ARISTÓTELES I. VIDA y OBRA. Aristóteles (384 -322 a. C.) Nace en Estagira (hoy se llama Stavros). Hijo de un médico del rey de Macedonia. Cuando quedó huérfano su tutor lo mandó a Atenas con dieciocho años. Platón tendría unos setenta y llevaba al menos quince al frente de la Academia. Este se convirtió naturalmente en un platónico y permaneció en la Academia los veinte años siguientes, hasta la muerte de Platón. Durante estos años sigue fervientemente a su maestro, aceptando incluso su teoría de las Ideas, a la que más tarde habría de criticar. No heredó su interés por las matemáticas pero si su interés por los problemas metafísicos y éticos. Cuando muere Platón la dirección de la Academia pasa a manos de su sobrino Espeusipo, hombre de originalidad apagada. Aristóteles entonces abandonó Atenas en compañía de Jenócrates ,quien habría de suceder a Espeusipo más tarde. Gradualmente la actitud de Aristóteles hacia la Academia y hacia su maestro fue tornándose hostil. Aristóteles y Jenócrates se retiraron a Assos. Allí se casó con Pitia, hija del tirano Hermias. En el año 343 a. de C. Filipo de Macedonia le invitó a que se hiciese cargo de la educación de Alejandro Magno. Es probable que Filipo hubiese conocido a Aristóteles en su juventud pues el padre de éste había sido médico en la corte de Macedonia. Una vez concluida la educación de Alejandro Aristóteles retornó a Atenas dónde fundó, con dinero macedonio, su propia escuela en los jardines de Apolo Licio. Esta tomó su nombre de Liceo, por la localidad donde se había instalado, o también el de Peripato, por el camino que se hallaba en su recinto y donde maestro y discípulo acostumbraban a pasear sosteniendo discusiones filosóficas. Aristóteles fue acusado de practicar el espionaje en favor de la política de Alejandro y combatido por el partido antimacedonio de Demóstenes. A la muerte de Alejandro se ve obligado a huir. Y un año más tarde muere. OBRA: se distinguen tres periodos. En el primero se corresponde con su estancia en la Academia platónica. De esta época son las obras”exotéricas”, la mayoría en forma de dialogo: Eudemo, El Protéptico, En el segundo periodo época de transición y viajes, funda una escuela con Jenócrates , su actividad se realiza en el interior de la escuela y escribe gran parte de sus tratados de Lógica, La Física, parte de la Política y parte de la Metafísica. Sobre la Filosofía. Aquí emprende la crítica a la Teoría de las Ideas y defiende una religión astral. Ética a Eudemo (concepción platónica de la virtud), Del Cielo (Cosmología), De la generación y la corrupción. En el tercer periodo está en Atenas y funda el Liceo. Aquí escribió Gran moral, Ética a Nicómaco, Sobre el alma, el resto de los libros de Política, La Poética y la Retórica. RELACIÓN CON EL MARCO HISTÓRICO Y SOCIOCULTURAL. Como consecuencia de la guerra del Peloponeso, hay una crisis de valores, se desarrolla el individualismo y hay un cambio de mentalidad hacia el cosmopolitismo.
La sociedad estaba organizada en polis, ciudades autónomas y con identidad propia. Con la muerte de Alejandro comienza el ocaso de la polis y se hacen pactos y alianzas efímeras. En el ámbito socioeconómico, resume Julián Marías, se acentúa una lucha de clases que se va convirtiendo en una división entre ricos y pobres. La clase media que se había enriquecido constituyó un nuevo modelo de gobierno participativo frente al antiguo aristocrático. Hombres libres que disfrutaban gracias al trabajo de los esclavos y les permitía ocuparse de los asuntos públicos. En el orden artístico predomina el realismo sensorial y sensual. Se abandona el ideal de arquetipos eternos y se valora la naturalidad y el movimiento. II. LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA. El proyecto aristotélico es de carácter científico. Platón partió de motivaciones morales y políticas, pero Aristóteles, (que era un meteco en Atenas, y que no podía participar de la vida política directamente) que había ingresado en la academia en el momento en que la teoría de las Ideas estaba sometida a fuertes críticas, estuvo dominado por intereses más bien teóricos. Cambia respecto de la filosofía de Platón pues esta es una filosofía del retiro del mundo de la experiencia común. El platonismo desconfía de los sentidos. Los ojos y los oídos no son ventanas del alma o aberturas a la realidad. El alma ve mejor a través del pensamiento. Aristóteles, en cambio, puso su mente al servicio de los hechos empíricos. Su intención era explorar el campo de la experiencia con curiosidad insaciable. Todo conocimiento procede de la experiencia sensible y lo real será el sujeto particular. Por eso hemos de calificar su filosofía de empirista. Continuando así con la tradición científica de los filósofos jonios. Pero a pesar de esa apuesta por los hechos empíricos y por el sentido común, hay todavía muchísimo platonismo en Aristóteles. Su pensamiento, tanto como el de Platón, se gobierna por la idea de aspiración, heredada de Sócrates: la idea de que la verdadera causa o explicación de las cosas ha de buscarse no en el principio sino en el fin. La filosofía aristotélica es una filosofía de las causas finales. Por eso diremos que el pensamiento de Aristóteles es un pensamiento teleológico. Todas las cosas tienden a un fin, todo obedece a un propósito. El pensamiento de Aristóteles se manifiesta de la mejor manera en sus Éticas y en los tratados biológicos. La razón de ello es que es una filosofía de las causas finales se vuelve sumamente iluminadora al estudiar la vida animal y la naturaleza moral del hombre. En cualquier caso comprenderemos mejor la filosofía de Aristóteles si entendemos que él ve a través de los ojos de la biología, que su modelo es el modelo de la biología frente al modelo platónico de la matemática. Quizás lo más asombroso de Aristóteles sea la amplitud de su sistema. No existe campo alguno, fundamental en la filosofía y en la ciencia, sobre el que no se haya pronunciado.
III. CRÍTICA DE ARISTÓTELES A LA TEORÍA DE LAS IDEAS DE PLATÓN El mundo de las Ideas es el punto central de la desavenencia aristotélica con el platonismo. Aristóteles no admite que las Ideas o Formas ideales tengan existencia real alguna. Los objetos de la ciencia matemática son abstracciones efectuadas por nuestra mente y no otra cosa. Por ejemplo, las figuras geométricas son sencillamente las propiedades o atributos espaciales de los cuerpos reales, considerados éstos en abstracción de las demás propiedades. Para Aristóteles es de sentido común, que la realidad substancial de las cosas reside en las cosas mismas y no en otro mundo. Este mundo es en sí mismo real y substancial. Cuando Aristóteles rechaza el mundo de las Ideas de Platón, el centro de la realidad pasa a ser otra vez el mundo natural del tiempo y el cambio. Para Platón, el mundo de las formas inmateriales, el mundo de las Ideas contenía la verdadera Naturaleza de las cosas, y los objetos del conocimiento. Como sabemos, el problema se encontraba a la hora de encontrar una relación inteligible que vinculara esa Forma específica, esa Idea de Belleza, de Bien... propia del mundo de las Ideas con los miembros individuales de la especie, con las cosas bellas, con las cosas buenas...Pero hallar esa relación inteligible no es fácil. Para Aristóteles Platón no explica suficientemente la relación entre los dos mundos, “conceptos como participación e imitación son meras frases vacías y metáforas poéticas”. Aristóteles resuelve tal dificultad drásticamente: la esencia es inmanente a la cosa misma La teoría de las Ideas tampoco cumple su función explicativa de la realidad, porque ellas, en su eternidad inmóvil son incapaces de explicar la existencia del movimiento y del cambio de los seres y mucho menos, de ser causa de ellos. Este mundo seria una mala copia del otro pues hay movimiento, cambios y pluralidad. En resumen podemos decir que la teoría de las Ideas: A) duplica el mundo sensible, o sea, complica más su explicación. B) Si las esencias están separadas de las cosas es que no son sus esencias. Lo que la sustancia es no puede estar separada de la misma sustancia, pues aquella sería otra sustancia. C) no explica el cambio y el devenir D) no explica suficientemente la relación entre los dos mundos. Aristóteles no rechaza en su totalidad la teoría de las Ideas, sino su existencia separada. Aristóteles permanecerá fiel a lo fundamental de la herencia socrática y platónica: la ciencia versa sobre lo general y universal, es una búsqueda de la esencia común que se encuentra en las cosas mismas y no separada de ellas. El mundo real ya no es un mundo de universales, de Ideas en otra parte, sino de cosas concretas que percibimos. Aunque las cosas cambien y perezcan, debajo de esos cambios y mutaciones hay una realidad que no hay que buscar en otro mundo sino en la cosa misma. La esencia se encuentra en las cosas mismas. La Naturaleza es un reino de Formas específicas, de esencias realizadas en la materia. El principal propósito de la ciencia estaría en demostrar verdades universales sobre esas esencias. Este es el centro de la filosofía aristotélica. Toda su filosofía está encaminada a explicar la naturaleza de la sustancia individual, y cómo ésta puede llegar a ser y sufrir cambios.
