Sobre la ocupación humana de Europa y Yacimientos murcianos
Sobre la ocupación humana de Europa y Yacimientos murcianos Víctor M. Ruiz Sánchez
Índice
Inicios de la migración homínida
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Motivos de la migración
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Registro Arqueológico
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Teorías sobre el poblamiento Peninsular
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Posibles rutas de llegada a Europa
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Yacimientos murcianos
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La Sima de las Palomas
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La Cueva Negra
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Michael Walker
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Cueva Victoria
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Los homínidos
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Bibliografía
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Inicios de la migración homínida Los estudios realizados afirman que la llegada del ser humano a la pe‐ nínsula debió producirse durante el Pleistoceno Inferior 1 . ¿Qué es el Pleistoceno Inferior? Temporalmente es el período que abarca desde hace aproximadamen‐ te 2.59 millones y que finalizó hace 12.000 años En geología es un término usado en relación al cambio de polaridad de la magnética de la Tierra, que abarca el tramo de la fase de polaridad negativa Matuyama (Hace 1,8 millones de años) hasta la fase positiva de Brunhes (Hace 730.000 años) 2 . En términos históricos es el término que surge con relación con el tipo de tecnología lítica manufacturada por el hombre durante la Prehisto‐ ria 3 , se inicia con la aparición en África de los primeros útiles diseña‐ dos por el hombre hace 2,5 millones de años y supone el 96 % de la historia de la humanidad, aunque los seres humanos debieron haber desarrollado mucho antes, herramientas con elementos orgánicos que no se han conservado con el paso del tiempo. Según afirma Rafael Montes, la península podría estar poblada por el ser humano desde hace aproximadamente unos 1,5 millones de años. La población no parece ser continua en el tiempo, pues desaparecen sus rastros hace unos 1,25 millones y vuelven a estar presentes hace 900.000 años, como demuestran huellas analizadas por arqueólogos.
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El Pleistoceno según Wikipedia Más información sobre la inversión magnética. 3 La Prehistoria según Wikipedia 2
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Motivos de la migración Sabemos que la migración de nuestros antepasados no fue un movi‐ miento aislado, si no que está en el contexto de la expansión de deter‐ minados grupos de homínidos desde África oriental hasta Europa, la cual seguía a la expansión de un grupo más amplio de faunas de origen africano por el continente de Eurasia 4 . Para entender el motivo de todas estas migraciones debemos conocer el contexto climático y biogeográfico en que se desarrolla la acción: Hace unos 1,8 millones de años se produjeron una serie de glaciaciones globales que cambiaron las condiciones climáticas de tipo templado‐ cálido dadas durante el Plioceno superior, hace 2 millones de años. Este evento provocó el aumento de aridez en el este africano, lugar de inicio de los homínidos. Al mismo tiempo se produce un aumento de la estepa fría en la mayor parte de Europa. La glaciación causa también una bajada del nivel del mar, permitiendo una expansión de las herbá‐ ceas en las áreas del mediterráneo antes anegadas por las aguas, creando un clima similar al oriental africano antes de la llegada de la aridez lo que motivará la expansión por él de especies adaptadas adap‐ tas a este clima, como algunos primates y entre ellos miembros del gé‐ nero homo.
