Rico Entre Las Fieras

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RICO ENTRE LAS FIERAS (UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO) OBRA DRAMÁTICA EN TRES ACTOS Para mamá

ACTO I ESCENA I (Música discordante imitando ruidos urbanos. Se abre el telón. Dos personajes, contra una imagen de rascacielos a través de una ventana, mantienen una reunión de trabajo en una oficina. Otro personaje toma café mientras revisa papeles y anota. Cesa la música). VOZ.- Muy buenas, señoras y señores. ¿Están ustedes bien? No hace falta que me respondan. En realidad, a nadie le interesa cómo estén ustedes, porque, fíjense, es la gran ciudad. ¡Y cómo trabajan! Sobre todo aquel de allí. Pero estos otros de acá también, no se crean. Deben de estar tratando un tema de mucho cuidado. Oigamos. GÓMEZ.- ¡Ay Martínez, todo baja! MARTÍNEZ.- No te preocupes, hombre. Está Químicas, que se mantiene. GÓMEZ.- Habrá que ir por ahí, claro. Y luego tenemos Eléctricas, que apunta buenos propósitos. MARTÍNEZ.- Pues ya lo ves. GÓMEZ.- ¿Café? MART.- No, ya he tomado. (Gómez se levanta y le quita la taza de café al otro personaje. Este quiere protestar pero calla). MART.- Hoy viene un o nuevo, y creo que sin enchufe. Es raro. GÓMEZ.- Estará loco. (Se carcajea). MART.- (También riendo se levanta y va a la ventana.) Debe de ser ese que sube las escaleras. ¡Valiente mequetrefe! (Los tres, expectantes, miran a la puerta. Entra Rico. Se observan en silencio. Se saludan…) VOZ.- Les presento a Rico. Buen muchacho, me han dicho. ¡Y lo diligente que se dispone a trabajar! ¿Pero, qué veo? No tiene mesa (Rico busca por la oficina un lugar donde ponerse. Por fin se sienta en el suelo y abre el portafolios.) No le importa. ¡Ánimo, Rico! RICO.- (Para sí) Buen ambiente en esta oficina, ¡vaya que sí! GÓMEZ.- (Observándolo en pie, desde muy cerca. A Martínez) Mira dónde se ha sentado. MART.- Y en chamarreta que viene, sin corbata ni nada. PERSONAJE III.- (También se ha levantado y mira a Rico desde muy cerca). ¿Has tomado café, chaval? RICO.- (Sin levantar la vista de sus papeles) Pues no. PERSONAJE III.- Muy bien, levántate y tráeme una taza. RICO.- Ya tomaré café más tarde.

MART.- Vamos chico, trae café, mucho café. (Rico se levanta y sale refunfuñando). GÓMEZ.- No me gusta ese tipo. No creo que dure. MART. Y PERSONAJE III.- (Al público) ¡No durará! (Telón) ESCENA II VOZ.- ¿No se lo decía yo? Aquí a nadie le interesa cómo estén ustedes. Conque, aguantarse y sin alborotos. La abuelita que no se duerma. Bueno, a lo que íbamos. Rico, ya lo verán, no es de los que se rinden fácilmente. Así que, a la mañana siguiente ya lo teníamos allí. (Música discordante. Telón. Rico sentado en el suelo. Gómez y Martínez despachando. El otro, con sus papeles y un bocadillo. Cesa la música). GÓMEZ.- ¡Ay, Martínez. Todo sube! MART.- No hay que preocuparse. Tenemos Eléctricas, que se mantiene. GÓMEZ.- ¿Estarán locos? MART.- Y tengo entendido que Químicas va en picado. GÓMEZ.- Así se estrellen. Hay que acabar con ellos. (Silencio. Suspiros). MART.- Con tanto sobresalto anoche me acosté en ayunas y hoy ni he desayunado. (Se levanta. Va a la mesa del Personaje III y le quita el bocadillo. Sin dudarlo, este saca otro y continúa trabajando. Martínez, entretanto, se acerca hasta Rico. Desde arriba, con voz tronante.). Y tú, ¿no tienes hambre? RICO.- Pues…Pues no, todavía no. GÓMEZ.- Hay que comer. Aquí se come, muchacho (Se levanta y va hacia él). PERSONAJE III.- (También se levanta y se aproxima a Rico) Sí señor, hay que comer. Comiendo he llegado yo a donde estoy. MART.- Y todos. Levántate y vea por un bocadillo. ¡Tres bocadillos, muchacho! GÓMEZ.- A mí tráeme también un cortaúñas. (Rico se levanta lentamente. Suspira. Va a la ventana y mira a través de ella. Todos le observan impacientes. Música –minueto-. Vuelve a sus papeles. Los mira y comienza a recogerlos despacio. Cierra el portafolios.). RICO.- Me voy (Sale. Cesa la música). GÓMEZ.- Ya lo decía yo. MART. Y PERS. III.- (Al público). Ya lo decíamos todos. ¡No durará! (Telón)

