Esplai. Texto para la oración, adecuados para el tiempo libre y de vacaciones. j Roser Bosch y Joan Marquès. Gracias por el Sol y
por la Luna. Este libro, dirigido a los más pequeños, se basa en el cántico de las criaturas de San Francisco de Asís. Quiere ayudar a los padres a descubrir a Dios a los más pequeños a partir de la naturaleza y de las cosas cotidianas. j Fundación Claret. Transmitir a los niños la expe-
riencia del Dios de hoy. Ponencias del 6.o simposio sobre la Fundación Claret, celebrado bajo el lema que es el título del libro. La mayoría de las ponencias giran en torno al papel de la familia en la educación religiosa de los niños.
Delegación de Pastoral Familiar - Barcelona
EL
ENTORNO DE JESÚS Poblaciones, Lugares y Personas
«Este libro, escribe el P. Pedro Mas, autor del mismo, es el resultado de haber recopilado los artículos aparecidos durante 10 años en la revista La Sagrada Familia, fundada por san José Manyanet en 1899 y publicada por la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José. Consta de tres partes: aldeas, pueblos y ciudades de Israel; de sus lugares más significativos por los que Jesús de Nazaret pasó y personas de su entorno. A su vez, cada parte consta de quince apartados que corresponden a quince poblaciones; quince lugares y treinta personajes, agrupados éstos de dos en dos, por afinidad o complementariedad (...)». El P. Jesús Santamaría subraya en el Proemio: «Para todos, para quienes han sido agraciados con una visita temporal y material a la Tierra de Jesús como “peregrinos de La-Palabra”, pero también para quienes son “peregrinos de La-Palabra” en los ambientes cotidianos, estas páginas van a poder ser una escuela de “estudio de Evangelio”, un aldabonazo en la hermosa aventura de dejarse seducir por el que nos hace cercana la Ternura, la Misericordia, la Paciencia, la Bondad, la Compasión, la Alegría, la Paz... y el Amor de Dios-Trinidad».
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Poblaciones, Lugares y Personas
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Esposos y Santos Esposos Santos Esposos y Santos Esposos yy Santos SANTA UMBELINA DE CLARAVAL
Pedro Mas, SF
Esposa, monja y santa familia que alcanzó a Cristo»: siete hermanos, seis «Lavarones y Umbelina, todos canonizados. Fueron
sus padres los señores de Fontaines (Francia), Tescelín, «el Moreno», caballero del duque de Borgoña y Alicia de Montbard. Umbelina nació en 1092. El hecho de tener tres varones mayores y tres menores, enriqueció mucho su carácter. Su madre la educó en la virtud. Umbelina la imitaba en la piedad y obras de caridad. Al criarse entre los varones, tenía temple caballeresco. Con ellos competía en los torneos; con ellos montaba los mejores corceles y juntos recorrían las tierras de su padre. Sus hermanos le decían: «Tú eres Bernardo en mujer». Ella quería a todos, pero Bernardo, al que llamaba «Ojos grandes», era su alma gemela. Bernardo, fundador de Claraval e impulsor del Cister, arrastró a sus hermanos a consagrarse a Cristo. Umbelina quedó como heredera de todos los bienes de sus padres. Todo lo tenía a su favor: juventud, belleza, riquezas... Al fallecer su madre olvidó todas las enseñanzas y se dejó arrastrar por las vanidades mundanas. Entre muchos pretendientes eligió a un caballero de alta alcurnia, Guido de Marcy, con quien contrajo matrimonio. Sus hermanos, al enterarse, se limitaron a pedirle a Dios que le fuese fiel en el nuevo estado. Tercelín, que vivía solo, se sintió con deseos de seguir a sus hijos, ingresando en Claraval, uno de los centros de mayor irradiación espiritual de Occidente. Umbelina, junto a su esposo, vivían felices en el castillo de Fontaines; congeniaban de maravilla, pero no tuvieron hijos. Cierto día, a Umbelina, se atavió con lo mejor que le dictó su vanidad y se presentó en Claraval, a visitar a sus hermanos. Le abrió la puerta Andrés, uno de sus hermanos, quien a verla le espetó: «¿Eres tú la hija de Alicia de Montbard? ¿Acaso esas joyas cubren otra cosa que un saco de podredumbre? No me explico que hayas llegado a ser mujer tan vanidosa». Umbelina se entristeció y comenzó a sollozar, diciendo: «Es verdad, soy una pobre pecadora que rinde demasiado culto a su cuerpo de barro, cubriéndole de galas que al fin son trapos». Bernardo se negó a recibirla. Ante el rechazo de sus hermanos, Umbelina, tenía un corazón sencillo y reaccionó y dijo «por eso busco la compañía de los santos; si mi hermano Bernardo desprecia el cuerpo, que el siervo de Dios tenga al menos compasión de mi pobre alma...». El portero volvió de nue-
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vo ante Bernardo con el mensaje de Umbelina. Mandó reunir a todos los hermanos y salieron a la hospedería para saludar a su hermana. Al anochecer, Umbelina se despidió con toda ternura y emprendió viaje de regreso al castillo. Había llegado a Claraval con un corazón esclavizado y salió de allí con un desapego total a las vanidades. Comenzó a vivir con su esposo de manera distinta a la de antes, desprendiéndose de las alhajas y «trapos» llamativos; amó más; frecuentaba la iglesia y los sacramentos y dio de lado a las conversaciones inútiles.