IV. LA LÓGICA. Aristóteles fue el creador de la lógica, aunque tuvo su precedente en la dialéctica de Platón. La lógica es el instrumento de la ciencia, porque Aristóteles piensa que no hay ciencia sino de lo universal y necesario. La lógica explica la realidad deduciendo lo particular de lo universal para ello utiliza el silogismo (discurso en el que, una vez concedidas ciertas cosas, se siguen o concluyen necesariamente otras distintas). Además del silogismo (de lo general a lo particular) utiliza la inducción (de lo particular a lo general) como método para descubrir los universales. V. LA METAFÍSICA (ONTOLOGÍA) A la Metafísica la llama Aristóteles filosofía primera, es una ciencia que trata de lo más universal que existe: el ser en cuanto ser y sus atributos esenciales (ontología). Hay muchas acepciones del “ser”, unas porque son sustancias, otras porque son modificaciones de las sustancias, otras porque están encaminadas hacia la sustancia, o cualidades o son causas de las sustancias. Por eso incluso se dice que el no ser “es”. Para Aristóteles hay muchas formas de ser, atendiendo a su esencia, a su apariencia o modificaciones, pero todas ellas se refieren a una forma primordial al ser propiamente dicho: LA SUSTANCIA (TÉRMINO PAU) Existen muchas substancias o seres. Todas las demás formas de “ser” no son ya sino modificaciones o accidentes de la sustancia. Cantidad, cualidad, lugar, estado, acción…Sustancia y accidente son los “géneros” supremos del ser (llamados por él categorías), unificados por su común referencia a la sustancia. El ser lo es todo y no es posible añadirle nada. El vocablo latino sustancia significa “lo que está debajo de”. Se supone que la sustancia está de bajo de accidentes o cualidades, sirviéndoles de soporte. Lo que no es sustancia es accidente (existe en la sustancia). De este modo accidentes o cualidades pueden cambiar en tanto que la sustancia permanece. Por tanto la sustancia es algo que no se confunde con otra cosa, porque es perfectamente determinado y concreto y algo que tiene entidad en sí misma: es el sujeto real en el que se apoyan todas las demás cosas que cambian, todos los accidentes. Con Aristóteles este mundo recupera su propia realidad, pues es al individuo y no a la Idea- a lo que debemos llamar ser o substancia. Aristóteles distingue entre sus tancia primera y sustancia segunda. La sustancia primera se refiere a las cosas físicas, materiales, concretas, el individuo concreto; La sustancia primera es algo individual, único. Nada podría existir si no existieran las substancias primeras. (esta mesa, este árbol, Sócrates) Sustancias segundas se refiere a lo universal, a la especie y el género (la mesa, el hombre). Estos como la substancia primen son también soportes. Sócrates 1°Nivel
Hombre (Especie) 2°Nivel
Animal (Género) 3°Nivel
Parecería entonces que Género y Especie son entonces Universales muy parecidos a las Ideas platónicos. ¿Vuelve Aristóteles después de todo al redil de su maestro? No, porque las substancias segundas no pueden ser separadas de la substancia primera, no se van, por decirlo así, al mundo de las Ideas. La sustancia segunda existe
únicamente en la sustancia primera y aunque la sustancia primera sea lo verdaderamente real, el sustrato o soporte último, Aristóteles va a dar primacía a la sustancia segunda. Pues las especies y los géneros son lo universal (la ciencia aristotélica estudia al hombre, o más estrictamente, a la especie humana, pero no estudia a Sócrates o a Juan.) La ciencia tiene como objetivo lo universal. Como biólogo Aristóteles no estudiará el perro Sultán sino a la especie perro. Ahora bien la noción de sustancia, la noción estricta de sustancia, es la sustancia primera, el soporte último, el que “subyace a todas las cosas” Aristóteles afirma que las sustancias son un compuesto de materia y forma. Este introduce en la sustancia el concepto de devenir o desarrollo. La substancia primera es lo que deviene, lo que se desarrolla. La sustancia primera está sometida a un proceso de perfeccionamiento o crecimiento, pero un proceso con una dirección determinada. La forma es la esencia: lo que cada sustancia es, lo que hace que la materia sea precisamente esta sustancia y no otra. La forma es la sustancia segunda, es la especie, y es eterna. Sólo existe en la materia. Es el elemento más universal de las cosas y algo intrínseco a ellas. Aristóteles da prioridad a la forma sobre la materia. La considera la verdadera esencia del individuo. Materia y forma no existen independientemente sino únicamente en el compuesto de ambas. La forma representa el núcleo permanente e invariable del ser individual. A su alrededor están propiedades y accidentes. Sólo la forma es inteligible, es el elemento cognoscible de lo real. No está sometida al devenir sino que ella deviene en otro ser. Pero hay algo que posee las cualidades y sufre los cambios que acontecen en el ser: la materia. Todo lo que deviene, todo lo que se desarrolla debe poseer también materia. La materia es elemento que particulariza a cada ente. Es ininteligible. Es susceptible de recibir una forma sin ser de hecho ninguna. Lo que deviene o se engendra es el individuo concreto, el compuesto de materia y forma. Aristóteles habla de dos tipos de materia: materia primera y materia próxima. La materia primera es algo carente de forma, de cualidades o extensión. Es incorruptible y opera como sustrato último de toda determinación. Es informe, indeterminada, eterna, imperceptible por los sentidos, sólo por la inteligencia. La materia próxima constituye la diversidad de materiales que conocemos: madera bronce, vidrio... No es una materia pura pues ya está determinada por una forma. Estos dos elementos de materia y forma sólo son diferenciables por el pensamiento y no en la realidad física donde siempre están unidas. Para explicar el movimiento de los seres individuales Aristóteles recurre a los conceptos de POTENCIA Y ACTO ( TÉRMINO PAU) La teoría de la potencia y el acto -que es una generalización de la teoría de la materia y la forma- sirve para explicar el devenir o el desarrollo de la sustancia. Según Aristóteles la naturaleza no es estática, como pretendía Parménides, pero tampoco todo es movimiento, como decía Heráclito. Aristóteles afirma que todos
los seres naturales están en movimiento y que la naturaleza, la physis, es el principio del movimiento y del cambio. Esto lo explica mediante la potencia y acto. En todo ser hay lo que ese ser ya es -el acto- y su poder llegar a ser -la potencia-, lo que todavía no es. Así, el acto y la potencia están en la misma relación que el germen y la planta. A. LA POTENCIA (DYNAMIS). Es de dos tipos: a) potencia activa, facultad para producir un efecto en otra cosa, y b) potencia pasiva, o posibilidad de pasar de un estado a otro y de recibir la acción de una potencia activa. La potencia activa se encuentra en el agente, y la pasiva en el que experimenta la acción: así, por ejemplo, el fuego tiene el poder de quemar, y lo graso la posibilidad de ser quemado. B. EL ACTO. Aristóteles utiliza dos expresiones que con mucha frecuencia aparecen como sinónimos: enérgeia (acto) y enteléchia (carece de traducción). Enérgeia es la acción mediante la cual algo pasa de la simple posibilidad a su perfeccionamiento y acabamiento final; y a este término alcanzado por la acción es lo que Aristóteles llama, en sentido estricto, enteléchia (enteles es algo cumplido, acabado y perfecto; enteléchia deriva de télos, fin, y échein, tener, poseer; es lo que ha sido llevado a su perfeccionamiento). El uso de ambos términos indica una concepción dinámica y finalística del ser, lo cual explica porqué para Aristóteles enérgeia y enteléchia acaban de ser sinónimos. Ejemplo: Potencia: "poder" ver; Enérgeia: "ver", - enteléchia: perfección del vidente. El acto posee prioridad absoluta sobre la potencia. Aunque una semilla parezca cronológicamente anterior al acto, no es así: la semilla procede de un árbol en acto. El acto es el fin de la potencia, aquello hacia lo que está orientada la potencia. Aristóteles tenía una concepción finalista o teleológica de la realidad. Potencia-acto y materia-forma son pares de conceptos análogos o paralelos. La materia está en potencia respecto a la forma; la forma es lo que actualiza la materia, la perfecciona y le confiere su ser. La forma siempre es acto. En resumen: el movimiento es el paso de la potencia al acto. La potencia es la fuerza podríamos decir, que reside en una cosa de pasar a otro estado o la facultad de producir un efecto en otra cosa. Mientras que el acto es la realización de lo que está en potencia; aquello que hace ser a lo que es. Lo que el ser ya es. Así por ejemplo: una piedra no es un árbol, una semilla tampoco es un árbol. Sin embargo la piedra no es ni puede convertirse en árbol mientras que la semilla no lo es pero puede llegar a serlo. VI. LA FÍSICA. El físico debe de estudiar el ser compuesto de materia y forma: el ser natural. La Física como ciencia debe de explicar el porqué del ser natural. Teniendo en cuenta que todo ser natural está sujeto a movimiento es preciso que el físico sepa el porqué se mueve y cuál es el número de causas que pueden explicar científicamente la generación de los cuerpos sensibles.
LA NATURALEZA (TÉRMINO PAU) El término naturaleza (physis) significa en Aristóteles lo que hace surgir, desarrollar, brotar, salir a la luz, aparecer. La naturaleza es un modo de ser de las cosas, un principio inmanente de movimiento y de desarrollo que se encuentran en los seres naturales, por los cuales estos llegan a ser; es decir, es el motor natural del devenir y de todas las posibles transformaciones de la sustancia. Es una fuerza interna que posibilita su desarrollo, su paso de lo que no se es todavía, de lo que está en potencia hasta su acabamiento en acto o resultado final. Este acto coincide con la forma, por lo que la naturaleza de los llamados seres naturales es su desarrollo hacia la forma, la cual es llamada también "esencia". La esencia de un ser es aquello que determina a algo a ser lo que es, dándole sus características propias así como su capacidad y potencialidad de desarrollo para que se convierta en lo que tiene que ser. Así pues, la forma es la causa del movimiento y del devenir de las sustancias corpóreas. También la naturaleza es la materia (hylé) de los seres en tanto que ninguna forma puede darse desligada de la materia. Toda sustancia es un compuesto de materia y forma (hilemorfismo) y, por lo tanto, todo ser natural un compuesto de materia y forma, que se comporta de acuerdo a su peculiar naturaleza determinada por la forma que posee, lo cual explica la variedad de seres y actividades que se dan. Todos aquellos que tienen por sí mismos su principio de movimiento y desarrollo se llaman seres naturales: los animales crecen y se desarrollan por sí mismos; el fuego tiende a subir (naturalmente) hacia arriba, etc. Aristóteles contrapone a los seres naturales los seres artificiales. Los seres artificiales no tienen en sí mismos el principio por el cual llegan a ser lo que son; una copa o un lecho o un ordenador son producidos por la técnica y el saber de un artesano, un productor o un técnico. El material con el cual se hacen los objetos artificiales sí es naturaleza, pero los objetos mismos que se fabrican deben su ser a un productor externo y no a algún principio intrínseco. El concepto de naturaleza también se relaciona con el de causalidad, puesto que las causas, que contribuyen al desarrollo de la sustancia, son propiciadas por la misma naturaleza de la sustancia. Asimismo otro término que guarda relación con el de la naturaleza es el movimiento, pues éste también alude al desarrollo de la sustancia (alcanzar su naturaleza). Así, dice que en todo cambio permanece un sujeto (el que cambia y se transforma) el cual pasa de la privación a la posesión de la forma final. El Sujeto es la sustancia, lo que permanece a través de los cambios; la Privación de la forma, que deje lo que tenía antes, para pasar a otra cosa y la Forma final lo que la cosa termina siendo. Estos tres principios se
identifican con los de materia-forma y potencia-acto. Aristóteles define el movimiento como "el acto de lo que está en potencia en cuanto que está en potencia" y distingue varias clases de cambios: Sustanciales (generación, paso del no-ser al ser; corrupción, paso del ser al no-ser) y Accidentales (cuantitativos, crecimiento, disminución; cualitativo; alternancia o alteración -de niño a joven-; locativo, cambio de lugar; traslación). TEORÍA DE LA CAUSALIDAD (TÉRMINO PAU) La noción de causa (aitía) es bastante compleja. Causa de algo es aquello por lo cual algo es y se comporta como lo que es, y por lo tanto, proporciona los elementos necesarios para poder explicarlo. Las causas son los principios últimos de los que todo ser depende para realizarse como lo que es. Aristóteles hace un estudio de los filósofos anteriores a él y concluye que todos ellos se han fijado solamente en una causa de las cosas, y por eso han permanecido en el error. Para Tales era el agua; para Heráclito el fuego; para Anaxímenes el aire, etc. Para Platón sólo había dos causas: la material y la formal, pero al mediar un abismo entre las dos se vio obligado a poner las ideas -la causa formal de las cosas- fuera de las mismas cosas, sin poder explicar la realidad. Por tanto hay que atender a todas las causas si queremos llegar al porqué de las cosas. Las causas pueden ser: A. CAUSAS INTRÍNSECAS. Son las que se dan en el interior de la sustancia y se diferencian en Causa material (es algo indeterminado que puede llegar a ser cualquier cosa y se corresponde con la materia segunda o próxima) y Causa formal (es lo que hace que una cosa sea tal cosa y no otra y se identifica con la esencia y con la naturaleza). Ejemplo: un individuo se desarrolla hacia la forma de persona. B. CAUSAS EXTRÍNSECAS. Son producidas desde el exterior de la sustancia y se dividen en Causa eficiente (agente productor de la sustancia. Tiene un sentido dinámico, por lo que ejerce una acción transformadora) y Causa final (es el fin por el que se hace algo. Influye sobre el agente determinando el sentido concreto de su acción). En los seres artificiales estas cuatro causas se diferencian totalmente. La causa material de una estatua es el bronce; la formal es lo que representa la estatua (Atenea). La causa eficiente es el productor de la estatua: el escultor y la causa final explica aquello por lo que se hizo la estatua, su fin (Para adornar). En los seres naturales, las causas formal, eficiente y final coinciden: La forma es, a la vez, fin y agente porque es la esencia de algo o su naturaleza la que determina sus desarrollos y transformaciones que la llevan a su fin, que no es otro que actualizar todas sus potencialidades y desplegar su propia esencia. El fin (telos) de un ente rige de antemano todo su posterior desarrollo como aquello en vista de lo cual algo cumple (actualiza o lleva a término) su esencia.
