Universidad De La Salle Facultad de Educación Maestría en Administración Educativa
Curso: Informática Educativa Profesor: M.Sc. José Castillo Castro
Los valores como herramienta para el desarrollo social y educativo: su incidencia en el proyecto de vida en la toma de decisiones
Estudiantes: Pilar Alfaro Gonzalo Rojas Rojas Marybelle Ramírez
III Cuatrimestre, 2009
“Todos los seres humanos nacen con el mismo potencial de creatividad. La mayoría lo derrochan en millones de cosas superfluas. Yo invierto mi tiempo en una sola cosa: mi arte.” P Picasso
1 Introducción Al profundizar el presente trabajo sobre los valores como herramienta para el desarrollo social y educativo: su incidencia en el proyecto de vida en la toma de decisiones se espera conocer el impacto que tienen los mismos, en el desarrollo de habilidades y destrezas en el ser humano. Los valores y la toma de decisiones, cobran importancia en hacer posible una sociedad que permita el bien colectivo prevaleciente sobre el individualismo y la discriminación, cada vez, hoy en día, los procesos sociales son elitistas y autocráticos, generando la diferencia y el desinterés por el otro u otra. Siempre se debe presente que cada persona afronta la resolución de problemas de una forma diferente, basada en su experiencia y su historia de reforzamiento. Por ello, una formación axiológica bien programada desde los primeros años de vida de la persona, permitirá al niño, niña y adolescentes a poseer insumos medulares en la construcción de un proyecto de vida exitoso. La educación costarricense es promotora de esta filosofía humanística, teniendo presente que en diferentes momentos que esta sana intención no es traslada de lo teórico a lo práctico.
1.1 Justificación El siglo XXI trae consigo nuevos fenómenos sociales que modifican las pautas de convivencia tradicionales con las que hemos convivido en las épocas anteriores. Afrontar esos nuevos retos y convivir con ellos pacífica y democráticamente es uno de los grandes desafíos de nuestra sociedad. Indudablemente, la educación, tanto en su ámbito formal como no formal, juega un papel fundamental ante ese desafío.
Así por ejemplo, en los últimos años el fenómeno de la inmigración se ha convertido en un aspecto controvertido en la sociedad costarricense. El número de personas procedentes de otros países, con otras culturas, religiones y diferentes modos de vida, es hoy en día un fenómeno común en nuestra sociedad. Con esta nueva realidad social, el objetivo que las instituciones, el gobierno y la sociedad se debe asumir el compromiso de avanzar hacia una nueva sociedad en la que se integre, de forma plena, la amplia diversidad cultural y se recojan los nuevos fenómenos sociales actuales. No obstante, no se puede avanzar en estos propósitos si no se reformula nuestro propio sistema de valores, especialmente los que conciernen al reconocimiento de la diversidad étnica y cultural, la aceptación a las diferencias, la configuración de los prejuicios, las generalizaciones y la discriminación. Éste es el objetivo de la educación por la paz que se quiere implementar desde la transversalización de la política educativa en el presente decenio, indicando a los valores como la herramienta esencial para el desarrollo social y educativo, necesario para recuperar la axiología y la identidad como seres costarricenses y cultos. El proyecto pretende reforzar y complementar las políticas de educación en valores en el área (de la educación especial, orientación o gerencia administrativa). Facilitar el entendimiento de los nuevos fenómenos sociales, fomentar valores como la tolerancia, la paz, la justicia social y el respecto a los Derechos Humanos, todo ello, a través de un espíritu crítico que permita a la ciudadanía convivir pacíficamente con los desafíos del siglo XXI, debe ser un objetivo fundamental de nuestros sistemas educativos. La educación en valores es asimismo, una herramienta fundamental para la toma de conciencia sobre las relaciones entre todos los seres, y sólo así, fomentando valores universales y conciencias globales, podremos contribuir en la consecución de un mundo más democrático, justo, equitativo y pacífico.
1.2 Objetivo General Conocer la incidencia de los valores en el proceso de toma de decisiones como herramienta para el desarrollo social y educativo del ser humano.
1.3 Objetivos Específicos Determinar los principales valores que inciden en la toma de decisiones en el proyecto de vida en el ser humano. Identificar la importancia que poseen los valores en el desarrollo social y educativo del ser humano y su incidencia en la toma de decisiones dentro del proyecto de vida.
2 Marco Teórico 2.1 Los Valores y el Proceso Educativo La educación, si bien incluye la acción instrumental, es fundamentalmente acción comunicativa y prepara al estudiante para participar en comunidades en las que se utiliza la comunicación con vistas a contribuir a la racionalización social. A lo largo de su proceso educativo, el estudiante deberá adquirir, mediante el ejercicio, las habilidades necesarias para desempeñarse como hablante y como oyente competente. Las competencias comunicativas aunadas a una praxis impulsada por un interés emancipatorio, han de orientarse a racionalizar el mundo y a dar sentido a la historia. La educación, desde el punto de vista de los valores, es un proceso de formación, proceso que esta mediado por la cultura y cuya finalidad consiste en que el sujeto, a su vez, sea un creador de cultura. La formación requiere de una socialización, un proceso de culturación y un proceso de cultivo. La educación implica siempre un proceso de socialización cargada de valor, que tiene como referente la estructura básica escolar y la interacción cara a cara educando-
educador. Este proceso es necesario e inevitable en la construcción de la identidad del educando; pero, para que la socialización en la escuela contribuya eficazmente a la formación de sujetos éticos, se requiere que las redes de interacción que se establecen dentro y fuera del aula, así como las regulaciones que dan forma a esas interacciones, estén impregnadas de valores y no de seudo valores. Esto exige, de parte de educadores, una revisión critica de lo que se realiza en la escuela y un trabajo vigilante y tenaz de transformación de las interacciones; por ejemplo, no se puede esperar que se formen hábitos de tolerancia en un ambiente dogmático o de descalificación, como tampoco puede esperarse que se formen individuos con tendencias democráticas donde predomina el autoritarismo. Es necesario, entonces, tener muy claros cuales son los valores que se pretende fomentar y realizar una socialización consiente en la que dichos valores estén presentes. En este caso la estrategia educativa consiste en generar un ambiente escolar cargado de valores. Como socialización, la educación conforme a valores o educación en valores consiste en la internalización, por parte del educando, de normas legítimas que implican valores, que generan en las disposiciones cognoscitivas y efectivas favorables a estos. Como se trata de ordenes normativas que se le imponen al sujeto, la socialización se lleva a cabo por la vía de la interacción maestro-alumno, alumno-alumno conforme a ciertos ordenes regulativos prevalecientes en el ámbito escolar; es deseable que estos posean una fuerte carga de valores, pero frecuentemente poseen también una carga de seudo valor. Los valores y las regulaciones conforme a las cuales se realizan las interacciones constituyen el medio en que la persona se inserta; por ello, a este nivel de la educación se le conoce como educación en valores. La educación formal es también inevitablemente un proceso de culturización deliberada que implica, por una parte, la selección y organización de la información que se requiere de manera directa o indirecta para promover los valores que se pretende que el estudiante aplique y que formen parte del acervo cultural de la sociedad en la cual vive; y, por otra parte, la instrucción que ocurre en el aula, gracias a la cual el
