Utilidad de la Web 2.0. Para quienes no somos “nativos” digitales, sino que más bien hemos comenzado a tomar ciudadanía en este mundo con esfuerzo, la palabra 2.0 nos suena algo extraña. Aunque quienes nos sentimos “inmigrantes” en este mundo virtual; vemos las fascinantes posibilidades que el nos brinda. El origen de esta nueva forma de ver la realidad informática se remonta al año 2001. El estallido de la burbuja tecnológica en ese año; marcó un momento crucial para la web. Mucha gente entendió que las expectativas sobre la web eran algo exageradas. Aunque algunos comprendieron que la evolución tecnológica tiene su momento de burbuja, su amesetamiento y su declinación. Ese era entonces el momento, para buscar nuevas oportunidades y establecer una reforma. Querer oponerse al avance tecnológico, pude parecer una locura. Negarse al progreso puede resultar imposible. Así lo hizo el Califa Omar en el año 634, cuando quemó la biblioteca de Alejandría. Semejante destrucción copudo evitar la evolución del pensamiento. Miles de libros incendiados, no lograron impedir el avance cultural y científico. Su famoso silogismo falaz, acerca de la inutilidad del conocimiento divulgado en aquellos libros, aún sigue siendo un ejemplo imperdible de en los libros de lógica. Su infausto incendio fue justificado con estas palabras: “Los libros de esta biblioteca o bien contradicen al Corán, entonces son peligrosos, o bien coinciden con el Corán, entonces son redundantes”. A lo largo de la historia, muchos poderosos han intentado eliminar el pensamiento o las diversas formas de evolución intelectual. Ya sea destruyendo pueblos, quemando libros o destrozando obras de arte, los poderosos han limitado el avance cultural en muchas ocasiones. Con el fin de dominar a los pueblos e imponer la prepotencia, se han generado terribles masacres culturales. Pues tal como dice Jorge Luis Borges, “quemar libros y erigir fortificaciones es tarea común de los príncipes”. Hoy en día, querer eliminar los entornos colaborativos virtuales es tan inútil como querer eliminar la lengua, porque nos permite decir malas palabras o la televisión porque trasmite contenidos intrascendentes. Detrás de cada medio de comunicación y cada expresión cultural, se encuentra el espíritu humano que los produce. Somos nosotros quienes hacemos uso de esos medios, tanto para construir nuestro mundo como para devastarlo. La moral de su uso, depende de quienes los utilizamos. El concepto de “Web 2.0” comenzó con una sesión de brainstorming realizada entre O'Reilly y MediaLive International en el año 2004. Este concepto hacia referencia a una nueva generación en la historia del desarrollo de la tecnología de desarrollo Web. Ella se basaba en el desarrollo de comunidades de usuarios y una gama especial de servicios. Los nuevos entornos tales como las redes sociales, los blogs, los wikis o los Feeds, permitían un contexto colaborativo y un intercambio ágil de información. Pertenecer a esa comunidad puede resultar beneficiosos y darnos un mayor provecho cuanto más numerosa sea. Algunos fanáticos de la web, observaron que lejos de entrar en crisis, esta comenzaba a adquirir más importancia. Aparecían nuevas aplicaciones, más información y nuevos sitios, con una velocidad sorprendente. En medio de la debacle, las compañías que habían sobrevivido, parecían tener algunas cosas en común. El concepto original del contexto, llamado Web 1.0 era páginas estáticas en HTML que no eran actualizadas frecuentemente. El éxito de las puntocom dependía de webs más dinámicas. No importaba sólo el contenido sino los hits o visitas que estas recibían. Y al mismo tiempo la estética y la visual eran considerados como factores importantes. Los propulsores de la aproximación a la Web 2.0 creen que el uso de la web está orientado a la interacción y redes sociales, que pueden servir contenido que explota los efectos de las redes, creando o no webs interactivas y visuales. Es decir, los sitios Web
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2.0 actúan más como puntos de encuentro, o webs dependientes de usuarios, que como webs tradicionales. La web 1.0 se utiliza de una forma estática, es decir que sus datos no cambian con frecuencia. En general se encuentran fijos y no se actualizan. En cambio, la Web 2.0 no sólo ofrece herramientas para trabajar en entornos contributivos sino que, además, otorga a la comunidad la posibilidad de ejercer su “inteligencia colectiva” (entendida como la capacidad del grupo para resolver problemas que cada individuo del colectivo, de forma personal, no sería capaz de resolver ni, incluso, de entender). La inteligencia colectiva provocará, por ejemplo, que cierta referencia aparezca mejor o peor situada en Google o será capaz de construir un producto tan monumental como la Wikipedia. Las actividades de la “inteligencia colectiva” en Internet pueden dividirse en tres grandes grupos: la producción de contenidos, la optimización de recursos y el control ejercido sobre contenidos e individuos. Otra nueva experiencia de usuarios es la proliferación de blogs. La facilidad de creación, la sencillez de su producción, la posibilidad de indexación y visibilidad en los buscadores justifican su éxito. Los blogs son fáciles de usar, en general son gratuitos, son interactivos, humanizan las organizaciones y son creíbles. En muchos casos su popularidad se expande de manera rápida y son guía de consulta tanto para periodistas como para científicos. Su carácter no es coercitivo y permiten llegar a audiencias que han abandonado otros medios. Ello permite que el poder o los gobernantes ya no puedan manejar la opinión pública de una manera tan sencilla. En alguna medida los blogs generan comunidades democráticas y refuerzan la cultura. No en vano muchos han protestado porque el presidente Obama le haya respondido sus preguntas a un bloggero, sin darle esa posibilidad a los grandes medios editoriales. En esta nueva web que estamos viendo, el mayor costo es el tiempo que le dedicamos al desarrollo de ese contenido y a esa aplicación. Lo notable de todo este desarrollo es que en muchos casos, todas las herramientas que se nos brindan son prácticamente gratuitas. Es decir que en muchos casos, el dinero no es la única motivación que permite destinar esfuerzo al desarrollo de alguna idea o de algún producto. Es de esperar entonces estos nuevos entornos nos permitan avanzar hacia una sociedad mejor. Horacio Hernández. http://horaciohernandez.blogspot.com/
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