En esto consiste el llamado teleologismo aristotélico, en que la causa final está presente de antemano en la causa formal: la esencia de algo lleva en sí el camino que hay que recorrer para llegar a su propio cumplimiento y perfección. COSMOLOGÍA. La Física se divide a su vez en: Tratado de las esferas celestes o del cielo: naturalezas móviles no sujetas a generación y corrupción. Tratado de las esferas sublunares o de la generación o corrupción: naturalezas móviles sujetas a generación y corrupción. La cosmología tiene algunos aspectos en común con los de Platón, pero fue la manera en la que Aristóteles la expuso y su verosimilitud, de acuerdo con los conocimientos naturales de la época lo que mantuvo parte de su teoría vigencia hasta el siglo XVII. El universo que es finito y eterno de encuentra dividido en dos mundos, el sublunar y el supralunar, reproduciendo de esta forma el dualismo platónico… VII. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO Algunos filósofos presocráticos desvalorizaron, en general los sentidos (conocimiento engañoso) y sólo la razón es apta para conocer la realidad (Parménides). Otros como Protágoras consideraron que el conocimiento sensorial no poseía sino un valor puramente relativo al sujeto. Platón llevó estas tendencias a su último extremo. Aristóteles transforma profundamente estos puntos de vista, adoptando una postura empirista. No admite más mundo que el de la experiencia, el mundo conocido por nuestros sentidos. No puede existir para Aristóteles ningún conocimiento en el alma previo a su existencia en el cuerpo. El conocimiento no puede explicarse por anámnesis o recuerdo.El conocimiento empieza por la observación de lo particular y se eleva hacia lo general a través de la abstracción de lo particular (inducción). Aristóteles habla de tres niveles de conocimiento: La sensación, la experiencia y el entendimiento. LA SENSACIÓN capta la forma sin la materia de una sustancia particular. Explica el conocimiento a partir de los datos que le proporcionan los sentidos. Es común a animales y hombres. Todo conocimiento arranca de una percepción sensible. A partir de sucesivas sensaciones la memoria permite conservar las formas percibidas. Luego la imaginación y sus imágenes son una ayuda imprescindible. Así pues partiendo de la sensación y acumulando experiencias, se llega por inducción a la esencia universal común, al ENTENDIMIENTO. Aristóteles distingue entre entendimiento agente (el que abstrae las esencias de las cosas) y entendimiento paciente (el que recibe las imágenes percibidas). El conocimiento de lo universal da lugar a a la ciencia. La ciencia es un conocimiento necesario y demostrativo. Es el estudio de los universales, de las esencias y de las formas. Aristóteles distingue varios tipos de conocimiento: experiencia, ciencia y arte. Distingue varios tipos de ciencias: poéticas (retórica, medicina…) prácticas (ética y
política) y teoréticas (matemáticas, física, metafísica…esta última no es útil pero supone la felicidad ). VIII. ANTROPOLOGÍA: EL ALMA Y EL CUERPO. Respecto a la doctrina del alma se produce en Aristóteles una evolución. En el primer periodo defiende una visión dualista del hombre: el hombre es el alma racional, la cual posee un parentesco con las Ideas y es inmortal. En el segundo período El dualismo deja paso a un “instrumentalismo mecanicista” según la expresión de Nuyens. Se mantiene todavía el dualismo cuerpo alma pero ya no son antagónicas, sino perfectamente adaptadas la una a la otra. Niega la inmortalidad del alma en la Ética a Nicómaco. En el tercer período Aristóteles aplica al ser humano su teoría hilemórfica (materia forma) y considera a la psicología como parte de la física. Es entonces cuando escribe su tratado Sobre el alma donde expone lo siguiente: El físico estudia el organismo vivo completo. Este cuerpo natural vivo es un compuesto de materia y forma, donde el cuerpo es la materia y el alma la forma de ese cuerpo que posee la vida en potencia. Todo ser vivo tiene alma si no sería un ser inanimado. Establece una jerarquía entre los seres vivos: los de menor perfección son las plantas, que tienen alma vegetativa, después vienen los animales, que tienen alma sensitiva y, por último los seres humanos que tienen alma intelectiva. Cada alma desempeña sus funciones propias y la de las anteriores. El alma intelectiva tiene la función intelectual y volitiva. El alma es la entelechia primera de un cuerpo natural organizado. No es separable del cuerpo. El alma es el principio de las funciones y se define por ellas, a saber, por las facultades motriz, sensitiva y de pensamiento o también nutritiva, sensitiva y racional. Así el alma es aquello por lo que vivimos, percibimos y pensamos. Es esencia y forma, no es materia, pero no puede vivir sin un cuerpo. A diferencia de Platón Aristóteles niega la inmortalidad del alma, y la preexistencia al cuerpo sin embargo afirma que hay una función, el intelecto agente que es algo separado, inmortal y eterno. Defiende la unidad del alma y la sitúa por todo el cuerpo, no en partes concretas. Le asigna varias funciones: nutritiva o vegetativa (crecimiento, reproducción y nutrición) sensitiva (deseos, percepciones) y pensante (pensar y entender). IX. LA ÉTICA OBRAS: “Gran Ética” (probablemente no es suya sino de un recopilador), “Ética a Eudemo” (Eudemo era un discípulo suyo) Y “Ética a Nicómaco”(alude al nombre de su hijo). Aristóteles era meteco y no participó directamente en la vida política, sin embargo esto no menoscabó su interés por el ámbito de la praxis humana. CONCEPCIÓN ÉTICA: Aristóteles parte en su ética del principio de que el fin último, la meta última de todos los seres humanos es la felicidad. Una moral teleológica, en la que lo bueno para el hombre consiste en aquello que conduce a su felicidad ( eudaimonía) por ello la ética de Aristóteles recibe el nombre de Eudemonismo. Aristóteles distingue entre praxis, que es una acción inmanente que lleva en sí misma su propio fin, y la poiésis, que es la producción de una obra exterior al sujeto
que realiza. La ética es una praxis íntima y personal, una reflexión práctica, encaminada a la acción. Y la política es la coordinación de muchas acciones y por ello, en esta última hay que tener en cuenta la voluntad de los demás. Unos fines dice Aristóteles se subordinan a otros, existiendo una jerarquía entre ellos y en las actividades que los producen. Habrá que determinar cuál es el fin último, querido por si mismo, que sea el fundamento de todos los demás. Y este fin último o bien es la felicidad. (Identifica el fin con el bien, pues el bien de algo es llegar a buen término el fin que ha de cumplir) LA FELICIDAD (TÉRMINO PAU) Volviendo la vista a nuestro alrededor, lo primero que observamos es que todas las decisiones se toman y todas las acciones se realizan en función de un Fin y de un bien que se persigue. Y este fin último, querido por sí mismo y fundamento de todos los demás es la felicidad (eudaimonía), pues buscamos la felicidad por si misma y por ninguna otra cosa, mientras que todo lo demás lo buscamos por ella. La felicidad posee un valor absoluto. Es un bien perfecto y suficiente y es, por tanto, autarqués. En realidad la autarquía con respecto a la felicidad viene a decir que ésta es el bien que, cuando lo poseemos nos hace independientes, y el hombre es independiente cuando posee todo lo necesario para su felicidad. Ahora bien, ¿qué es la felicidad?. La felicidad es una cierta vida, la buena vida. El acuerdo se acaba cuando uno pregunta en qué consiste esa buena vida y por tanto en qué consiste la felicidad. * Unos identifican el bien con el placer. La felicidad = la vida voluptuosa. * Otros sitúan el bien en las riquezas. La felicidad la vida de negocios. * Otros ponen el bien en los honores. La felicidad = la vida política. Para Aristóteles todos se equivocan dado que no buscan el fin por sí mismo, sino, que en el fondo son medios para conseguir otros fines. De todos modos, dice Aristóteles, que la ausencia completa de riquezas y placeres es incompatible con la felicidad, que no consiste en estos bienes, pero supone que “el hombre feliz necesita de los bienes corporales y de los externos o de fortuna” Si la felicidad no se puede dejar al arbitrio de lo que a cada uno pueda hacerle feliz, entonces adopta una actitud teórica analizando la naturaleza humana para contestar a la pregunta. Como los sofistas, como Platón como todos los filósofos griegos, Aristóteles se vuelve al estudio de la naturaleza humana, estableciendo el principio de que: cada ser es feliz realizando la actividad que le es propia y natural. Este principio es una consecuencia de su concepción teleológica de la naturaleza en Aristóteles. Todo ser natural tiende a realizar determinadas actividades, con ello satisface sus tendencias y consigue la perfección y la felicidad. Ahora bien la actividad más natural y propia del hombre es aquella que corresponde a la naturaleza de este, es la actividad intelectual. La forma más perfecta de de felicidad sería, por tanto, la actividad contemplativa. La función del hombre. Cada ser busca el bien en conformidad con su propia naturaleza. Para ser feliz cada cual debe cumplir con su fin. El hombre es “bueno” si se ajusta a su mejor función, a su condición superior: “ser racional”. Para alcanzar la felicidad hay que actuar virtuosamente, lograr la virtud (energeia), pero sólo se puede obrar moralmente con la razón.
