(Texto de relajación e imaginería. Se debe leer muy lentamente). Siéntense cómodos, su espalda apoyada, los pies un poco separados, los brazos colgando, la cabeza un poco inclinada hacia delante. Cierren los ojos, quédense lo más cómodos que puedan. Inspiren por la nariz en forma profunda, boten el aire suavemente por la boca, inspiren otra vez y boten el aire. Relájense. Traten de soltar sus músculos. Inspiren echando el cuello suavemente para atrás. Ahora muévanlo lentamente hacia delante botando el aire. Aprieten los músculos de la cara, los labios. Ahora suéltenlos. Levanten los hombros, déjenlos caer bien sueltos. Dejen caer todo el peso de los brazos hacia abajo. Aprieten las manos, ahora suéltenlas. Descansen las piernas en el suelo lo más sueltas posible. Encojan los dedos de los pies y ahora suéltenlos. Ahora quédense tranquilos, cómodos y relajados. Sigan con los ojos cerrados hasta que termine la lectura. Escuchen con atención. Los invito a imaginar que están entrando a un bosque donde se siente un agradable olor a flores y tierra mojada. Caminan y comienzan a internarse mientras la luz del sol se va colando por las ramas de los inmensos árboles con sus bellas ramas verdes. Siguen caminando y, para su sorpresa, se escucha el sonido de un río que corre y su sonido los invita a sentarse cómodamente. Respiran profundo y, al apoyarse con las manos en el pasto, ven que tienen el papel trabajado en clases. Lo abren y ven sus anclas; las repasan una a una. Así también ven las dificultades que tienen para deshacerse de ellas. Cortan el papel en donde las escribieron, lo arruga en donde están escritas esas anclas y las tiran con mucha fuerza hacia el río. Ven cómo se las lleva sin problemas: no pesan, se van muy rápido, les dicen adiós. Y ven que el único trozo de papel que les queda tiene escrito su compromiso para levantar las anclas. Lo leen. Imaginan qué harén para cumplir con el compromiso. Se ven haciendo su compromiso y se sienten felices. Lo doblan y lo guardan. Se sienten en sintonía con el sonido del río y el bello bosque. Respiran profundo. Ya es hora de volver, pero están sin tanto peso ahora. Vuelven. Ya ven a lo lejos que se van acercando. Ya casi llegan. Comienzan a abrir los ojos.