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Eurasia según Wikipedia 4
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Registro Arqueológico El registro arqueológico son los restos materiales y físicos del hombre, que pueden ser antrópicos directos como huesos y dientes, y antrópi‐ cos indirectos causados por la acción del hombre, como los útiles líti‐ cos. El principal problema que plantean estos son su escasa cantidad al remontarse atrás en el tiempo, y su dudosa veracidad, pudiendo con‐ fundir herramientas trabajadas por el hombre con otras causadas por la erosión de la roca. La escasez de pruebas arqueológicas es debida a que cuánto más anti‐ guo es el período de estudio menos datos ofrece y estos son de peor calidad. Además de eso, los humanos de Pleistoceno inferior debieron ser poco numerosos, y los pocos restos podrían haber sido borrados por los cambios climáticos o el aumento del nivel del mar. Parte de este registro arqueológico está comprendido en forma de úti‐ les, que son instrumentos manufacturados, previamente diseñado por la mente humana. La existencia de una industria lítica que fabricara estos útiles nos hace pensar que por lo tanto debía haber homínidos capaces de desarrollarla. Ejemplos de herramientas: Choppers: cantos trabajados monofacialmente, son los más abundantes y están poco estandarizados. Su uso es bastante con‐ trovertido y los autores no se ponen de acuerdo. Chopping tools: cantos trabajados bifaciales, se encuentran en menor cantidad que los anteriores. Poliedros y discordes: núcleos a partir de los cuales se han ob‐ tenido lascas. Lascas: Fragmentos de piedra extraídos a partir de los anterio‐ res, cuyos bordes cortantes les permitían ser usadas sin ninguna preparación. Fueron talladas con un sistema básico, mediante el uso de percutores duros sobre un yunque, y con sílex y cuarzo como materias primas. El filo resultante es extremadamente cortantes y aunque se puede rom‐ per o embotar es fácilmente retallado o sustituido por otra pieza nue‐ va. 5
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Teorías sobre el poblamiento Peninsular A causa de la escasa información que podemos obtener del registro ar‐ queológico debido a su pobre cantidad, han surgido diversas interpre‐ taciones sobre las fechas del primer poblamiento peninsular. Podemos afirmar que existen dos teorías al respecto: La hipótesis de “Las cronologías antiguas” que afirma que la población de Europa se produjo hace entre 2 y 1,5 millones de años. Sus defensores son Valoch, Bonifaz, Vandermeersch, Car‐ bonell 5 , Ascenzi, Martínez Navarro, Oms, Rosas, y García Sán‐ chez. Esta teoría se apoya en los yacimientos europeos de finales del Plioceno y principios del Pleistoceno inferior que han ofreci‐ do conjuntos líticos dentro de la denominada Pebble Culture 6 . La principal crítica es la escasez de espíritu crítico con que fue ela‐ borado el registro arqueológico de estos yacimientos, por lo que muchas de sus fechas son relativas. La otra es la hipótesis de “Las cronologías recientes” defendida por Gamble, Roebroeks 7 y Kolfschoten 8 entre otros, sostienen que el poblamiento europeo no puedo ser anterior a hace 550.000 años, apoyándose en la relatividad y la poca efectividad de las pruebas que son posteriores a esas fechas. Actualmente disponemos de la certeza de que esta última hipótesis es falsa, demostrado por la existencia de un estrato aurora de Atapuerca cuya industria muestra una abundante asociación de restos humanos. Estos datos, aunque escasos muestran que algunas poblaciones de humanos se asentaron en el sur de Europa durante el Pleistoceno infe‐ rior.
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Más información sobre Carbonell Más información sobre el Olduvayense (Pebble Culture) 7 Información sobre Roebroeks, en inglés 8 Información sobre Kolfschoten, en inglés 6
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Posibles rutas de llegada a Europa En los últimos años se ha consolidado la idea de que los homínidos no abandonaron solos África, sino que lo hicieron siguiendo el rastro de otras especies que también migraban hacia el continente. Gracias al registro arqueológico se han podido elaborar tres posibles rutas de penetración en Europa. A) Oriente Medio Según esta teoría el hombre colonizó a la vez Europa y Asia a través de Oriente Medio. Esta ruta se apoya en los restos fósiles antrópicos tanto directos como indirectos, siendo muy escasos los primeros, pero también en los restos fósiles paleontológicos de faunas de ori‐ gen africano en yacimientos asiáticos y europeos. Entre los restos más característicos se encuentra un mandíbula a de Homo Ergaster de 1,8 millones de años de antigüedad hallada en Georgia. B) Istmo SículoTunecino En el Pleistoceno inferior en un momento de fuertes regresiones marinas producidas por las glaciaciones, puedo suponer un puente a Europa central y occidental, el cual conectaría directamente la pla‐ taforma continental emergida del golfo de León en el sur de Francia posibilitando el acceso al nordeste peninsular. Las pruebas que apoyan esta teoría son débiles, yacimientos líticos en Italia con 1,2 millones de años de antigüedad. C) Estrecho de Gibraltar La última ruta teórica es la del estrecho de Gibraltar. La principal prueba en la que se apoya esta tesis es que los escasos yacimientos antrópicos directos, indirectos y paleontológicos que documentan el poblamiento europeo se encuentran en la Península Ibérica. Esta hipótesis posee gran cantidad tanto de defensores como de re‐ tractores.
