Triquinosis

  • October 2019
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Helmintos Triquinosis Agente causal Trichinella spiralis Distribución geogRáfica La triquinosis es una parasitosis de distribución cosmopolita y está La triquinosis en la República Mexicana es más frecuente de lo que se piensa, ya que se ha identificado en 14% de los diafragmas de cadáveres estudiados en el Hospital General de la Ciudad de México.

relacionada con carnívoros infectados ya que en ellos se realiza el ciclo biológico completo por presentar tanto la forma larvaria como la de adulto en un sólo huésped, siendo la rata de los basureros un reservorio importante por mantener la infección constantemente. Pero sin duda el cerdo es determinante desde el punto de vista epidemiológico para que la infección se presente en el hombre. Esta parasitosis es más frecuente en países o regiones dende se consume carne cruda o insuficientemente cocida de cerdo o de algún otro animal parasitado, como ocurre en Europa y Estados Unidos de América; es poco frecuente en áfrica y Latinoamérica, y casi no existe en algunos países del Medio Oriente, de Asia e Islas del Pacífico, lo cual está muy relacionado con prácticas religiosas que prohiben la ingestión de carne de cerdo.

En México se han realizado varios estudios en cadáveres humanos desde 1893 cuando Barragán encontró el 4% de infección. En 1944 Mazzotti observó el 12%, y Martínez Marañón y col. en 1,000 diafragmas de humanos estudiados de una población no hospitalizada la identificaron en el 4.2%. A partir del decenio de 1980, se han presentado brotes epidémicos en varios estados de la República Mexicana con diagnósticos clínico y serológico positivos. Fases de desarrollo T. spiralis es un nemátodo pequeño y filiforme. El macho mide de 1.2 a 1.6 micrómetros de longitud y se encuentra en el tubo digestivo alto; después de fecundar a la hembra permanece de 3 a 5 días y es eliminado con la materias fecales. La hembra, como en todos los parásitos de este grupo, es más grande que el macho, mide de 2.2 a 3.5 micrómetros de longitud, también se encuentra en el tubo digestivo alto y deposita larvas por 4 a 6 semanas, tiempo después del cual es arrastrada con el bolo alimentario y eliminada junto con la materia fecal. Las larvas depositadas (1,500 en total por cada hembra), atraviesan la mucosa intestinal, alcanzan vasos sanguíneos o linfáticos, llegan a cavidades derechas del corazón y pulmones, pasan a circulación arterial y se dirigen a cualquier órgano o tejido, pero fundamentalmente a músculos con gran actividad, como son el diafragma, intercostales, bíceps, cuadríceps, lengua y maseteros, donde se les encuentra a partir del séptimo día de la infección provocando reacción inflamatoria y proliferación de sarcolema e iniciándose el enquistamiento a las seis u ocho semanas. El quiste es elipsoidal, mide aproximadamente 400 micrómetros y la larva que queda atrapada en su interior mide 900 micrómetros de longitud, por lo que permanece enrollada y viable durante 24 meses, tiempo después del cual se calcifica.

La triquinosis enfermedad, es decir la producida en el hombre por infecciones masivas de larvas de el parásito T. Spiralis, se presenta en México como pequeñas epidemias familiares o de núcleos de personas que ingirieron carne del mismo cerdo infectado.