Su marido le permitió abrazar la misma regla que sus hermanos, entrando en el monasterio benedictino de July, donde ya estaban su cuñada Isabel y su sobrina Adelina. Umbelina sucedió a Isabel como abadesa y ella a Adelaida. Guillermo de Saint Thierry (contemporáneo de Umbelina), llegó a decir «que en la vida del claustro no fue inferior a Bernardo en santidad que en la sangre». El veintiuno de Agosto de 1141, a la edad de cincuenta años y tras dieciséis de vida en el claustro, falleció. El mismo San bernardo presidió los funerales y mereció que se le apareciera la santa que le cercioró de la suerte feliz que le cupo en el cielo. En el año 1871, Pío IX concedió un Oficio propio para la «Asociada a Bernardo en el servicio del amor». La Orden del Cister celebra desde antiguo su fiesta, el doce de febrero.
«VERDAD, BIEN Y BELLEZA DE LA FAMILIA» P. Alejandro Illescas, SF
BELLEZA
E
n estos días, en que me han encargado este artículo, estoy leyendo un libro que lleva por título «De abuelitas, abuelitos y otros ángeles benditos» y aparentemente no parece un libro «serio» y no sé si, para los expertos, habla de la verdad y el bien de la familia (aunque a mi parecer sí y mucho) pero, sin duda, nos deja ver su belleza. En la escuela me enseñaron cuáles son las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sin más escuela que los años yo he aprendido cuáles son las Siete Maravillas de mi mundo. La primera es hallarme en ese mundo. Celebro no ser ateo: si lo fuera ¿a quién daría las gracias por esa maravilla y por las otras? La segunda es haber sido hijo de los padres que tuve. La tercera, ser esposo de la mujer que amo. La cuarta, quinta, sexta y séptima maravillas son mis hijos y mis nietos. Ésas son las Siete Maravillas de mi mundo. Junto a ellas cuento muchas más: el gozo del amor continuado; una larga familia pródiga en larguezas; amigos que me regalan su presencia y no me reprochan mis ausencias; un ángel que se disfrazó de perro para que yo pudiera verlo; milagros súbitos que todos los días llegan a mi puerta inesperados. ¿Qué son las Siete Maravillas del Mundo Antiguo al lado de estas maravillosas maravillas de mi mundo? (Página 26.) No sé si se vale que un artículo que se supone es mío, lo escriba sin querer otro, y no cualquier otro sino Armando Fuentes Aguirre «Catón», famoso articulista mexicano. Pero, aprovechando la alegría de los días de Pascua en que estoy escribiendo, y que su libro me ayudó a reforzar, hago un poco de travieso y me tomo esa libertad. Le pido, desde aquí, disculpas por copiar algunas páginas de su libro en este artículo, sin permiso. Espero que no sea visto como ‘piratería’ sino como publicidad y agradecimiento. El libro me lo prestó mi Mamá (siempre con mayúscula por lo que significa ese título). Ella, como Don Armando, ya es abuelita y, al igual que él, muy orgullosa de serlo... Los abuelos, ¡ay los abuelos! Ellos si que saben valorar lo que significa la familia: su verdad, bien y belleza. No sé por qué algunas personas no es hasta que son abuelos, que empiezan a valorar lo más valioso que tenemos: nuestras familias. Digo «nuestras familias» en plural, y no nuestra familia, porque todos a lo largo de la vida tenemos varias familias: una es nuestra familia de origen, la de nuestros papás y hermanos; otra la que formamos si nos casamos y tenemos hijos (y luego nietos); otra a la que entramos por nuestro cónyuge: nuestra, así llamada, familia política; y varias otras