No hay que olvidar que, para Aristóteles, la naturaleza propia del hombre viene determinada por la actividad del alma, y el alma para obrar rectamente ha de estar de acuerdo con la virtud. Es decir, de la misma manera que nosotros consideramos bueno al que realiza una acción excelentemente, el bien del hombre (la felicidad) estará en la actividad virtuosa del alma racional. Pero Aristóteles (Igual que Platón) sabe que el hombre no es sólo razón, entendimiento. Este ideal de felicidad y perfección, es una aspiración irrealizable para la inmensa mayoría de los hombres, por eso se hace necesario la posesión de virtudes morales para regular las tendencias propias y el trato con los demás, así como la posesión de bienes corporales (salud) y exteriores (bienes materiales) La felicidad ha de consistir en una actividad del alma conforme a la razón, que ha de durar toda la vida y ha de ir acompañada de una vida contemplativa y circunstancias externas mínimamente favorables. LA VIRTUD. Según Aristóteles la virtud es una disposición del alma, una capacidad y aptitud permanente y preferencial para comportarse de un modo determinado. Nada más lejos del intelectualismo de Sócrates (virtud = conocimiento) . La virtud requiere también la voluntad. “No basta que la acción tenga un carácter determinado para que la conducta sea justa o buena; es preciso también que el hombre actúe de un modo determinado: ante todo que actúe a sabiendas; en segundo lugar que proceda en razón de una decisión consciente y que prefiera esa acción por sí misma; finalmente que actúe desde una posición firme e inquebrantable” Ética a Nicómaco libro II. Por esta razón la virtud se adquiere por el ejercicio y el hábito: “para que un hombre se haga justo es necesario que practique la justicia”. Así rechaza Aristóteles las otras dos doctrinas acerca del origen de la virtud: no nacemos virtuosos por naturaleza (aunque la predisposición natural sea importante) ni tampoco basta la enseñanza. (Ver diferencias con Platón y sofistas ) La virtud consiste en un término medio, implica una cierta medida, un cierto orden entre el exceso y el defecto. Es el equilibrio entre dos extremos igualmente viciosos (el valor es un justo medio entre el miedo y la temeridad). Hay aquí un resto de la idea pitagórica de simetría, adoptada por Platón, y también de conceptos de medida utilizado por la medicina griega de entonces. Pero señala que este término medio no puede establecerse en abstracto, sino de acuerdo con las circunstancias de cada uno.. En cada caso el hombre sensato sabrá escoger cuál es el justo medio. “La virtud es una disposición voluntaria adquirida que consiste en un término medio en relación a nosotros, definido por la razón, tal como lo haría un hombre sensato.” Aristóteles distingue dos clases de virtudes: morales (éticas) e intelectuales (dianoéticas). Virtudes dianoéticas (propias del pensamiento, de la parte racional del hombre) y virtudes éticas (basadas en la voluntad). Ambas expresan la excelencia del hombre y su consecución produce la felicidad, ya que esta última es “la actividad del hombre conforme a la virtud.”
Virtudes dianoéticas: son las virtudes propias del alma racional o también llamadas intelectuales. Se corresponden con la parte racional del hombre. Y su origen no es innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza. Ejemplos la técnica, prudencia, episteme, política… Virtudes éticas: la virtud ética no es una fuerza, ni una pasión sino una disposición del alma. Se ocupan de los afectos, de las acciones y de las pasiones, y consisten en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los hombres. Las virtudes éticas son adquiridas a través de los buenos hábitos, y de las buenas costumbres. Ejemplo: la fortaleza (término medio entre miedo y audacia), la templanza (término medio entre el libertinaje y la insensibilidad) y la justicia (dar a cada uno lo que es debido). X. POLÍTICA Ética y política están íntimamente vinculados en Aristóteles. La ética desemboca en la política y se subordina a ella, en la medida en que la voluntad individual ha de subordinarse a las voluntades de toda una comunidad. Pero, nadie puede ser virtuoso si no ha sido educado y la política permitirá que el Estado eduque a los hombres en la virtud y, sobre todo en la justicia. Y esto contribuirá a la felicidad de la comunidad que a su vez supone la felicidad de cada individuo. La felicidad sólo puede alcanzarse viviendo con otros hombres, en la ciudad, en la polis. SER SOCIAL (TÉRMINO PAU) Naturaleza social del hombre. El Estado, la organización política es una dimensión más de lo humano. Todo individuo que estuviese alejado por completo de la vida política no sería hombre sino bestia o en todo caso una suerte de semidios. Se es hombre en cuanto que se es animal sociable político. Esto no consiste sólo en la capacidad de organizarse, los animales gregarios también se organizan. Se trata de que, el hombre tiene la facultad o virtud de hablar- facultad política por excelencia y de expresar con el habla sus conceptos acerca “del bien y del mal, lo justo y lo injusto y es la participación y comunidad en estas cosas lo que hace a una familia y a un Estado”. Las leyes son lenguaje social y compartido por todos. La ley no da sólo derechos sino también impone deberes. Por otra parte, el Estado es anterior al individuo. El problema es lógico, no histórico: si el todo es necesariamente anterior a las partes y el individuo aislado es sólo una parte en relación con un todo, la comunidad política será una categoría anterior al individuo. Prueba de ello es que el individuo aislado no es autosuficiente y sin comunidad no puede subsistir. El Estado es autárquico y el individuo y la familia no lo son. Los seres humanos necesitamos de la comunidad política para ser lo que somos. La sociedad se establece por naturaleza, desde las comunidades más básicas hasta la ciudad. A partir de las comunidades o relaciones más básicas: hombre— mujer, amo— esclavo, se constituye la casa. Aristóteles reconoce un instinto social pero en este caso hace surgir las instituciones de las necesidades del hombre. La relación hombre— mujer surgen para satisfacer la necesidad sexual, la procreación, etc. La segunda da lugar a la estructura política de la casa: el amo es el rey. Pero hay que cubrir todavía otras
necesidades. Por ejemplo, la familia no puede producir todos los bienes. Por la unión de casa se constituye la aldea, y de la unión de éstas, la ciudad que es el fin natural de todas las comunidades anteriores. Toda ciudad es por naturaleza, obedece entonces a un propósito. Concepción teleológica de nuevo. Sólo en el Estado puede alcanzarse el reinado del bien y de la justicia, la perfección última del hombre. Por eso el Estado no es un fin en sí mismo, y Aristóteles no defiende un totalitarismo político: el fin del Estado es la felicidad y la perfección moral de los ciudadanos. Aristóteles establece una división fundamental entre los seres humanos: unos son libres por naturaleza, otros son esclavos, también por naturaleza. Incluso entre los hombres libres piensa que hay algunos, como los labradores, los artesanos y los mercaderes, que no son verdaderamente libres porque tienen que trabajar para vivir, por lo que sería preferible que estas ocupaciones estuvieran desempeñadas por esclavos. También establece una separación entre los varones y las mujeres. Las mujeres, al tener una naturaleza diferente de los varones, no forman parte de los seres humanos libres. Así pues sólo los hombres libres, los que poseen bienes para vivir sin trabajar, pueden dedicarse a las actividades intelectuales. Sólo los ciudadanos libres son los auténticos ciudadanos. La organizacíón del Estado. El estilo de los análisis políticos de Aristóteles es más bien realista. Aunque no falta muchas veces el punto de vista normativo, lo que predomina es un estudio que no sólo tiene en cuenta “el mejor gobierno o constitución en absoluto” sino “el mejor gobierno posible dadas las circunstancias”. Considera absurdo el ideal cínico del “estado natural” o el universalismo imperialista de Alejandro. Aristóteles elabora una clasificación de las formas de gobierno o constituciones utilizando el criterio de la finalidad perseguida por sus miembros. Si el gobierno se establece en beneficio de los gobernados será bueno y si lo hiciera en beneficio de los gobernantes será malo. Constituciones justas: monarquía: gobierno de uno solo, el mejor. Aristocracia: gobierno de unos pocos, los mejores. Politeía: gobierno de muchos, de la clase media Constituciones injustas: Tiranía: degeneración de la monarquía. Oligarquía. degeneración de la aristocracia. Democracia: degeneración de la politeya. Aristóteles no otorga la primacía a ninguna forma de gobierno, y se muestra pragmático al tener en cuenta las diversas condiciones geográficas, económicas, o de psicología de los pueblos que los conducen a uno u otro sistema. . Aristóteles se inclina más bien por una politeía basada en las “clases medias” y gobernada por los “mejores”. Punto de vista que coincide con su teoría ética: la virtud consiste en un término medio adaptado a las circunstancias, a la naturaleza concreta de los hombres y a las exigencias de la sensatez.