Localización en el huésped Las larvas, al circular por vía sanguínea, pueden llegar a capilares de luz más estrecha en los diferentes órganos y tejidos de los huéspedes, incluyendo al hombre. Por movimiento activo, rompen dichos capilares y migran hasta que son atrapadas por la reacción inflamatoria producida en torno a ellas, teniendo preferencia por los músculos pobres en glucógeno pero con gran actividad, como los mencionados anteriormente. Sin embargo, pueden invadir el encéfalo, miocardio, pleura, pulmones, globos oculares e incluso líquido cefalorraquídeo. Cuando las larvas invaden los tejidos, se establecen en forma paralela al eje mayor de las fibras musculares, enrollándose sobre sí mismas cuando ya han sufrido las diferentes mudas y se han transformado en larvas del cuarto estadio, que son las formas infectantes. Mecanismo de infección y patogenia Se considera a la triquinosis como una zoonosis que se mantiene en carnívoros silvestres o selváticos. Sin embargo, el cerdo adquiere esta parasitosis por el tipo de alimentación que recibe (desperdicios) o al ingerir ratas infectadas cuando no es criado adecuadamente, de tal manera que el hombre al comer carne cruda o insuficientemente cocida procedente de estos animales también adquiere la infección. En nuestro medio es frecuente la presencia de esta parasitosis en forma de epidemia familiar o de grupos que asistieron a reuniones o festejos en que se ingirió carne de cerdo. El chorizo, sobre todo de elaboración casera, puede presentar larvas infectantes, originando infecciones cuya gravedad varía de acuerdo con la cantidad de carne ingerida. En cambio, cuando la elaboración de estos productos es a nivel industrial, si existe un cerdo infectado, su carne se diluye con la de otros, no infectados, y pueden presentarse infecciones leves o asintomáticas. Las alteraciones producidas por T. spiralis son de tipo mecánico, traumático y alérgico; la primera está representada por la presencia de larvas en los vasos sanguíneos que obstruye en su fase de migración, así como por la forma de quiste que crece, comprime y destruye células. La acción traumática se origina cuando las larvas perforan la mucosa intestinal para alcanzar vasos sanguíneos o linfáticos, con la posterior ruptura de los mismos y destrucción de células debido a los movimientos al quedar libres en los espacios intercelulares. Finalmente, la acción alérgica se origina por la liberación de sustancias metabólicas de las larvas. La presencia de la larva en los tejidos desencadena la formación de una vaina adventicia constituida por afluencia de macrófagos y eosinófilos, con una capa interna de músculo en degeneración, células epitelioides y fibroblastos. El crecimiento de la larva origina ruptura de fibras, hipertrofia e hiperplasia de sarcolema y la formación de una capa externa hialina, fibrosa e infiltrada con capilares sanguíneos. Manifestaciones clínicas La triquinosis puede manifestarse clínicamente en tres fases o periodos de la infección cuya severidad dependerá del número de parásitos ingeridos.

En la triquinosis hay tres periodos clínicos principales cuya severidad Fase intestinal. Se inicia después de las 24 horas de la infección y es depende del causada por la fijación de las hembras y la penetración y el número de movimiento de las larvas en la mucosa intestinal, originando dolor parásitos que abdominal de tipo cólico localizado en mesogastrio, náusea, vómito, están infectado cefalea, diaforesis y malestar general, cuadro que semeja el de una a una persona intoxicación alimentaria aguda. determinada y que son: Fase de migración o invasión a músculos. Debida a la ruptura de intestinal, vasos, a la reacción inflamatoria que se presenta en torno a los migración parásitos. Se caracteriza por la presencia de edema (que es más larval y de notable en cara y párpados), fiebre, fotofobia, conjuntivitis, dolor muscular (que se exacerba con el ejercicio impidiendo en ocasiones la estado. deambulación o movilidad de la región afectada) e infarto ganglionar doloroso. En ocasiones, pueden presentarse miocarditis y alteraciones de tipo meníngeo y cerebral, cefalea, insomnio, irritabilidad, convulsiones, vértigo, disminución de los reflejos osteotendinosos, decaimiento generalizado y pérdida de peso. Fase de estado. Se presenta cuando las larvas ya se han establecido y formado el quiste en los músculos. El síntoma dominante es el dolor; que se exacerba con el ejercicio, sobre todo cuando los parásitos mueren debido a la reacción inflamatoria causada por la liberación de los componentes somáticos del mismo. Diagnóstico Para el diagnóstico clínico de la triquinosis es muy importante el antecedente de ingestión de carne de cerdo o de otros carnívoros relacionada con la sintomatología digestiva, o las alteraciones dolorosas que se exacerban con el movimiento de las regiones o músculos afectados. Los métodos de laboratorio para el diagnóstico de la triquinosis pueden ser directos e indirectos. Entre los primeros tenemos a los parasitoscópicos, que confirman la parasitosis. Se emplea la biopsia, que deberá ser tomada de los músculos en que el paciente presenta mayor dolor; se recomienda que el fragmento sea de aproximadamente 10 g para poder dividirlo en cuatro porciones, con las que se realiza: •







