TESTIMONIO DE VIDA Buenas tardes con todos, en esta tarde me gustaría agradecer en primer lugar a Dios por permitirme estar aquí compartiéndoles mi experiencia y el cambio que tuvo en mí estos meses de preparación. No voy a mentirles, no tenía planeado confirmarme este año, menos en esta parroquia, pero el aviso de la catequesis 2018 llegó a mi colegio por parte de los padres de familia de mis compañeros, mi mamá al enterarse me sugirió venir, yo tenía muchas dudas en ese entonces, hasta llegué a considerar que no era necesario pues mi fe no era la mejor. Sin embargo me decidí a intentarlo. El primer día fui recibida de la mejor manera, entre bailes, alabanzas y canciones, sin darme cuenta venir a la parroquia ya no era un compromiso sino una decisión. En el transcurso de estos meses conocí personas maravillosas, entregadas de todo corazón al creador, me refiero a los catequistas, cada uno de ellos me enseñó el amor de Dios, me enseñó su infinita misericordia y que cada cosa que pasa en nuestra vida es un plan divino que nos regala para nuestra felicidad, muchas gracias a todos ustedes, gracias por su tiempo y por su paciencia con nosotros. También compartí momentos inolvidables con mis compañeros, perdón, mi familia, pues eso son, al principio no hablaba con la mayoría, tal vez hasta el día de hoy no lo haga con todos, pero déjenme decirles que les tengo mucho cariño, hemos crecido juntos y no físicamente, hemos crecido en gracia, en espíritu. Los he visto quebrarse enfrente de mis ojos, los he visto dejar muchas cosas por estar aquí, he visto como Dios los ha tocado a cada uno, lo que comenzó para muchos con temas obligados se fueron convirtiendo en enseñanzas divinas. Espero que el retiro haya sido un encuentro con Dios y con ustedes mismos. Por mi parte el retiro me ayudó a darme cuenta de muchos errores que estaba cometiendo, qué debía hacer algo para remediarlos, que necesitaba poner en el trono de mi vida a Jesús. Finalmente agradecer a mi familia de sangre, ya que ellos desde pequeña me inculcaron el respeto hacia el Señor y hacia la Virgen María, ellos no me dejaron caer en el flojera que a veces daba el salir de tu casa un domingo, me dieron fuerzas y apoyo. Antes de concluir me gustaría hacerles recordar dos preguntas que nos hicieron al inicio de la catequesis. ¿Quién es Dios para ti? Y ¿Quién eres tú? Mi respuesta al principio fue no lo sé, pero ahora les digo que Dios es mi padre, es mi amigo, es mi consejero, mi apoyo, el creador, mi rey, es el amor infinito, es aquel fuego candente, aquella brisa que roza nuestras caras, es la flor más bella, la sonrisa más pura, Él es todo. Y ¿quién soy yo?, aún estoy rn busca de esa respuesta, pero tengo algo bien en claro, qué sin Él no sería nada. Gracias