familias (menos directas pero que también forman parte de nosotros) y que son todas aquellas que nos permiten compartir por momentos su vida familiar (son las familias de los amigos, en las que incluso, a veces, somos medio tíos de cariño). Digo, no sé por qué tardamos tanto en reconocer el gran valor que tiene el cariño familiar y lo fundamental que es para nuestro yo más profundo. En el mundo hay dos condecoraciones de importancia. La primera es la Legión de Honor, máxima presea que otorga Francia. La segunda es una condecoración que yo, sin merecerla, recibí este sábado. Llegué a casa de mi hija. Tenía prisa, pues iba a desayunar con mis amigos, pero pasé a dejar algo. Ya me iba cuando mis nietos descubrieron mi presencia. —Mami —le pidió con ansiedad a mi hija su niño mayor—. Dile a mi abuelito que se quede un ratito. —¡No! —rogó con más vehemencia la pequeña—. ¡Dile que se quede cinco ratitos! Hay dos condecoraciones de importancia en este mundo. Los franceses pueden quedarse con la suya. Yo recibí ya la mejor. (Y perdonen mis amigos que no fui al desayuno.) (Página 22.) La belleza de la familia está sin duda en los ojos de un hijo, sobrino o nieto que nos mira y nos enseña sus nuevos «grandes» descubrimientos de la vida como si nosotros no lo supiéramos. O en el hijo adolescente que vuelve a confiar en sus padres aunque está en la lucha por encontrar su propia personalidad. O en la ternura de una madre que arrulla a un hijo, o en su cansancio de un día interminable de quehaceres domésticos. O en el orgullo de un padre que ve crecer a sus hijos y se ve reflejado en ellos, o tiene la paciencia de lanzarle cientos de veces la pelota al hijo hasta que consigue atraparla. O en las arrugas de la abuela o el cansancio del abuelo que se queda dormido en la mesa después de comer. O en esas reuniones tan ruidosas de toda la familia en casa de los abuelos en que todos hablan, discuten, ríen casi siempre divididos por grupos de edades y a veces todos juntos. O en esos viajes de vacaciones...
BIEN
L
os niños y los abuelos, que de sabiduría saben mucho, saben ver lo que de verdad vale en la familia y disfrutarlo: me refiero al presente. Los adultos en cambio estamos tan ocupados tratando que la vida sea como nosotros creemos que debería ser, en construir un supuesto mejor futuro, que dejamos de lado lo que tenemos delante de los ojos. Los niños en cambio (y los abuelos que saben serlo), aunque sueñan con un N. O 1412 — MAYO - JULIO
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—A mis años ya nadie me echa los perros. Mi nietecita corre hacia mí, me abraza con sus dos alas y me dice al oído: —¡Guau! Todo yo quedo envuelto en ese abrazo, y todos los soles de la vida brillan al mismo tiempo para mí. Y pienso entonces que todo es bueno, hasta —posiblemente— yo. (Página 59.)