XI.RELACIÓN DE LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA CON LA DE OTROS AUTORES. La filosofía de Aristóteles se puede relacionar más directamente con la de Platón, su maestro, pero también con los antecesores a Platón . Aristóteles consideró las teorías de los filósofos jonios y en contraposición presentó las cuatro causas. Al igual que ellos sigue incluyendo lo “divino” dentro de la Physis, aunque al mismo tiempo destacan la materialidad de esta. De la escuela pitagórica hereda la consideración de la razón como proporción. La Naturaleza es un cosmos ordenado y bello expresable en proporciones, sin embargo se opone a la utilización de las matemáticas en un sentido pitagórico y a la visión que estos tenían del alma y que heredará Platón Hereda de Heráclito la necesidad de un logos que rige el orden universal. Y se opone en cuanto no todo cambia, hay un sustrato que permanece. De Parménides el dirigir la reflexión filosófica hacia el ser. Y le critica el haber entendido al ser en un solo sentido: como lo que es en acto; así como el no darle a los sentidos el papel que se merece en el conocimiento de la verdad. De los filósofos pluralistas retoma la investigación de la Physis. Y el Nous de Anaxágoras lo reconoce como causa final en la explicación del devenir, aunque también le critica el hecho de que lo introduce a partir de la nada… Aristóteles fue discípulo de Platón y como tal recibió mucha influencia de su filosofía, pero con los años se fue separando y creando su propia filosofía. Veamos la relación entre ambos pensadores por temáticas. LA METAFÍSICA. El mundo de las Ideas es el punto central de la desavenencia aristotélica con el platonismo. Aristóteles no admite que las Ideas o Formas ideales tengan existencia real alguna. Los objetos de la ciencia matemática son abstracciones efectuadas por nuestra mente y no otra cosa. Para Aristóteles es de sentido común, que la realidad substancial de las cosas reside en las cosas mismas y no en otro mundo. Este mundo es en sí mismo real y substancial. Para Aristóteles Platón no explica suficientemente la relación entre los dos mundos, “conceptos como participación e imitación son meras frases vacías y metáforas poéticas”. Aristóteles resuelve tal dificultad drásticamente: la esencia es inmanente a la cosa misma. El mundo real ya no es un mundo de universales, de Ideas en otra parte, sino de cosas concretas que percibimos. La teoría de las Ideas tampoco cumple su función explicativa de la realidad, porque ellas, en su eternidad inmóvil son incapaces de explicar la existencia del movimiento y del cambio de los seres y mucho menos, de ser causa de ellos. Si la idea es eterna, e inmutable la sustancia puede estar sometida a desarrollo y devenir. Aristóteles no rechaza en su totalidad la teoría de las Ideas, sino su existencia separada. Aristóteles permanecerá fiel a lo fundamental de la herencia socrática y platónica: la ciencia versa sobre lo general y universal, es una búsqueda de la esencia común que se encuentra en las cosas mismas y no separada de ellas.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO. Entre los filósofos griegos y ya desde los presocráticos, la sensibilidad y la experiencia estaban muy devaluados como fuente de conocimiento. Según Parménides, los sentidos proporcionan conocimiento engañoso (opinión) y sólo la razón permite conocer la realidad de manera fiable. Platón únicamente consideraba verdadero el conocimiento de las Ideas, para lo cual los sentidos eran un continuo estorbo. Pero Aristóteles adopta una perspectiva opuesta: no duda en devolver todo su valor a lo empírico. Su teoría del conocimiento, por lo tanto, será empirista -aproximándose así a Hume. No admite más mundo que el de la experiencia, el mundo conocido por nuestros sentidos. Además, Aristóteles se opone a la utilización de las matemáticas en el sentido pitagórico, es decir, como llave exclusiva hacia el descubrimiento de los secretos de la naturaleza. Esta línea de investigación que seguirá Platón y, luego en el Renacimiento Galileo, se convertirá en el fundamento del método hipotético-deductivo. TEORÍA ANTROPOLÓGICA. Cuerpo y alma constituyen una única sustancia, y guardan entre sí la misma relación que la materia y la forma. Esto le lleva a considerar absurda la doctrina de la reencarnación: el alma no puede ser forma de cualquier cuerpo. Puesto que el alma es el principio de toda la actividad del ser vivo, no es nada distinto de esas funciones. “Si el ojo fuera un animal, la vista sería su alma”. Es decir: cuerpo y alma no son separables. Un cuerpo sin alma dejaría de ser un animal o un organismo vivo. Y un alma sin cuerpo no sería nada. Queda excluida, por tanto, la preexistencia del alma o su existencia más allá de la muerte como afirmó Platón. Mientras Platón distinguía tres partes en el alma, Aristóteles defiende la unidad del alma y la sitúa por todo el cuerpo, no en partes concretas. La insistencia en la unidad total del ser vivo implica que no es el alma la que siente o piensa, sino todo el ser humano gracias al alma. Pero sí le asigna funciones al alma: función nutritiva o vegetativa, función sensitiva y función pensante. TEORÍA ÉTICA Para Platón el estudio de la ética se hallaba mediatizado por la Teoría de las Ideas. Frente al relativismo y el escepticismo con que los sofistas consideraron la ética, Platón la convirtió casi en una ciencia exacta. Por ejemplo, Protágoras consideraba que "el hombre es la medida de todas las cosas" y que, por tanto, todas las opiniones son relativas incluidas aquellas que tratan sobre el Bien. En cambio tanto Sócrates como Platón defendieron la existencia de una definición, de un universal del Bien. Aristóteles, se acerca a los sofistas porque no acepta la Teoría de las Ideas y considera que no existe el bien en sí, ni existe un único Bien o Fin sino una multiplicidad de ellos, según los individuos prefieran en la vida el honor, el conocimiento, el dinero o el placer. Pero, al mismo tiempo, se acerca a Platón al afirmar que, entre todos los fines, existe uno que es perfecto y suficiente, la felicidad, cuya clave está en la razón. Otra diferencia importante entre la ética de Platón y la de Aristóteles gira en torno al concepto de virtud. Para Platón, por influencia del intelectualismo socrático,
la virtud es cuestión de conocimiento de la Idea del Bien, mientras que en Aristóteles el concepto de virtud ética, el término medio, tiene que ver más con la práctica que con la teoría, se adquiere y consolida con el ejercicio y la disciplina. Coincide con Sócrates y Platón en que el conocimiento es una virtud y una vida virtuosa lleva a la felicidad. Sin embargo no defiende el intelectualismo moral, lo supera. Aristóteles dirá que hay virtudes que se adquieren por la costumbre (ethos) como la justicia, la fortaleza y la templanza y otras derivan de la enseñanza como la sabiduría, la prudencia. Además dice “no investigamos para saber lo que es la virtud, sino para ser buenos”. Asimismo la virtud platónica entendida como purificación, de origen órfico, implica la represión de las pasiones, del cuerpo y el desprecio de los bienes materiales. Por el contrario la virtud aristotélica tiene menos tintes religiosos, acepta la importancia del cuerpo y los bienes materiales para conseguir la felicidad. En Aristóteles las pasiones por sí mismas no son objeto de elogio pero tampoco de censura. Para Aristóteles la ética no es una ciencia, sino una reflexión práctica, encaminada a la acción. Coincide también con Platón en que toda actividad humana persigue una finalidad (Teleología) aunque no coincidan en el fin. Pues el actuar último para Aristóteles no es una realidad trascendente, como el Bien platónico, sino el fin perfecto: la felicidad TEORÍA POLÍTICA. Aristóteles se propuso al igual que sofistas, Sócrates y Platón, resolver los problemas que planteaba la democracia ateniense. Aristóteles critica el relativismo de los sofistas pues para él unos gobiernos son mejores que otros. Y el convencionalismo político, pues el hombre es social por naturaleza y las leyes no tiranizan al hombre sino que se hacen necesarias para mantener el orden. Y aunque reconoce el ansia de poder (sofistas) también es natural al hombre el uso de la razón. Coincide con ellos en la distinción entre ley natural (physis) y ley convencional (nomos) Aristóteles coincide con Platón en plantear una teoría organicista del estado (contraria al contractualismo). Para ambos el Estado es anterior al individuo y el hombre es un ser social por naturaleza, que sólo dentro del Estado puede desarrollar su ser. El fin de la política no es la educación o el conocimiento como en Platón sino la acción. Para Aristóteles como para Platón la justicia es el “orden de la comunidad civil” y establecen una estrecha relación entre polis, Estado y felicidad. Entienden que entre los mejores gobiernos está el aristocrático el gobierno de los mejores. Ambos ven la justicia como una virtud que engloba las otras, sin embargo Aristóteles la ve como la observancia a las leyes, y comportamiento conforme a una norma. Platón la ve más ligada al conocimiento. Para Aristóteles “son justas las cosas que procuran la felicidad”. Recordemos que para Platón lo que importa no es el bien privado sino el bien común, el bien de la colectividad. El Estado debía de encaminarse en esa dirección constituyéndose en una unidad perfecta, sin fisuras. Con tal fin se propugnaba la comunidad de bienes, mujeres e hijos. Para Aristóteles la utopía de La República le parece demasiado alejada de la realidad, y la política debe dirigirse a lo que hay no a lo que nos gustaría que hubiera o debería ser. El Estado no puede consistir en una unidad perfecta, ya que esto conllevaría
su propia destrucción. Igual que en un organismo las partes que lo componen están diferenciadas entre sí. El Estado es un todo que abarca multitud de diferencias; y en ello consiste: en la regulación mediante leyes, de todas las diferencias, de todas las voluntades. Para Aristóteles es un absurdo conseguir la completa unificación del Estado mediante la abolición de la propiedad privada y la colectivización de las mujeres e hijos. A— La comunidad de mujeres e hijos favorece el proceso revolucionario, la descomposición del Estado y la destrucción de la recta moral. B- La abolición de la propiedad privada, y la implantación de la colectivización impide el ejercicio de dos grandes virtudes: la templanza y la liberalidad. COSMOLOGÍA Tiene algunas cosas en común con la de Platón pero la manera en que Aristóteles la expuso, alejada del mito, y su verosimilitud, de acuerdo con los conocimientos naturales de la época, fue lo que la mantuvo vigente durante toda la Edad Media, hasta la revolución científica del Renacimiento. Aristóteles sustituye el dualismo platónico (Ideas-cosas) por otro: el mundo supralunar (perfecto, "divino" e incorruptible) y el mundo sublunar (imperfecto y corruptible). Tanto Aristóteles como Platón afirman que el cielo es una esfera porque la esfera -figura perfecta- es la más apropiada para los cuerpos celestes. Esta creencia será mantenida incluso por Kepler, que sufre una enorme decepción cuando él mismo descubre las órbitas elípticas. Otro elemento común a la cosmología de Platón y Aristóteles es el Demiurgo o Primer Motor, es decir, para ambos existe una causa eficiente del movimiento en el universo. Esta idea será aprovechada por la filosofía cristiana como apoyo a la existencia de Dios y será cuestionada seriamente durante la Ilustración por Hume y Kant. RELACIÓN CON FILOSOFOS POSTERIORES. Respecto al tema de la naturaleza Influye en las investigaciones que se hicieron hasta el Renacimiento. En Santo Tomás en la teoría del cocimiento. Parte de su teoría astronómica se mantuvo hasta la llegada de la revolución científica. En el desarrollo del método experimental en Bacon y Galileo. En el Empirismo con la negación de las ideas innatas y que todo conocimiento debe partir de la experiencia. En Kant la idea de que el ser se dice de muchas maneras y que estas maneras se muestran en el lenguaje científico. Aunque Kant no admitirá la posibilidad de conocer el ser en sí.