ACTO II ESCENA I VOZ.- Así que Rico, el héroe de nuestro tiempo, no duró. ¿Cómo iba a durar? Recuerdo haberle visto deambulando por la ciudad. (Música discordante. Telón. Vemos a Rico aproximarse desde el fondo, entre un decorado de edificios y calles. Sale por la derecha. Cesa la música. Se cierra el telón.) VOZ.- Rico siempre buscando. Hasta en el cielo buscaba, me han dicho. Al parecer, solía ir por las noches a un parque para mirar las estrellas. Y resulta que estando en ello una vez se le acercó una persona y… Escuchen, escuchen. (Música espacial. Telón. Rico sentado en el parque mirando a las estrellas. Las cuenta. Quiere mirar por detrás de ellas. Suspira. Baja la cabeza. Se rasca los ojos. Vuelve a mirar al cielo…Entra una persona desde el fondo y cuando llega a su altura se para y le observa un rato. Cesa la música.) PERSONA.- Buenas noches, chaval. RICO.- (Se sobresalta) Buenas noches. PERSONA.- ¿Sabes que llevo observándote unos minutos? RICO.- No me había dado cuenta. Estoy mirando a las estrellas. PERSONA.- Ya lo he visto, y por eso estaba observándote. Y mientras tanto me decía: “Ea Martínez, aquí tienes a tu hombre, no le dejes escapar.” RICO.- ¿Qué dice usted? No le entiendo PERSONA.- Mira, me llamo Martínez, y soy representante. RICO.- ¿Y qué representa usted? PERSONA.- Represento a la Agencia Espacial Europea y voy en busca de jóvenes astronautas. Creo que tú podrías ser uno de ellos, con tu afición por las estrellas… ¿Qué te parece? (Rico se levanta. Mira asombrado a Martínez, luego al cielo, otra vez a Martínez…) RICO.- ¿Y por qué no? (Música espacial. Rico y Martínez se dan la mano, se abrazan, y van caminando hacia el fondo, charlando animadamente. Telón. Cesa la música.)

ESCENA II VOZ.- ¡Pero qué grande eres, Rico! ¿Han visto ustedes? Ese muchacho llegará lejos. Por lo pronto llegará hasta las estrellas, y allí… ¿quién sabe? Esperemos que encuentre su sitio en el espacio -¿su espacio en el sitio?-, no, su sitio en el espacio. Y, por Dios, quiera el autor que allá arriba dure. Veamos

