4 LA VANGUARDIA
INTE RNACIO NAL
DOMINGO, 18 ENERO 2009
Nueva era en la Casa Blanca El desembarco demócrata
Obama imita a Lincoln y culmina su ‘viaje improbable’ en un viejo vagón
La revolución sin fin
Xavier Batalla
Obama y Europa
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REUTERS
Tradición y cambio. Como hizo Abraham Lincoln en 1861, Obama viajó a Washington en un viejo ferrocarril acompañado de su familia, amigos y periodistas, en un trayecto lento y con escalas MARC BASSETS Hyde Park. Corresponsal
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a idea de que Estados Unidos es un país todavía en construcción, sumido en una batalla permanente para modelar un futuro no escrito, resonó ayer con fuerza en Filadelfia, cuna de la democracia norteamericana, donde Barack Obama emprendió la última etapa del viaje que le llevará a la Casa Blanca. Obama, retomando una tradición que inició Abraham Lincoln en 1861, se subió a un viejo vagón de ferrocarril y, acompañado de su familia, amigos y periodistas, viajó a Washington, en un trayecto lento y con varias escalas. “La revolución americana no terminó cuando las pistolas británicas callaron. Nunca fue algo que pudiese ganarse sólo en el campo de batalla o completarse en los documentos de los padres fundadores. No fue simplemente una lucha para liberarse del imperio y declarar la independencia”, dijo Obama en un breve discurso. “La revolución americana era, y sigue siendo, una lucha que todavía se está librando en la mente y el corazón de la gente para estar a la altura del credo fundador”, añadió.
En el tren viajaban Barack Obama, que el martes se convertirá en el 44.º presidente de Estados Unidos, su esposa, Michelle, que cumplía 45 años, sus hijas, el vicepresidente Joe Biden y un puñado de amigos y periodistas. Pocos países viven con tanta devoción la historia como los jóvenes Estados Unidos de América. Obama no es U N P AÍ S EN C ON ST R U CC IÓ N
“La revolución sigue librándose en la mente y el corazón de la gente” F R EN T E A LAS C RI S IS PR ESE N T ES
“Necesitamos una nueva declaración de independencia”
una excepción. El viaje en tren conectaba, primero, con Lincoln, que es, junto a Roosevelt, uno de sus modelos: hijo de una familia sin recursos, procedente de Illinois, abogado, alejado de las estructuras de poder su partido, artífice del fin de la esclavitud... Las similitudes saltan a la vista. Los Obama se mudaron a Washing-
Los críticos dicen a Obama que Roosevelt agravó la crisis >> VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR
Tampoco Obama quiere perder ni un minuto una vez en la Casa Blanca. De hecho, las negociaciones en el Congreso para adoptar el plan de estímulo ya han comenzado. ¿Funcionará? Los críticos de Roosevelt dudan de que el new deal sirviese para sacar a Estados Unidos de la depresión. Algunos incluso opinan que la agravó. “Sencillamente: el programa no funcionó”,
advierte el historiador Burt Folsom, que acaba de publicar un ensayo crítico con Roosevelt. “Cuando subes los impuestos, no hay incentivos para invertir. Por eso sería muy peligroso que Obama intentase imitar a Roosevelt”. Folsom, como otros historiadores y economistas, argumenta que en 1938, cinco años después, la tasa de paro superaba el 17%, y el país estaba en recesión. Sólo la economía de guerra sacó al país del pozo.