En Marx en cuanto presenta una interpretación de la realidad como relación dialéctica del hombre con la naturaleza y define la esencia humana en función de sus condiciones sociales y económicas. El hombre es un animal social, es un ser real concreto. Respecto al tema de la ética. Los planteamientos éticos de Aristóteles se desvanecen en la filosofía helenística. El fin perfecto y suficiente para las nuevas corrientes filosóficas ya no es la felicidad, entendida como contemplación teórica, sino que es diferente según la escuela: cínicos -autarquía frente a animal social-, epicúreos -placer frente a razón-, escépticos -epojé frente a conocimiento-, estoicos -imperturbabilidad frente al término medio-. El racionalismo ético de Aristóteles, para el que virtud y felicidad implican necesariamente a la razón, contrasta llamativamente con el relativismo emotivista propuesto por Hume donde la virtud es accesible sólo a través de los sentimientos. Hume define la virtud como "cualquier acción o cualidad mental que le produce a un espectador el sentimiento agradable de aprobación; y vicio, lo contrario". Aunque ambos coinciden en tratar la ética desde el análisis de la naturaleza humana. Dentro del planteamiento ético de Kant la ética de Aristóteles es calificada de moral material por su carácter hipotético y normativo. La propuesta formal de Kant aspira a superar el relativismo de las éticas materiales como las de Aristóteles mediante el imperativo categórico. LA FELICIDAD La felicidad se encuentra en la contemplación de Dios (tomismo). Hume la entiende como un placer que se puede difundir, como el placer del mayor nº de hombres… Con Kant la felicidad forma parte integrante del sumo bien, el cual es la síntesis de virtud y felicidad. Con el utilitarismo el móvil de la conducta son los sentimientos sociales, la empatía y la felicidad se entiende cuando es para el mayor número de personas, bien social por encima del bien individual. En el Romanticismo hay cierto desinterés por el tema de la felicidad…. La felicidad en el siglo XX se plantea en términos de no represión, herencia de Freud y donde la infelicidad es causada por la cultura. Un ejemplo de ello es Marcuse, en Eros y civilización, para quien la felicidad sólo puede conseguirse en una sociedad no represiva, donde el hombre se ha liberado de una razón dominadora y de un sistema político totalitario. La felicidad individual va ligada a la libertad social pues esta es posible con un cambio social. “La lucha por la existencia se convierte en cooperación para un hombre libre desarrollado y realización de necesidades individuales de la satisfacción en la que convergen razón y felicidad”. Respecto al tema de la política. Aristóteles mantuvo siempre el ideal de la pequeña ciudad-Estado. Consideraba absurdo el ideal cínico o epicúreo de la autarquía a o autosuficiencia del individuo. Para Aristóteles el hombre es un ser por naturaleza social. En cuanto a la preferencia por las distintas formas de gobierno muestra la misma clasificación que los sofistas: monarquía, aristocracia y democracia, con sus degeneraciones en tiranía, oligarquía y demagogia (a la que llama, sin más,
"democracia"). En las tres primeras gobiernan los mejores y más virtuosos, teniendo como objetivo el bien común y no la satisfacción personal de los más fuertes como defendieron algunos sofistas. Sólo cuando optan por el provecho particular derivan hacia las formas degeneradas de gobierno La teoría organicista del Estado presente en Platón y Aristóteles, según la cual el Estado es anterior al individuo y el hombre es un ser por naturaleza social que sólo dentro del Estado puede desarrollar su ser contrasta con las teorías contractualistas de Hobbes, Rousseau o Kant. Así, tanto Hobbes como Kant defienden que el hombre en estado de naturaleza no es un ser social sino que vive en un estado de guerra de todos contra todos. Según Kant, el motor del progreso social no es la insociable sociabilidad del hombre. Asimismo, el carácter ético del Estado que se deriva del organicismo político de Platón y Aristóteles que implica que la función del Estado es la virtud de los individuos es ajena al contractualismo de Kant quien considera que el Estado, ajeno a cualquier paternalismo, debe limitarse a garantizar la libertad política negativa o colibertad.
ÉTICA
NICOMÁQUEA
LIBRO I
RELACIÓN DEL CONTENIDO DEL TEXTO CON EL PENSAMIENTO DEL AUTOR. El punto de partida de la Fª aristotélica fue la crítica a la teoría de las Ideas de Platón, lo que hizo que la realidad apareciera bajo diversas formas y se ampliara el campo del saber. Se planteó de nuevo la investigación de la physis y desarrolló una ética como parte de una política realista y en coherencia con el saber de la physis. En relación a su teoría antropológica y del conocimiento: El sujeto ético es un ser natural compuesto de materia y forma que constituye una unidad inseparable. El alma es su esencia y posee unas facultades en común con otros seres vivos, pero también posee unas facultades en común con otros seres vivos, pero también posee la facultad racional que le permite captar la forma sustancial de los demás seres vivos. El alma ni preexiste ni sobrevive al hombre. No hay ideas innatas. Es una unidad sustancial que da vida al cuerpo. Divide el alma según sus funciones (vegetativa, sensitiva e intelectual) y da prioridad a la función intelectual. Conocemos la felicidad por la experiencia, comenzamos por la observación de lo particular hasta llegar a través de la abstracción a lo universal. En relación con la teoría ontológica. Aristóteles reconoce que el estudio de la ética, como de la política corresponde al saber práctico, porque su objeto afecta a la acción: lo que interesa saber es lo que el ser humano puede y quiere hacer. La idea fundamental de la ética es que el ser humano es un ser como el resto de seres naturales, tiene su perfección en la consecución de un fin. La filosofía se ocupa del bien del individuo. Conseguir el bien es el fin que buscamos. Su bien es su fin. Y esto no puede ser más que la felicidad, que obtendrá en la realización de sus funciones. La felicidad es real y concreta como el ser y va ligada a la virtud como en Platón.
Relación con la ética. Cada hombre es feliz realizando la actividad que le es propia y natural. La función propia del ser humano racional es la realización de sus facultades mediante la práctica y el cultivo virtuoso de éstas. Aristóteles distingue entre virtudes del entendimiento que pertenecen a la facultad racional y proporcionan la felicidad de estar en posesión del conocimiento contemplativo. La contemplación de la verdad. Como conseguir esto es difícil hay que conformarse con una felicidad limitada, la que se consigue viviendo una vida virtuosa y para ello se hacen necesarias las virtudes de la voluntad (Ëticas) que pertenecen a la facultad pasional y proporcionan la felicidad de comportarnos adecuadamente en lo que se refiere a nuestras acciones propias de seres humanos, pues ellas nos permiten dirigir nuestra voluntad de acuerdo a lo que enseña la frónesis de la facultad racional. La virtud ética dispone nuestra elección hacia un término medio relativo a nosotros. Las virtudes morales perfeccionan nuestro carácter y las virtudes intelectuales perfeccionan nuestra inteligencia. Además de una vida virtuosa se hace necesario otros bienes externos para ser feliz así como bienes corporales (salud). Ahora bien la felicidad sólo se puede alcanzar viviendo con otros hombres , en la ciudad, en la polis. Relación con la política. La vida social dentro de la polis nace de la naturaleza del ser humano, pues sólo en la convivencia puede alcanzar su fin, que es la perfección moral e intelectual. Pero según Aristóteles no hay que considerar tanto la organización del mejor Estado, que sería el monárquico, como el mejor posible de realizar, que es la República con una mayoría de clase media en el gobierno. Los políticos deben velar por la virtud de los ciudadanos y para ello deben crear leyes que repriman a los viciosos.
TEXTO : Ética a Nicómaco. Libro I , 7: El bien del hombre es un fin en sí mismo, perfecto y suficiente, pp. 139-143. La Ética a Nicómaco esta organizada en torno a cuatro núcleos fundamentales: 1. Naturaleza de la felicidad y del bien del hombre (libro I). 2. Examen de las virtudes, que son los medios mediante los cuales el hombre puede perfeccionar su naturaleza por encima de la animalidad (libro Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es. Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en la medicina, otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el bien de cada una? ¿No es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas? Esto es, en la medicina, la salud; en la estrategia, la victoria; en la arquitectura, la casa; en otros casos, otras cosas, y en toda acción y decisión es el fin, pues es con vistas al fin como todos hacen las demás cosas. De suerte que, si hay algún fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si hay varios, serán éstos. Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al mismo punto; pero debemos intentar aclarar más esto.s II al VII). 3. Examen de la amistad, forma suprema de excelencia humana (libros VIII y IX). 4. Naturaleza del placer y de la felicidad (libro X).
1. Multiplicidad del bien o el fin. Jerarquía de los fines. “Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es. Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en la medicina, otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el bien de cada una? ¿No es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas? Esto es, en la medicina, la salud; en la estrategia, la victoria; en la arquitectura, la casa; en otros casos, otras cosas, y en toda acción y decisión es el fin, pues es con vistas al fin como todos hacen las demás cosas. De suerte que, si hay algún fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si hay varios, serán éstos. Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al mismo punto; pero debemos intentar aclarar más esto.” El bien que persigue la investigación es el bien supremo, e1097-a] Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos qué es. Porque parece ser distinto en cada actividad y en cada arte: uno es, en efecto, en la medicina, otro en la estrategia, y así sucesivamente. ¿Cuál es, por tanto, el bien de cada una? ¿No es aquello a causa de lo cual se hacen las demás cosas? Esto es, en la medicina, la salud; en la estrategia, la victoria; en la arquitectura, la casa; en otros casos, otras cosas, y en toda acción y decisión es el fin, pues es con vistas al fin como todos hacen las demás cosas. De suerte que, si hay algún fin de todos los actos, éste será el bien realizable, y si hay varios, serán éstos. Nuestro razonamiento, a pesar de las digresiones, vuelve al mismo punto; pero debemos intentar aclarar más esto. l fin último de la vida humana. El problema es que cada actividad humana, cada arte (techné: saber hacer, producir o fabricar a partir de unas reglas y principios), tienen un bien distinto que es el fin, la meta que busca cada una. Del mismo modo que el ser se dice de muchas maneras, el bien es diferente según el arte del que hablemos. Aristóteles observó en la Metafísica que existe un sentido del ser privilegiado respecto al cual se dicen todos los demás, esto es, que todas las categorías se dicen respecto de la sustancia y son, por lo tanto, meros accidentes. En la Ética busca Aristóteles aquel bien, fin o meta respecto al cual se ordenen todos los demás fines. Éste será el fin último, el bien más perfecto. Tiene que haber un bien o fin que lo sea de todos los actos del hombre, un bien o fin que sea, por lo tanto, el bien supremo o fin último de nuestra actuación en cuanto seres humanos. 2. El fin perfecto “Puesto que parece que los fines son varios y algunos de éstos los elegimos por otros, como la riqueza, las flautas y, en general todos los instrumentos, es evidente que no son todos perfectos, pero lo mejor” parece ser algo perfecto. Por consiguiente, si hay sólo un bien perfecto, ése será el que buscamos, y si hay varios, el más perfecto de ellos. Ahora bien, al que se busca por sí mismo le llamamos más perfecto que al que se busca por otra cosa, y al que nunca se elige por causa de otra cosa, lo consideramos más perfecto que a los que se eligen, ya por sí mismos, ya por otra cosa. Sencillamente, llamamos perfecto lo que siempre se elige por sí mismo y nunca por otra cosa”
Los bienes o fines que no son perfectos, no pueden ser el bien o fin que buscamos, puesto que en realidad son medios para alcanzar otros bienes o fines, como ocurre con los instrumentos, que los utilizamos como medios para alcanzar otra cosa. Aristóteles pone como ejemplos de bienes o fines instrumentales las riquezas y las flautas, en cuanto son medios para alcanzar otra cosa, vivir desahogadamente y hacer
