SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD 211 PUEBLA SEDE REGIONAL ZACATLAN.
MAESTRIA EN EDUCACION CAMPO FORMACION DOCENTE EN EL AMBITO REGIONAL. TRABAJO FINAL: ENFOQUES DE LA FORMACIÓN DOCENTE SEGUNDO SEMESTRE ASESOR: Dr. RAFAEL SANPEDRO ALUMNO: YENNY HERNANDEZ GARCIA. ZACATLAN PUE. A 24 DE JUNIO DE 2009.
INTRODUCCION. El propósito de este documento, es la de poder animar una discusión acerca de los modelos y tendencias de la formación inicial de los futuros profesores de la educación básica. Sin duda que es un tema que puede llegar a generar polémica en los colectivos de académicos que tienen relación con este nivel educativo, mas ese no es su principal propósito sino el de llegar construir un campo de discusión en donde se reconstruyan propuestas académicas que vengan a coadyuvar en la solución a la problemática que representa la formación de profesores para el futuro y no continuar formando profesores para el pasado La formación de profesores ha sido en la historia de cualquier país un serio problema, y por lo que sabemos el debate continúa. Al análisis de la problemática que nos preocupa, pero también es importante decirlo que se esta formando un grupo de académicos interesados en el estudio de este tema.
LA FORMACION DOCENTE: MODELOS Y TENDENCIAS
Tensión entre el enfoque tradicional de la profesión docente y los desafíos de este nuevo escenario: Kemmis y Mctaggart (1998) sustentan la espiral reflexiva en la acción para la emancipación de las comunidades educativas. Reclama la formación de profesionales como intelectuales. Sin duda las ideas que presenta Senge (2000) representan un enorme avance en la apertura de la formación para el nuevo profesor que requiere de abrirse a compartir sus experiencias, y convertirse en un profesor reflexivo de su hacer y de su ser, lo que lo convierte en un líder al proponer planes de acción sobre las escuelas que aprenden a aprender en donde el trabajo en equipo, la apertura reflexiva y el pensamiento en la acción son la base para el éxito de todo profesional en cualquier ámbito. El modelo de la formación basada en la escuela, parte de la base de que, sobre todo en circunstancias de urgente necesidad, la mejor manera de capacitar a quienes van a ser docentes es la de colocarlos directamente en la situación de enseñar apenas acaban los estudios generales necesarios. El contacto del alumno- profesor con la realidad educativa tal y como es, y no simulada, es algo que siempre se hecha de menos o que se dictamina como insuficiente. Las modernas tecnologías están abriendo paso a nuevos modelos, sin duda, pero las acciones concretas son todavía reducidas y sobre todo, muy asistemáticos.
ü El modelo práctico – artesanal concibe a la enseñanza como una actividad artesanal, un oficio que se aprende en un taller, el conocimiento profesional se transmite de generación en generación y es el producto de un largo proceso de adaptación a la escuela y a sus funciones de socialización. ü El modelo academicista especifica que lo esencial de un docente es su sólido conocimiento de la disciplina que enseña, la formación así llamada pedagógica – como si no fuera también disciplinaria – pasa a un segundo plano y suele considerarse superficial y hasta innecesaria. ü El modelo tecnicista eficientista apunta a tecnificar la enseñanza sobre la base de esta racionalidad, con economía de esfuerzos y eficiencia en el proceso y los productos, el profesor es esencialmente un técnico. ü El modelo hermenéutico – reflexivo supone la enseñanza como una actividad compleja, en un ecosistema inestable, sobrederminado por el contexto – espacio – temporal y sociopolítico – y cargada de conflictos de valor que requieren opciones éticas y políticas, el docente debe enfrentar, con sabiduría y creatividad, situaciones practicas imprevisibles que exigen a menudo resoluciones inmediatas para los que no sirven reglas técnicas ni recetas de la cultura escolar.
La posición de la formación docente en la política educativa, el cambio y la reforma. Estas tendencias tienen influencia e impacto en las corrientes y modelos educativos que orientan tanto la formación de educadores, como la educación impartida en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo. Acoplado al orden socio-político y político-económico y por tal razón, es naturalmente funcional al bloque histórico dominante. La tendencia pragmático- conservadora tiene su origen en una corriente o posición: la tecnología educativa, esta corriente define al sujeto como un operario transmisor- reproductor del currículo. Una de las más grandes debilidades de nuestras reformas ha sido el tiempo destinado a realizarlas, pues en general la escala sexenal funciona como nuestra unidad cronológica. La temporalidad de las reformas efectivas, según Husén, debe por lo menos medirse en décadas, por lo regular más de dos. Son procesos mucho más lentos que los tiempos que en realidad le hemos invertido en nuestro país. La formación docente es uno de los temas debatidos en el nivel de la formulación de políticas y se cuestiona su eficacia en la preparación de los maestros para llevar a cabo las funciones previstas en relación con el aprendizaje de los estudiantes.
