Patria Para Todos
Otro camino Desde hace más de 200 años se nos ha instalado la idea - cabe agregar que no de manera desinteresada nos llegó por estas costas- en nuestra vida cívica que los legítimos depositarios de nuestras aspiraciones como ciudadanos pueden ser vehiculadas por el gremio de la partitocracia, la que con matices más, matices menos han dado en llamarse de izquierdas, centros o derechas, donde tomarán los conceptos vitales expresados en el ideario de la Revolución Francesa de Libertad, Igualdad y Fraternidad de manera absolutamente sesgada, lo que nos ha obligado hasta hoy como ciudadanos a mantener un comportamiento en nuestro ser que raya en lo esquizoide, pues nos invitan a dividirnos como humanidad. Así tenemos que ante la opción de la Libertad debemos entender que esta se consigue en detrimento de la Igualdad y viceversa, como bien lo expresa el gráfico, donde además nos inventaron la posibilidad de la existencia de un Centro que sintetiza el encuentro de la Libertad y la Igualdad, donde no se consideró que la Fraternidad sólo es posible y se hace carne sin la intermediación de estos Profesionales del Poder o representadores.
Se nos ha hecho creer que para confraternizar debemos negarnos en alguna parte de nuestro ser, y ello no nos a ayudado a ser mejores humanos, pues siempre se observa la hegemonía de un sector enfermo de dominio, que se remonta a los mismos principios fundantes de la cultura judeo cristiano occidental. Ese libreto se repite en nuestra sociedad con sus particularidades y nunca estos sectores oligárquicos que nos dominan han dado cuenta de las mismas, pues tienen siempre la cabeza en otro lado, lo que hace que nos mantengan en un estado permanente de minoría de edad con su autoconferido discurso de sapiencia. No pretendemos competir por la conquista de ese poder, ya que está congénitamente corrupto por una lógica que se retroalimenta desde arriba del dominante y el dominado. Nuestra pretensión es avanzar con aquellos que consideran que es posible cambiar esta manera de ejercer el poder, donde lo único que observamos que se renueva son sus permanentes mutaciones de autoconservación, y así los hemos padecido con modalidades de partidos únicos militares o pluripartidismos que hacen profesión en el manejo y acrecentamiento de ese poder. En esta apuesta de una Patria Para Todos esperamos encontrarnos los que aún no hemos sido absorbidos o cooptados por esas pequeñas debilidades que nos terminan corrompiendo el ser, distorsionando todas las instancias de poder de la sociedad - llámense estas: sindicatos, juntas de vecinos, organizaciones comunitarias funcionales, centros de alumnos, clubes deportivos - del Mandar-Obedeciendo que se origina en una Asamblea base ciudadana, donde invariablemente como individuos nos quedamos con la sensación de
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Patria Para Todos que la mejor idea fue podada, porque hubo que dirimir las diferencias a través de una votación También consideramos que esa estructura artificial llamada Estado no puede ser “el botín” a conquistar, basado en un hipotético contrato social que sólo alimenta patologías individuales y sociales en sus polaridades, tanto en sus expresiones políticas como económicas. Mientras tanto hay una amplia mayoría (que se agota en esta competencia insana por el Poder, por lo que es convencida por estos profesionales de que es necesaria una delegación en sus representantes) que considera saludable y necesario erradicar tales patologías, pero que a la vez en la realidad cotidiana del devenir cívico es jalonada para uno y otro lado, por lo que termina exacerbando la libertad en desmedro de la igualdad o su inverso, donde siempre el costo de estas debilidades propias de la naturaleza de los autodenominados “servidores públicos” es endosada a aquel sector que entrega al país su sangre, su sudor y sus lágrimas. Como consecuencia o resultante de lo mismo se expresa un insano empate moral, por lo que se termina optando por el mal menor sin importar para nada que tal disyuntiva se transforme en caldo de cultivo para que azules y rojos (sin excluir al conjunto de la rosa cromática) nos convoquen a sacarnos los ojos de tiempo en tiempo.