música. Estos no son, por lo tanto, bienes perfectos. Si hubiera varios bienes perfectos, o fines perfectos, el bien y el fin que buscamos tendría que ser el más perfecto, aquel al que se ordenaran todos los demás. Aristóteles, no lo olvidemos, tiene una visión jerárquica de los seres, lo que significa que entre los distintos seres tiene que existir el ser más perfecto. Y lo mismo ocurre entre los bienes y entre los fines, tiene que haber un bien y un fin que sea más perfecto que los demás bienes y fines. 3. La felicidad es el fin perfecto. “Tal parece ser, sobre todo, la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por otra cosa, mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud, los deseamos en verdad, por sí mismos (puesto que desearíamos todas esas cosas, aunque ninguna ventaja resultara de ellas), pero los deseamos a causa de la felicidad, pues pensamos que gracias a ellos seremos felices. En cambio, nadie busca la felicidad por estas cosas, ni en general por ninguna otra” Finalmente, Aristóteles nos dice en qué consiste el bien supremo y el fin último del hombre: la felicidad. En efecto, la felicidad es un bien que no se busca para conseguir otro bien, sino que se busca por sí mismo; ni es un fin que se busque como medio para conseguir otro fin. Existen tres tipos de fines: los que se quieren por otra cosa como el dinero, los que se quieren por sí mismos y por otra cosa como los honores, el placer o la inteligencia y, por último, aquel que sólo se quiere por sí mismo que es la felicidad. 4. La autarquía “Parece que también ocurre lo mismo con la autarquía, pues el bien perfecto parece ser suficiente. Decimos suficientemente no en relación con uno mismo, con el ser que vive una vida solitaria, sino también en relación con los padres, los hijos y mujer, y, en general, con los otros amigos y conciudadanos, puesto que el hombre es por naturaleza un ser social. No obstante, hay que establecer un límite en estas relaciones, pues extendiéndolos a los padres, descendientes y amigos de los amigos, se iría hasta el infinito. Pero esta cuestión la examinaremos luego.” Hay otro bien, nos dice Aristóteles, que también parece buscarse por sí mismo: la autarquía o la autosuficiencia, que parece ser también un bien perfecto. Pero, en realidad, la autarquía o autosuficiencia no la consigue el individuo aislado, sino la comunidad política, la polis. Para los cínicos del s. III a.C., una vez desaparecida la polis ateniense por la expansión del imperio helenístico, el ideal ético será la autarquía o autosuficiencia. 5. La felicidad: fin perfecto y suficiente. La superabundancia de bienes. “Consideramos suficiente lo que por sí solo hace deseable la vida y no necesita nada, y creemos que tal es la felicidad. Es lo más deseable de todo, sin necesidad de añadirle nada; pero es evidente que resulta más deseable, si se le añade el más pequeño de los bienes, pues la adición origina una superabundancia de bienes, y,
entre los bienes, el mayor es siempre más deseable. Es manifiesto, pues, que la felicidad es algo perfecto y suficiente, ya que es el fin de los actos.” Aristóteles se reafirma en su idea de que la felicidad es el único bien perfecto. Es perfecto porque a su consecución se deben orientar todos nuestros actos en cuanto seres humanos. Y es suficiente porque una vez poseído no necesitaremos de nada más. Aunque, como dice Aristóteles en este fragmento, podemos añadirle más bienes (como los materiales) y obtendremos así una superabundancia de bienes lo cual no afecta negativamente a la felicidad. 6. Felicidad: función del hombre: la razón. “Decir que la felicidad es lo mejor parece ser algo unánimemente reconocido, pero, con esto, es deseable exponer aún con más claridad lo que es. Acaso se conseguiría esto, si se lograra captar la función del hombre. En efecto, como en el caso de un flautista, de un escultor y de todo artesano, y en general de los que realizan alguna función o actividad parece que lo bueno y el bien están en la función, así también ocurre, sin duda, en el caso del hombre, si hay alguna función que le es propia. ¿Acaso existen funciones y actividades propias del carpintero, del zapatero, pero ninguna del hombre, sino que éste es por naturaleza inactivo? ¿O no es mejor admitir que así como parece que hay alguna función propia del ojo y de la mano y del pie, y en general de cada uno de los miembros, así también pertenecería al hombre alguna función aparte de éstas? ¿Y cuál, precisamente, sería esta función? El vivir, en efecto, parece también común a las plantas, y aquí buscamos lo propio. Debemos, pues, dejar de lado la vida de nutrición y [1098-a] crecimiento. Seguiría después la sensitiva, pero parece que también ésta es común al caballo, al buey y a todos los animales. Resta, pues, cierta actividad propia del ente que tiene razón, y por otra, la posee y piensa”. Aunque sabemos que el bien supremo del hombre, y por lo tanto su fin último, es la consecución de la felicidad, es preciso seguir investigando para determinar en qué consiste la felicidad. Aristóteles aduce una serie de ejemplos para indicar que, así como los bienes de cada actividad humana (flautista, escultor, artesano), están en relación con la función que desempeñan, también la actividad que corresponde al hombre en cuanto tal, en cuanto es hombre (no “en cuanto es flautista, escultor o artesano”), tiene Y como esta vida racional tiene dos significados, hay que tomarla en sentido activo, pues parece que primordialmente se dice en esta acepción que estar en relación con la función humana. ¿Cuál es, pues, la función o actividad propiamente humana?. No las que tienen relación con la vida, como la nutrición o el crecimiento, pues esas son actividades comunes al hombre y a las plantas; tampoco las que tienen relación con la sensación, pues esas son actividades comunes al hombre y a los animales. Sólo queda, por lo tanto, la función o actividad racional, que sí es propia del hombre. La felicidad del hombre, concluye Aristóteles, tiene que tener relación con su función o actividad racional. Distingue Aristóteles en el hombre la capacidad o facultad de razonar y el acto o actividad de razonar. La felicidad no se alcanza simplemente por poseer la capacidad o facultad de razonar, sino con la actividad de la razón. 7. Virtud: excelencia de la razón. Topos de virtud.
“Si, entonces, la función propia del hombre es una actividad del alma según la razón, o que implica la razón, y si, por otra parte, decimos que esta función es específicamente propia del hombre y del hombre bueno, como el tocar la cítara es propio de un citarista y de un buen citarista, y así en todo añadiéndose a la obra la excelencia queda la virtud (pues es propio de un citarista tocar la cítara y del buen citarista tocarla bien), siendo esto así, decimos que la función del hombre es una cierta vida, y ésta es una actividad del alma y unas acciones razonables, y la del hombre bueno estas mismas cosas bien y hermosamente, y cada uno se realiza bien según su propia virtud.” “y si esto es así, resulta que el bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud, y si las virtudes son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta” Ahora bien, igual que la función del citarista es tocar la cítara, y la del buen citarista tocarla bien; la función del hombre es la actividad racional, y la del hombre bueno la actividad racional buena. En terminología aristotélica, si añadimos a la acción la excelencia obtenemos la virtud, esto es, si un citarista toca la cítara de un modo excelente le llamamos virtuoso del instrumento. Si un hombre ejercita la razón de un modo excelente le llamamos virtuoso en el sentido pleno de la palabra ¿Qué modos excelentes hay de ejercitar la razón? Si respondemos a esta pregunta estaremos respondiendo a la pregunta ¿Cuáles son las virtudes? La respuesta de Aristóteles es la siguiente: Las virtudes son de dos tipos: 1. Las virtudes éticas, que tienen que ver con el comportamiento, y se adquieren y consolidan con el ejercicio y la práctica. Entre estas virtudes describe Aristóteles la generosidad, la veracidad, la moderación, el valor, que son términos medios entre extremos; así el valor es un término medio entre la temeridad y la cobardía. De todas las virtudes éticas la más importante es la justicia puesto que es aquella en la que se apoya la solidaridad necesaria para la cohesión de la polis. Del mismo modo, que la justicia es la mayor virtud ética porque garantiza la convivencia en la polis, la injusticia es el peor mal porque pone en peligro la estabilidad social. 2. Las virtudes dianoéticas tienen que ver principalmente con el conocimiento, con el cultivo de la ciencia. Las ciencias pueden ser de tres tipos: teoréticas (saber necesario de los primeros principios y sus causas: Filosofía primera, Física, Matemáticas y Teología), prácticas (saber actuar como ciudadano, su objetivo es la prudencia: Política, Economía y Ética) y productivas (saber hacer, producir o fabricar a partir de unas reglas y principios conocidos: Gramática, Dialéctica, Retórica, Poética, Música, Medicina, etc.) La virtud mejor y más perfecta, es decir, el ejercicio más excelente de la razón corresponde a las ciencias teoréticas, a la actividad contemplativa que prácticamente iguala al hombre a los dioses. 8. Una vida entera “y además en una vida entera. Porque una golondrina no hace el verano, ni un solo día, y así tampoco ni un solo día ni un instante (bastan) para hacer venturoso y feliz.” Además, una actividad racional buena no se consigue por hacer un acto bueno de razón ni uno se convierte en justo por realizar un acto de justicia. Del mismo modo que una golondrina no trae el verano sino que han de traerlo muchas de ellas. Aristóteles no
entiende la felicidad como algo que pueda ser dicho de un instante o de un día sino que la felicidad es algo propio de un hábito, de toda una vida entregada a desarrollar el hábito de razonar de modo excelente, a la virtud. Esto significa, además, que los niños y adolescentes no puede decirse con propiedad que sean felices. 9. Bosquejo que el tiempo ha de terminar de completar. “Sirva lo que precede para describir el bien, ya que, tal vez, se debe hacer su bosquejo antes de describirlo con detalle. Parece que todos podrían continuar y completar lo que está bien bosquejado, pues el tiempo es buen descubridor y coadyuvante en tales materias. De ahí han surgido los progresos de las artes, pues cada uno puede añadir lo que falta”. Aristóteles termina diciendo que no ha pretendido sino hacer una primera descripción del bien en que consiste la felicidad del hombre, y que se debe continuar y completar su investigación. Los progresos de las artes provienen de que los discípulos han completado los bosquejos del maestro. 10. Ciencias teóricas, prácticas y productivas. “Pero debemos también recordar lo que llevamos dicho y no buscar del mismo modo el rigor en todas las cuestiones, sino, en cada una según la materia que subyazga a ellas y en un grado apropiado a la particular investigación. Así, el carpintero y el geómetra buscan de distinta manera el ángulo recto: uno, en cuanto es útil para la obra; el otro busca qué es o qué propiedades tiene, pues aspira a contemplar la verdad. Lo mismo se ha de hacer en las demás cosas y no permitir que lo [1098b] accesorio domine lo principal” Advierte, sin embargo, que en no todas las cuestiones se puede alcanzar el mismo grado de conocimiento, pues esto depende de la materia que se pretende conocer y de los sujetos que buscan ese conocimiento. Esto es, no investiga del mismo modo un carpintero que un matemático. Al carpintero la geometría le interesa en función de su obra mientras que al matemático la geometría le interesa en sí misma. En cada caso la profundidad del conocimiento es diferente. 11. Hechos y principios. “Tampoco se ha de exigir la causa por igual en todas las cuestiones; pues en algunos casos es suficiente indicar bien el hecho, como cuando se trata de los principios, ya que el hecho es primero y principio. Y de los principios, unos se contemplan por inducción, otros por percepción, otros mediante cierto hábito, y otros de diversa manera. Por tanto, debemos intentar presentar cada uno según su propia naturaleza y se ha de poner la mayor diligencia en definirlos bien, pues tienen gran importancia para lo que sigue. Parece, pues, que el principio es más de la mitad del todo, y que por él se hacen evidentes muchas de las cuestiones que se buscan”. Asimismo, dependiendo del tipo de conocimiento se procederá a investigar las causas de una manera u otra. En “algunos casos es suficiente indicar bien el hecho” ya que el hecho puede ser “primero y principio”. Para Aristóteles, el conocimiento en
general debe proceder por inducción: desde lo más conocido para nosotros, la experiencia sensible, hasta lo más conocido, el universal. En el terreno de la Ética el proceso del conocimiento debe proceder de ese modo pero ocurre que es posible que los hechos ( el qué )se nos muestren con una claridad tal que no exista ninguna necesidad de las causas (del por qué). Lo que Aristóteles tiene en mente es que en el terreno de la Ética lo perfecto es la polis y las costumbres atenienses y que, por tanto, es posible que atendiendo simplemente a las buenas costumbres griegas, a las nociones comunes de lo noble y lo justo, demos directamente con los primeros principios. En cualquier caso, una ciencia es tanto más perfecta cuando más cerca está de los primeros principios y causas. A estos principios se accede de diversas maneras y habrá que utilizar la adecuada en cada ciencia. Esto es, en unos casos mediante inducción (a partir de la experiencia de casos particulares llegamos a los conceptos más generales), en otros por percepción (la inteligencia, el nous, en ocasiones, es capaz de contemplar directamente los principios) y en otros mediante cierto hábito (así el taxonomista –después de un largo entrenamiento- intuye inmediatamente cuáles son los rasgos genéricos y diferenciales de una especie) . De todos modos y sea como sea siempre será mejor acceder a los principios ya que a partir de ellos es mucho más fácil adquirir el conocimiento: Los principios son más de la mitad del todo, es decir, una vez que tienes los principios ya tienes más de la mitad del camino andado.
