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Análisis de Poemas: Poesía Castellana Medieval

Kurt Contreras

Para este análisis, se ocuparán los siguientes poemas castellanos medievales, Niña viña, peral y habar, Isabel, Isabel, y Tres morillas m’enamoran, los cuales se inscriben en una tradición popular dentro del ámbito de la poesía, trasmitida así, por la vía oral, y se maneja en el imaginario cultural colectivo, que a su vez se trasmite de generación en generación, teniéndose de esta forma un conocimiento colectivo heredado, por media de su difusión oral. Mediante este comentario de poemas, se pretende caracterizar la poesía castellana medieval, por medio de la identificación de los elementos comunes existentes en cada uno de ellos, con el fin de sindicarlos como los elementos característicos de este tipo de poesía. En primer lugar, se encuentra el poema titulado Niña viña, peral y habar, donde se encuentra una primera estrofa que introducirá a al tema del poema, uno de tipo amoroso, donde por medio de la comparación de “niña y viña, peral y habar” se establecen las relaciones existentes entre una imagen y otra, desde donde se desprende el hecho que dará sentido al poema, una doncella que va a recoger frutas, donde estas frutas se conciben como los amores, pero que como dice el segundo verso inicial, “malo es de guardar”, anticipa una desgracia. Se ve de este modo como la voz del hablante, en este caso una voz femenina, relata a su madre por medio de la repetición de las estrofas, su situación, se puede interpretar a partir de esto, es decir, del hecho de que la doncella se levante en la mañana a recolectar flores, que en su juventud ella busca los amores, aquí simbolizados por la rosa, y la juventud por la mañana; así también, al final de las estrofas se agrega un verso “malo es de guardar”, que funciona para enfatizar en el hecho de que esta búsqueda por parte de la doncella, le traerá desgracia. Así, es introducido el resto del poema, en el cual se introduce la figura del viñadero, quién le pide “prenda” a la doncella, es decir, comienza un cortejo, el cual la doncella responde dándole un cordón o una cinta, lo cual puede aludir metafóricamente a una respuesta de índole sexual, a la consumación carnal del amor, lo que al mismo tiempo representa una desgracia para la joven en cuanto esto representa la perdida de su doncellez, de su inocencia y de su juventud, por lo cual, “malo es de guardar” refiere a los lugares que frecuentará la doncella, el campo de rosas, a la viña donde estará el viñadero, todo lo cual crea un ambiente repleto de señales de pasión, con alusiones implícitas a la fruta y a la tentación, a la pasión y a la desgracia.

Por otro lado, y no muy alejado de la temática de la perdida de la doncellez, se encuentra la pequeña estrofa, que por su simplicidad y estructura breve, puede imaginarse en boca de un poeta o siendo cantada por la gente, nos referimos a Isabel, Isabel, canción que también tiene una temática amorosa, la cual es preponderante en la poesía castellana medieval, donde los amores de las doncellas, son un tópico recurrente en las canciones y villancicos, tal como en la que se revisará, donde se alude por medio del verso “Perdiste la tu faja:” el hecho de que Isabel, a quién el hablante interpela, ha perdido algo, es decir una prenda, que viene a ser un símbolo de la doncellez de esta, imagen que es reforzada por el hecho de que su faja, elemento a modo de cinturón que sirve para amarrar el vestido, es llevado por el agua, símbolo a su vez de una tradición sensual, y un tópico recurrente en la poesía amorosa, donde los amantes por lo general, frecuentan los lechos de los ríos, que a su vez manifiestan la sensualidad; de esta manera se observa entonces, que la virginidad de Isabel, va “nadando por el agua”, lo cual muestra la sutileza con la cual son referidos los asuntos relacionados a una pasión y una sensualidad muy avivada, pero que es suavizada con el lenguaje poético, por medio de metáforas y símbolos. Por último, nos encontramos con otro caso, el poema Tres morillas m’enamoran, que como hemos visto, presenta un tema amoroso igualmente, y que introduce a su vez elementos comunes tal como la recolección de las frutas y la búsqueda de amores por parte, de este caso, tres doncellas moriscas, Axa, Fátima y Marién, que en la tierra mora de Jaén, buscan sus amores, sus frutas, pero no logrando hallarlas debido al hecho de que ya han sido cogidas, “Iban a coger manzanas/ Y cogidas las hallaban/ En Jaén/”, así de esta forma observamos a estas tres morillas, que en un poema que funciona por episodios, y donde existe la repetición de imágenes, que permiten reforzar la imagen de las jóvenes, “garridas” y “lozanas”, comparándolas de este modo a las frutas que ellas mismas buscan, todo esto, converge al final del relato, con el hablante preguntándoles por su identidad, puesto que por su belleza le arrebatan la vida, entiéndase por el amor que provocan en este hablante de voz masculina, ante lo cual, responden ellas que eran moras, pero ahora cristianas, pues ya no están en Jaén, lo cual habla de un peregrinaje, de una conversión y de una búsqueda del amor que lleva a estas tentadoras jóvenes morillas, a trasladarse a un lugar donde pudiesen hallar las frutas del amor, así , puede verse como se las configura como un símil de la tentación, de la naturaleza personificada en la mujer, que tienta y roba la vida al hombre. Vemos de esta forma que

existen distintas maneras en este tipo de poesía de representar la sensualidad, el amor y la pasión de las doncellas, donde será un tópico recurrente el de la cosecha de rosas y frutas, que representan simbólicamente estos sentimientos, pasión y tentación, todos elementos que vienen de la mano con el sentimiento amoroso que se exponía en los poemas que a su vez eran expresión de una forma colectiva de ver el amor y sus relaciones, dadas al mismo tiempo por la trasmisión oral facilitada por la estructura de repeticiones y de imágenes expresadas sutilmente por un lenguaje sencillo, pero a la vez evocador de profundas y sugestivas imágenes, respecto a la naturaleza, la mujer y el amor.