Te invitamos a construir una Patria Para Todos, pues en los fuertes de nuestra naturaleza no hay cabida para el insano placer del abuso hacia nuestros hermanos más débiles, por lo que no nos disfrazaremos como “servidores públicos” para alimentar nuestros egoísmos. Ya es tiempo que el ser humano imperiosamente tome contacto con la realidad, pues ésta es la -2-
Patria Para Todos única capaz de contrarrestar su pernicioso anhelo de autoridad. Debe darse cuenta de la responsabilidad que asume cuando trabaja, ama, odia o se entrega al cotilleo. Debe saber cómo se puede convertir en fascista, ya sea de la variedad roja o azul. En esto es imprescindible que quien luche por la salvaguardia de la vida y por la protección de nuestros hijos (que son nuestra única esperanza) debe ser tan adversario del fascista rojo como del azul. No porque el fascismo rojo, como anteriormente el fascismo azul, tenga una ideología asesina, sino porque de niños sanos y llenos de vida hace lisiados, robots, idiotas morales; porque para ellos, el Estado está antes que el derecho, la mentira antes que la verdad, la guerra antes que la vida. Existe algo por ejemplo, a lo que tanto el educador como el médico deben estricta lealtad: el impulso vital en el niño y en el enfermo. Si se atienen a esta lealtad, los grandes problemas de «política exterior» encontrarían también una fácil solución. Como bibliografía recomendada para empezar a reconocernos, sugerimos inicialmente: 1º Fenomenología del Mestizo, Helio Gallardo. 2º Historia de la Nación Latinoamericana, Jorge Abelardo Ramos. 3º Tratado de Ateología, Michel Onfray. 4° La función del orgasmo, Wilhelm Reich. 5º Desarrollo a Escala Humana, Manfred Max Neef.
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TRAS OTRO CONCEPTO DE PODER La apuesta en la cual me involucro es demostrar y confirmar que la actual situación histórica de la “aldea global”, puede ser dilucidada y aclarada por la crisis de validez, eficacia y legitimidad de un Derecho Heterónomo (norma jurídica que proviene de un mandato externo al individuo), es decir, la vertiente del Derecho elaborado por el Estado Moderno (esto de moderno, a propósito del aporte de la Constitucionalidad y la separación de los poderes instalada por el pensamiento liberal a partir de la Revolución Francesa) de las democracias representativas. Desde aquí, surge una necesidad perentoria de elaborar desde otra mirada, paradigmas que nos permitan replantearnos la elaboración de normas jurídicas que permitan avanzar en la dirección de un adecuado respeto y acatamiento del Derecho desde la misma sociedad civil (la cosa para sí y no la cosa en sí, donde no es gratuito lo de sociedad civil, pues es al conjunto a quien va dirigido el mandato de la norma), sin que sea el carácter heterónomocoercitivo de la norma jurídica el que prime al momento de la creación-aplicación, ya sea para aprobar o reprobar una conducta al interior de un grupo societal. Para el desarrollo del presente trabajo, es necesario contextualizar en qué marco de relaciones nace o germina una práctica que considerábamos ya superada por las múltiples teorías contractualistas de la modernidad que tienen su corolario en la teoría de separación de poderes que se instaló en Occidente con la Revolución Francesa. Donde quizás pueda encontrarse un antecedente de lo planteado es la Polis Griega, donde los ciudadanos concurrían a la elaboración de su Derecho a través de los dirigentes del grupo familiar, pero como bien sabemos, eran excluidas las personas que no tenían la calidad de ciudadanos para la institucionalidad de la Ciudad-Estado, por ende, no es el antecedente al cual me remitiré. En esta perspectiva considero válido detenerse a estudiar el fenómeno post-moderno de la Selva Lacandona, donde un grupo de Comunidades Indígenas reta a este Estado omnipotente y cuestiona el centro o núcleo ideológico de su Poder, desde el cual se determinan las conductas y las vidas de las personas. Su forma reviste a los ojos de una mirada superficial la idea de una lucha político-militar como cualquiera de los levantamientos que se dan de tiempo en tiempo en América Latina, pero si nos adentramos en la “selva” podemos ver que las raíces y desarrollo de este movimiento nos depara algunas sorpresas. Más, para que ello sea posible se hace necesario describir y ubicar este movimiento social allá por Enero de 1994, donde unos enmascarados se permitieron con la ocupación militar de algunos poblados del Estado