RELACIONES ENTRE REPRESENTANTE Y REPRESENTADO Relación de compromiso
Relación de receptividad
Relación prospectiva y retrospectiva
Relación mandato y política
Relación de responsabilidad
Podemos encontrar una relación de compromiso, cuando la participación de los representados provoca que los individuos se conviertan en ciudadanos, incrementen su nivel de compromiso, facilite la consolidación democrática y por lo tanto cree y fomente capital social, por su parte, los representantes deben ser el resultado de nuevos modelos participativos que se guíen por procesos de permeabilización social y fortalecimiento de la presencia de los sectores más desfavorecidos tradicionalmente, será parte de la relación de compromiso por parte de los representantes, recoger las demandas de los sectores más necesitados.
Existe una relación de receptividad, toda vez que los representantes a través de sus formaciones políticas se han visto obligados a analizar de forma permanente las preferencias de los electores y, por su parte los representados hacen depender su apoyo en base a la aprobación que tengan sobre las propuestas de sus representantes. Se ha señalado pese a ello, que los representantes no han sido muy eficaces en la incorporación de las nuevas demandas sociales y esto debido a que los partidos tienen pocos incentivos para ser receptivos con las demandas de sus representados
Actualmente destaca la relación prospectiva entre representante y representado, dado que, los representantes (partidos) tienden en los nuevos contextos de competencia a realizar un análisis racional de las implicaciones futuras de sus propuestas y sobre todo a estar más interesados, que en el pasado, en conocer las fluctuaciones y cambios que por su parte demanden los representados. Corresponde también a los representados, un análisis prospectivo a las actuaciones que los representantes tendrán (o deberán realizar) en el supuesto que sean electos.
En esta relación podemos observar que los políticos proponen una serie de opciones a los ciudadanos (contenidas en los programas electorales) que son elegidas (o no) por los electores. En la medida en que los representantes se guíen por la consecución de los contenidos programáticos votados por los ciudadanos, estarán teniendo una actitud de receptividad ante los electores.
Esta relación de representación como responsabilidad se puede visualizar en las elecciones, la cual se constituye como el proceso a través del cual los electos adquieren responsabilidad y los representantes estarán vinculados, por lo que deberán rendir cuentas de sus decisiones mediante las elecciones. En esta relación la reelección se constituye como un verdadero mecanismo de control y de sanción al representante, por parte del representado, toda vez que si este último se encuentra conforme con la actuación del primero lo reelegirá, por el contrario de existir desavenencia no habrá reelección.