Compresión (triquinoscopía) entre dos portaobjetos, que se unen fuertemente con cinta adhesiva transparente para observar adecuadamente al microscopio. Si es positivo, se ven los quistes con larvas en su interior o éstos pueden estar calcificados si corresponden a la fase clínica de estado mayor de 24 meses. Digestión artificial, que se realiza colocando un fragmento en un tubo de ensaye que contiene pepsina al 0.5% y ácido clorhídrico al 0.7% en agua destilada a 37°C. Una vez digerido el músculo, se toma con pipeta Pasteur una muestra del fondo, que se coloca en portaobjetos con su cubreobjetos correspondiente y se lleva al microscopio. Si es positivo, se observan larvas moviéndose activamente. Xenodiagnóstico. El fragmento de biopsia se da a comer a una rata joven de laboratorio y al cabo de 3 a 4 semanas se examina mediante biopsia para detectar larvas en sus músculos. Histopatología. Se realiza con el último fragmento y los cortes se tiñen con hematoxilinaeosina.

La búsqueda de adultos en coproparasitoscópicos generalmente es poco práctica.

Los estudios inmunológicos que se pueden utilizar son: •

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Intradermorreacción de Bachman. Es de gran utilidad. Se vuelve positiva a partir de la cuarta semana de infección, permaneciendo así durante varios años, por lo que no permite diferenciar casos recientes de casos antiguos. Hay que correlacionar los resultados con los aspectos clínicos del paciente y con otra prueba. Reacción de floculación con bentonita. Es altamente específica; pero la producción del antígeno es laboriosa, por lo que prácticamente ya no se utiliza. Método ELISA. Es altamente sensible: detecta anticuerpos específicos a partir de la segunda semana de infección. Hemaglutinación indirecta. Se emplea con frecuencia y es cuantitativa. Inmunoelectroforesis. Es diagnóstica cuando se presenta el arco 5, siempre y cuando no hay infección con otras cestodiasis. También pueden emplearse la inmunofluorescencia indirecta y la inmunodifusión.

Entre los datos generales de laboratorio es importante la presencia de eosinofilia, que habitualmente es por arriba del 10%. Tratamiento Aunque es difícil el diagnóstico de la triquinosis en su fase intestinal, cuando éste llega a realizarse, se recomienda la piperazina en dosis de 50 mg/kg/día/ por 5 días y el mebendazol en dosis de 400 mg/diarios/por 5 días. Para las formas larvarias se recomienda el albendazol en dosis de 400 mg/dos veces al día / durante 6 días. Es importante el uso de corticosteroides para disminuir el proceso inflamatorio, así como la administración de analgésicos para mitigar el dolor. El empleo de sedantes y reposo es conveniente, sobre todo durante el tratamiento médico. Profilaxis y control Debido a que la triquinosis se adquiere principalmente por la ingestión de carne de cerdo infectado con las formas larvarias de T. spiralis, es conveniente que la población observe ciertas medidas, tanto familiares como comunitarias, como son la cocción de la carne a temperaturas no menores de 77°C durante media hora, así como freír adecuadamente el chorizo. Hemos observado que la congelación en refrigerador doméstico tanto de carne parasitada como de larvas aisladas no les produce daño y permanecen viables durante varios meses. Es necesario que los criadores de cerdos, tanto en pequeña como en gran escala, eviten que éstos deambulen en las poblaciones ya que en esta forma tienen acceso a todo tipo de basura y ratas, así como evitar alimentar a estos animales con desechos de comida no procesada. También es importante el control sanitario en los rastros, mediante estudio parasitoscópico o serológico de los cerdos destinados al consumo humano, así como evitar la matanza clandestina que representa un serio peligro para la adquisición de esta parasitosis y es práctica común en países subdesarrollados.

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