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Yacimientos Murcianos La Sima de las Palomas del Cabezo Gordo, Torre Pacheco El Cabezo Gordo es una montaña de mármol del Triásico cuya cumbre se alza a 310 metros encima del nivel mar a 6 kilómetros detrás del Mar Menor. Es una sima kárstica natural que abre a 75 metros encima del nivel del mar en la solana de la ladera rocosa y desmantelada del Cabezo. En el Pleistoceno Superior la sima, de 20 metros de profundi‐ dad, se rellenó de sedimentos con lajas y losas que conforman un con‐ glomerado blando denominado breccia 9 , rico en fósiles e implementos paleolíticos. La sima ofrece dos entradas superiores que dan acceso vertical a la galería principal, a la que también da acceso fácil un túnel horizontal de 20 metros que fue hecho por barreños mineros. En 1991 un ecologista de la zona se percató de la presencia en la pared posterior de un fósil cuya limpieza en el laboratorio descubriría los maxilares superior e inferior humanos de tipología Neanderthal. La excavación comenzó en 1992 y 1993 con el vaciado y la tamización de los escombros mineros para permitir la construcción de la torre de andamiaje que permitía el acceso a la pared de breccia y su parte supe‐ rior donde el abismo de la sima hacía imposible el acceso a ella desde la ladera rocosa de la montaña. En el verano de 1994 los elementos pa‐ ra el andamiaje fueron montados dentro de la galería principal, permi‐ tiendo, así, el comienzo de la excavación sistemática de la breccia desde arriba. La excavación científica ha puesto hincapié en la parte superior de la breccia que de hace 40.000 a 60.000 años, según fechas obtenidas en la Universidad de Oxford por radiocarbono y luminescencia óptica de se‐ dimento. Este “corte superior” ha proporcionado un centenar de dien‐ tes y fragmentos de huesos el Hombre de Neanderthal, además de su industria paleolítica musteriense y fauna del Pleistoceno Superior. Por otra parte, el pie de la columna de 20 metros de la breccia en la sima ha ofrecido determinaciones geofísicas que indican el último período in‐ terglacial hace 120.000 a 130.000 años.
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Breccia: Brecha, en geología es un conglomerado compuesto en no menos del 50 % de fragmentos angulares de tamaño superior a 2 milímetros de roca unidos por un cemento natural.
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En total, hasta ahora el yacimiento ha ofrecido aproximadamente 150 fragmentos esqueléticos humanos que corresponden a 8 o 9 individuos como mínimo, sumando aquellos excavados en el “corte superior” y los encontrados en los escombros mineros – tanto los escombros dentro de la cueva como arrojados afuera por los mineros, acumulados en la ladera. El yacimiento ofrece una abundancia de restos importantes del hom‐ bre fósil. Los fragmentos de mandíbulas indican la presencia de al me‐ nos seis individuos, adultos e infantiles. Han identificado muchos dien‐ tes y fragmentos craneales. Entre los muchos huesos postcraneales hay elementos de brazos, manos, pernas y pies. Desde 2005 se han descu‐ bierto restos en estado anatómico de articulación esquelética de dos individuos, entre los que destacan una pierna y un pie. Los utensilios paleolíticos son de tipología musteriense 10 . Muchos im‐ plementos de sílex están muy bien tallados. Otros son de mármol, cali‐ zo, calcita, cuarcita e incluso cristal de roca. Además de raederas y den‐ ticulados hay puntas triangulares planas, puntas gruesas (o raederas convergentes carenadas), además de perforadores, percutores duros y abundantes lascas sin retoque.