futuro o lo esperan, viven el presente, —disfrutan de la vida, de la familia—, no se lo adueñan, sino que lo toman a grandes sorbos, que les dejan marcados de color los bigotes. Mi nieta pequeñita me llama para que vea una flor en el jardín. La flor es diminuta; apenas la puedo distinguir entre las briznas del césped que la esconde. Pero en este momento ni el sol mismo tiene la grandeza que para nosotros dos tiene esa milimétrica criatura. Dice ella: —Hoy en la noche le daré gracias a Dios. —¿Por qué? —le pregunto con la torpeza del adulto que no sabe detenerse ante la gracia. Y me responde la niña: —Porque hizo esa flor para que yo la viera. «Sí —pienso yo—. Y a ti Dios te hizo para que te mirara yo». Y es que ella está en mi mundo como en su mundo está la mínima flor que ahora vemos: como el regalo de un amoroso Dios. (Página 49.) Cada vez oigo más historias, tan tristes, de hombres mayores que vuelven a la familia (a la de origen o a la que quisieron formar) después de muchos años de alejarse de ella, años en que se creían conquistadores del mundo, en que decían no necesitar de nadie, de buscarse a sí mismos, de querer guardar su tiempo para sí. Vuelven con la cabeza gacha, pidiendo cariño y perdón. Vuelven después de haber descubierto lejos lo que era su verdadera razón de ser. Piden una limosna, que tristemente, a veces, ya no se les puede dar, o bien porque ya es tarde o bien porque en sus años de fuga, con su orgullo, destruyeron los puentes necesarios para poder volver. Pero en las familias, como en la parábola del Hijo pródigo, además de esos que huyeron están también aquellos que aun estando en casa no saben valorar o disfrutar lo que tienen al tener familia. Con los años se vuelve uno muro de las lamentaciones; la queja se torna oficio cotidiano. Pero de pronto el amor te sale al paso, y sientes la caricia de la vida. Entonces todo amargor se hace dulcedumbre; entonces piensas que todo es bueno, hasta —posiblemente— tú. Estábamos todos en mi casa, en la reunión familiar de los domingos. Se hablaba de cosas de la edad, de los frutos y dones que se pierden cuando se va la juventud. Yo digo con tristeza simulada:
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El bien de la familia está en saber quien soy, de quien nací, a quien pertenezco o pertenecí. El bien de la familia es que la mejor fuente de autoestima por ser el único lugar en donde se me quiere por lo que soy, y no por lo que hago o tengo, y donde puedo sentirme libre para hacer el tonto o salir en pantuflas; en donde me aguantan mis peores momentos, mis peores chistes y donde disfrutan hasta las lágrimas mis logros y mejores ocurrencias. La familia es un gran bien pues es la mejor escuela de socialización, donde comparto, cedo y lucho, y donde marcamos unos límites con nuestras personalidades que nos ayudan a todos a convivir a pesar de lo diferentes que a veces somos... Y creó Dios a la familia y vio que era ¡muy buena!
VERDAD
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a verdad de la familia, sin duda, es la que se vivió en Nazaret. Pero seguramente porque era como todas las familias (o la mayoría), una familia atípica: madre soltera, emigrantes, etc. Pero sin duda con una gran confianza en Dios y una lucha ante la vida. Y es que la verdadera familia es aquella donde se vive de verdad el amor, la que logra ser «una comunidad de vida y amor» (pues Dios es amor). Cada día veo algunas de estas familias en la parroquia en la que me destinaron hace poco. Visité en su santuario a la Señora para llevarle mi amor de hijo. Ante ella estaba cuando vi algo que me conmovió. Llegó un hombre de edad madura con un bebé en los brazos. A su lado iba una muchacha joven. El hombre alzó al pequeño y lo mostró a la Virgen. Después hicieron una oración... Al salir, el hombre me reconoció, y entablamos una breve conversación. —Soy viudo —me contó—. Vine con mi hija y su bebé. Ella es madre soltera. Un individuo la sedujo y la dejó. Vine a decirle a la Virgen que si mi nieto tiene dos mamás, que son Ella y mi hija, también tendrá un papá, pues eso seré yo para este niño. Hay héroes del amor cuyo heroísmo nadie ve... (Página 96.) A ser familia se aprende. Conforme vamos valorando lo que de verdad vale y damos su verdadero valor a lo que no vale, las personas (y especialmente las nuestras) son lo único por lo que nos convencemos que vale la pena luchar.
LA SAGRADA FAMILIA
EN FAMILIA... MONSEÑOR AGUSTÍN CORTÉS VISITA EL COLEGIO SAN RAMÓN (VILAFRANCA)
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onseñor Agustín Cortés, obispo de la diócesis de Sant Feliu, visitó a la comunidad religiosa y educativa del colegio San Ramón con ocasión de la Semana de la Familia y compartió la fiesta de Sant Jordi con los alumnos/as y sus profesores/as interesándose y participando en las diversas actividades programadas.
