ARTE Sharon Alvarado Romero 5º “A”
TEATRO GRIEGO El teatro clásico griego (siglos VI y V a. C.) tiene como primer marco de representación cualquier lugar cercano al altar de Dionisos, dios del vino y de la fecundidad. Eran las fiestas
dionisíacas o bacanales, en las cuales los hombres se cubrían con pieles de macho cabrío y cantaban y bailaban.
En el curso del siglo V a C, se establecieron los modelos tradicionales de la tragedia y la comedia, y los dramaturgos Esquilo y Sófocles añadieron respectivamente un segundo y tercer actor a la acción, lo que dio a ésta una complejidad que hacía necesaria la creación de mayores escenarios. .
Para ello se erigieron grandes teatros de piedra, entre los que cabe citar el aún conservado de Epidauro en el siglo V a.C., capaz de albergar unas 12.000 personas. Se trataba de estructuras de piedra semicirculares asentadas sobre la falda de una colina
El lugar de la representación se encontraba en la parte inferior de la construcción. La orkestra estaba destinada a los danzantes y tenía una forma circular interrumpida por la skene, con forma de rectángulo alargado. El escenario, normalmente de madera, se elevaba tres o cuatro metros sobre la orkestra.
TEATRO ROMANO En el teatro romano (siglos I a. C – I d. C.) se produce la ampliación del escenario a costa de la orquesta, que pierde importancia, y se mejoran los aspectos técnicos referentes a la visibilidad y a la acústica, aunque la estructura del teatro continúa siendo prácticamente la misma, con la única diferencia de que ya no se aprovechan las laderas de las colinas, sino que los teatros son edificios exentos.
Teatro de Mérida
Tras la decadencia de Roma, en Occidente sobrevienen varios siglos de inactividad teatral y decadencia.
Entramos en la
EDAD MEDIA
En este tiempo destaca la labor de los juglares
Un juglar era un artista del entretenimiento en la Europa medieval, dotado para tocar instrumentos, cantar, contar historias o leyendas. Se diferenciaban de los trovadores por sus orígenes más humildes, por tener como fin entretener y no ser autores de sus versos
En la Edad Media, poco a poco, gracias al impulso de la liturgia católica, el
teatro reaparece como conmemoración divina en los altares de las iglesias
En aquella época, era habitual la representación en las iglesias de misterios y moralidades, cuyo objeto era presentar de forma sencilla la doctrina cristiana a los fieles.
Se trataba de representaciones muy sencillas, sin ningún tipo de escenografía, en las cuales eran los propios oficiantes, o los monaguillos, los que representaban
pasajes de la Biblia relacionados con festividades religiosas (principalmente Navidad, Semana Santa y Corpus Christi)
Conservamos El
Auto de los Reyes Magos como muestra de este teatro religioso medieval.
NACIMIENTO DE UN TEATRO MEDIEVAL PROFANO Poco a poco van introduciéndose en estas escenas religiosas elementos profanos, pasando a ser representadas en los atrios de las iglesias. Finalmente los elementos profanos superan a los religiosos y el teatro se convierte en un espectáculo para el pueblo, representándose ya en las plazas públicas (a partir del siglo XIV).
Los actores del teatro profano iban de lugar en lugar por la ciudad y repetían sus interpretaciones. Viajaban en carros donde llevaban sus decorados. En cada parada, los carros eran llevados frente a una plataforma sobre la cual los actores interpretaban las escenas más importantes.
LA CELESTINA (1499) La obra atribuida a Fernando de Rojas es uno de los grandes tesoros de la literatura española. Aunque pertenece al género dramático, originariamente fue una escrita para ser leída y no representada.
Narra una historia de amor y las artimañas de una alcahueta universalmente conocida, Celestina. Calisto, Melibea y sus criados se ven inmersos en una tragedia que fue pionera no sólo en las letras, sino que sigue inspirando a los grandes creadores del teatro universal.
RENACIMIENTO
Durante el Renacimiento italiano, el arte teatral se vuelve a desarrollar, y en las representaciones se incorporan decoraciones pintadas, además de una pared al fondo del escenario con puertas y ventanas
En el s. XVI llegaron a nuestro país compañías teatrales italianas profesionalizadas, que actuaron ante la corte y, después, ante el pueblo. Las más populares fueron las de los actores de la commedia dell’arte, que recurrían a la expresión corporal y al mimo más que a la palabra, en representaciones improvisadas sobre el escenario a partir de un esquema previamente acordado y elaborado.
