TRABAJAR CON NUESTROS CUERPOS Ser conscientes de que nuestro “vehículo” lo conduce nuestra mente. Usar la mente para responsabilizarse de la propia vida. La importancia de los pensamientos que elegimos, ellos determinan tu vida. Verbalizar nuestros sentimientos, ellos indican qué pasa en nuestro interior. ¿De qué forma nos hablamos a nosotros mismos?. Diálogo interno. Cambiar la forma de usar las palabras y los pensamientos. El poder de la palabra hablada. Amarse y valorarse. Liberarnos de presiones autoimpuestas “debería”, “tengo que”, sustituirlo por “elegir”, “pero” es contradictorio. Escucha lo que dices, grábalo. Dejar marchar los hábitos que te retienen en el pasado, posturas encapsuladas. Prepararse por la noche, pensamiento o lectura positiva, limpiarse mientras se duerme, sanarse para el día siguiente. Nuestro subconsciente, acepta lo que decimos y crea en concordancia con ello. Nos proporciona lo que nosotros afirmamos. Lo que elijamos pensar se convertirá en verdad. Comprender y perdonar, cuanto más preparado se está para perdonar a los demás más dispuesto se está a perdonarse uno mismo. Darte permiso para ser tú mismo. Aprender a decir que no. La confianza en uno mismo conlleva la confianza en los demás y sobre todo en nuestro Yo Superior. Cuando uno se ama atrae personas que ven en tu semblante que realmente vives lo que dices. Lo primero es estar en paz con nosotros mismos. La realidad que vivimos es un asunto de enfoque y actitud. No entrometerse en el proceso de vida de los demás.
EJERCICIOS: Afirmaciones positivas para empezar a reprogramarte: Soy valioso. Soy merecedor. Me amo y me apruebo. Me doy permiso para realizarme. Soy capaz de cualquier cosa que me proponga. Estoy dispuesto a cambiar y crecer. Todo lo que necesito saber se me revela. Sobre estos cimientos crear lo que uno desea. Piensa en lo que deseas que se haga realidad. Pronunciarlo en voz alta y mirándote al espejo, siempre en presente y de forma afirmativa. Si vas trabajando contigo mismo y de pronto sale a la superficie algo que te hace retroceder, tienes que buscar qué creencias hay bajo esa superficie. Investiga en ti mismo para comprender qué obstáculos te traban y así averiguar qué hay que dejar atrás y superar barreras. Observar el denominador común: critica, temor, culpa o resentimiento. Todo esto nos hace sentir inferiores. Las experiencias determinan las creencias internas. Deja de fijarte en lo que los demás hacen. Deja de criticarte a ti mismo y a los demás. Liberar la rabia de forma positiva. Hacer algo de tipo físico: hablar sinceramente con la persona involucrada, hacerlo ante el espejo, mirar a tus ojos o a la persona y pronunciar palabras como: “ estoy enfadado contigo porque …, estoy dolido por que tú …, tengo miedo porque …”. También puedes gritar y llorar, golpear almohadas, la cama, escribirlo en una carta, fregar los platos y “abrillantar” nuestra suciedad… Saca toda la porquería.
Después crea dentro de ti un espacio nuevo y llénalo de hábitos agradables, optimistas y alegres. Se consciente de que el temor es una limitación de tu mente, es lo contrario del amor. La rabia es el temor que se convierte en mecanismo de defensa. Para aprender a amarte a ti mismo: Deja de criticarte y no ocultes tus sentimientos por temor a no ser aceptado y amado. No te asustes. No anticipes. Se paciente y amable contigo, permítete equivocarte. Medita diariamente. Elogia tus logros, celebra tus características únicas. Pide ayuda y apóyate en los que te lo ofrecen. Conoce tu lado oscuro, acéptalo, ámalo y lo transformarás. Cuida tus cuerpos. Trabaja diariamente con el espejo. Ámate hoy, ahora, no lo dejes para mañana.