Programa Ed12 Ingridodgers

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Programa Edición 12 Radio Web “Mundo de poesía” KARINA GARCIA ALBADIZ –CHILE

DESEO... leer las letras de tus canciones tus poemas escuchar música en tu terraza tomarme un vino contigo mejor navegarme un vino contigo abrazarte en el patio de la U tomar un té a lo moro que me leas una carta de Rilke imaginar tus confidencias indecentes subir al bosque a encontrar la TORRE que cambie la perspectiva deseo vivir el ritual de estar viva todos los instantes eternos deseo vivir a pesar de que matan mis deseos a golpes deseo vivir hasta cuando sólo quede la muerte

ESPACIO QUE MEDIA Corto un rectángulo blanco es la parcela del mundo la coloco en el centro de un círculo

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En este pequeño papel dibujo a la izquierda la figura que te despide en el otro extremo la imagen de ti en el espacio que media todo aquello que se precipita Al parecer ambas figuras se funden en un yo panorámico sólo al parecer son interior exterior de un espectador supuestamente cómodo y sumiso

ME FRIEGAN LOS CÓNDORES Aquí hay que marcar y apretar porque el cóndor quiere sangre lesiones en el mismo lugar el tórax 14 balas 5 balas 10 balas atronadoras per-fo-ra-cio-nes en el cuerpo Que no que títere con cabeza algunas en las palmas reconocida señal de indefensión (sólo nos queda leer las manos) Querer tapar el sol con un dedo como tirar una piedra a un tanque todavía hay temor de contar

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Todo el día hubo algo extraño el cóndor sagaz revisó el colegio sugirió que la gente se escondiera en sus casas el pajarraco no está de visita su territorio todas las hojas de un árbol lesiones en el mismo lugar lesiones en el mismo lugar el tórax el tórax

ALDO ARCERITO - NEW YORK SOÑAR SOBRE UNA NUBE

Quisiera cabalgar sobre una nube y desplazarme suavemente por ahí, observarte todo el tiempo desde allí realizando el soñar que anoche tuve. Recorrer nuevamente lo que anduve por el cielo abrazado junto a ti, para hacerte revivir lo que viví,

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y ofrecerte de ese sueño lo que obtuve. Sensaciones que se logran por amor, y se sienten solo estando enamorado. Emociones que se forman a tu lado, a través de mi sentir y tu candor. Ven, montemos esa nube sin temor, y vivamos el momento que he soñado.-

Corolario Rossana Arellano - CHILE Quien mutiló el recuerdo y la palabra

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y falseó una vida, robó la libertad de la esperanza. Testigo imaginario el corolario ¡No molestes al buitre! y llévate la muerte ¡Oh! Viento dulce, entrégale mis alas. ¡Ven vida! En hilo de titiritero ¿Que triángulo de amor se aferró a tu destino? ¡Ah! Dios! Si derramarás un milagro.

BARBARA CALDERÓN ROMERO- CHILE

NOMBRARTE Quiero enumerarte en el silencio transformada en calendario lunar en reloj de arena en aguja temblorosa girando detrás de las sombras. Quiero volverme fracción de luz y volcarme en el tiempo sin manecillas ni campanadas. Quiero verterme agua desde la greda miel desde el cáliz vino desde las ánforas y caer en tu boca. Sin voz ni sonido bajar tus murallas tocar tus veredas rozar tus altares Quiero trocar mis naranjales por tus brazos. Tener atrapada tu silueta fantasmal entre los labios y nombrarte: 5

Faraón del olvido Flor de los desiertos Piel de esfinge.

EN ESTO DE AMAR...

En esto de amar hay algo de desnudarse de sacarse la piel de curtirla con soles poco usuales. Tiene un poco de fundirse de olvido de sí misma de renuncia de estrujar la vida destilando sudores humedades pálidas sensaciones desmayadas. Hay algo de morir de agonía de agotarse de a poco de no importa de a pesar de todo. En esto de amar hay algo de no amarse.

SONETO DE LA BESTIA A la nada me voy: No busco nada

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no persigo, no te evoco, ni te invoco quiero darme a mi instinto y es tan poco anhelarme loba libre en la manada. Me regalo una luna enharinada que acompañe la locura de los locos en su pálida blancura es donde toco de un adiós su canción desafinada. En la noche es mi aullido el que te alerta a poner en tu ventana las aldabas y poner firme cerrojo a toda puerta. Que la fiera que hay en mí fuerza la entrada para que el fino colmillo de esta bestia dignifique su venganza a dentelladas.