LOS CORRALES DE COMEDIAS: LUGARES FIJOS DE REPRESENTACIÓN Eran patios de vecinos en los que, de manera más o menos habitual, se realizaban representaciones
En las galerías laterales se situaban los espectadores de más categoría social, sentados.
En el escenario apenas hay decorados, pero las palabras de los cómicos transportan al espectador al lugar de la acción
En las galerías laterales se situaban los espectadores de más categoría social, sentados.
De pie (mosqueteros) o sentados, delante del escenario, se encontraban los hombres pertenecientes al pueblo llano. Frente al escenario, en el primer piso de la galería, se encontraba la cazuela, ocupada por las mujeres Y en el segundo piso, la tertulia, donde se situaban los religiosos y los hombres de letras.
Algunos Corrales de Comedias, como los de Almagro, o Alcalá de Henares aún mantienen su actividad hoy. Otros como el de la Cruz y el del Príncipe, en Madrid, han desaparecido.
EL OFICIO DE ACTOR EN EL BARROCO La consideración social de los actores y actrices nunca fue muy buena: formaban un grupo un tanto al margen de la sociedad de su tiempo. De hecho, la Iglesia no permitía que fuesen enterrados en sagrado. Al principio, los papeles femeninos en España, los representaban niños. Uno de los mitos con más éxito en el teatro de la época era el de la mujer vestida de hombre o la mujer varonil. Muchas comedias incluían escenas en las que las mujeres habían de travestirse para realizar hazañas de hombre.
María Calderón, la Calderona, fue amante célebre de Felipe IV -con el que tuvo un hijo, Juan José de Austria-.
EN LOS SIGLOS DE ORO Florece el llamado teatro nacional y los corrales se llenan con las obras de los grandes dramaturgos de este siglo de Oro:
LOPE DE VEGA CERVANTES CALDERÓN DE LA BARCA
TIRSO DE MOLINA
CERVANTES , EL CREADOR DE LOS ENTREMESES Los entremeses son obras breves que se representaban entre los distintos actos de la comedia
El Retablo de las Maravillas
Lope de Vega, el creador de la comedia barroca
CALDERÓN DE LA BARCA, EL MEJOR AUTOR DE DRAMAS DE HONOR
EN INGLATERRA, SHAKESPEARE, EL CREADOR DEL TEATRO INGLÉS
Hamlet
Romeo y Julieta
SIGLO XVIII LA ILUSTRACIÓN El afán reformista que caracteriza la acción de los ilustrados en todos los órdenes de la vida se lleva también al teatro. Otra de sus grandes aportaciones fue la búsqueda de la naturalidad en escena, escena aplicada en España por el mejor dramaturgo del siglo, Leandro
Fernández de Moratín.
Escribió, entre otras obras, El sí de las niñas, La comedia nueva o el café.
EL SIGLO XIX Y EL ROMANTICISMO Se desarrolló, sobre todo, la tragedia y el melodrama. melodrama Es un teatro de intrigas complicadas, de fantasmas, de bosques encantados, de ruinas grandiosas, de venenos, de claros de luna, y, por supuesto, de amor y de muerte. Dos exponentes de este teatro son: Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas
Don Juan Tenorio, de Zorrilla
En el teatro romántico se buscan los efectos escénicos más sensacionales: Se representan tormentas, incendios, erupciones volcánicas. Los decoradores y tramoyistas se convierten en las verdaderas estrellas.
A fines del siglo XIX y en los primeros años del XX, el teatro permanece alejado de los grandes cambios.
Desde 1898 hasta 1936, los mayores éxitos teatrales corresponden a tres géneros muy populares: La comedia costumbrista (Jacinto Benavente), el sainete madrileño ( Carlos Arniches) o andaluz (Los Hermanos Álvarez Quintero) y el humor disparatado (Pedro Muñoz Seca).
Pero también en el siglo XX se producen importantes movimientos de renovación teatral VALLE-INCLÁN
GARCÍA LORCA
Finalizada la guerra civil, destacan: M I G U E L M I H U R A
HISTORIA DE UNA ESCALERA