(Música futurista. Telón. Rico al volante de una nave espacial contra un fondo de planetas y estrellas. Junto a él el mismísimo Martínez. Cesa la música.) MARTÍNEZ.- ¿Qué tal, chico? ¿Estás contento? Ahora sí que tienes cerca las estrellas, ¿eh? RICO.- No se crea. No me parecen las mismas. MART.- Natural (Quedan en silencio unos minutos. Solo se oye el traqueteo de la nave espacial). MART.- Lástima que no viniera Gómez con nosotros, con lo que sabe él de estas cosas, pero con las prisas a última hora se le olvidó el cortaúñas, y él sin el cortaúñas no viaja. RICO.- No lo entiendo MART.- Ya lo entenderás. RICO.- (Para sí) Jamás lo entenderé. MART.- Mira, un cometa. RICO.- Es grandísimo, ¡y qué cola! Oiga, Martínez, ¿qué es un cometa? MART.- Hombre, un cometa es… (No sabe qué decir)…un cometa es una masa…una masa de gases gaseosos gasificantes…con…con la biela más grande que el perendengue. ¿Entiendes? RICO.- No entiendo MART.- Ya entenderás. (Rico mira al público y se encoge de hombros.) RICO.- Mire, Martínez, un satélite artificial. MART.- ¡Tomá! ¡Es verdad! ¿Tú entiendes cómo funciona un satélite artificial? RICO.- No, no lo entiendo. MART.- Ya lo entenderás (Rico suspira sonoramente.) RICO.- Oiga, Martínez, ¿adónde vamos? MART.- Pues vamos…Vamos a Tritón 555 en una misión de abastecimiento. RICO.- ¡Qué interesante¡ ¿Y qué abastecemos? MART.- Pues… es difícil de explicar y casi, casi un secreto. Pero por se tú te lo diré. Vamos a llevarle un bocadillo a un muchacho que vive allí y que es amigo del jefe. RICO.- O sea, un enchufado. MART.- No, no, qué va. Es una misión especial. RICO.- Pues no lo entiendo. Tanto viaje para un bocadillo. No lo entiendo. MART.- (Mirando al público) ¡Ya lo entenderás! (Silencio) RICO.- Oiga, Martínez, hay muchas cosas que ya entenderé. ¿Por qué no me explica alguna? MART.- Es difícil, amigo mío. Ponte en mi lugar. Yo sé mucho y tú muy poco. Pero no te preocupes, ya lo entenderás, ya lo entenderás. (Rico suspira un par de veces. Se levanta. Música –minueto-. Se acerca a la ventana, desde la que se ven las estrellas. Martínez, sin soltar el volante le mira boquiabierto.

Rico se acerca a a su espalda, le da una palmadita y se dirige a la puerta. Cesa la música.) RICO.- Me voy (Sale) MART.- ¡¡No!! (Mirando al público) Pobre chico, tirarse así al espacio…Y sin entender nada. (Telón) ACTO III ESCENA ÚNICA VOZ.- Sí señores, pobre Rico -¿Rico pobre?-. No, no, pobre Rico, porque el héroe de nuestro tiempo otra cosa no será, pero multimillonario de afanes y derrotas sí que lo es. ¿O quizás debo decir “sí que lo era”? Después de tirarse uno al espacio lo mejor que puede ocurrirle es que se quede flotando por ahí eternamente, muerto de hambre, y lo peor… un colosal batacazo. Pero no se asusten, aún no. El autor ha querido disponer que nuestro Rico, haciendo buenas las previsiones de los astrónomos terrícolas, y mediante una serie de transformaciones muy difíciles de entender no solo para él, sino para todos nosotros, (algo así como que los gases gaseosos gasificantes se apoderan del perendengue aprovechando la casualidad de que la biela esté distraída) el autor, digo, ha querido disponer que Rico adopte las características de un meteorito y se precipite sobre nuestro amado planeta para dar conclusión a sus insólitas aventuras. Y fíjense dónde va a ir a caer. ¡Qué mala suerte! (Música selvática. Telón lentamente. Decorado de jungla –ramas, lianas….-. Pululando por el escenario un par de bestias –algún león, algún mono…-.De un salto, como si cayera del espacio, entra Rico en escena. Cesa la música.) RICO.- ¡Ay! ¡Qué colosal batacazo! (Se queda en el suelo mirando a su alrededor. Las bestias se le acercan despacio para olisquearle y tocarle). MONO.- (Al león) ¡Tomá! ¿Has visto? ¿Y este de qué va? LEÖN.- Parece nuevo. Y sin enchufe. MONO.- ¿No te lo comes? LEÓN.- (Tentándole las carnes) No sé. Está muy flacucho. Mientras lo pienso tráeme un bocadillo, anda. (El mono se aleja por el fondo, sin protestar) LEÓN.- (Gritando) ¡Ah, y el cortaúñas¡ (León se queda observando a Rico. Rico, en cuclillas, le encara.) RICO.- ¿Quién eres? ¿Quién soy? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Dónde estoy? LEÓN.- Muchas preguntas, muchacho, para estar en peligro. Yo soy el león. Estás en la selva. Has llegado aquí de un salto. No sé quién eres ni cómo te llamas. RICO.- (Rascándose la cabeza) Sí, ya voy acordándome. Me llamo Rico y vengo del espacio. Oye, si tú eres un león… ¿vas a comerme? (Rico se pone en pie lentamente y mira a León desde arriba.) LEÓN.- (Titubeando) Ya…veremos/…/ Andá, tú eres un ser humano. RICO.- ¿Ah, sí?