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Más información sobre el Musteriense
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La cueva Negra, Caravaca de la Cruz La Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar abre a 780 metros encima del nivel del mar y 40 encima del río Quípar. Se trata de un abrigo na‐ tural bajo un acantilado al pie de la ladera septentrional de la sierra. La boca tiene una anchura de 12 metros y el abrigo se extiende por 12 metros adentro. Fue parcialmente rellenado por sedimento mayorita‐ riamente fluviolacustre con una proporción pequeña de componente eólico o loess. Los hallazgos paleontológicos y paleolíticos pertenecen al Pleistoceno Medio antiguo, hace unos 400,000 años. Hay también tres huesos y seis dientes humanos, probablemente el Homo heidel‐ bergensis del Pleistoceno Medio que fue el antepasado directo del Hombre de Neanderthal u Homo neanderthalensis. La excavación de niveles cerrados pone de manifiesto la presencia conjunta de imple‐ mentos paleolíticos tanto de tipología achelense – hacha de mano por talla bifacial de un canto de calizo – como lascas de sílex extraídas me‐ diante la técnica levaloisense de la reducción de núcleos y utensilios con filos que muestran retoque abrupto musteriense. Hasta 2004 se había considerado el yacimiento como del Pleistoceno Medo tardío o Superior antiguo e incluso se pensaba que el registro paleopalinológico estaba de acuerdo con esa noción. Desde 2003 sin embargo, el estudio de los roedores fósiles encontrados no la apoya puesto que algunas especies se extinguían hace aproximadamente 500.000 años y determinaciones preliminares por la metodología de la luminescencia óptica del sedimento (OSL) efectuadas en la Universidad de Oxford sugerían dicha antigüedad. Sin embargo, en 2007 nuevos da‐ tos por OSL en Oxford indican que el conjunto tiene más de 650.000 años. Aunque hubo una prospección en la cueva en 1981, la excavación sis‐ temática sólo empezó en 1990 cuando se definió en el sector nororien‐ tal del abrigo una zona adecuada para la excavación que ofrecería la posibilidad de conseguir la definición estratigráfica, ya que el sector suroccidental había sufrido la excavación de un zulo profundo hacia el final de la Guerra Civil que fue ampliado por la prospección arqueoló‐ gica de 1981, además de ofrecer una grieta por solución hídrica cerca de la pared occidental del abrigo.
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La excavación de 1990 se limitó al interior del sector nororiental de‐ trás de bloques inmensos caídos del techo del abrigo pero estos fueron reducidos en 1991 para facilitar la excavación sistemática desde el in‐ terior al exterior de la cueva. En la boca del abrigo se descubrió la base de una pequeña cabaña temporal para un pastor, adosada a los blo‐ ques, en la que fueron encontradas una navaja de hierro y cerámica moderna. La excavación de capas cerradas en la cueva ha demostrado la presen‐ cia conjunta de implementos paleolíticos tanto de tipología achelense – hacha de mano por talla bifacial de un canto de calizo – como lascas de sílex extraídas mediante la técnica levaloisense de la reducción de nú‐ cleos (hasta quedarse en núcleos discoideos) y utensilios con filos que muestran retoque abrupto musteriense. Algunas piezas fueron retoca‐ das para conformar raederas e implementos denticulados o con mues‐ cas. La materia prima procede de afloramientos cercanos de conglome‐ rados en la mayoría aunque algunos elementos parecen ser de aflora‐ mientos de sílex que están lejos, aguas arriba en la Rambla de Tarrago‐ lla cerca de Los Royos de Arriba.