docente facilita el acceso del estudiante a dicha información. Puesto que los valores permean todos los ámbitos de la vida humana y muchos de ellos implican a otros, es necesario identificar cuales son los valores prioritarios que son objeto de culturización y cuales son las competencias que se requieren para realizar esos valores. Por ejemplo, no se puede pensar en formar una personalidad solidaria de carácter posconvencional si no se han logrado las competencias cognitivas de abstracción que permiten elaborar el principio del respeto. Para que la culturización preste servicios a la educación de valores, se requiere diseñar la estrategia educativa idónea que permita transmitir pautas y guías de valor compartidas y legitimas, así como degenerar las competencias necesarias para preferir valore, algunos de los cuales pueden ser controvertibles, para apoyar racionalmente esa preferencia y para someterla a procesos comunicativos. Como receptora de todo este entorno cultural, la educación consiste en la transmisión de saberes referidos a valores como moral, derecho, ciencia política, religión, arte, etcétera. Se trata propiamente de transmisión de información, pues ni el conocimiento ni los valores pueden, en sentido estricto, transmitirse. Esa información es la expresión de creencias que pueden ser aceptadas dependiendo de su contenido y de sus pretensiones de validez por una comunidad epistémica o por una comunidad sapiencial, y que se presentan con la intención de suscitar actitudes favorables o desfavorables. De ahí resulta que la educación es fundamental mente educación sobre valores. Un proceso de cultivo que se traduce en facilitar los aprendizajes que permiten el desarrollo intelectual y moral del estudiante, además de la adquisición de los hábitos, habilidades y competencias necesarias para realizar los valores. La socialización hace referencia fundamentalmente a la forma de la educación con estructura curricular y métodos, en tanto que la culturización y el cultivo hacen referencia a los contenidos de la educación; la primera a los contenidos llamados “conocimientos” o “información sobre…” y la segunda a aquellos llamados hábitos, habilidades, competencias. Muchas de las acciones educativas que realizamos limitan u
obstaculizan el desarrollo del educando que se requiere para forjar una identidad posconvencional. Esto significa que la socialización y la culturización sin desarrollo pueden conformar una identidad preconvencional o convencional, pero no posconvencional. Si de lo que se trata es de llegar a este estadio, es indispensable que los educadores contribuyan a que el educando se desarrolle. Puesto clave del desarrollo es el descentramiento; por lo tanto, se hace necesario, por una parte, anular ciertos hábitos y pautas seudo valiosos muy arraigados en el medio escolar, que mantienen al individuo en una posición egocéntrica o convencional; entre ellos el dogmatismo, el autoritarismo, el enciclopedismo y la memorización; y, por otra, poner al educando en situaciones que lo obliguen a descentrarse. Esto último ocurre cuando los contenidos del aprendizaje son significativos, pertinentes y relevantes, y el aula se convierte en un espacio de negociación de significados, de acción comunicativa y de vinculación de la cultura experiencial con la cultura académica. La educación consiste en promover, intencionalmente que el educando se objetive mediante valores y requiere de ciertos hábitos, habilidades y competencias; en este nivel, la educación la es: educación por los valores. Si se entiende a la educación conforme a valores como la conjunción de los procesos de educación es, sobre, para y por valores a los que se han aludido y en cuya base se ubica el aprendizaje, no cabe entonces pensar en su imposibilidad. La educación conforme a valores resulta entonces del entramado formado por procesos complejos e interdependientes que se denomina: socialización, culturización, cultivo y formación. Por último, si el sujeto de la eticidad es un sujeto praxico que con su acción crea cultura y otorga sentido a la historia, es necesario que la educación atienda de manera prioritaria este aspecto. El proceso formativo demanda una didáctica nueva que se resume en un proceso en el que el educando aprende la cultura, se apropia de ella y la reconstruye.
Todo proceso educativo tiene un para qué explícito o implícito. Cualquier acto educativo se realiza con una finalidad, pero no siempre esa finalidad ha respondido a los ideales del humanismo; existen muchos ejemplos en la historia de la civilización, como el fascismo, el consumismo y el individualismo, por sólo poner algunos ejemplos. Los problemas económicos, políticos y sociales que atraviesa la humanidad son generados por sujetos “educados”. Es ampliamente conocido que la sociedad global y en particular la nuestra vive una crisis de trascendencia que supera aspectos económicos, científicos, tecnológicos e industriales. Un error en cualquiera de ellos se puede corregir en corto tiempo (quizás con la excepción del medio ambiente). Pero los errores en lo social tardan decenas de años, siglos en solventarse, y manifiestan sus contradicciones durante varias generaciones. Uno de ellos en el ámbito de la educación es el poco desarrollo del humanismo, sobre el cual las concepciones filosóficas de todos los tiempos en sus fundamentos y objetivos buscan el bien común, promover y vivir una cultura de paz hacia una sociedad de paz con justicia, equidad y bienestar. Lejos estamos de ser congruentes como humanos con los principios humanistas. El humanismo es sencillamente un intento y una actitud del espíritu humano en permanente proceso de evolución, que se inicia en el momento en que tomamos conciencia de nuestra diferencia con las demás especies biológicas, que busca el respeto, la dignidad y los derechos del ser humano para la formación integral de su individualidad y de su personalidad, lo cual requiere y conlleva condiciones sociales que propicien su transformación y realización como ser humano. En un sentido amplio se puede definir la educación en valores como un proceso humanizador, individual, social, vertical y horizontal a lo largo de la vida de las personas, determinando su personalidad desde su nacimiento hasta la ancianidad; en dicho proceso intervienen diversos factores cuyos sistemas complejos conllevan contradicciones en dependencia de las políticas educativas.
2.2 Los Valores y su Importancia en el proceso educativo Integrar los valores al aprendizaje de manera intencionada y consciente significa no sólo pensar en el contenido como conocimientos y habilidades, sino en la relación que ellos poseen con lo afectivo. La educación en valores no debe limitarse a lo ético; también debe tener presente que en el proceso hay que desarrollar otros valores que son importantes como los valores estéticos, los políticos, los intelectuales, que en su conjunto contribuyen al desarrollo de la personalidad. Es por ello por lo que la educación en valores es pluridimensional. Visto así, el proceso de enseñanza-aprendizaje adquiere un nuevo contenido por su carácter integral. La reflexión del profesor sobre el valor educativo de las acciones en el proceso, significa de igual modo intencionar y valorar el método de aprendizaje, no como simple procedimiento, sino pensar en la comunicación, las relaciones interpersonales, y también analizar el componente sociohumanista de la ciencia que se enseña y de cómo hacerlo, lo que representa brindar un enfoque integral y dialéctico al aprendizaje, es decir, reconocer que no existen dos culturas separadas, sino reflexionar sobre la totalidad de ésta, en su historia, en sus contradicciones, en su actualidad, en sus métodos, en sus consecuencias e impactos y, por supuesto en su ética. La educación en valores contribuye a definir un proyecto de vida efectivo y eficaz, convirtiéndolo en un proyecto real, haciendo corresponder las posibilidades internas del individuo y las del entorno, mediante el desarrollo de los valores, la concepción del mundo, la capacidad de razonamiento, los conocimientos, la motivación y los intereses. La educación en valores integra el humanismo en dos sentidos. Acerca la realidad al proceso de educación para que pueda ser valorada y transformada; así mismo, moldea y adecua los intereses, motivaciones y disposiciones de los educandos para que puedan establecer las necesarias interrelaciones humanas que permitan la correspondencia entre el proyecto de vida individual y social. Desarrolla la capacidad valorativa en el individuo y contribuye a reflejar adecuadamente el sistema objetivo.
