Resumen de clase El análisis de Balibar que comenzamos la clase del miércoles tiene como interés: 1. Dar cuenta que Balibar pone énfasis en tratar de comprender de otra forma la pregunta lanzada por Nancy. A sus ojos, la pregunta podría entenderse de dos formas: a. “¿Quién viene después (de la critica que ha hecho la filosofía del siglo XX a la noción) del sujeto?”. Esta forma de comprensión es la más común y todos han tenido como finalidad responder por lo que viene después de la crítica al fundamento (subjectum). b. “¿Quién viene después de (que ya no exista la sujeción del) sujeto?” Esta forma de comprensión de la pregunta es la manera en que Balibar la comprenderá y con su respuesta generará todo un plan de trabajo del que considera que no ha hecho más que correcciones durante su reflexión subsiguiente.1 Su respuesta: “Quien viene después del sujeto es el ciudadano. El ciudadano es ese no sujeto que viene luego del sujeto y que pone fin a la sujeción del sujeto” será entonces la pauta para repensar el plano antropológico y político en el cual se sitúa la concepción del sujeto. Con la idea de ciudadano Balibar pretende salir de las confusiones respecto al sujeto que ha tenido occidente y con ello formular una nueva política (heteronomía de la heteronomía de la política) y una nueva formación identitaria (que supere las formas en las que se organiza y produce la violencia). 2. En el texto “Sujeción y subjetivación” plantea primero una forma de preocupación sobre la antropología filosófica que piensa al sujeto bajo la idea de un subjectum o hypokeimenon que propiamente no se encuentra en Descartes ni en Kant. Dicha forma se la debemos a la lectura heideggeriana que tenemos de la modernidad. En primera instancia (nos dice) Descartes no pudo pensar la idea subjectum puesto que él pensaba al sujeto como subjectus o sujeto al soberano Dios. De esta forma es que la lectura que hemos tenido e Descartes no se acerca en nada a lo que éste realmente pensaba. 2 En la lectura de Kant hemos tomado en cuenta solo la constitución de la antropología y su pregunta por antonomasia (¿Qué es el hombre?) como producto de un proyecto puramente especulativo o escolástico sin entender que el propio Kant entendía su proyecto bajo una necesidad cosmopolítica que tenía como fin responder a los fines prácticos del hombre. Al no tomar en cuenta esto último, se nos escapa la relación intrínseca entre antropología, ontología y política que terminará más tarde asumiendo la antropología como una búsqueda de los principios sustanciales del hombre (una forma de metafísica de la presencia).
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Cf., Balibar, Etienne (2013) Ciudadano sujeto. Vol. 1 El sujeto ciudadano, “Prólogo”, Prometeo Libros, Buenos Aires, p. 9. 2 Cf., Balibar, Etienne (2013) Ciudadano sujeto. Vol. 1 El sujeto ciudadano, “Ego sum/ ego existo”, Prometeo Libros, Buenos Aires, p. 93-124.
3. Una vez que muestra que nuestra visión de la antropología la ha convertido en un producto de la metafísica de occidente, lo que Balibar intenta formular es un nuevo proyecto antropológico que rompa con la visión heredada y que suscriba la reflexión sobre el hombre en dos tesis funamentales. a. La primera tesis es aquella que defiende que toda la historia de Occidente está gobernada por un juego de palabras enraizado en la lengua y sus instituciones y que termina por confundir la idea de sujeto (SUBJECTUS/SUBJECTUM). El primer proyecto de la antropología seria desenmarañar esa confusión para advertir con ello que debemos de renunciar a la idea de que hay una fuente originaria de espontaneidad y autonomía para con ello comenzar a pensar que la emancipación y la igualdad son el resultado de un ejercicio permanente y continuo que nos compromete a todos. b. La segunda tesis seria comenzar a analizar los giros ocurridos en la historia del hombre que han permitido pensar la posibilidad de que el hombre se emancipe a sí mismo. Dichos giros Balibar los sitúa en dos grandes momentos que contienen tres épocas El primer giro sería el momento de salida del mundo griego que significó la emergencia de una categoría unificada de la sujeción o subjectus que Balibar llamará “la voz interior”. El segundo es el momento del siglo XVIII o las revoluciones del mundo donde salimos de la sujeción voluntaria para abrir la posibilidad de un nuevo sujeto definido por sus derechos y por su posibilidad de ya no ser subjectus y convertirse en su propio legislador y responsable de su ley. Dicho momento hace posible la figura del ciudadano que es aquel que viene después del sujeto y que es aquel en el que la problemática de la sujeción/subjetivación es superada con una figura que las contiene como su condición. El sujeto ciudadano es entonces aquel que viene después del sujeto y que guarda la posibilidad de salir de los problemas antropológicos, políticos y ontológicos que nos han construido diversas historias de la filosofía.