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Michael Walker El profesor Michael Walker (Colchester, 1941) pertenece a la plantilla permanente del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Murcia desde 1988 después de una larga trayectoria docente desarro‐ llada en las universidades de Sydney, Australia (1973 a 1988) y Edim‐ burgo, Reino Unido (1969 a 1973). En la Universidad de Oxford cursó las carreras de Fisiología Animal y Medicina, y otra de segundo ciclo de la Arqueología Prehistórica, antes de doctorarse en la Facultad de Antropología por su tesis sobre la Pa‐ leoantropología en el contexto prehistórico de las cuencas de los ríos Segura y Vinalopó, elaborada durante del disfrute de la agregaduría de investigación “Randall MacIver” del Queen’s College de dicha universi‐ dad (parte de sus trabajos fue traducida y publicada de forma mono‐ gráfica por la Universidad de Murcia en 1988 bajo el título de Ensayo de caracterización de poblaciones del Sureste español 3000 a 15000 a.C.). En 1989 fue distinguido con el honor de ser elegido miembro de la So‐ ciety of Antiquaries of London. Pertenece a diversas asociaciones cien‐ tíficas entre los que destacan el Royal Anthropological Institute, la American Association of PhysicalAnthropologists, European Anthropo‐ logical Association, Sociedad Española de la Antropología Biológica, Quaternary Research Association, Asociación Española para el Estudio del Cuaternario, Prehistoric Society of Great Britain y Society of Anti‐ quaries of Scotland. Durante los cursos académicos 1993/4 y 1994/5 fue Agregado Senior Visitante de Investigación de la Universidad de Oxford. En la década actual su labor investigadora se centra en dos estaciones murcianas neandertalenses del período transicional Pleistoceno MedioSuperior: la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo y la Cueva Negra de La Encarna ción y que han sido objeto del proyecto PB92‐0971 de la DGICYT , de colaboración por la ONG Earthwatch y de dos Acciones Integradas His‐ pano‐Británicas del MEC‐ Consejo Británico con el “Donald Baden‐ Powell” Quaternary Research Centre dirigido por el ilustre cuaternaris‐ ta el Dr. Derek Roe en la Universidad de Oxford.
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Algunas de sus obras: Artículos de revistas •
¿Eran indoeuropeos o preindoeuropeos los primeros neolí ticos en la Península? Michael J. Walker Anales de prehistoria y arqueología, ISSN 0213‐5663, Nº 7‐8, 1991‐1992, pags. 7‐16
•
Consideraciones generales sobre el Cuaternario continental en Alicante y Murcia Michael J. Walker, Artemio Cuenca Paya Saitabi: revista de la Facultat de Geografia i Història, ISSN 0210‐ 9980, Nº. 35, 1985, pags. 207‐218
Colaboraciones en obras colectivas •
Cueva Negra del Estrecho del Río Quipar en La Encarnación de Caravaca de la Cruz: 16ª campaña, año 2005 Michael J. Walker, Mariano López Martínez
•
Sima de Las Palomas del Cabezo Gordo en Dolores de Pache co de Torre Pacheco: 14ª campaña (2005) Michael J. Walker, Josep Gibert i Clols
Libros •
Ensayo de caracterización de poblaciones del sureste espa ñol 3000 a 1500 a. J.C. Michael J. Walker Universidad de Murcia, 1988. ISBN 84‐7684‐086‐1
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Cueva Victoria, San Ginés de la Jara La cueva Victoria es un yacimiento que se sitúa en la ladera sur del ce‐ rro de San Gines de la Jara. La pequeña cadena montañosa donde se localiza dicha cavidad forma con la sierra de Cartagena, que se prolon‐ ga hacia el cabo de Palos, un valle que se encuentra actualmente cu‐ bierto por aluviones cuaternarios. El yacimiento se halla a unos dos km. de Las salinas del Mar Menor Para situar cronológicamente el yacimiento de la cueva, usamos varios tipos de datos. Algunos como los faunísticos son