ELLA Y EL

Ahí estaba Ella. Redonda, fresca y jugosa Aromada y semillosa El amor la hacía bella. Ahí estaba Él. Acalorado y sediento Con el aire de su aliento Marcaba su redondez. Él le sacaba la máscara Mientras la iba desnudando y Ella se iba quedando 7

Como una fruta sin cáscara.

EXECRACIÓN FERNANDO JERKOVICH

Execración

esto no sirve para nada absolutamente para nada para nada nada no es una bailarina ni un pez ni una montaña pero puede ser una bailarina y un pez y una montaña esto no se entiende no se explica no se traduce no es un don no es una revolución ni un idioma no tiene cánones no tiene nada de especial ni de elite sí tiene recuerdo tiene parecido tiene un aroma a sinfonía y un gusto prismático aunque eso no lo pueda asegurar tiene voz propia aunque no se hace cargo

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pero aclaro por si acaso no sirve para nada para nada nada

SUEÑOS DE COLORESde Joan Miró PAMELA BUSTOS- ARGENTINA Unos cuantos sentimientos aturdidos en una lluvia de colores, se puede ver una apasionada libertad que al descuidarse, termina sofocada por migajas de lamentos.

Mujer que lee en un autobús urbano (relato sobre un motivo I) Guillermo Urbizu ZARAGOZA, ESPAÑA

…Y la chica seguía leyendo. O lo parecía. Se sentía sola a pesar de toda aquella gente que la rodeaba en el autobús. Su mirada fija en las páginas del libro, pero había dejado de leer hace rato. Un espectador atento se hubiera percatado de ello. Inmóvil en la inmovilidad de la soledad y de las páginas. Sola, sola, sola. ¿Qué podía importar a nadie su vida? Mucho peor que la mujer que se confesaba en el libro. La escritora Betty Smith tenía el sustento espiritual de las palabras, de esa música, de esos sueños… Pero ¿ella? Ya no recordaba cómo era la felicidad, el contorno de aquella alegría de niña. Cualquiera que supiera la verdad pensaría que estaba loca. ¿Y qué? ¿Qué importaba lo que pensaran los demás? Vino a la ciudad a estudiar Geografía y muy pronto dejó de interesarle. Pero no dijo nada. ¿Para qué decirles a sus padres que no estudiaba, que sólo se dedicaba a holgazanear, a leer y a mirar por las ventanas? ¿El futuro? ¿Para qué pensar en él si no había llegado todavía? Dos años llevaba preguntándose sobre el sentido de todo lo que veía o sentía. De vez en cuando se iba a tomar algo con unas amigas de la universidad, que le animaban a estudiar y le pasaban apuntes. Hasta se presentó a un par de exámenes por puro aburrimiento. ¡Y los había aprobado! Un profesor la llamó un día. Sola, sola, sola. Se interesó más por sus tetas que por otra cosa. Le dejó hacer por curiosidad y desidia. ¿El resultado? Notable en la asignatura y una herida llena de tristeza. Se pasaba leyendo horas. Con el dinero que le enviaban mensualmente sus padres -era hija única- gastaba más en libros que en comida o en ropa. Se subía a los autobuses y leía y leía y leía. Cada día se subía a una línea distinta. Cada día se despertaba y sin embargo seguía dormida. Su cabeza le daba muchas vueltas al por qué de cosas muy sencillas: el hecho de la propia respiración o el latido de su corazón. Deseaba

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saber el por qué de ese pulso y de ese aire que inspiraba. Deseaba saber el por qué del mal y de la belleza. Deseaba saber… algo más de su vida. Pero ese día ya no pudo seguir leyendo ni quería saber nada. Puso entre las páginas una carta de sus padres y cerró el libro de Betty Smith. Un árbol crece en Brooklyn era el título. El autobús acababa de parar. ¿Y si bajaba? ¿Y si dejaba de devanarse los sesos en pamplinas? Vivir, simplemente. Querer a alguien y dejar de estar a solas en aquella insana soledad donde siempre parecía que llovía. Vivir. Abrir el alma. Estudiar a conciencia las asignaturas de las semanas y de los días. Aprender a sonreír la vida. Eso: vivir… ¡Parecía tan fácil! ¿Por dónde empezar? Las calles bullían de luces y sombras. “¿Te pasa algo?”, escuchó que le decía una señora. Y es que estaba llorando. No sintió vergüenza. Apartó con los dedos sus lágrimas del rostro. Era el principio de todo. Supo que era el comienzo de sus propios sueños. Y se bajó en la siguiente parada.

