I.
Marco conceptual del “Cuidado”
II.
Sistema Integral de Cuidados de la CDMX
III.
Campaña digital para la sensibilización respecto al cuidado. Enfoque de las “Tres R”
El Capítulo II de la Constitución de la Ciudad de México contiene el Artículo Nueve que plantea la creación de un sistema integral de cuidados para la ciudad bajo una perspectiva de derechos humanos y de género. o Inciso B “Toda persona tiene derecho al cuidado que sustente su vida y le otorgue los elementos materiales y simbólicos para vivir en sociedad a lo largo de toda su vida. Las autoridades establecerán un sistema de cuidados
que
preste
servicios
públicos
universales,
accesibles,
pertinentes, suficientes y de calidad y desarrolle políticas públicas. El sistema atenderá de manera prioritaria a las personas en situación de dependencia por enfermedad, discapacidad, ciclo vital especialmente la infancia y la vejez y a quienes, de manera no remunerada, están a cargo de su cuidado.” (p.34) Los cuidados son el conjunto de las actividades encaminadas a garantizar la reproducción cotidiana de las condiciones de vida que permiten a las personas alimentarse, educarse, estar sanas y vivir en un hábitat confortable. Los cuidados son un trabajo que genera valor social y económico. Se precisa reconocer el cuidado como generador de bienes y servicios para la producción y reproducción social y que es necesario la puntualidad en la implementación del sistema de cuidado que priorice la equidad y que permita a las personas ejercer a sus derechos de manera autónoma. La intención de implementar este sistema proviene de análisis de situaciones de vida que implican cuidados, sobre quienes los ejercen, la inversión de tiempo, la remuneración y la carga desigual hacia las mujeres en este tipo de actividades. Esta conceptualización ha sido parte de la postura de la economía feminista que señala el cuidado como una actividad económica, que implica una clara
desigualdad en la distribución de dicho trabajo al considerar actos voluntarios, naturales y obligatorios según el género. En ese sentido, la ejecución de este sistema podrá visibilizar los cuidados como un derecho, y cuya finalidad es construir un piso mínimo de condiciones adecuadas y dignas para las personas que se dediquen a brindar los cuidados, como las personas tuteladas ya sea a niñas y niños, personas en situación de dependencia y personas adultas mayores. Así mismo, ayudará a la regulación, con base en una articulación concreta de nuevas políticas públicas respecto a la orientación en el gasto público, así como la profesionalización y bienestar de las personas que se dedican al cuidado. El nuevo paradigma del Sistema Integral de Cuidados fue establecido con la colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, organizaciones civiles, la Facultad de Estudios Superiores Aragón y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir. Su énfasis radica en reconocer el trabajo del cuidado remunerado y no remunerado, promover la autonomía de las personas, así como establecer como sujetos de derechos a personas en situación de dependencia por enfermedad, por discapacidad o por ciclo vital, así como infantes que requieren de atención. Gherardi, Pautassi y Zibecchi (2012) enfatizan que el acto de cuidar se considera un trabajo porque implica tiempo, desgaste de energía y tiene valor. Todo el trabajo que las personas (en su mayoría mujeres) realizan en los hogares, como tareas de cocina, de limpieza y cuidado de otras personas de la familia, se efectúa sin remuneración y sin que medie un contrato que establezca un valor a las responsabilidades y beneficios que conllevan dichas tareas. Es precisamente este trabajo de cuidar a otras personas, lo que permite la reproducción de la fuerza de trabajo que se necesita en la sociedad capitalista actual. De esto, se deriva su relevancia social y económica. Por tanto, la Constitución de la Ciudad de México establece que el gobierno a partir del cumplimiento de sus obligaciones, generará un Sistema de Cuidados que brinde servicios públicos accesibles, pertinentes, de calidad y suficientes. Por otra parte, se urge a la redistribución de las responsabilidades, tareas y asignación de los recursos necesarios para realizar el cuidado, entre hombres y
mujeres con el fin de garantizar los derechos de todas las personas a cuidarse, cuidar y ser cuidadas. Esta campaña digital apuesta por la difusión de información que permita la construcción de pisos mínimos de comunicación para aspirar a una transformación estructural de la imposición y naturalización de roles de género que producen y refuerzan la división sexual del trabajo y la vigencia de los estereotipos tradicionales. Se coloca en el centro la sostenibilidad de la vida, la dignidad de las personas y el respeto a sus derechos. Es necesario plantear una nueva concepción social de los cuidados, en la que se tiene que ir del bienestar individual hacia el bienestar colectivo y hacia la sostenibilidad de la vida, con la generación de nuevos pactos sociales y de género, así como hacia una nueva cultura laboral centrada en las personas. Esta campaña de difusión digital se sustenta en la imperiosa necesidad de crear redes de cuidado colectivo, asumidas desde una ética de sustentabilidad y recree nuevas maneras de organización del trabajo y revalorización del tiempo. Actuar desde la ética del cuidado hace hincapié en situar a las personas como responsables
por
la
propia
vida,
así
como
la
consciencia
de
las
responsabilidades y necesidades de los otros. Así, la ética del cuidado sitúa a las personas en el centro de la acción social, política, y económica. Pérez Orozco y García Domínguez (ONU Mujeres, 2014) definen los cuidados como las actividades que permiten regenerar día a día el bienestar físico y emocional de las personas. De la misma manera, refieren que los cuidados involucran tareas de cuidado directo (interacción personal para mantener salud física y emocional), tareas materiales de establecimiento de las precondiciones del cuidado (más cercanas a lo tradicionalmente entendido como trabajo doméstico) y de gestión mental (coordinación, supervisión y planificación) que pueden realizarse de manera gratuita o a cambio de un salario.