BENDICIÓN DE LA ESTATUA DE SAN JOSÉ MANYANET EN LA CATEDRAL DE BARCELONA
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oincidiendo con el cuarto aniversario de la Canonización de San José Manyanet (16 de mayo de 2004), fundador de nuestra revista, se celebró en la catedral de Barcelona, presidida por el Doctor Joan Guiteras (Decano del Capítulo de Canónicos de la catedral), una solemne Eucaristía que concluyó con la Bendición de la imagen del «Apóstol de la familia» colocada en la capilla del Pilar. Numerosos religiosos, familias y devotos de san José Manyanet quisieron participar de este acontecimiento que no es sino un reconocimiento a la labor que realizó en la diócesis y en la ciudad de Barcelona y un impulso para seguir trabajando, con fidelidad y renovado empeño, a favor de la familia y la educación en medio de la comunidad cristiana diocesana. Cuando yo tenía veinte años mi padre no sabía absolutamente nada de la vida. Sus concepciones acerca del mundo eran obsoletas, anacrónicas, y no entendía las nuevas realidades que tan profundamente conocía yo. Cinco años después yo me casé. Al año siguiente nació mi primer hijo. Comencé entonces a tener problemas que nunca imaginé que existirían. Descubrí sorprendido que para todos esos problemas mi padre tenía una adecuada solución. Y encontré que mi papá era dueño de la verdadera sabiduría de la vida. ¡Caray, como aprendió cosas el viejo en nada más seis años! (Página 66.) Recuerdo que cuando era niño e iba con mis hermanos a un evento (1.a Comunión, fiesta de cumpleaños, etc.) iba por
encontrarme con otros (primos, amigos, etc.), sin importarme demasiado el que también fueran mis hermanos. Ahora de mayor cuando voy a esos eventos voy por encontrarme con mis hermanos, sin importarme demasiado muchas veces que vayan otros conocidos. Ojalá como quería Jesús llegue un día que seamos capaces de ver a todos los seres humanos como parte de nuestra familia y amarlos y cuidarlos; pero mientras eso sucede, cuidemos, por lo menos, nuestras familias (y vuelvo a ponerlo en plural). ¡Gracias de corazón a todos aquellos que se esfuerzan por ser familia, la cuidan y disfrutan en la vida diaria! Gracias por demostrar al mundo la verdad, el bien y la belleza enormes, que esa milenaria y pequeña institución llamada familia tiene no sólo para ellos mismos sino para toda la humanidad. Gracias pues a todos ello, y también a «Catón». Que sus familias les sigan dando ¡muchas felicidades! N. O 1412 — MAYO - JULIO
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MÁRTIRES POR LA FAMILIA LOS SUPLICIOS DE LOS MÁRTIRES
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omo es sabido, el Derecho romano desconocía la pena de cárcel. Por eso el mártir que recibía sentencia condenatoria podía ser destinado a destierro, deportación, trabajos forzados o pena de muerte. El destierro era la pena más suave en que podía incurrir un cristiano. No se consideraba pena capital, porque, al menos en principio, no implicaba la pérdida de los derechos civiles ni, por tanto, la confiscación de bienes. Muchos cristianos sufrieron destierro entre los siglos I y IV. El apóstol San Juan fue desterrado a la isla de Patmos, las dos Flavias Domitilas fueron desterradas a las islas de Pandataria y de Pontia; el papa San Cornelio muere desterrado en Civitavvecchia. También fueron desterrados San Cipriano, San Dionisio de Alejandría y tantos otros mártires. A veces los desterrados eran tratados con relativa suavidad, como los dos últimos citados. Parece, sin embargo, que el destierro de los cristianos fue más duro que el de los paganos, pues, al menos, en la persecución de Decio, contra el derecho común, había confiscación de bienes. La deportación era pena más grave que el destierro. Era pena capital que implicaba una muerte civil. Los deportados eran tratados como forzados, y se les enviaba a los lugares más inhóspitos. Un jurista, Modestino, decía que «la vida del deportado debe ser tan penosa que casi equivalga al último suplicio». A veces el látigo y el palo de los guardianes apresuraban el fin del deportado. Así murió deportado en Cerdeña en el año 235 el papa San Ponciano. La condenación a trabajos forzados era la segunda pena capital, que se cumplía en las canteras y en las minas que el Estado explotaba en diversos lugares del Imperio. Muchos cristianos de los primeros siglos sufrieron esta terrible pena. Estas penas son de ayer ciertamente, pero se conoce bien una historia relativamente reciente que los ha actualizado y potenciado. BLIM