Desarrolla la capacidad transformadora y participativa con significación positiva hacia la sociedad. Desarrolla la espiritualidad y la personalidad hacia la integralidad y el perfeccionamiento humano. La educación en valores ha estado condicionada a la propia evolución de las concepciones filosóficas de la educación y de la teoría del valor, a las cuestiones relacionadas con el sentido de la vida y de la historia, a la orientación y base del conocimiento, a la relación entre el individuo y la sociedad, y al objetivo y justificación de la actividad humana. En general, a la visión del mundo y de su transformación. Es difícil encontrar oposición en el plano de la educación sobre la necesidad de incidir en los valores a través de los procesos educativos de manera explícita; por lo general es aceptado que ello es parte inseparable de una coherente filosofía educativa acerca de la integración de lo humano a la formación. La polémica está en asuntos relacionados sobre qué valores se forman y desarrollan, existiendo una fuerte tendencia hacia lo ético y lo moral. Otras posiciones jerarquizan lo ético, aceptando valores políticos, estéticos, científicos, etcétera. Otro asunto que se debate es cómo educar en valores, sus modelos y estrategias. Los modelos trabajados se identifican como: proceso de socialización o de adaptación y asimilación a las normas sociales existentes; proceso de clarificación personal, encaminado al esclarecimiento y desarrollo de los valores con que se identifica el sujeto, según sus preferencias y cultura; proceso de desarrollo de las capacidades de juicio, que permite valoraciones y razonamientos acordes al deber ser; y el modelo de proceso de formación del carácter o del conjunto de hábitos virtuosos asociados a una cultura propia del contexto y el de desarrollo de la personalidad. Un proceso de adaptación del individuo hacia la sociedad y hacia sí mismo. La adquisición por parte del sujeto de elementos culturales, que tienen una significación positiva y que constituyen horizontes normativos, que han sido deseados por la humanidad en todos los tiempos: justicia, solidaridad, igualdad. Determinadas capacidades de juicio, comprensión y autorregulación que permitan la autonomía del sujeto ante determinadas situaciones y conflictos.
Se entiende a los valores como un producto cultural, busca alcanzar una preparación para la vida y para la realización personal en un contexto determinado, con la condición clara de que se trata de formar no para la aceptación, sino también la transformación en busca del redimensionamiento humano. El proceso real de formación de la personalidad debe partir de las posibilidades que ofrece la sociedad, para que ésta ocupe un lugar adecuado dentro de la actividad social y pueda constituirse en sujeto social, que influya por supuesto en la transformación de estas posibilidades. El acelerado avance científico y tecnológico genera nuevas complejidades en las organizaciones y sistemas productivos, las cuales producen transformaciones en todos los ámbitos y sectores de la sociedad, originando un cambio social y cultural irreversible. Costumbres arraigadas se debilitan, normas y modelos de conductas se transforman con relativa celeridad hacia nuevas relaciones sociales que es preciso afrontar con valores y actitudes que den respuesta al cambio orientándolo hacia el progreso humano. De lo anterior se deduce que las instituciones educativas tienen que formar un profesional con capacidad para enfrentar el reto de la época contemporánea, con conocimientos científicos y técnicos idóneos, portador de valores humanos para un óptimo desempeño como miembro de la sociedad, con una proyección vivencial y laboral que combine las competencias laborales con las cualidades personales. La educación en valores debe encaminarse fundamentalmente a la formación y al desarrollo de valores profesionales, entendidos éstos como los valores humanos contextualizados y orientados hacia la profesión. Sus significados se relacionan con los requerimientos universales y los particulares de la profesión. Constituyen rasgos de la personalidad profesional y contribuyen a definir una concepción integral del ejercicio de la profesión. La educación en valores en la formación profesional es el proceso de humanizar e intencionar lo social de la profesión en las competencias profesionales. Significa
desarrollar la personalidad profesional integral, mediante la modelación del ejercicio profesional en el proceso docente y en toda la vida universitaria para el desarrollo de los futuros modos de actuación profesionales. La cuestión no estriba en la mayor o menor información que un profesional posea, sino en los principios y las concepciones que éste posea para comprender a la sociedad y, en ella, el lugar de su profesión para gestionar adecuadamente la ciencia a la tecnología. En estas condiciones la formación integral y especializada son dos pilares de la profesionalidad. De ahí que la formación socio humanista en particular adquiera mayor significado en cuanto a la creación de una cultura que permita interpretar el paradigma vigente y lograr el desarrollo sustentable. La formación socio humanista es parte del desarrollo de la personalidad, por lo que no puede estar separada ni simplemente añadida al modelo del profesional, sino que es parte intrínseca del desarrollo de valores. La búsqueda de una cultura integral es un objetivo estratégico en el mundo de hoy; así, un humanista que no sepa de los avances científicos tecnológicos puede poseer una elevada cultura humanista y ser un ignorante ante las nuevas formas de vida imperantes. De la misma manera, un científico o un técnico que posean elevados conocimientos y habilidades profesionales, tienen que saber conducirlas desde y para la sociedad, lo que se expresa en saber trabajar en grupo, interpretar social y económicamente las necesidades y demandas; dirigir procesos mediante la participación, el diálogo y la comunicación, en busca de información valiosa para la competitividad.
2.3 Concepto de Valores: Los valores se refieren a los principios o ideas que orientan el comportamiento de las personas. Los valores varían de acuerdo a la sociedad, al grupo a las personas. Se entiende por valor moral todo aquello que al ser humano a defender y crecer en su dignidad de persona. El valor moral conduce al bien moral. Recordemos que bien es aquello que mejora, perfecciona, completa. El valor moral perfecciona al ser humano en cuanto a ser hombre ó mujer, en su voluntad, en su libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos cultura, por ejemplo, pero esto no afecta directamente al ser hombre. Sin embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude, degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el contrario las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el buscar la justicia, le perfeccionan. El valor moral te lleva a construirte como hombre, a hacerte más humano. Depende exclusivamente de la elección libre, el sujeto decide alcanzar dichos valores y esto sólo será posible basándose en esfuerzo y perseverancia. El ser humano, actúa como sujeto activo y no pasivo ante los valores morales, ya que se obtienen basándose en mérito. Estos valores perfeccionan al hombre y a la mujer de tal manera que lo hacen más humano, por ejemplo, la justicia hace al hombre más noble, de mayor calidad como persona. Para lograr comprender plenamente los valores morales debemos analizar la relación que éstos guardan con otro tipo de valores. Siendo el ser humano el punto de referencia para los valores, cabe ordenarlos de acuerdo con su capacidad para perfeccionar al hombre. Un valor cobrará mayor importancia en cuanto logre perfeccionar al hombre en un aspecto más íntimamente humano. Por esta razón, Sarramona (1994) comenta: “Los valores influyen decisivamente en nuestra existencia; son nuestra autodefinición como personas. Ocupan el primer lugar en nuestra escala de prioridades, ya que constituyen la más querida y preciada pertenencia; guían todas las decisiones que tomamos y configuran la naturaleza misma de nuestro ser.” (p.9)
A la vez los valores son la integración de un conjunto de conductas y de principios morales, espirituales y académicos que se desarrollan en el núcleo familiar que seguidamente pueden ser modificados por la influencia de ambientes sociales como es el colegio, en los cuales la axiología intrínseca puede ser reconstruida. Torres (1997), menciona seis principios vitales para un empoderamiento en el aprendizaje de los valores: •
Dan sentido a nuestro comportamiento en las instituciones reales
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Permiten actuar con justicia y libertada
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Se relacionan con el trato, la amabilidad, la tolerancia, la solidaridad y el servicio a las demás personas.