Mujer que lee en un autobús urbano (relato sobre un motivo II)

Allí estaba, en medio de la acera. La cabeza ligeramente levantada hacia el cielo. Abría y cerraba los ojos… Los labios como en disposición de recibir un beso. Las manos agarradas al enorme bolso negro de Misako. ¡Dios! De pronto se sentía feliz, sin motivo aparente alguno. ¿Dios? No era consciente de Él desde hacía mucho tiempo. Desde niña, cuando iba con sus padres a misa y rezaba de rodillas con su ángel de la guarda. Aunque recién llegada a la ciudad para sus estudios universitarios comenzó a sentirse sola y entró en una iglesia por si acaso. Sí, por si acaso ocurría algo. Pero no ocurrió nada. ¿Qué iba a ocurrir? Salió como entró, con el mismo vértigo y la misma soledad. “Se habrá olvidado de mí”, llegó a pensar. Ahora todo era distinto. Había bajado del autobús siendo otra. ¿Seguro? ¿No sería un repentino ataque sentimental a los que tan proclive era? O igual tenía algo que ver con la regla. Las mujeres somos dadas a idioteces así. ¿Y esa llorera del autobús? ¿A qué había venido? No, no, no. Era distinto. No sentía el vacío de antes, no se sentía sola. ¿Qué coño le pasaba? ¿Quién le acompañaba? ¿Dios? ¿Un misterioso consuelo del subconsciente? ¿O sencillamente había sido vencida por el agotamiento, por un sufrimiento que no podía aguantar más? Pero de ser así se encontraría abatida, y nada tan lejos de la realidad. Eran las ocho de la tarde y era como si la felicidad fuera ya posible, como si hubiera estado ahí desde siempre, latente en su desquiciada existencia. Sentía su propio pulso y su propia respiración de otra manera. No quería saber su por qué, quería disfrutarlos sin más. Vivir. Sin más. Inspirar esa húmeda brisa sin buscar explicaciones. Quería llegar pronto a casa y desnudarse de tantas monsergas acumuladas. Quería ducharse sin tiempo, cantando a voz en grito Just the way you are, y cenar después una ensalada. Y luego ponerse de rodillas junto a la cama como cuando era niña y balbucear lo primero que le pasara por el alma. Quería atisbar la madrugada

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desde la poesía de María Victoria Atencia -¡cuántas lecturas pendientes!- que le había dejado su amiga Silvia. Y quedarse dormida en medio de algún verso propicio… Se levantó sobre las nueve. Era la luz matutina de un domingo de febrero. Se miró en el espejo del armario y se acarició la cara y el resto del cuerpo. Con parsimonia. Miraba la mirada ojerosa de sus ojos. Contemplaba una sonrisa que iba cobrando forma y argumento. Avizoraba sus sueños. Estaba comenzando a recuperar su vida, a descubrir la felicidad de nuevo. Domingo. Era domingo. Como aquellos domingos de la infancia cuando se ponía guapa para ver a Dios al mediodía. El teléfono sonaba desde la mesa, donde estaba su bolso y un montón de libros. “¡Mamá, no te lo vas a creer!”. Silencio interrogante. “Mamá, es domingo”. Otro silencio, esta vez más breve. “No, no te preocupes, estoy bien, mejor que nunca. Sólo quería que supieras que hoy es para mí un domingo distinto, y que os quiero como cuando era niña, ¿recuerdas?”.

CARLOS OTERO - Colombia OBSESIÓN COLOMBIA Quiero ser poeta para estar triste, para cultivar mis sueños en una charca de nostalgia, para dejar mis penas en un rincón de mi casa, para dejar mis males en un balcón que no existe. Quiero ser poeta para ser triste, para ser mundo de lo inanimado, para dejar volar mi paz en su cárcel: libre. Para empezar a dialogar con lo que siempre he callado. Quiero ser poeta para estar a tu lado cuando te vas de mi seno marchito, quiero ser poeta para ser eterno, como una canción que nunca se habrá escrito. Quiero ser poeta para ser grafito y dibujar las olas que nunca hablan de amor, quiero ser poeta, para ser refugio infinito de las ilusiones del corazón. Quiero ser poeta para morir por siempre bajo la luz de las estrellas que nunca lloran.