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onseñor Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona, bendice el nuevo sarcófago en donde descansan los restos mortales de los testigos de la fe Hijos de la Sagrada Familia que dieron su vida en los años 1936-1937 por fidelidad a Cristo y a su vocación de apóstoles de la familia y educadores de la juventud. Las urnas de cada uno de los que ha sido posible recoger los restos mortales están colocadas en una especie de alacena de piedra artificial, cerrada con dos puertas de bronce que simbolizan las cubiertas del libro de la vida en el que están inscritos los nombres de estos 20 héroes de la fe cristiana que, viniendo de la gran tribulación, «han lavado sus vestiduras y aniel Arasa (Tortosa 1944), periolas han blanqueado con la sangre del Cordedista, acaba de publicar la biografía ro» (Ap 7, 14), como reza la inscripción su—«Entre la cruz y la República» (Barceperior. La capilla panteón está situada en la lona 2008)— del llamado general cristiaparte izquierda del presbiterio del santuario no, Antonio Escobar Huerta, que se mande San José Manyanet, de Barcelona. Todo el tuvo en el bando fiel a la II República. El conjunto es obra del escultor Francesc Caruautor quiere dar a conocer y reivindicar lla (diciembre 2007). una figura de gran calidad humana y cristiana que se ve inmersa en situaciones político-sociales muy difíciles. El sentido ORACIÓN PARA PEDIR GRACIAS cristiano de esta persona a lo largo de su POR LA INTERCESIÓN vida, su muerte ejemplar y perdonando, DE LOS SIERVOS DE DIOS los textos realmente místicos que escribió Dios y Padre nuestro, que has suscitado en las últimas semanas de su vida, la acepla Iglesia a tus Siervos JAIME PUIG Y 19 tación profunda de la voluntad de Dios, COMPAÑEROS, Hijos de la Sagrada Famicreo que son argumentos para poder inilia, apóstoles de la familia y educadores de ciar un proceso de beatificación. La simla juventud hasta derramar generosamente ple antefirma de su sentencia de muerte su sangre; te rogamos humildemente que, aceptando la santa Voluntad de Dios, o por su ejemplo e intercesión, seamos siemlos testimonios de sus compañeros de pre y en todas partes instrumentos de tu paz y nos concedas la gracia que te pedimos... prisión que lo consideran un santo son Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. muestras de ello. No creo que se le puede considerar «mártir» porque no murió por odio a la fe católica sino por haber sido Agradecemos a nuestros lectores que leal a la República. Pero no veo inoportunos envíen noticias y relaciones de los no ni contradictorio incoar el proceso de favores y gracias obtenidos por interbeatificación de una persona del otro bancesión del Siervo de Dios (Vicepostulado que vivió las virtudes cristianas y mución. Entença, 301. 08029 Barcelona). rió de manera ejemplar.
TESTIMONIO
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LA SAGRADA FAMILIA
XIII TALLER DE PASATIEMPOS (De una idea del colegio P. Manyanet de Alcobendas —Madrid—)
CRUCIGRAMA
PIRÁMIDE DE LETRAS 1
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Las sopas no son para el verano, sino para el invierno. Ahora es la época de los calamares, los helados... y un plato muy fresco que tendrás que descubrir en esta pirámide. Pista: cada fila de la pirámide tiene todas las letras de la palabra superior, y una más.
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para hacer en familia
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Éstos son algunos de los deportes que se practicarán en los Juegos Olímpicos de Verano. Identifícalos y ponlos en el crucigrama.
1. Lo que verano y pala tienen en común. 2. Entrega. 3. Mujer mágica sin hache.
Están todos escritos con ortografía española.
4. Cero, vacío...
Horizontales
5. Tenista famoso.
1. El preferido de Robin Hood.
6. Que está cubierta de lana.
3. En este deporte me río mucho cuando me mojo.
7. Mujer que vive en la aldea.
5. 12 personas y una red.