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Tienen relación con hacer lo concreto.
•
Definen la integridad y la dignidad personal.
•
Fortalecen las condiciones de vida y el compromiso social. (s.p).
Además, los valores ayudan a las personas a cree en sus ideales y a proyectarse de una manera adecuada a la sociedad. Según el Foro de Juventud Costarricense de 1993, se concluye ”…es necesario modificar el sistema educativo, regular la publicidad y la programación de los medios para evitar que atente contra nuestros valores” (p.11).
2.4 El valor y sus Características: Cuando se hace referencia a valor, generalmente se identifican como cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten al hombre realizarse de alguna manera. El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho de existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un coche puede ser útil además de bello. El valor es pues captado como un bien, ya que se le identifica con lo bueno, con lo perfecto o con lo valioso.
2.5 Las características de los valores son: •
Independientes e inmutables:
Son lo que son y no cambian, por ejemplo: la justicia, la belleza, el amor. •
Absolutos:
Son los que no están condicionados o atados a ningún hecho social, histórico, biológico o individual. Un ejemplo puede ser los valores como la verdad o la bondad. •
Inagotables:
No hay ni ha habido persona alguna que agote la nobleza, la sinceridad, la bondad, el amor. Por ejemplo, un atleta siempre se preocupa por mejorar su marca. •
Objetivos y verdaderos:
Los valores se dan en las personas o en las cosas, independientemente que se les conozca o no. Un valor objetivo siempre será obligatorio por ser universal (para todo ser humano) y necesario para todo hombre, por ejemplo, la sobre vivencia de la propia vida. Las valores tienen que ser descubiertos por el hombre y sólo así es como puede hacerlos parte de su personalidad. •
Subjetivos:
Los valores tienen importancia al ser apreciados por la persona, su importancia es sólo para ella, no para los demás. Cada cual los busca de acuerdo con sus intereses. •
Objetivos:
Los valores son también objetivos porque se dan independientemente del conocimiento que se tenga de ellos. Sin embargo, la valoración es subjetiva, es decir, depende de las personas que lo juzgan. Por esta razón, muchas veces creemos que los valores cambian, cuando en realidad lo que sucede es que las personas somos quienes damos mayor o menor importancia a un determinado valor.
2.6 Los valores Morales: Como ya se mencionaron, son aquellos valores que perfeccionan al ser humano en lo más íntimamente, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona. Los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de la familia, y son valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo, la responsabilidad, entre otros Para que se dé esta transmisión de valores son de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas significativas en su vida, sus padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros. Es además, indispensable el modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren al niño, para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. De igual manera, es de suma importancia la comunicación de la familia. Cuando el niño ha alcanzado la edad escolar se hará participe de esta comunicación abierta, en la toma de decisiones y en aportaciones sobre asuntos familiares. Posteriormente estos valores morales adquiridos en el seno de la familia ayudarán a insertarnos eficaz y fecundamente en la vida social. De este modo la familia contribuye a lanzar personas valiosas para el bien de la sociedad. Una persona es valiosa, porque posee valores interiores y que vive de acuerdo a ellos. El ser humano vale entonces, lo que valen sus valores y la manera en como los vive.
2.7 Principales valores que inciden en la toma de decisiones en el proyecto de vida en el ser humano Educar en valores es como tallar un diamante. Para que despliegue la plenitud de su esplendor debe ser tallado íntegra y armónicamente. Dejar una de sus facetas sin tallar le impedirá cualificarse con todos sus visos, belleza y perfección como diamante. Una persona a quien no se le proporcione una intencionada, adecuada y oportuna educación en valores, no podrá realizarse a plenitud como humano.
Uno de ellos en el ámbito de la educación es el poco desarrollo del humanismo, sobre el cual las concepciones filosóficas de todos los tiempos en sus fundamentos y objetivos buscan el bien común, promover y vivir una cultura de paz hacia una sociedad de paz con justicia, equidad y bienestar. Lejos estamos de ser congruentes como humanos con los principios humanistas. Como lo indica Ramos (2005) “El humanismo es sencillamente un intento y una actitud del espíritu humano en permanente proceso de evolución, que se inicia en el momento en que tomamos conciencia de nuestra diferencia con las demás especies biológicas, que busca el respeto, la dignidad y los derechos del ser humano para la formación integral de su individualidad y de su personalidad, lo cual requiere y conlleva condiciones sociales que propicien su transformación y realización como ser humano” P.56 La educación en valores no debe limitarse a lo ético; también debe tener presente que en el proceso hay que desarrollar otros valores que son importantes como los valores estéticos, los políticos, los intelectuales, que en su conjunto contribuyen al desarrollo de la personalidad. Es por ello por lo que la educación en valores es pluridimensional. Visto así, el proceso de enseñanza-aprendizaje adquiere un nuevo contenido por su carácter integral. La reflexión del profesor sobre el valor educativo de las acciones en el proceso, significa de igual modo intencionar y valorar el método de aprendizaje, no como simple procedimiento, sino pensar en la comunicación, las relaciones interpersonales, y también analizar el componente sociohumanista de la ciencia que se enseña y de cómo hacerlo, lo que representa brindar un enfoque integral y dialéctico al aprendizaje, es decir, reconocer que no existen “dos culturas” separadas, sino reflexionar sobre la totalidad de ésta, en su historia, en sus contradicciones, en su actualidad, en sus métodos, en sus consecuencias e impactos y, por supuesto en su ética. De lo anterior se deduce que la educación tiene que formar un profesional con capacidad para enfrentar el reto de la época contemporánea, con conocimientos científicos y técnicos idóneos, portador de valores humanos para un óptimo desempeño como miembro de la sociedad, con una proyección vivencial y laboral que combine las
competencias laborales con las cualidades personales. La educación en valores en la toma de decisiones debe encaminarse fundamentalmente a la formación y al desarrollo de valores profesionales, entendidos éstos como los valores humanos contextualizados y orientados hacia la profesión. Sus significados se relacionan con los requerimientos universales y los particulares de la profesión. Constituyen rasgos de la personalidad profesional y contribuyen a definir una concepción integral del ejercicio de la profesión. La búsqueda de una cultura integral es un objetivo estratégico en el mundo de hoy; así, un humanista que no sepa de los avances científicos tecnológicos puede poseer una elevada cultura humanista y ser un ignorante ante las nuevas formas de vida imperantes. De la misma manera, un científico o un técnico que posean elevados conocimientos y habilidades profesionales, tienen que saber conducirlas desde y para la sociedad, lo que se expresa en saber trabajar en grupo, interpretar social y económicamente las necesidades y demandas; dirigir procesos mediante la participación, el diálogo y la comunicación, en busca de información valiosa para la competitividad. El ser humano es más feliz dando que recibiendo, que depende de la entrega, la solidaridad, la responsabilidad, el amor, la amistad y el respeto a la diferencia de otros. La esencia de la creatividad es vivir creativamente y su éxito principal se halla en que el proyecto de vida que se defina brinde felicidad hacia sí mismo y a los demás. La formación valorativa y de actitudes es sólo un aspecto de la educación en valores, pues actitud es sólo una predisposición a un comportamiento, es una organización duradera de creencias, cogniciones, sentimientos que, por tanto, conforman una tendencia. No siempre existe una correspondencia entre la actitud y el comportamiento por diferentes factores. La educación en valores debe promover una actitud y capacidad estimativa, y una conducta consciente en el educando. Es decir, conocer qué es la responsabilidad, saber valorar sobre la responsabilidad en hechos concretos y actuar con responsabilidad. La educación en valores debe coadyuvar en los jóvenes al desarrollo de su personalidad desarrollada a una mayor adaptación a los entornos, a comprender y
saber transformar con criterio colectivo, social y humano la participación social de ellos, una mayor motivación e interés en ser reconocido y en reconocer las diferencias humanas alcanzando la tolerancia necesaria para compartir y comunicarse adecuadamente. Una didáctica que integre los valores al aprendizaje de manera intencionada y consciente, destacando en el contenido el valor como un componente a desarrollar, es decir, el significado valorativo de los conocimientos, habilidades y capacidades, del mismo modo que la reflexión del profesor sobre el valor educativo de las acciones en el proceso a través de métodos y técnicas que propicien la participación, la comunicación, las relaciones interpersonales, la autorregulación, entre otros.