de Chiapas, parar las celebraciones del gobierno mexicano por su ingreso al club de los países desarrollados, que fue la inclusión del estado de México al NAFTA, que creaba una zona de libre comercio junto a Canadá y Estados Unidos. Los analistas quedaron descolocados con la aparición de este nuevo actor en el escenario de un México del Primer Mundo, el EZLN, pero también hay que decirlo, buena parte de los sectores de la Izquierda Tradicional del continente que observaron que este movimiento no cuadraba con los viejos esquemas. De ahí que muchos politólogos acuñaran el desafortunado concepto de “reformismo armado”, para catalogar el sorprendente programa de los alzados, por la desconcertante razón de que no quieren tomar el poder. Estas
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Patria Para Todos afirmaciones no son formuladas aquí por vez primera, ya que hay por ahí textos en la línea anarquista que dicen que el objetivo de una dirección revolucionaria no es la toma del poder, puede ser necesario hacerlo en una etapa de la lucha, pero esto es una incidencia en pos de la emancipación y no otra cosa, por lo cual se reconoce la transitoriedad de dicha situación en función de la creación de una nueva sociedad. La propuesta de los pueblos originarios de Chiapas, que explicita otros términos con otros objetivos, generaría varios tipos de respuestas en la izquierda latinoamericana, donde se han ignorado los tópicos instalados por este movimiento indígena. Cuestiona e interpela el movimiento zapatista, la idea para muchos, casi sinónima de revolución y toma del poder, como también la idea de la Ilustración, de que la sociedad es planificable o moldeable desde arriba. Además, la cosmovisión antropocéntrica instalada por el “racionalismo”, que nos acompaña desde el “Génesis”. Todos sabemos a estas alturas las consecuencias de esta última idea y está por verse que viene respecto al fenómeno social. Aquí surgen algunas interrogantes respecto a las revoluciones del Siglo XX, donde ellos tienen una visión muy crítica y categórica del fracaso de la revolución (sólo en América Latina hubo cuatro de estas revoluciones) en tanto se demostraron incapaces en direccionar a la sociedad en el camino de la emancipación humana, que es la idea fundadora del marxismo ideológico e incluso del anarquismo, en definitiva, de todas las ideas que se desarrollan en el campo social en el Siglo XIX, que cuajaron en torno a la revolución, el poder y el socialismo. Ellos vienen a decir que este fracaso no es aislado, sino que es la norma en todas las experiencias. Entonces, lo que demuestra el Siglo XX es que es posible para las fuerzas revolucionarias derrocar a las clases dominantes, ello desde 1917 (1910, México?) en adelante, donde se puede apartar a la clase dominante e incluso destruir al aparato del Estado y comenzar a construir uno nuevo. Pero a partir de allí, empiezan a surgir otro tipo de problemas, por ejemplo, ¿cómo construir una sociedad más justa que no sólo implique un reparto más equitativo de los bienes, sino avanzar en ese otro terreno, el de la emancipación de la humanidad?. Ellos plantean de forma-fondo que el poder estatal ha demostrado escasa utilidad para promover el cambio social, y ello se deba a que el núcleo del cambio es el ser humano, donde la propiedad de la tierra, de las fábricas, de los factores del capital, sólo son medios para la consecución de este fin último. Por ende, la direccionalidad del cambio, en un proceso revolucionario, es la modificación de las relaciones entre y por las personas o la transformación de las relaciones sociales en un sentido antropológico cultural, pues hablan de una CRISIS CIVILIZATORIA. Ahora esta idea de “no toma del poder”, surge de un profundo desprecio por una concepción y práctica del poder tradicional, a partir de una matriz patriarcal y colonizadora, que involucra, objetivamente, una concentración y acumulación de poder político y económico con un paralelo avasallamiento cultural y cuando es necesario, también militar, todo esto legitimado a través de cuerpos legales, más o menos avanzados, basados esencialmente en una moral preconvencional y/o convencional (Kölberg). En cambio las comunidades indígenas, están por la construcción de “un nuevo poder”, basada en una concepción postconvencional de la moral (Kolberg), que presupone un desarrollo de la conciencia individual y social orientada a entender el poder como responsabilidad y distribución social de este poder, con fundamento en la comunidad y en los intereses comunitarios, donde sus representantes expresan el mandato de estas comunidades y donde las organizaciones deben ser el lugar de ensayo de las nuevas relaciones, en pos de una sociedad más justa e igualitaria, con valores cuestionadores y alternativos a la competencia, -5-
