Un Estudio de la Epístola a los Romanos CLASE 9
Romanos 10:1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
¿Por qué muchos no tienen
conocimiento, y son salvos, mientras que otros saben mucho, pero están perdidos? En el capítulo 10 de Romanos el
apóstol Pablo utiliza a la nación de Israel como ejemplo para responder a esta pregunta.
Parte de la respuesta ya fue dada en
el capítulo 9. Dios es soberano, y Él salva a quién Él quiere. Pero ahora el apóstol nos introduce el concepto de responsabilidad humana.
Dios llama al hombre de una manera
que es irresistible. Lo escoge para salvación. Pero el hombre debe responder. Esto aparentemente es una paradoja. Pero los dos conceptos son verdaderos. Aún cuando Pablo sabe que Dios elige al que Él quiere, no cesa de orar por la salvación de su pueblo.
Pablo da testimonio del celo de su
pueblo para con Dios. Sin embargo, al concentrar sus esfuerzos en promover su propia justicia, pierden el don de Dios, la justicia que es por la fe en Jesucristo. En su celo por guardar la Ley de
Moisés, ignoraron la justicia de Dios a través de Jesucristo, el fin de la ley.
Romanos 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Pablo cita a Moisés, afirmando que él
enseñó la salvación por gracia.
Romanos 10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
Pablo cita a Moisés, afirmando que él
enseñó la salvación por gracia.
Romanos 10:6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
Pablo cita a Moisés, afirmando que él
enseñó la salvación por gracia.
Romanos 10:7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
Pablo cita a Moisés, afirmando que él
enseñó la salvación por gracia.
Romanos 10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
El apóstol Pablo cita estas palabras
de Deuteronomio para probar que Moisés vio en fe a Cristo descender a la tierra, y resucitar de los muertos. Al dar la Ley, Dios estaba poniendo
los cimientos de su plan para traer al hombre a sí mismo.
Moisés está diciendo que la manera
de apropiarse de esta maravillosa salvación es creyendo con todo el ser. La boca habla del hombre exterior, el que se expresa y comunica con el mundo exterior. El corazón es el hombre interior.
Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Romanos 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
La confesión de Cristo como Señor es
la expresión exterior de que hemos creído en nuestro interior. Hemos llegado a reconocer que Jesús es el Señor de nuestras vidas.
¿Cómo se une la doctrina de la
elección a la responsabilidad humana? El hecho que creemos, y lo demostramos con la confesión de nuestros labios, es prueba y evidencia de que hemos sido escogidos para salvación. No hay manera de dudarlo, porque:
Romanos 10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
¿Qué pasa con aquellos que nunca
han oído del Señor Jesús? Esta es una pregunta que oímos frecuentemente.
Romanos 10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
Romanos 10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
¿Qué pasa con aquellos que nunca
han oído del Señor Jesús? Esta es una pregunta que oímos frecuentemente. Para poder ser salvo hay que invocar
el nombre del Señor.
Romanos 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
Romanos 10:15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Hay cinco pasos en el proceso de
invocar el Nombre del Señor. El apóstol Pablo los pone en orden inverso, es decir, del hecho más reciente al más antiguo.
Invocar (llamar). El corazón cree, por lo que la boca exterioriza esa fe a través de palabras. Tiene que ver con todo el ser, ya que Dios salva el alma y también el cuerpo.
Creer. Detrás del llamar está el creer. El intelecto tiene participación en este proceso.
Oír. Detrás del creer está el mensaje, algo que se oye y a lo cual se responde.
Por detrás del mensaje está el mensajero. El Mensaje es predicado a través de hombres y mujeres.
Y detrás del mensajero está Aquel que envía. “Orad al Señor de la mies para que envíe obreros” dijo Jesús a sus discípulos.
El proceso que culmina con el
pecador invocando el Nombre del Señor comienza mucho antes, con el Dios de amor enviando el Mensaje de Salvación a través de una herramienta, un mensajero. ¿Por qué el hombre no responde?
Romanos 10:16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
El problema no es que no escucharon
el mensaje. “¡Por supuesto que han oído!”, dice Pablo. Realmente no hay nadie que no haya oído de Dios.
El problema no es que no escucharon
el mensaje. “¡Por supuesto que han oído!”, dice Pablo. Realmente no hay nadie que no haya oído de Dios. La gente no se pierde cuando muere;
ya están perdidos. Es la gracia de Dios que nos alcanza y nos saca de nuestra perdición.
El hombre ha recibido luz, pero no
quiso responder a ella. Dios les envió mensajeros, pero ellos
no quisieron oír.
Romanos 10:18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras.
Romanos 10:19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; Con pueblo insensato os provocaré a ira.
Romanos 10:20 E Isaías dice resueltamente: Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por mí.
Romanos 10:21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.
Romanos 11:1 Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.