8. Refrescante plato de verano.
8. Solo o en pareja. 9. Solo o en pareja, con una mesa. 10. Como el fútbol, pero sin usar las piernas. Verticales 2. El deporte sobre dos ruedas. 4. El primer deporte olímpico. 6. Solo o en pareja, con plumas. 7. Con portería y en el agua.
TOALLA MÁGICA Lo que tienes a la derecha es un cuadrado mágico, pero está vacío. Tienes que rellenarlo con los números del 1 al 9 para que todas sus filas y columnas sumen lo mismo.
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Después, intenta rellenarlo con los mismos números para que las diagonales también sumen esa misma cantidad. Pista: El número que sumarán las filas, columnas y diagonales es el mismo que el Día Internacional de la Familia.
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Édison Fañanás Lanau
UN ENCUENTRO
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articipo en una jornada de voluntarios en prisión. Ahí está Juan (llamémosle Juan), un hombre que todavía no tiene 60 años y que está en el mundillo de los voluntarios de prisión desde hace poco tiempo. Nos acabamos de conocer pero congeniamos, hay «química». Comemos juntos. La comida, aunque se nos hace corta, da para mucho. Sin tapujos me explica su historia. Juan nace y se cría en el seno de una familia católica alemana. Es tiempo de posguerra, pero Juan tiene una infancia y juventud sin carencias. A pesar de haber hecho de monaguillo tres o cuatro años en su parroquia, a partir de los 16 años «desconecta» de la Iglesia católica. Esta «desconexión» ha durado 40 años porque, según él, no necesitaba a Dios, se sentía fuerte, no le faltaba de nada. A los 25 años se casa con Gabriela y tienen dos hijas. La relación dura 17 años. Se separan. Al cabo de 5 años Juan se casa de nuevo, esta vez también con una mujer de confesión evangélica, Ingeborg. La relación no dura más que unos pocos años, Inge fallece el 7 de julio de 2004.
VINO EN AGUA
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esde su juventud Juan tiene un compañero de viaje que no quiere dejar: el alcohol. Su segunda mujer comparte compañero de viaje. La doble vida con Inge, ambos trabajan separadamente de día —ella es contable, él es agente comercial; se ganan bien la vida—, ambos beben juntos de noche, la llevan controladamente bien durante 5 ó 6 años. Poco a poco el pozo se va haciendo más profundo y más oscuro. Inge pierde por el alcohol su trabajo y también su carnet de conducir. Juan tira la toalla, no aguanta más esta vida: se cierra en su garaje con su coche el 21 de abril de 2004 con la esperanza de poner fin a su vida. No lo consigue. Pasa por un psiquiátrico y con Inge se proponen dejar el alcohol definitivamente. Vuelven, no obstante, a las andadas tres meses después. Inge fallece un mes más tarde. Juan vuelve al psiquiátrico. Juan está tocando fondo, más para abajo no puede ir. Una vecina, Gundi, cristiana «beata» y perteneciente a la «freie Kirche» (Iglesia evangélica libre) le visita con dos libritos. Juan casi la envía a paseo. A pesar de todo se hace con los dos libritos. Empieza a leer uno en el baño... y no sale hasta que se lo acaba. Stop. La historia que ha leído le ha «tocado»: un alcohólico se libera del alcohol a través de Jesús. En ese mismo instante él decide ser como
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el alcohólico del libro. A partir de ese mismo instante decide no probar ni una gota de alcohol. Una nueva versión del milagro de las bodas de Caná se acaba de consumar: ¡el vino se ha convertido en agua!
TRABAJADOR DE ÚLTIMA HORA
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s de agradecer encontrarte con personas que transpiran a Jesús por todos los poros de su cuerpo. Siento como si Juan formase parte de los primeros discípulos de Jesús, como si Juan hubiera tenido contacto directo con el Señor. ¿Qué ha debido experimentar Juan para transmitir una alegría sana, una humanidad nueva, un sentido en su vida, que va mucho más allá de sus limitaciones y debilidades? ¿Qué han experimentado su primera mujer, sus hijas, sus vecinos, sus colegas para no sólo perdonarlo sino también restablecer una relación de cordialidad e incluso de amistad? ¿Cómo ha sido posible dejar el alcohol sin terapia y sin ninguna estancia en «casas de desintoxicación»? 40 años sin Dios y con mucho alcohol. A Dios esto no le importa. Al evangelio me remito (Mt 20, 1-16).