Patria Para Todos individualismo, exitismo y concentración de riqueza. Desde esta concepción y práctica está surgiendo una nueva expresión del Derecho y por ende una nueva forma de regular y acotar la conducta humana, sin olvidar, en el contexto de las comunidades zapatistas, que ellas reclaman su ciudadanía mexicana, pero con respeto a su autonomia cultural y económica que pasa por la devolución de ciertos territorios y por otros factores que sería largo de analizar para este efecto. Es desde aquí, que los zapatistas se niegan a la posibilidad de la toma del poder, ya que consideran que no es buen negocio apoderarse de algo que está corrupto y descompuesto, con un imaginario surgido desde una visión verticalista de dominación, del amo y el esclavo, que ha sido capaz de autorrenovarse, por un lado, por la concentración de capital y de cabezas pensantes en la dirección del amo y también por la incapacidad o negligencia de la mayoría de los líderes y vanguardias revolucionarias, surgidas hasta la fecha, de cuestionar y levantar una alternativa dónde no se confundan los medios con los fines, de modo que a la larga los esclavos quieren convertirse en amos, reciclando lo mismo que ha sido el motivo de su lucha. Se niegan a este poder, y se asumen como “puente”, en la meridiana claridad, que éste, es necesario ser transitado, para internalizar esta nueva cosmovisión, y en el proceso convertirla en práctica y acción que prepare y dote al ser humano de una nueva forma de ser y de hacer. El puente es la evolución y es la re-evolución de los propios seres que somos.
UNA NUEVA PROYECCION DEL DERECHO Desde esta perspectiva qué se puede hacer con el poder estatal?, promulgar leyes, decretos, reglamentos, definir y delimitar los derechos de los individuos en general, pero lo que no puede hacerse desde lo estatal es dictar normas sobre solidaridad, fraternidad, de ayuda mutua, de cooperación. Un sociólogo norteamericano planteaba una reflexión sobre el Estado: “los Estados pueden hacer las cosas un poco mejores o un poco peores para todos, pueden escoger entre ayudar a la gente común a vivir mejor o ayudar a los estratos superiores a prosperar aún más, pero eso es todo lo que los Estados pueden hacer. Sin duda esas cosas tienen mucha importancia a corto plazo, pero a largo plazo no importan en absoluto. Si queremos afectar de forma significativa la enorme transición del sistema mundial del capitalismo que estamos viviendo para que vaya en una dirección y no en otra, el Estado no es un vehículo principal de la acción, en realidad más bien es uno de los principales obstáculos”, extraído del texto “Después del Liberalismo”, por ende, en el desarrollo de lo que sigue se extraen lo que son las coyunturas de toda índole, para así abordar una visión sistémica del mundo en que estamos. Un sistema mundo que lleva por lo menos 4500 años, y en su expresión moderna, cinco siglos, donde Descartes, Maquiavello, Bruno, Copérnico, Hobbes entre otros, aportaron elementos para esta Modernidad (algunos sin saberlo) y que llega a su fin, porque no da para más. Hoy entramos a un período sistémico de crisis, más allá de lo coyuntural y donde se abre la posibilidad de una transición hacia otra cosa, aspirando a que esa otra cosa sea una sociedad a escala humana donde sí se podrá influir, quizás no dirigir, planificar o moldear, pero sí influir. Lo que se plantea, es cuál es el lugar idóneo o el mejor lugar para las personas que aspiran a condiciones más dignas de vida para influir en esa dirección, es decir, cómo fomentar estas prácticas de la cooperación y la responsabilidad. Estamos hablando de creación desde lo social de relaciones humanas nuevas, por lo tanto, cuando nos enfrentamos a la creatividad humana es impredecible, lo que implica que