Pablo se señala así mismo como un
ejemplo de que hay un remanente de Israel que ha sido salvo.
Pablo se señala así mismo como un
ejemplo de que hay un remanente de Israel que ha sido salvo. Romanos 11:5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.
La incredulidad de Israel abrió las
puertas a los gentiles. Romanos 11:11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.
Pero este rechazo es temporal, hasta
que todos los que van ser a ser salvos entre los gentiles depositen su confianza en Cristo
Pero este rechazo es temporal, hasta
que todos los que van ser a ser salvos entre los gentiles depositen su confianza en Cristo Romanos 11:12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
Entonces la salvación vendrá a un
mayor número de judíos, de la misma manera que ha sucedido con otros pueblos a través de los siglos, una respuesta de fe a la predicación del evangelio de Cristo.
Entonces la salvación vendrá a un
mayor número de judíos, de la misma manera que ha sucedido con otros pueblos a través de los siglos, una respuesta de fe a la predicación del evangelio de Cristo. Romanos 11:15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?
En los versículos 17-25 Pablo
advierte a los gentiles contra la jactancia, el orgullo y la arrogancia, en razón de que ellos son “olivos silvestres... injertados”, a causa de la incredulidad del pueblo de Israel.
En los versículos 17-25 Pablo
advierte a los gentiles contra la jactancia, el orgullo y la arrogancia, en razón de que ellos son “olivos silvestres... injertados”, a causa de la incredulidad del pueblo de Israel.
Romanos 11:25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles.
Todo esto surge de su perfecta
soberanía. Romanos 11:33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos
Su mente perfecta e infinita lo
comprende todo. Además, nadie le aconsejó en toda la obra que ha realizado o realizará a través de los siglos. Él lo concibió con su sabiduría y lo dispuso todo con su inteligencia. No hubo quien le indicara cómo y cuándo debía hacer esto o lo otro.
No hay hombre o ángel que pueda
pararse en la presencia del Señor y decirle: “Yo he hecho esto y esto otro por ti, por lo tanto tú tienes que recompensarme con tus favores”. Él es soberano y no está bajo ninguna presión. Él es el que da, nosotros recibimos.
Romanos 11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
Dios es el origen de todas las cosas.
Él es el que sustenta todas las cosas por su Palabra. Y porque Él es el principio y fin de todo, el apóstol Pablo dice: “Así que...”
Romanos 2:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
En la carta original de Pablo a los
creyentes de Roma no hay separación de capítulos. Inmediatamente después de afirmar que todas las cosas son de Dios, por Dios y para Dios, Pablo (sin hacer ninguna separación) nos dice qué debemos hacer.
Al aceptar la salvación que es por fe
en Jesús, nuestros espíritus han sido justificados. “Ahora”, dice Pablo, “traigan sus cuerpos.” No podemos vivir una vida doble,
esquizofrénica. Nuestro culto lógico, nuestra adoración digna de un Dios tan grande, requiere que le entreguemos todo.
¿Por qué Dios querría nuestros
cuerpos? A veces pensamos que Cristo vino al mundo para salvar nuestras almas, y que el cuerpo está destinado a perderse, que no tiene valor alguno. Pero la realidad es que Él vino a
salvarnos completamente: espíritu, alma y cuerpo.
Como nosotros vemos a nuestro
cuerpo no es necesariamente como Dios lo ve. Para Él nuestro cuerpo, con todas sus imperfecciones, es “santo, agradable a Dios.” Una vez que le entregamos nuestro
cuerpo al Señor, hay dos cosas que Él quiere que hagamos:
No os conforméis a este siglo
Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo…
No os conforméis a este siglo “No tomen la forma de este mundo,
sus maneras de pensar, sus filosofías, sus patrones de conducta”, dice Pablo. La filosofía del mundo está basada en el egoísmo, en un deseo de crecer, mejorar, satisfacer las necesidades y los deseos.
No os conforméis a este siglo Y para conseguirlo el mundo nos
ofrece sus métodos. Todo vale, el fin justifica los medios. Todo lo que me ayude a obtener lo que yo quiero es válido. ¿Cómo podemos nadar contra la corriente de este mundo, manteniéndonos impermeables a su influencia?
Transformaos por medio de la renovación de vuestra mente Romanos 12:2 … sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Transformaos por medio de la renovación de vuestra mente Algo tiene que pasar en nuestra
mente, en nuestra manera de pensar. Necesitamos una mente que pueda ver más allá de las artimañas y trampas de este mundo.
Transformaos por medio de la renovación de vuestra mente La Biblia dice que podemos tener “la
mente de Cristo.” (I Corintios 2:16) La mente de Cristo es ver las cosas como Él las ve.
En la Iglesia. La Palabra de Dios es expuesta, y tenemos la oportunidad de responder a ella.
En nuestro estudio privado de
las Escrituras. A través de la comunión con los
hermanos en Cristo.