LEÓN.- Está claro. Eres capaz de ponerte a dos patas. (Entra el mono por el fondo. Se acerca al león y le da el bocadillo y un cortaúñas. Se queda mirando a Rico desde abajo.) RICO.- ¿Y éste? LEÓN.- El mono. MONO.- Soy el mono. RICO.- Ya veo. Eres el mono. ¡Qué mono! …………. Oye, León. Yo también tengo hambre. Dame un poco. LEÓN.- ¿De mi bocadillo? ¡¿Pero cómo te atreves?! ¡Al león! (Duda un momento) Anda, toma. A ver si engordas un poco y te como. MONO.- Sí, sí, cómetelo. LEÓN.- ¡Cállate mono! RICO.- Y tú, mono, ¿qué comes? MONO.- Fruta, solo fruta. RICO.- Quiero fruta, mono. LEÓN.- Tráele un plátano, mono. (Mono se aleja por el fondo.) LEÓN.- Aquí mando yo, ¿sabes? RICO.- Ya veo. ¿Y estáis contentos aquí, tú mandando y él…él obedeciendo? LEÓN.- Ley de la selva. RICO.-No te creas. En la ciudad es lo mismo. ………….. Oye, ¿y aquí lo entendéis todo? LEÓN.- Claro. Aquí todo se entiende. (El mono se acerca con una fruta y se la da a Rico.) LEÓN.- ¿Verdad, mono? Aquí todo se entiende. MONO.- Todo, todo se entiende. RICO.- En el espacio de donde vengo había que esperar para entenderlo todo. (Moviéndose por el escenario. Mirando las ramas y las lianas con curiosidad). Y aquí se entiende todo, todo está muy claro. LEÓN.- Todo. MONO.- Todo. LEÓN.- Calla mono. RICO.- Lo peor es que tú eres un mandón. LEÓN.- Ley de la selva. Natural. RICO.- Quizás sería más divertido si mandara el mono. MONO.- (Entre sorprendido y asustado) ¿Yo? LEÓN.- ¿Él? RICO.- O yo. (Silencio expectante) RICO.- Si mandara yo…Tráeme otra fruta. Y tú, León…trae un bocadillo. (El león ruge. Se abalanza sobre Rico, pero este le esquiva. Otra vez quiere atraparlo y otra vez le esquiva Rico.). RICO.- Vamos, trae un bocadillo. Y tú, mono, una fruta.

(El mono sale por la derecha. León suspira. Mira resignado a Rico. Música –minueto-. Da la espalda a Rico y se dirige hacia el fondo despacio. Rico le sigue con la mirada. A mitad de camino León gira la cabeza. Cesa la música.). LEÓN.- Me voy (Desaparece por la izquierda de un salto.). RICO.- (Al público) Lástima que no haya durado, el león. Pero, en fin, aquí TODO se entiende. Se entiende tan perfectamente como esta coplilla: En la ciudad y en la selva Y en el espacio estelar, con los Martínez y Gómez (Salen y se dan la mano) que son monos y leones y todos en su lugar, (Pausa) al héroe de nuestro tiempo (Pausa) solo le queda esperar. (Todos) FIN

Esta obra se compuso y representó, por primera y única vez, en Santa Susana (Colmenarejo), en agosto de 1991. Los actores fueron Olalla Hervás, Pablo Hervás, Enrique Daza, Daniel Daza e Iñaqui Vivanco, niños. Olalla Hervás se encargó también de interpretar al piano la música y los ruidos de la obra. Entre el público se encontraban abuelos, padres, hermanos de los actores y del autor. En recuerdo de dos de ellos, José Daza Rodríguez, padre del autor, y Josefina Valero Burló, abuela, va ahora esta primera edición escrita.

Rafael Daza Bravo Valencia, 2009

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