ton a principios de mes, pero recorrer el último tramo simbólico en tren –seis horas o más, pese a que el recorrido soñó era de 220 kilómetros– rubricaba uno de los motivos recurrentes del relato electoral del nuevo presidente: el del viaje improbable a la Casa Blanca de un afroamericano desconocido hasta hace cuatro años. Obama hereda de George W. Bush dos guerras inconclusas y una país con una de las peores recesiones de las últimas décadas. “Aunque nuestros problemas sean nuevos, lo que necesitamos para superarlos no lo es. Necesitamos la misma perseverancia e idealismo que mostraron nuestros fundadores. Lo que necesitamos es una nueva declaración de independencia, no sólo en nuestra nación sino en nuestras vidas: de la ideología y el pensamiento corto de miras, del prejuicio y el fanatismo”, dijo. Grandilocuencia en las palabras y los gestos, a la altura de la liturgia de un traspaso de poderes especial: en el país del esclavismo y la segregación, un afroamericano está a punto de ser presidente. El espectáculo de la investidura ya ha comenzado.c VEA LA GALERÍA DE FOTOS EN LA WEB www.lavanguardia.es
A la salida de la exposición sobre los cien primeros días de Roosevelt, en Hyde Park, hay una libreta donde los visitantes anotan sus impresiones. Herman Eberhardt explica que, cuando hace un año se abrió la exposición, los comentarios habituales eran: “Qué suerte que aquello sea tan distante”. La recesión acababa de empezar y muchos aún no la notaban. Ahora los comentarios son más graves. La gran depresión ya no queda tan lejos. “Me recuerda al periodo que vivimos ahora –ha escrito un visitante–. Esperemos que Barack Obama pueda lograr cosas increíbles para nuestra economía”. Otro va más allá: “Obama nos liderará en el camino hacia un mundo nuevo”.c
a prioridad de Barack Obama como presidente será la economía. Así lo afirmó Todd Robinson, cónsul general de Estados Unidos, en un estimulante debate con Pascal Brice, cónsul general de Francia, celebrado esta semana en el Centro Internacional de Prensa de Barcelona sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea. José María Aznar ha vaticinado, sin embargo, que la presidencia de Obama será un desastre económico. Tal vez lo dice por el buen escenario que le deja Bush. La herencia que recibirá Obama en materia de política exterior tampoco es de las que llaman al optimismo. Y, como dice la historia, Obama no sería el primer presidente que entra en la Casa Blanca preocupado por los números y, de la noche a la mañana, debe pasar a las letras que hablan de una crisis en el exterior. La escena que deja Bush es un campo minado. Desde Europa, a la que Bush ignoró y dividió, hasta Corea del Norte, donde el régimen comunista hereditario amenaza con la proliferación nuclear, pasando por Palestina, Iraq, Irán y Afganistán. El tablero necesita una nueva gran estrategia. ¿Qué hará Obama? Primero, como anticipó Todd Robinson, “va a pedir mucho a sus aliados”. Pero lo quiere hacer con una diplomacia inteligente y pragmática, como ha anunciado Hillary Clinton. Va a pedir consejo a los aliados, es decir, será multilateralista, pero también va a pedir que se arrime más el hombro. Como dijo Pascal Brice en el debate, “Obama es un desafío para los europeos”, porque, entre otras cosas, “nos envejece un poco más”. El cónsul general francés explicó que “es necesario el trabajo multilateral”, sobre todo cuando el mundo ha cambiado
Los cónsules Robinson y Brice tratan de un futuro en el que Europa no podrá decir no gracias a un Bush impopular y “hay que abrirse a los países emergentes”. Y los dos cónsules coincidieron en lo necesaria que es la complementariedad. Brice, por ejemplo, subrayó la necesidad de “una verdadera política de defensa europea que no sea una alternativa a la OTAN, sino complementaria”. Con la toma de posesión de Obama, pues, los europeos cerrarán el martes una etapa que ha sido un desastre en las relaciones con Washington. Pero los desafíos no desaparecerán como por ensalmo. El adiós de Bush no lo soluciona todo entre dos aliados que tienen mucho en común, como los valores que defienden, pero también tienen intereses que no siempre serán coincidentes. Bush, si exceptuamos a Blair y Aznar, nunca ha suscitado grandes entusiasmos entre los europeos occidentales. Pero Bush también ha sido una excusa. Si Estados Unidos proponía algo (por ejemplo, un mayor compromiso aliado en Afganistán), los dirigentes europeos podían decir que no, convencidos de que la impopularidad de Bush jugaba a su favor. Pero ahora resulta que el próximo presidente de Estados Unidos ha arrasado en los sondeos europeos, dirigentes incluidos, y Obama también nos va a pedir. Para empezar, nuestros caricaturistas perderán un filón.