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Quiero ser poeta para ser perenne como la risa loca que la juventud tiene. Quiero ser poeta para ser nieve y guardar tibios los recuerdos. Quiero ser poeta para ser caudal de un rio sin final que desemboca en el vacío. Quiero ser poeta, para hacer un mar invisible y frío y de playas tristes en tu recuerdo. Quiero ser poeta, para ser un chiste con que tú te rías. Y aún más, quiero ser poeta, para ser vapor de lágrimas frías y vacilar con el viento con que te fuiste. Quiero ser poeta para estar triste, para cultivar mis sueños en una charca de nostalgia, para dejar mis penas en un rincón de mi casa, para dejar mis males en un balcón que no existe. ÉRAMOS, por María Laura Flores, San Nicolás de los Arroyos, Argentina

éramos todo y éramos nada éramos el silencio gracioso y también éramos el grito opaco no éramos jóvenes tristes ni éramos adolescentes clásicos

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éramos naufragio azul tormentas tempranas fuego inquebrantable éramos un sol apenas un sol pero dios quiso apostar y ya no somos nos queda lo que fuimos (la devolución de la sed) éramos eso creanme éramos eso

DEL TIEMPO Y DE LA LUZ, por Nolberto Malacalza, San Nicolás de los Arroyos, Argentina I “…nubes de alumnos taciturnos fatigaban las gradas; las caras de los últimos pendían a muchos siglos de distancia…” Jorge Luis Borges, LAS RUINAS CIRCULARES

Encontrar y destruir relojes y calendarios. Quemar planos y matrices de todo artificio para medir el tiempo. 13

Alcanzar la circularidad de la lluvia, ser la gota siempre una y todas como infinitas hojas de un mismo libro. Remedar a los pájaros, que han ignorado lo efímero. Aprender de cualquier criatura capaz de eludir el deslizamiento de la arena: ellas se asumen eternas. Sólo el hombre, animal deplorable, fue cargado con una cruz de horas. Para registro de su muerte le fueron dados los relojes. La memoria, para extinguirse en el olvido. Sin embargo has de saber que él tiene en sus alforjas el recurso final de la palabra. Reconocer que respira palabras, que transita sobre un lecho de nombres le ayudará a resolver el enigma: Eternidad es también una palabra y en la palabra está la eternidad.

II 14

“…es de la soledad de la luz de lo que hablo…” Zoelia Frómeta Machado, LA LUZ

Salitral / pecho abierto corazón / enceguecido por el sol / caballo fosforescente en el bañado: estoy pensando en la luz. Murmuraciones botas en las tablas del techo (un polvo rancio de prisión divaga en las ranuras.) Abren sus fauces las bisagras con esa sed de aceite. Me sacan de la tierra / me cosechan soy un ovillo de raíces apretadas un temblor de humedad. (Con esta prohibición sobre los ojos apenas puedo sospechar la luz.) Vienen desde los socavones en un quebrar de ramas secas. Blasfeman / ríen / sentencian Hay doce fogonazos en el claro del monte. Esto no es Granada mi nombre no es Federico y sin embargo estoy flotando en la luz. 15

III “…porque su esperanza ha sido hermosa como ciruelos florecidos para siempre…” Jorge Teillier El fuego tiene silencios. Quien los descifre podrá escribir la más sublime de las partituras. Pero también será capaz de calcinar el monte para que mueran los ciervos y los pájaros o de escaldar la voz del prisionero hasta que suelte su última gota de verdad. El fuego funde los bronces para erigir y navegar, para sepultar y recordar, para matar y morir. Danza sobre los leños encendidos, crepita baladas del infierno y troca bailarines efímeros por un manojo de humo y de silencio. No te acerques a él con la imprudencia de los que ignoran sus ardides. Cualquier adoración operará a distancia, pero no olvides que el cobarde terminará por incendiar su espalda. El heresiarca le pega fuego a toda obstinación. Las llamas crecen, el aire ondula y las cenizas rasguñan los ojos 16

cuando se grita desde arriba con las manos atadas. Y quien se eleva en humos y silencio es el amor prohibido o el ideario del justo o Juana de Arco mirándose los pies en llamas.

1º premio en Poesía del 8º Certamen Provincial de Literatura "Emma Rosa mosto", año 2008, San Nicolás de los Arroyos. Nolberto Malacalza

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