ASPECTOS A VALORAR EN LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA. 1. Bien, Fin. Relativismo sofista, Idea del Bien en Platón y multiplicidad de bienes pero bien o fin perfecto en Aristóteles (la felicidad) 2. Virtud. ¿Es preferible el término medio o el exceso en las pasiones. ¿Es preferible la contemplación de los primeros principios o la pasividad, el placer, los honores? 3. Felicidad. Sólo está al alcance de una clase social: los hombres libres filósofos. No son filósofos los niños (¿no es mejor la ignorancia que el conocimiento?), las mujeres (misoginia) ni los esclavos (la felicidad aristotélica implica la esclavitud de una mayoría). Comparar con Epicuro, Séneca, Diógenes, Pirrón y Erasmo. 4. Política: o El hombre es un ser social en Platón y Aristóteles pero no para los cínicos. ¿somos sociables? o Estado educador-Estado democrático. ¿Virtud o Libertad?. o Igualdad de sexos: La misoginia de Aristóteles refleja los prejuicios de la época. Platón plantea una utopía igualitarista pero tiránica. ¿Quién te convence más? 5. Otras: ¿ Se puede conocer la realidad tal cual es?, ¿Qué podemos conocer y cómo? ,¿Existe el alma, está unida al cuerpo , es inmortal? ¿Podemos establecer un orden en los seres vivos y en los seres humanos? EJEMPLO DE VALORACIÓN Para valorar el pensamiento de Aristóteles en relación al tema de la Felicidad se va a contestar a los siguientes interrogantes: ¿Qué es la felicidad? ¿Quiénes son felices? ¿Es una condición la libertad para la felicidad?
¿Qué es la felicidad? Aristóteles era consciente de que había muchas maneras de entender la felicidad y entre las más equivocadas destacaba la de acumular riquezas y entre las más excelsas era la contemplación de la verdad, pero eran pocos los que llegaban a ellas. Hoy en día, igual que entonces, mucha gente sigue pensando que la felicidad va ligada al placer (cuerpo) y al dinero (bienes externos) y que el conocimiento de ser importante, lo sería como un medio para conseguir dinero. En una sociedad capitalista, hedonista, individualista, la felicidad está en tener, consumir… en satisfacer necesidades reales o que al menos aparentan ser reales. La felicidad se dirige a la vida privada, a un interés por lo referente al propio yo: terapias, masajes, cuidado del cuerpo y desinterés por la vida colectiva y la felicidad común. Sin embargo, también ahora, algunos pensadores van más allá de esa visión de la felicidad. Así pensadores como B. Russell que defendió la noción de felicidad en la que “considera indispensable la multiplicidad de intereses, un cambio en la relación del hombre con las cosas y con los otros hombres y por tanto la eliminación del egocentrismo, del enclaustramiento en sí mismo y en las propias pasiones.” Desde Heidegger y Marcel , desde la Filosofía de la sospecha (Freud, Marx y Nietzsche) que luego influirán a la Escuela de Frankfurt… Desde ellos se critica la sociedad de consumo, el capitalismo, la cultura represora, la deshumanización del hombre… Nada de esto lleva a la felicidad…”No está en el valor del hombre sino en el ser”, decía Marcel. Estos pensadores apelan a lo esencial del ser humano, proponen otras formas de entender la felicidad que si no coinciden en algunos aspectos con lo que decía Aristóteles si coinciden algunos en el papel importante que juega la razón en la búsqueda de la verdad para la consecución de la felicidad. Apelan a lo esencial del ser humano, a su capacidad para tomar conciencia de sí mismo, al ser del hombre (naturaleza humana) para llegar a la verdad. A la felicidad se llega por el conocimiento, por la conciencia de que ésta no está en las cosas sino en el ser humano. Puede resultar fácil decir qué es la felicidad para mi, pues lo que me hace feliz es…pero no dar una definición válida para otros. En mayor o menor medida la felicidad si va ligada a la virtud y al conocimiento pero también a los placeres, a la ataraxia, al autocontrol…y así como va ligada a lo personal e íntimo, también lo está a lo social y compartido. Muchos manuales de autoayuda dicen que la felicidad hay que buscarla en el interior, sin embargo los ojos son, a veces obligados, o dirigidos a buscar fuera. ¿Quiénes son felices? Aristóteles decía que la felicidad la conseguían sólo los varones, adultos y libres, ni jóvenes, ni mujeres ni trabajadores, ni esclavos, pues eran inferiores por naturaleza y los jóvenes por no tener tiempo para desarrollar las virtudes intelectuales. Contestando a la pregunta de antes Marcuse puede ofrecer una respuesta en cuanto entiende la felicidad como la forma de vida no represiva. En Eros y civilización invoca una forma de vivir no represiva, propone un cambio social en la que el tiempo de trabajo se reduce al mínimo y el tiempo libre es liberado de todos las ocupaciones impuestas. El sistema capitalista enajena al individuo, lo reprime y este separa la esfera instintiva de la intelectual, el placer del pensamiento…Todo esto le lleva a la infelicidad. El hombre debe liberarse y para ello se hace preciso un cambio social. Marcase no se plantea el tema de la felicidad desde la naturaleza humana (instinto más intelecto) sino desde las condiciones sociales que hacen o no al hombre feliz. ¿La felicidad individual depende de una determinada forma de gobierno?
Pues sí, aunque en los tiempos que corren parece cada vez más que “el hombre masa”, el hombre medio, se aleja de la política (pues siente que los gobernantes hacen y deshacen a criterio personal y que nosotros no participamos de la política más que para votar) se hace necesario reflexionar sobre el papel que el esfuerzo personal, nuestras acciones individuales y decisiones tienen en el logro del bienestar social , y por tanto individual . Promulgar leyes y proporcionar una serie de bienes al hombre sigue siendo hoy función del Estado. Y es función de éste, por medio de educadores, hacer ver lo real y hacer ver la necesidad del compromiso personal y social, en la necesidad de participar en las decisiones y cambios sociales…en la necesidad de actuar como decía Aristóteles. Aristóteles era hijo de su época y no supo sustraerse a los prejuicios culturales de la sociedad. Poniendo en práctica la Fª de la sospecha es probable que estemos haciendo hoy en día lo mismo. Tal como diría Gadamer, queriendo sustraernos a los prejuicios culturales de nuestra sociedad, estemos cayendo en ellos. Sólo nos cabe esperar actuar y que la razón de ahora nos ayude a superar las circunstancias y los prejuicios de nuestra sociedad. ¿Se puede ser feliz lejos de la comunidad, sin ser consciente de la realidad que te rodea, no sintiéndote libre, en la irracionalidad…? TEXTO PARA COMENTAR. Los bárbaros (no-griegos) no son verdaderos hombres, así como tampoco lo son los niños o los retrasados mentales. Les falta el alma racional. Aristóteles defiende que lo superior debe dominar a lo inferior. Así, es justo que estos seres inferiores les sean encomendados como esclavos a los superiores. Planteamientos parecidos fueron los que justificaron la esclavitud y las masacres de los españoles durante la conquista de América. Si bien los españoles aceptaron en general que los indígenas eran seres humanos, los definieron como incapaces que, al igual que los niños o los discapacitados, no eran responsables de sus actos. Con esa justificación sostuvieron que debían ser "encomendados" a los españoles. La encomienda fue una institución característica de la colonización española de América del sur y Filipinas, establecida como un derecho otorgado por el Rey en favor de un súbdito español (encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos que los indígenas debían pagar a la corona, en consideración a su calidad súbitos de la misma; a cambio, el encomendero debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su protección, así como su adoctrinamiento cristiano. Sin embargo, se produjeron abusos por parte de los encomenderos y el sistema derivó en formas de esclavitud, al reemplazarse, en muchos casos, el pago en especie del tributo… ¿Cómo saber si los indios eran seres humanos dotados de alma racional? En 1550 se celebró la famosa Junta de Valladolid en la que discutieron el filósofo aristotélico Ginés de Sepúlveda y el famoso autor de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Bartolomé de las Casas. Sepúlveda, partidario de Aristóteles y Maquiavelo, defendió sus ideas sobre la justicia de la guerra contra los indios por considerarlos bárbaros (no-hombres) a causa de sus pecados (la antropofagia, por ejemplo) e idolatrías, por su inferioridad cultural y para evitar guerras entre ellos. Además, él creía que las conquistas eran necesarias por el adelantamiento cultural de España, de forma que la civilización equivalía a derecho del dominador sobre el dominado para evangelizarlo y elevarlo a su misma altura; su rival Las Casas propugnaba la humanidad indiscutible de los indios (sociables, pacíficos, mansos...) frente a la actitud salvaje de
los conquistadores que, enceguecidos por el ansia de oro, mataron a millones. Su propuesta consistía en sustituir a los indios en los trabajos más exigentes por negros que, de ningún modo, podían llegar a ser humanos. Así lo cuenta Bartolomé de las Casas