2.8 Proceso de toma de decisiones Hay modelos clásicos de cómo se toman las decisiones (Hastié, 2001) y existe un esquema básico de resolución de problemas (D´Zurilla, Goldfried, 1971) que plantea como hacerlo de forma efectiva y que se ha incorporado a la terapia cognitivo conductual con todos los méritos (Nezu, 2004). Por supuesto, que en la práctica clínica no se puede olvidar nunca que las personas no nacieron para ajustarse a los modelos y que hay que determinar para cada paciente que proceso sigue para tomar sus decisiones, teniendo en cuenta que cada persona afronta la resolución de problemas de una forma diferente, basada en su experiencia y su historia de aprendizaje, y es el análisis del método particular que sigue el paciente para resolver sus problemas lo que nos va a permitir analizar la influencia de la preocupación en sus trastornos. La toma de decisiones consiste en encontrar una conducta adecuada para resolver una situación problemática, en la que, además, hay una serie de sucesos inciertos. Una vez que se ha detectado una amenaza, real, imaginaria, probable o no, y se ha decidido hacer un plan para enfrentarse a ella, hay que analizar la situación: hay que determinar los elementos que son relevantes y obviar los que no lo son y analizar las relaciones entre ellos y la forma que tenemos de influir en ellos. Este paso puede dar lugar a problemas, cuando se tienen en cuenta aspectos
irrelevantes y se ignoran elementos fundamentales del problema. Una vez determinada cual es la situación problemática y analizada en profundidad, para tomar decisiones, es necesario elaborar modelos de acciones alternativas, extrapolarlas para imaginar el resultado final y evaluar este teniendo en cuenta la incertidumbre de cada suceso que lo compone y el valor que subjetivamente se le asigna ya sea consciente o automáticamente. Así se obtiene una idea de las consecuencias que tendría cada una de las acciones alternativas que se han definido y que puede servir para elegir la conducta más idónea como el curso de acción que va a solucionar la amenaza. Descrito así, el modelo de toma de decisiones puede aplicarse a cualquier situación en la que se realice un plan para afrontarla y no solamente a las situaciones amenazantes o problemáticas. La preocupación es la conducta de preparar el curso de acción y puede estar asociada a situaciones que nos causan ansiedad, a cualquier problema que queramos resolver o cualquier acción creativa que queramos desarrollar de forma controlada. En este sentido, habría que analizar si preocuparse en tareas que no son problemáticas, por ejemplo, la dedicación excesiva al trabajo; pueden tener la misma función que la preocupación patológica que se describe en el resto de artículo. El proceso de toma de decisiones se puede llevar a cabo automáticamente o conscientemente, tal y como plantean los modelos aquí mencionados. Pero posiblemente se elija muchas veces el curso de acción sin hacer ningún plan y sin extrapolar las consecuencias, sino más bien siguiendo las primeras reacciones automáticas que se han generado en la situación o simplemente se evite la preocupación y la toma de decisiones. Nezu (2004) define otros estilos de resolución de problemas, el impulsivo que actúa así o el evitativo, que simplemente no se enfrenta al problema. Frente al estilo evitativo, entrar en el proceso de toma de decisiones puede ser un paso adelante
2.9 Definiciones clásicas de los procesos de toma de decisiones. De acuerdo Wikipedia (2009) “La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las alternativas o formas para resolver diferentes situaciones de la vida, estas se pueden presentar en diferentes contextos: a nivel laboral, familiar, sentimental, empresarial, etc., es decir, en todo momento se toman decisiones, la diferencia entre cada una de estas es el proceso o la forma en la cual se llega a ellas” La toma de decisiones consiste, básicamente, en elegir una alternativa entre las disponibles, a los efectos de resolver un problema actual o potencial, (aún cuando no se evidencie un conflicto latente). La toma de decisiones a nivel individual es caracterizada por que una persona haga uso de su razonamiento y pensamiento para elegir una decisión a un problema que se le presente en la vida; es decir, si una persona tiene un problema, ésta deberá ser capaz de resolverlo individualmente a través de tomar decisiones con ese especifico motivo. En la toma de decisiones importa la elección de un camino a seguir, por lo que en un estadio anterior deben evaluarse alternativas de acción. Si estas últimas no están presentes, no existirá decisión. Para tomar una decisión, no importa su naturaleza, es necesario conocer, comprender, analizar un problema, para así poder darle solución; en algunos casos por ser tan simples y cotidianos, este proceso se realiza de forma implícita y se soluciona muy rápidamente, pero existen otros casos en los cuales las consecuencias de una mala o buena elección puede tener repercusiones en la vida y si es en un contexto laboral en el éxito o fracaso de la organización, para los cuales es necesario realizar un proceso más estructurado que puede dar más seguridad e información para resolver el problema. Las decisiones nos atañen a todos ya que gracias a ellas se puede tener una opinión crítica. Se presentan a continuación algunas definiciones clásicas de los procesos que se dan el la toma de decisiones y que pueden aclarar de forma importante. Dentro de este proceso se dan una serie de conductas que necesitan definición: •
La toma de decisiones es el proceso de seleccionar un curso de acción entre alternativas;
es la medula de la planeación •
La toma de decisiones es también una ciencia aplicada que ha adquirido notable importancia y es el tema básico de la Investigación Operativa.
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La buena toma de decisiones permite vivir mejor. Nos otorga algo de control sobre nuestras vidas.
