(se puede realizar con los ojos cerrados) La simbología del círculo: El círculo forma parte de los rituales y costumbres de pueblos, probablemente desde la prehistoria. Todas las actividades energéticas o espirituales eran celebradas en forma de círculo. Se creía que a través de la energía emanada entre las personas componentes de la ronda, los malos espíritus eran alejados y los buenos permanecían ahí. En el círculo vemos a todas, estamos en el mismo plano, podemos mirar a aquellas que están cerca y a las más distantes. Veo a las personas de la izquierda, derecha. Tomadas de las manos: la mano derecha simboliza nuestra capacidad de ayudar, debe estar sobre la mano izquierda de la compañera de la derecha. La mano izquierda, recibiendo la derecha de la otra, simboliza nuestra necesidad de intercambio. No hay primera ni última. Nos sentimos/identificamos iguales. Cuando entramos en el círculo, no estamos disputando el liderazgo. Estamos confiando en nosotras. Nos acompañamos. La energía está en equilibrio entre dar y recibir; compartir. Finalmente solicita que cada participante se exprese: Que quede fuera del círculo (cada participante dice algo negativo) Que permanezca en este círculo (cada participante dice algo positivo)
Nueve Palabras.
- Materiales:
Pizarrón y tiza
- Tiempo:
Es posible que lleve 30 minutos, depende del grupo
- Consigna:
Construir una evaluación de nuestro proceso escritural hasta ahora incluyendo estas nueve palabras: techo, sombras, cuerda, elefante, nueve, pero, sin, canto y piedras. También debe incluir los nombres de las participantes que hayamos participado en las distintas sesiones.
- Dinámica:
Al comienzo las participantes pueden expresar desorientación respecto a la consigna, es probable que haya que repetir la consigna. En seguida, sólo se trata de recordar los elementos importantes para señalar y organizar los elementos señalados para resaltar; por último articulan lo acordado en un fragmento, incluyendo las palabras mencionadas. Se sugiere compartir la evaluación escrita de cada una. Esta dinámica sirve a la facilitadora porque vuelcan en esas palabras, que son proyectivas, los hechos positivos y las criticas; a veces, se vislumbran propuestas para mejorar.