esenciales, pero pue‐ den corroborarse con datos sobre la génesis del depósito e incluso con los paleoclimáticos. La fauna del yacimiento presenta una asociación de elementos Villafranquienses, junto a otros Pleistocénicos. Esto permite situar al conjunto dentro de las “faunas de transición” que abarcan un período de tiempo que ocupa desde la parte final del Pleis‐ toceno inferior al Mindel 11 . Esta fauna está asociada a un pequeño grupo de industria factura humana, con ejemplos de industria lítica como un discoide irregular de talla bifacial. Además, también hay restos de una industria de trabajo de huesos con restos como percutores de asta de ciervo. El funciona‐ miento de estos útiles es muy variado
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Más información sobre el Período Günz-Mindel
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Los homínidos: Como hemos hablado antes, la tendencia en el África Oriental a la ari‐ dez ↑ puedo provocar la aparición de nuevas estrategias de superviven‐ cia por parte de los homínidos que habitaban allí. Así pudo surgir la especie Homo Habilisrudolfensis 12 , primer homínido perteneciente al género homo, el cuál es capaz de adaptarse a gran variedad de eco‐ sistemas gracias a una dieta omnívora. También hemos visto que en los yacimientos de la región de Murcia se han encontrado restos de la especie llamada Homo Neardenthal: • El Hombre de Neandertal (Homo neanderthalensis) es una especie del género Homo que habitó Europa y partes de Asia oc‐ cidental desde hace 230.000 hasta 29.000 años atrás, durante el Pleistoceno medio y superior y culturalmente integrada en el Paleolítico medio. • Sus características, a partir de los huesos fósiles descubiertos hasta ahora son: esqueleto robusto, extremidades cortas, tórax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, frente baja e inclina‐ da, faz prominente, mandíbulas sin mentón y gran capacidad craneal —1.500 cm³—. Vivían en grupos organizados, formados por alrededor de unos treinta miembros. • Los neandertales fueron una especie bien adaptada al frío ex‐ tremo. En ellos se notan cráneos alargados y amplios, com‐ plexión corta y robusta, y nariz grande; rasgos que denotan adaptación a climas fríos, como se puede observar actualmente en las poblaciones del Ártico. Un neandertal promedio tendría una altura de 1,65 m, de contextura pesada, y musculatura ro‐ busta. • El estilo de herramientas líticas utilizadas en el Paleolítico medio por los neandertales es la cultura Musteriense, así llamada por haber sido encontradas por primera vez en el yacimiento arqueológico Le Moustier. La cultura musteriense está caracteri‐ zada por la utilización de la técnica de talla Levallois.
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Al parecer hay debates sobre qué especie es anterior por lo que la fuente (Rafael Montes) prefiere usar el nombre de ambos. Comparativas aquí. Homo Habilis y Homo Ruldolfensis 15
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Bibliografía • RAFAEL MONTES : “El primer episodio del primer poblamiento europeo en el pleistoceno inferior en la península ibérica – Paleolí tico inferior Arcaico” • Juan Carlos Bidegain, Luís Terminiello, Yamile Rico, Roberto Car‐ los Mercader y Eugenio Aragon: “Mineralogía magnética en la transición Brunhes/Matuyama. Pleistoceno de la provincia de Bue nos Aires” • Eudald Carbonell, Joan Pons‐Moya, Jordi Estevez, Jordi Agustí, Salvado Moya‐sola, josep f. de Villalta: “Cueva victoria: lugar de ocupación humano más antiguo de la península ibérica” • WEB: Wikipedia – La enciclopedia Libre • WEB: Universidad de Leiden • WEB: Universidad de Antioquia • WEB: Universidad de Murcia • WEB: Facultad de ciencias – Montevideo
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