Las decisiones racionales generalmente se toman sin darse cuenta, quizás de manera inconsciente, se puede comenzar con el proceso de consideración. Lo mejor es aprender el proceso de toma de decisiones para decisiones complejas, importantes y criticas. El proceso de toma de decisiones es necesario aplicar los siguientes aspectos: •
¿Cual es la meta que usted desea alcanzar? Elija la meta que satisfaga sus "valores". La información objetiva sobre los cursos de acción también puede expandir su conjunto de alternativas. Cuantas más alternativas desarrolle, mejores decisiones podrá tomar. Las alternativas de decisiones creativas son originales, relevantes y practicas.
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Averiguo cuál es el conjunto de cursos de acción posibles que puede tomar y luego regar información confiable sobre cada uno de ellos.
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Predecir el resultado de cada curso de acción individual mirando hacia el futuro. Elija la mejor alternativa que tenga el menor riesgo involucrado en llegar a la meta.
2.10 Implemente su decisión Las decisiones son el corazón del éxito y a veces, hay momentos críticos en que pueden presentar dificultad. Un gerente debe tomar muchas decisiones todos los días. Algunas de ellas son decisiones de rutina o intrascendentes mientras que otras tienen una repercusión drástica en las operaciones de la empresa donde trabaja. Forman parte de una toma de decisiones la experiencia, la experimentación, la investigación y el análisis. En este mundo cada vez más complejo, la dificultad de las tareas de los decisores aumenta día a día. Además, un decisor debe asimilar a su decisión un conjunto de opciones y consecuencias que muchas veces resulta desconcertantes.
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Decisiones. Son combinaciones de situaciones y conductas que pueden ser descritas en términos de tres componentes esenciales: acciones alternativas, consecuencias y sucesos inciertos.
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Resultado. Son situaciones describibles públicamente que ocurrirían cuando se llevan a cabo las conductas alternativas que se han generado. Como todas las situaciones son dinámicas y suponen que si se continúa la toma la acción el resultado puede variar.
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Consecuencias. Son las reacciones evaluativas subjetivas, medidas en términos de bueno o malo, ganancias o pérdidas, asociadas con cada resultado.
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Incertidumbre. Se refiere a los juicios de quien toma la decisión de la propensión de cada suceso de ocurrir. Se describe con medidas que incluyen probabilidad, confianza, y posibilidad.
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Preferencias. Son conductas expresivas de elegir, o intenciones de elegir, un curso de acción sobre otros.
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Tomar una decisión. Se refiere al proceso entero de elegir un curso de acción.
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Juicio. Son los componentes del proceso de decisión que se refieren a valorar, estimar, inferir que sucesos ocurrirán y cuales serán las reacciones evaluativas del que toma la decisión en los resultados que obtenga.
Según estas definiciones el proceso de toma de decisiones sería encontrar una conducta adecuada para una situación en la que hay una serie de sucesos inciertos. La elección de la situación ya es un elemento que puede entrar en el proceso. Hay que elegir los elementos que son relevantes y obviar los que no lo son y analizar las relaciones entre ellos. Una vez determinada cual es la situación, para tomar decisiones es necesario elaborar acciones alternativas, extrapolarlas para imaginar la situación final y evaluar los resultados teniendo en cuenta las la incertidumbre de cada resultado y su valor. Así se obtiene una imagen de las consecuencias que tendría cada una de las acciones alternativas que se han definido. De acuerdo con las consecuencias se asocia a la situación la conducta más idónea eligiéndola como curso de acción.
2.11 Modelo de Toma de Decisiones En el modelo de D´Zurilla y Goldfried (1971) se consideran dos dimensiones: “Una orientación al problema que incluye las creencias sobre el control que ejerce el individuo sobre la resolución de sus problemas. A su vez tiene dos factores basados en la teoría de la autoeficacia de Bandura” (1997): La creencia en la autoeficacia en la resolución de los problemas. Basada en la expectativa de eficacia. La creencia que los problemas de la vida se pueden resolver. Basada en la expectativa de resultado. Una serie de pasos que configuran un proceso ideal de resolución de problemas y toma de decisiones. La orientación al problema La orientación positiva al problema puede dar lugar a: Ver los problemas como retos. Ser optimista en el sentido de que los problemas tienen solución Percibir que se tiene una fuerte capacidad para enfrentar los problemas. Estar dispuesto a invertir tiempo y esfuerzo en su solución. Una orientación negativa al problema implica ver los problemas como amenazas: Creer que son insolubles. Dudar de la propia habilidad para solucionarlos. Frustrarse y estresarse cuando se encuentran frente a un problema. En resumen y de forma más importante, una orientación positiva al problema induce al sujeto a enfrentarse a él, mientras que la orientación negativa le prepara para evitarlo. 2.12 Modelo de resolución de problemas o toma de decisiones La toma de decisiones es la asociación de un curso de acción o plan con una
situación determinada. El modelo que se presenta de toma de decisiones tiene los siguientes pasos: Hacer planes supone: Realizar un modelo de la situación actual o una definición del problema. Problema se define como "una situación real o anticipada en la vida que requiere respuestas por parte del sujeto para un funcionamiento adaptativo; pero que no están disponibles o no son identificables por él, debido a la existencia de barreras u obstáculos" (Nezu, 2004). Las demandas de la situación pueden venir de exterior; pero también de los objetivos y valores del individuo. Las barreras más comunes para alcanzar los objetivos son: ambigüedad, incertidumbre, demandas en conflicto, falta de recursos, o novedad. Generar conductas alternativas posibles: Dentro del modelo de la realidad que se ha creado. Es una fase que depende de la creatividad del individuo. Se trata de imaginar las alternativas posibles. La crítica y autocrítica juegan un papel que compromete de forma importante la efectividad de este paso. Es preciso suprimir ambas en una primera fase para poder considerar las soluciones sin una censura previa. Se hace siguiendo las reglas del brainstorming, en el que no se realizan críticas ni evaluaciones de las ideas propuestas; cualquier propuesta es aprovechada, completada o variada para generar nuevas soluciones. Las personas con ansiedad social son muy vulnerables a las críticas e inhiben su creatividad por el miedo a equivocarse y ser rechazados socialmente. Este aspecto puede dejar a la persona anclada y sin salida en este paso. Extrapolar los resultados asociados a cada conducta generada. Con objeto de prever los resultados de ponerlas en práctica con los cambios que se producirán en la situación. Es una parte de la resolución de problemas que está muy sujeta a la incertidumbre, porque el resultado de nuestras acciones no depende solo lo que hagamos, sino que son fundamentales las reacciones de los demás que están involucrados en la situación. Saber predecir los resultados de un plan que se ha
elaborado es difícil y la incertidumbre juega de nuevo un papel fundamental. Esta fase puede ser una fuente inagotable de sucesos preocupantes, sobre todo si se quiere evitar la incertidumbre que supone la ignorancia de cómo va a reaccionar el otro a nuestro a nuestra actuación. Si queremos asegurarnos de que la conducta del otro no va a ser la que tememos, nos podemos encontrar cogidos en la trampa de la preocupación previendo numerosos sucesos "¿Y si...?". Extraer las consecuencias de cada resultado: Es decir, valorar la situación generada de acuerdo con los objetivos que se pretenden alcanzar. Para ello se valoran la probabilidad de que un resultado, es decir, su incertidumbre; junto con los beneficios o perjuicios que pueden conllevar que ocurra, es decir, las consecuencias de cada resultado. Elegir la acción que se va a llevar a cabo: Entre las que pueden producir el resultado que se busca. Una consecuencia inmediata de la evaluación de los resultados es la elección de la conducta más adecuada para resolver el problema. Pero a veces se llega sin duda a cual debe ser la actuación, como fruto de la valoración de las consecuencias; pero, una vez identificada, puede haber problemas para llevarla a la práctica. "Eso es lo que tendría que hacer; pero..." Controlar el proceso cuando se lleva a cabo la acción: Cuando realizamos una acción entramos en el proceso de control de lo que hacemos, (Carver y Scheier, 1981) en el que vamos monitorizando si el resultado actual va en el camino que esperamos o no. Si no marcha en dirección al objetivo, generamos nuevos caminos o cambiamos los planes en un proceso de toma de decisiones parecido. Evaluar los resultados obtenidos. Es el momento de repasar lo que se ha realizado con objeto de aprender para el futuro. Una revisión rápida del proceso que se ha llevado y de las conductas de los demás nos ayuda para mejorar nuestra toma de decisiones. Es más fácil sabiendo cómo han reaccionado los otros, ajustar la actuación para
obtener el resultado buscado, pero eso solamente se puede hacer en el momento en que ocurre y se tiene que tener la mente abierta y preparada para reaccionar o aceptar nuestras limitaciones y crear una nueva oportunidad para obtener los resultados apetecidos.