Ejemplos de los cambios de política en las aspiraciones del Estado y su impacto sobre la formación docente.
La profesión docente y la trayectoria por la que transitan los maestros en su vida laboral, son el punto de referencia de la política nacional para la formación y el desarrollo profesional de los maestros de educación básica y de las líneas de acción en que se concreta. La docencia es una profesión que requiere de preparación pertinente, es decir, de la adquisición de un saber especializado, de carácter científico, que propicie la construcción del conocimiento y la adquisición de un dominio teórico y practico de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. En la actualidad, los vertiginosos cambios sociales, económicos, científicos, políticos, culturales y tecnológicos plantean nuevos retos a los docentes, al demandarles conocimientos y habilidades específicas para los que no fueron formados; sus funciones se hacen más complejas a medida que cambian las demandas que la sociedad plantea al sistema educativo.
Con el nombre genérico de "formación de docentes" se designan, en este escrito, las funciones de formación inicial, actualización, superación, capacitación y nivelación de docentes, las cuales pueden describirse brevemente de la siguiente manera: a) Formación inicial: preparación profesional para la docencia (especializada en algún nivel o área educativa) con obtención de un título de licenciatura que avala el ejercicio de la misma. b) Actualización: profundización y ampliación de la formación inicial incorporando nuevos elementos (disciplinares, metodológicos, tecnológicos, etc.) sin conducir necesariamente a la obtención de un grado académico. c) Superación: profundización y ampliación de la formación inicial mediante programas de posgrado para profesionales de la educación (puede entenderse como una modalidad de la actualización). d) Capacitación: formación para la docencia a profesores que ejercen sin haberla tenido, puede conducir a la obtención de un grado académico. e) Nivelación: complementación de la formación inicial a docentes que no obtuvieron el grado de licenciatura, para que lo obtengan.
Nuevo escenario en el cual se configura la profesión docente. Una inquietud similar al examinar el programa de formación de docentes y formula observaciones críticas sobre dos situaciones. La primera de ellas se refiere al hecho de que las instituciones de formación docente siguen, en general, funcionando con arreglo a un “modelo de enseñanza basado en la transmisión” y, por consiguiente, no preparan profesores que reflexionen sobre su función pedagógica y sean capaces de lograr una participación significativa de los alumnos en el aprendizaje. En segundo lugar, las políticas nacionales parecen indicar que la competencia docente se adquiere sobre el terreno, más que en contextos académicos en los que son frecuentes los desfases entre la teoría y la realidad.
Algunas líneas estratégicas para el desarrollo profesional y humano de los docentes. Nuestra práctica cotidiana de gestión educativa a nivel ministerial se caracteriza, entre otros elementos, por la urgencia en la adopción de medidas de política; en nuestro caso particular, las referidas al campo de la formación docente. Decidimos participar en Seminarios o Talleres como este con la expectativa de conocer propuestas concretas, de obtener nuevas ideas practicas, para poder tomar decisiones que nos permitan optimizar nuestros recursos crecientemente escasos, a la vez que mejorar la calidad y eficiencia de nuestro programas. Anhelamos que estas instancias no sean teoricistas sino muy concretas, muy prácticas. Se trata de partir de nuestra práctica y enriquecerla en el intercambio con pares. Los recorridos conceptuales de la formación docente de los últimos tiempos han priorizado los enfoques mas actualizados de la psicología, la sociología, la lingüística, la ciencia, la concepción ética del hombre y, concordantemente, los conceptos de aprender y enseñar. Esto significa que tal vez sea poco los no acordado por el cuerpo de profesores acerca de que tienen que saber nuestros alumnos para ser buenos enseñantes.
CONCLUSION
Con esta experiencia, no puede permitirse que una reforma sea puesta en marcha sin contar con los elementos necesarios para hacerla realidad: elaborar un diagnóstico profundo del estado de la educación, tener un sólido conocimiento de las instituciones que se quieren cambiar, incorporar a la reforma las aspiraciones y las expectativas de los maestros e instituciones, sobre todo la construcción informada de los discursos del cambio, así como la estimación objetiva y la gestión efectiva de los recursos necesarios para cubrir el costo económico que implica todo esto. Asimismo, se requiere pensar la reforma como una estrategia integral que detone los cambios a lo largo de todo el sistema, que no articula sólo los planes y programas de estudios, sino también otras áreas: la infraestructura; la normatividad académica y laboral; el financiamiento; el reclutamiento de los estudiantes, del personal y los tipos de contratación; el desarrollo profesional de los maestros normalistas. Sobre todo, es necesario intervenir con sensibilidad y cuidado en aquellos elementos que dificulten su aplicación, para transformar sin erradicar totalmente de cada institución, lo mejor de la cultura endógena de las escuelas, los intereses políticos y gremiales, la fábula desde donde se piensa cada institución, la identidad difusa de nuestras escuelas, etcétera; conjuntando desde ahí todos estos saberes y propósitos en un programa de transformación de todo el sistema de formación docente.