La propuesta pone énfasis en reconocer la importancia de la vida misma en términos de cuidados, subraya la autonomía del ejercicio de derechos humanos. Así mismo, reducir el trabajo asignado por roles tradicionales, logrando redes de cuidado basadas en una ética de cuidado que permita la responsabilidad y el apoyo de las personas entre sí. Una nueva organización social es posible, que apunte hacia condiciones dignas y garantes hacia las personas que cuidan y quienes lo necesiten. Los cuestionamientos que sostienen la campaña pretenden sensibilizar y crear respuesta de acción en torno a: ¿Cuál es la consecuencia de visibilizar y reconocer el cuidado? ¿Remunerarlo? ¿Generar las condiciones para que se lleve a cabo? ¿Redistribuirlo? ¿Entre quiénes se debe redistribuir? ¿A través de qué tipo de políticas se puede redistribuir? Por tanto, la propuesta de campaña se basa en el enfoque de las “Tres R” reconocimiento, reducción y redistribución del cuidado, la cual fue propuesta por Elson (2008; citada en Esquivel 2012), este marco ofrece un modelo para analizar las vías de cambio hacia formas más justas y equitativas de distribuir los costos y los beneficios del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado (Esquivel, 2014). -
Reconocimiento del trabajo de cuidado.
El reconocimiento requiere analizar las pautas y situaciones de vida que reconozca, valga la redundancia, a quienes están realizando el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y en qué medida (Esquivel 2011). El reconocimiento significa también cuestionar las relaciones de poder en diferentes espacios. -
Reducción del trabajo de cuidado.
La reducción del trabajo de cuidado parte de una transformación social que abarque la concientización de las brechas de trabajo entre quienes se dedican al cuidado. -
Redistribución del trabajo de cuidado.
Se refiere al cambio significativo y necesario que promueva la distribución de las tareas y los roles de forma diferente a la que se ha hecho hasta ahora. PARAFRASEAR O QUITAR Redistribuir la prestación de cuidados entre las mujeres y los hombres en los hogares significa desafiar los estereotipos de género que asocian el cuidado con la feminidad. Asimismo, significa desafiar el derecho consuetudinario, las instituciones, las normas y las regulaciones en las que estos estereotipos están profundamente incrustados. Esto implicará desafiar la distribución de las tareas y los roles que se definen socialmente como "femeninos". PARAFRASEAR O QUITAR Los cambios en los incentivos económicos también desempeñan un papel en la redistribución de las responsabilidades del cuidado al interior de los hogares. Mientras existan brechas de género en los salarios y las oportunidades laborales, los costos de oportunidad de asumir el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado seguirán siendo más bajos que para los hombres que para las mujeres. PARAFRASEAR O QUITAR Ofrecer infraestructura social en forma de servicios de cuidado sirve para redistribuir las responsabilidades de cuidado, y también para crear oportunidades de trabajo. Tales oportunidades pueden orientarse particularmente a las mujeres trabajadoras, dado que los servicios de cuidado se llevan a cabo normalmente con personal femenino. La campaña en un primer esbozo ha elegido los canales adecuados y las personas a quienes va dirigido a través de redes sociales: Facebook y Twitter Pretende acercar información precisa con el enfoque de las Tres R cuya pertinencia se encamina a generar opinión, reflexión e interacción profunda de los usuarios de dichas redes. A partir de la rotación de diversos materiales que incidan en el cambio de paradigma del modelo tradicional de cuidados. Correo
electrónico:
[email protected]
articulonueve Twitter: @SistemaCuidados FanPage Facebook: Sistema de Cuidados CDMX (Proyecto)
contraseña:
Hashtag: #ÉticadelCuidado #RedesdeCuidadoColectivo #TresR #Reconocimiento #Reducción #Redistribución #SistemadeCuidados
FUENTES CONSULTADAS: Esquivel, Valeria (2011). La economía del cuidado en América Latina. Poniendo en el centro de la agenda. Serie Atando Cabos. El Salvador: Proceso Gráficos. Esquivel, Valeria. (2013). El cuidado en los hogares y en las comunidades. Documento conceptual. OXFAM. Federici Silvia. (2017). Economía feminista entre movimientos e instituciones: posibilidades, límites, contradicciones. En Carrasco Bengoa Cristina y Díaz Corral Carme (Eds.), Economía feminista. Desafíos, propuestas, alianzas. Barcelona: Entre pueblos. p 21-28. Galindo Vilchis, Luz María. Una aproximación al bienestar social de las familias lesbomaternales y homoparentales. OXFAM México. Consejo Económico y Social de la Ciudad de México (CESCDMX). Plan Estratégico de Economía del Cuidado de la Ciudad de México: Propuesta de Creación del Sistema de Cuidados de México y su Sistema Normativo. Constitución Política de la Ciudad de México. Capítulo II De los Derechos Humanos. Artículo 9 Ciudad Solidaria. Inciso B, p. 34
Iniciativa de Decreto hacia un Sistema Público de Cuidados para la Ciudad de México presentada por las Constituyentes CDMX Feministas. 2016 Usos
creativos
feministas
de
las
redes
sociales
en:
https://gendersec.tacticaltech.org/wiki/index.php/Usos_creativos_feministas_de _las_redes_sociales#Memes Deja atrás “el postear por postear” y mide tu impacto en Facebook 2016, en: fhttps://infoactivismo.org/deja-atras-el-postear-por-postear-y-mide-tu/ Fernández González, Rita I. (Coord.). Agenda Metropolitana para Frenar la Violencia contra las Mujeres. Programa ProEquidad, 2018, Gema Joven, AC. Fernández González, Rita I. (Coord.). Estrategias de Comunicación Digital con Perspectiva de Género. Programa ProEquidad, Gema joven, AC.