2.13 Proyecto de Vida El proyecto es como un camino para alcanzar la meta: es el plan que una persona se traza a fin de conseguir un objetivo. El proyecto da coherencia a la vida de una persona en sus diversas facetas y marca un determinado estilo, en el obrar, en las relaciones, en el modo de verla vida... El proyecto de vida es la dirección que el ser humano se marca en su vida, a partir del conjunto de valores que ha integrado y jerarquizado vivencialmente, a la luz de la cual se compromete en las múltiples situaciones de su existencia, sobre todo en aquellas en que decide su futuro, como son el estado de vida y la profesión. La dificultad mayor para trazar el proyecto de vida reside en tener que tomar una decisión, en tener que elegir una dirección fundamental con exclusión de otra u otras direcciones fundamentales. Frecuentemente ante este compromiso se adopta una actitud de huida que conduce a la persona a un estado de indecisión, es decir, hacia un "conflicto existencial" que, al no ser resuelto, se convierte en crónico. El miedo a la responsabilidad, la incapacidad de renunciar a alguna de las posibilidades presentadas, la influencia del ambiente social contrario a los compromisos definitivos. Son frecuentemente las causas de este conflicto no resuelto. Tener un proyecto de vida es fundamental. De lo contrario se vive sin rumbo, a la deriva; se vive sin sentido. Este es el drama en el que vive hoy mucha gente. Viven a la deriva. Por eso las personas se estrellan con la vida. Por tal razón, existir significa, potencialmente, construir proyectos en los que el
hombre despliega sus aptitudes y recursos. Anticipa un futuro en el que la meta de la autorrealización despierta y sostiene ese despliegue. Dichos proyectos giran de modo especialmente destacado en torno de dos grandes cuestiones, el amor y el trabajo. Para que el ser humano pueda construir su proyecto de vida, debe cumplir con ciertas condiciones básicas, de tal suerte que asegure la conservación y el desarrollo de sus potencialidades. Esas condiciones surgen de la interacción del ser humano -mundo. El otro parámetro utilizado para el análisis ha sido el considerar el proyecto de vida como "construcción", es decir, el proyecto no sería algo dado o recibido como transmisión o herencia en un individuo pasivo en la recepción, sino que resultaría más conveniente comprenderlo como el ir siendo el hombre en su ser. El análisis del modo en que los proyectos de vida van siendo construidos, así como la consideración de los rasgos fundamentales de las variaciones en tal estructuración, dará lugar a una clasificación de tipos de proyectos vitales. La elaboración de un proyecto de vida, debe considerar aspectos tales como: el entorno y conocimiento de la persona; la búsqueda de información para satisfacer las inquietudes y posibilidades que nos rodean para alcanzar las metas propuestas; y la flexibilidad, que no debe faltar, pues los seres humanos poseen múltiples intereses, habilidades y la capacidad de rectificar, además los resultados no dependen sólo de la persona. Al definir un proyecto de vida las personas podrán defender lo que piensan, sus intereses y formarse un carácter menos vulnerable al medio de la cual forman parte.
3 Conclusiones De acuerdo con la información analizada se obtiene las siguientes conclusiones: El ser humano tiene una naturaleza indeterminada. Las personas no están programadas sino que se ven obligadas a decidir continuamente sobre cómo y hacia dónde quieren dirigir su vida. El origen de lo moral esta en la necesidad de decidir cómo se quiere vivir, a pesar de presiones sociales y los condicionamientos biológicos y culturales. Los centros educativos desarrollan un rol fundamental pues como agente reproductor y socializador de los valores presentes en la sociedad, se convierte en el espacio donde se puede empezar el cambio que tantas veces se ha pregonado pero que aún permanece como una utopía: Donde se produzca el tránsito de una sociedad autocrática, intolerante y dogmática a una sociedad democrática, tolerante y crítica. Desde este punto de vista la misión de la educación en valores debería consistir en la superación de la socialización de los mismos para fijarse objetivos próximos a la capacidad crítica, autonomía y racionalidad de la persona en situaciones de conflicto ético. La experiencia indica que en la enseñanza de valores, el profesor reafirma aquellos en los que cree, y al ejercitarse en ellos propicia que la vida de la escuela se haga corresponder con los enunciados formales. La importancia de los valores radica, en la construcción de una cultura de paz, el fortalecimiento de la identidad nacional, la formación de una ciudadanía competente, capaz de ser el protagonista principal de la construcción de una sociedad genuinamente democrática, con responsabilidad conjunta del sistema educativo y familia. Para ello es necesario, tener presente las siguientes consideraciones 1 Consideración del alumno como un ser único Atender y respetar los distintos ritmos, estilos y necesidades de aprendizaje de todos y cada uno de los alumnos y propiciar el gusto por aprender y saber más. Aprender a conocer a los alumnos desde el punto de vista afectivo y evitar lastimarlos emocionalmente, admitiendo que existe una gran diversidad de
sensibilidades. 2 Ambiente de diálogo Establecimiento de las condiciones para que los niños y las niñas aprendan a escuchar, a tomar la palabra por turnos, a preguntar y debatir, a ser tolerantes y respetuosos con sus maestros y compañeros, a comprender la conveniencia de cooperar y colaborar, a reconocer, expresar y manejar sus sentimientos. Utilización del diálogo como herramienta para la discusión y solución de conflictos apelando a la razón, al buen uso del lenguaje y a la erradicación de la violencia. 3 Respeto y colaboración entre todos y todas en la escuela. Respetar la dignidad de todas las personas que integran la comunidad escolar, independientemente de su rol: personal docente, administrativo, de limpieza; alumnos y alumnas; padres y madres de familia. Propiciar la ayuda mutua y la colaboración entre los miembros de la comunidad para desarrollar proyectos escolares. Desarrollar empatía y prestar ayuda a las personas que integran la comunidad escolar. Facilitar la participación de todos los miembros de la comunidad escolar para expresar sus necesidades, intereses e inquietudes. 4 Normas transparentes y compartidas. Procurar normas claras, justas y compartidas que permitan regular el comportamiento individual y colectivo para facilitar una convivencia armónica. Informar y justificar las reglas y normas escolares con toda claridad. Precisar a quién compete definir las normas, cuándo y cómo fueron establecidas. Finalmente diremos que los esfuerzos de los maestros serán más eficaces si, Fortalecen su convicción de la importancia de educar en valores. Si cuentan con el apoyo de la escuela y la familia. Si se familiarizan con estrategias de aprendizaje apropiadas.
