Romero López Sarahí Ética Profesional Tarea #4
El joven light La lectura establece un concepto curioso e hiriente: “la vida light”. Y hace referencia al tipo de vida que depende únicamente de la existencia misma, basada en la falta de interés y enfocada únicamente en el materialismo y la superficialidad. Vacío, triste, sin sentido. Enrique Rojas, define al hombre light como un ser sin esencia, que se rige en base a 5 características principales: 1) Permisividad: Todo está permitido. No existen límites. El hombre light no tiene sus valores definidos, ya que éstos representan fronteras que moderan nuestras acciones. El respeto, la fidelidad o la honestidad, no son otra cosa más que límites que nos imponemos a nosotros mismos. 2) Relativismo: Para el hombre light no existe ni bien ni el mal, ya que todo depende del enfoque con que se percibe la realidad. En otras palabras, el hombre light es un ente amoral. Un manojo de instintos y deseos sin un sentido. Al no existir una diferenciación entre lo correcto y lo incorrecto, nos sumergimos en un estado de absoluta indiferencia. 3) Consumismo: Cultura del exceso. El hombre light es poseído por sus pertenencias. La meta única del hombre es tener más; sin embargo, al ser permisivo y no tener límites ni un objetivo definido claramente, su ambición nunca podrá ser satisfecha, lo que terminará por arrastrarlo a una profunda depresión. 4) Materialismo: Vivimos en un mundo plástico donde todo es desechable y no existe trascendencia. Los ámbitos espirituales y culturales son ignorados; lo único que tiene un valor, es aquello que tiene un precio. El dinero es el valor más grande de todos. 5) Hedonismo: El hombre light solo tiene interés por vivir el instante inmediato. Para él, el placer y la comodidad son sinónimos de la felicidad. El mundo gira alrededor del hombre light, y la realidad existe tan solo para satisfacer sus necesidades. El orgasmo es la mayor felicidad de todas.
Muchas personas hacen de sus vidas un verdadero barco a la deriva, al posicionar sus prioridades en cosas que no son importantes, sobre todo los más jóvenes, que creen tener todas las razones para vivir en la ley del mínimo esfuerzo y, por lo tanto, terminan viviendo en una mediocridad espantosa. Algunos terminan despersonalizados, siguiendo la corriente que no los lleva a lugar alguno, adictos de las modas pasajeras y de lo que otros dictan como correcto, terminan siendo personas sin criterio ni originalidad, y más vale ser como dijo un filósofo: “prefiero ser original que ser una copia de alguien”. ¿Vale la pena seguir un barco sin dirección?, o ¿es que no tendremos escapatoria a lo que la sociedad dicta como lo deseable y lo imitable aún a costa de lo que nos ofrece en otras palabras falta de contenido? Una cosa muy particular y exclusiva de los jóvenes light es el que yo he llamado “el síndrome del fin de semana”, que consiste en vivir y depender del fin de semana, el joven light sufre de esto ya que, a perdido el interés de aprender e ilustrarse, entonces de lunes a viernes por la tarde no interesa nada ya que solo estamos en el colegio. Cuando llega el fin de semana cada joven se va a buscar únicamente como ya hemos dicho pasar bien, el placer y nada más, cuando viene el fin de semana ¡que viva el hedonismo! Ese síndrome tiene su repercusión en que poco a poco los jóvenes tienen menos interés en estudiar y prepararse para el futuro que nos queda por delante. Al parecer creo que la mayoría de los jóvenes tenemos en un aspecto o en otro esa etiqueta de light; ya que estamos en una sociedad donde la tendencia es esa el convertirnos en personas superficiales, ligeros, simples, sin complejos; entonces podemos adoptar este estereotipo como algo normal, algo que vemos comúnmente. El ser un joven light no solo implica que todo se quiere hacer fácil, sin algún esfuerzo o de la manera más sencilla posible; si no que también implica una forma de ser light, es decir que estamos perdiendo una escala de valores enorme, lo que nos hace ser personas frívolas, frías, personalistas, materialistas, triviales, sin ética y sin moral alguna.
Y esto nos conduce a un gran dilema social que es el ser o el tener, siento el primero de estos un proceso de actitud, movimiento y cambio; mientras que el tener es relacionado con el lucro, la fama, el poder, lo que hace recaer en el consumismo y esto lo sentimos como una válvula de escape que alivia nuestras angustias. Y esta actitud del TENER nos hace caer en la sociedad o en los jóvenes light que se podría sintetizar como una sociedad mecanizada, basada en el consumismo y la destrucción del prójimo por obtener el poder, dejando de lado los valores.