Michael Phelps (Crédito de foto: getty)
Usain Bolt. UN RINCON DEL ALMA POR ERENDIRA MORALES DE ALVEZ Es sábado por la mañana, me despiertan tal vez, como a la mayoría, los gritos de los comentaristas deportivos, por que se esta rompiendo una marca, un nuevo record olímpico, abro los ojos y en natación, séptima medalla de oro para Michael Phelps. Después Jamaica conquista el oro, a través de un hermoso joven Usain Bolt apodado EL RELAMPAGO de 22 años, que celebra su triunfo, por haber impuesto nueva marca 9.69 como velocista en los cien metros. Cuando estaba viendo la televisión y que estos grandes atletas se subieron al podium, a recibir sus preseas, yo trataba de buscar, si tenían tres brazos, cuatro pies, o dos cerebros, para poder romper esas marcas, pero no. Ellos tienen lo mismo que cada uno de nosotros, dos ojos, dos manos, dos pies, dos oídos, un cerebro, estas personas maravillosas y talentosas, no tienen nada, diferente de nosotros.
Entonces ¿Que tienen diferente? Pues como dijera Esther y Jerry Higgs, los dos soñaron, los dos creyeron, en que era posible, los dos trabajaron por lograrlo, tanto mental como físicamente, ante la derrota, por que estoy segura de que las hubo, nunca se rindieron y hoy están siendo para el mundo entero, un ejemplo, de lo que se puede lograr. Tal vez muchos podrán decir, ese triunfo ya viene en su genética. Pues en nuestra genética también traemos el triunfo, por que cuando íbamos a ser concebidos, rompimos un record para lograr fecundar un ovulo. Ahora bien, muchas de nuestras metas no están en ganar competencias olímpicas, más bien en ganar las competencias humanas y no contra los demás, si no contra nosotros mismos. ¿Soy el padre que deseo ser? ¡Soy la profesionista que deseo ser? ¿Soy el estudiante que deseo ser? ¿Soy el deportista que deseo, ¿Esta mi cuerpo en la forma que deseo? ¿Son estos los hábitos o los valores que me conviene tener? ¿Tengo lo que quiero tener? Si no es así, que esperamos para lograr, lo que si queremos, nada, absolutamente nada, es imposible, ya que cuando se conquistan estas metas, el premio, no es una medalla de oro, de plata o de bronce, si no el premio es sentirnos bien con nosotros mismos. Gracias y hasta la próxima
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