Con la mente de Cristo operando en nosotros, ahora vemos las cosas como Dios las ve, apreciamos la realidad a través de Sus ojos.
La primera evidencia de una mente renovada es un correcto entendimiento de quiénes somos.
Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
La manera en que nos vemos es
importante. No debemos pensar más de lo que somos, pero tampoco debemos considerarnos menos. “De acuerdo a la medida de fe”, dice Pablo.
En los capítulos anteriores el apóstol
estuvo enseñándonos quienes somos ante los ojos de Dios. Creados a la imagen de Dios Llenos del Espíritu Santo Parte del plan de Dios para
nosotros y para su iglesia.
Somos parte de la iglesia, la
asamblea de los escogidos. Y la Iglesia es una sola. Pero tiene muchos miembros, y cada miembro tiene una función particular.
Romanos 12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
Romanos 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Cada miembro ha sido capacitado
por Dios para una tarea específica. Esos dones son para ministrar a otros, para la edificación del cuerpo de Cristo. Pedro dice:
Cada miembro ha sido capacitado
por Dios para una tarea específica. Esos dones son para ministrar a otros, para la edificación del cuerpo de Cristo. Pedro dice: 1 Pedro 4:10 Cada uno, según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
Nuestra manera de pensar debe ser
renovada también en la manera en que apreciamos a otros. Dios sabe bien que si nuestra visión de nosotros mismos es defectuosa, no podremos tampoco ver a nuestros hermanos como Dios los ve.
El primer lugar donde se evidencia el
cambio de mentalidad es en la comunión de los santos. Y por allí comienza el apóstol Pablo .
El primer lugar donde se evidencia el
cambio de mentalidad es en la comunión de los santos. Y por allí comienza el apóstol Pablo . Romanos 12:9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
En la iglesia se muestra el verdadero
amor, que no tiene hipocresía. Es un amor diligente, sufrido, que comparte en la aflicción de los demás. La obligación de amar no acaba con los cristianos.
El que tiene la mente de Cristo ama
a sus enemigos, soporta la persecución, no busca vengarse sino que vence el mal con el bien
El que tiene la mente de Cristo ama
a sus enemigos, soporta la persecución, no busca vengarse sino que vence el mal con el bien Romanos 12:21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
En segundo lugar, el cambio de
mentalidad se muestra en la relación que tenemos con las autoridades.
En segundo lugar, el cambio de
mentalidad se muestra en la relación que tenemos con las autoridades. Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
En segundo lugar, el cambio de
mentalidad se muestra en la relación que tenemos con las autoridades. Romanos 13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
El cristiano se ha encontrado con
Dios y con su autoridad. Ahora reconoce la autoridad de Dios donde quiera que la ve, sea en el ámbito religioso o secular.
El tercer lugar en el cual se muestra
la nueva mentalidad renovada y de acuerdo a Cristo es en nuestras actitudes con respecto a los que son débiles en la fe. El conocimiento espiritual que tenemos no es para ser utilizado para juzgar a otros que no se conforman a nuestro criterio.
Romanos 14:1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
Romanos 14:10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
Romanos 14:12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Romanos 14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Como vemos, la nueva mentalidad
no se muestra con una capacidad de manejar conceptos abstractos o filosóficos, sino con una actitud real de comportamiento. En lugar de juzgar, el cristiano renovado busca sostener al débil.
Romanos 15:1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Romanos 15:7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.
El último capítulo de Romanos
contiene la despedida de Pablo a los hermanos de Roma. En este capítulo nos llama la atención que el apóstol habla más de otros que de sí mismo. De cada uno de ellos tiene una palabra de elogio y gratitud. Reconoce que su ministerio no sería lo que es sin la colaboración de muchos hermanos.
En este capítulo se mencionan a
muchas mujeres, más que en cualquier otra parte de la Biblia. La mujer ha sido siempre primera en devoción y servicio a Dios, y a ocupado un lugar prominente en la formación y crecimiento de la Iglesia de Cristo. El apóstol Pablo (acusado injustamente por algunos de misoginia) lo reconoce en esta carta.
Romanos 16:1 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea;
Y en medio de esta hermosa figura
de amor fraternal hay una advertencia:
Y en medio de esta hermosa figura
de amor fraternal hay una advertencia: Romanos 16:17 Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.
Y en medio de esta hermosa figura
de amor fraternal hay una advertencia: Romanos 16:18 Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.
Es responsabilidad de todos
preservar la unidad y salud del cuerpo de Cristo, el cual es la Iglesia.
A la iglesia de Roma, tan castigada
por persecución e injusticia, el apóstol Pablo dirige estas palabras de aliento:
A la iglesia de Roma, tan castigada
por persecución e injusticia, el apóstol Pablo dirige estas palabras de aliento: Romanos 16:20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.