Si se practican los valores en la escuela. Asimismo, la toma de decisiones como proceso inciden en el desarrollo familiar y social con el fin de mejorar y poder lograr cada la meta que el ser humano se propone. Con respecto al proceso de toma de decisiones se puede llevar a cabo automáticamente o conscientemente, tal y como plantean los modelos aquí mencionados. Pero posiblemente se elija muchas veces el curso de acción sin hacer ningún plan y sin extrapolar las consecuencias, sino más bien siguiendo las primeras reacciones automáticas que se han generado en la situación o simplemente se evite la preocupación y la toma de decisiones. Por esta razón, se requiere que las poblaciones estudiantiles desarrollen interrelaciones adecuadas, capaces de fortalecer los valores, que identifican la calidad y cordialidad de un grupo de personas o país. Igualmente, los valores son la esencia y el norte que posee el ser humano para desarrollarse íntegramente con su proyecto de vida en conexión con el desarrollo social y educativo. La educación como acción, debe ser protagonista y los nuevos gerentes educativos deben hacer la diferencia con respecto al tema en análisis.
4 Referencias Bibliográficas Carver, C y Scheier, M.F. (1981). “Attention and self-regulation : a control theory approach to human behavior”. New York .Springer-Verlag. D’Zurilla, T. J. y Goldfried, M. R. (1971). Problem solving and behaviour modification, Journal of Abnormal Psychology, 78, 107-126. Hernández, D. (2.000). Proyecto de vida como categoría básica de interpretación de la identidad individual y social. Revista Cubana de Psicología. Vo. 17 N°. 3. Foro de la Juventud Costarricense. (1993). Jóvenes tienen la palabra: Llamamiento Final. Heredia, Costa Rica: Universidad Nacional.
Sarramona, J. (1994) Cómo fomentar los valores individuales: actividades para que el niño desarrolle la confianza en sí mismo. Barcelona, España: Ediciones Torres, A. (1997) Que son los valores: Heredia, Costa Rica: Aporte Bibliográfico del Curso Diferencias Individuales en el Aula – CIDE William, B. Werther, J. y Heith, D, (2.000). Administración de personal y recursos humanos. México: Mc Graw Hill
www.monografias.com /.../valores.../valores humanos.shtmlww.wikipedia.com /.../ valores
5 Anexos 5.1 Instrumento de Diagnóstico CUESTIONARIO DE ACTITUDES Y OPINIONES DE UN MAESTRO SOBRE VALORES PROFESIONALES Estimado compañero (a) nos dirigimos a usted para solicitarle su cooperación para llevar a cabo una pequeña investigación sobre las actitudes del maestro hacia los valores profesionales. Su colaboración es imprescindible para llevarla a cabo y le agradecemos su participación. DATOS GENERALES INSTITUCIÓN DONDE TRABAJA: _________________________________________
SEXO: Hombre (
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EDAD: Menos de 35 ( 55-60 (
),
Mujer (
),
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36-40 (
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Más de 60 años (
AÑOS LABORADOS:
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26-30 (
),
),
41- 45 (
),
46 – 50 (
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51-55 (
),
)
6-10 (
), 11-15 (
Más de 30 años (
),
16- 20 (
),
21- 25 (
),
)
1) En términos generales, indique los que a su juicio son los cinco rasgos más significativos de “ser un buen profesional”: 1. 2. 3. 4. 5. 2) INSTRUCCIONES PARA EL LLENADO: Por favor marque con una X en los recuadros valorando en orden de cero a cuatro el grado de acuerdo con las proposiciones, donde: 0: Totalmente 1: Poco de 2: Indeciso 3: De acuerdo 4:Totalmente de de desacuerdo acuerdo acuerdo
PROPOSICIONES 1. Estoy dispuesto (a) a asumir las consecuencias de mis errores profesionales 2. Guardar la confidencialidad es importante en el ejercicio profesional 3. Estoy satisfecho (a) con la profesión que he elegido 4. La puesta al día en los conocimientos es imprescindible para ser un buen profesional 5. El cumplimiento a tiempo de mis compromisos profesionales es importante 6. Para no cometer errores en mi ejercicio profesional debo ser consciente de los límites de mis conocimientos y habilidades 7. Considero que puedo resolver importantes cuestiones profesionales escuchando a los demás 8. Debo ganarme la confianza de las personas para las que trabajo actuando con honestidad 9. Actúo como un buen profesional cuando soy sensible a las necesidades de los demás 10. Hay decisiones éticas tan importantes en el ejercicio de mi profesión que no puedo dejarlas sólo a criterio de las organizaciones 11. Hacer lo correcto profesionalmente me permite estar en paz conmigo mismo 12. En el ejercicio profesional ayuda mucho tener una actitud positiva ante la adversidad y la superación de retos 13. Considero imprescindible tener en cuenta los aspectos éticos en el ejercicio de mi profesión 14. Estoy dispuesto (a) a ejercer mi profesión sólo por dinero 15. En la profesión, ayudar a los demás es más importante que alcanzar el éxito 16. Es preciso que conozca y practique los valores de mi profesión para poder ejercerla 17. El éxito profesional no significa nada si no me permite ser una mejor persona 18. De nada sirve un trabajo bien hecho si no contribuye a ayudar a los demás 19. Respeto las opiniones de los clientes y usuarios sobre mi trabajo profesional 20. Transmito mis propios valores a través del ejercicio profesional
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3) Marque (con un subrayado) el grado de importancia que, a su juicio, hoy se le concede por parte de los maestros la ética profesional docente: 1
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4) ¿Qué grado de importancia le concede usted a la ética profesional en su trabajo académico? Por favor subraye: 1
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5). Indique ¿en qué grado cree que la escuela, como institución, debe desarrollar los valores profesionales de sus estudiantes (as)? MUCHO (
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6) ¿Qué es un valor para usted?
7) ¿Qué significa para usted la frase “educar en valores”?
8) Exponga los cinco valores básicos que la escuela debería promover en su estudiantado:
9) Exponga los cinco valores básicos que la escuela debería promover en su personal:
10) ¿Considera usted que debería existir una materia de ética profesional en todas las instituciones? SÍ (
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10.1. En caso afirmativo, ¿qué contenidos debería tener esa materia?
11) ¿Considera usted que existe una crisis de valores entre los jóvenes?
12) ¿Ha cambiado la forma de ver los valores por parte de los jóvenes?
13) ¿Qué metodología emplea usted para potencializar los valores en los jóvenes?
14) Ordene de uno a cinco las características morales, según su criterio, que debe tener un buen educador. autenticidad
Tolerancia
Libertad
Solidaridad
Honestidad
Muchas gracias por su colaboración…