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Patria Para Todos no se puede predecir ni el cómo, cuándo y de qué manera los seres humanos van a crear cosas nuevas en un sentido emancipatorio, lo que sí se podrá por la experiencia acumulada, es asegurar que es en los movimientos populares, sociales donde estas prácticas pueden y seguramente van a emerger. Los movimientos sociales como ejes de la transformación social, política, cultural por sus prácticas hacia afuera y hacia adentro. Nosotros en la visión occidental que poseemos tendemos por la fuerza de la costumbre a mirar la parte pública de los movimientos y de las personas y no lo que hay de la puerta hacia adentro, de ahí la importancia de la construcción interna de los movimientos, idea resaltada por los zapatistas, como también por el MST (Movimiento de los Sin Tierra, Brasil) en el ámbito de las relaciones de género, Educación, Salud, Trabajo, etc. Esta doble mirada, adentro y afuera parece fundamental para detectar que hay de nuevo y que hay de viejo en cada movimiento - inclusive en éste - esos son los elementos esenciales a tener en cuenta. Esto es lo que nos debería interpelar. Porque no hay que dividir el afuera y el adentro, sino un transitar fluido, y una búsqueda de coherencia entre el discurso público y la actitud pública por un lado y lo que se hace puertas adentro. Esta coherencia no es solamente ética, sino que de principios y estilos que se manejan. De allí la valoración de la dimensión ha considerar del Poder y en qué medida supone una ruptura radical con el paradigma tradicional de revolución. Sobre el tema organizativo plantean algunos principios o ideas: 1º Que el poder no es para nosotros, no aspiramos a tomar el poder, no dicen que no hay que tomar el poder, ese es un matiz. 2º Que sea la sociedad civil organizada la que tome el poder, pero además plantean que no se puede igualar Poder a Estado. Apelar a las prácticas comunitarias y más específicamente al quehacer al interior de ellas. Esta lógica comunitaria es de donde deriva la ruptura de esa cuestión binaria, polarizada, del Poder Aquí y del No Poder Allá. Lo que lleva a una idea muy propia de lo que hubiera defendido Paulo Freire “el poder no está allá, sino nosotros tenemos capacidad de poder” y tenemos, los sujetos con capacidad colectiva de poder, que desarrollarlas, empoderarnos, esto necesariamente se reconoce en prácticas comunitarias. Puede ser fecundada por teorías y análisis de otro tipo, pero cuando un colectivo de seres humanos se convierte en comunidad o en asentamiento, está empoderándose, porque está ejerciendo su poder colectivo. Además, en esta misma dirección se han desarrollado al menos cuatro tesis en lo esencial en el ámbito organizativo que clarifican el afuera y el adentro: 1º El mandar-obedeciendo, y es que, el que manda (representante) a su vez actúa obedeciendo a una instancia superior que es necesariamente colectiva. 2º Preguntando caminamos, con ello se rompe con la lógica de la vanguardia clásica desarrollada por Lenin, Mao Tse tung, entre otros, que camina diciendo lo que hay o debe hacerse, es decir, desde el Partido emana la línea u orientación política. Al contrario, hay que caminar preguntando, en donde se establece un diálogo horizontal con el sujeto social. En el caso de la vanguardia que orienta y en el peor de los casos, se relaciona con los sindicatos, con los movimientos de masas, como correas transmisoras de la línea partidaria. 3º Entre todos lo sabemos todo, dicho sea de paso, esto ya fue planteado en el Congreso Nacional Indígena de Méjico, en 1992, a propósito de los 500 años. Un planteamiento profundamente anti-intelectualista en el sentido de que entre todos lo sabemos todo, intenta superar la tradicional división entre trabajo intelectual y manual, que es dramático en nosotros, los que estamos en la actividad social y política. Existe y ello no sólo es un legado de la división social del trabajo, sino que ha acompañado a la humanidad -7-
Patria Para Todos desde antes de la aparición del capitalismo, entre aquellos que tienen el dominio del saber y quiénes hacen práctico tal saber. 4º Caminar al paso del más lento o tender a operar razonadamente con la unanimidad, que es difícil de digerir para algunos pensamientos. Es de una raíz profundamente comunitaria y en su conjunto una serie de ideas anti-vanguardistas que apuestan a que si hay colectivos de militantes más organizados, más en la línea del Partido jueguen un papel distinto al de vanguardia y quizás debieran actuar más como dinamizadores y no en una relación de poder, de desigualdad hacia los movimientos; y 5º Revocabilidad del mandato, una consideración necesaria que supere el concepto de censura del Dirigente de la organización política o social (propender desde la dirección de la organización a comprometerse a realizar a mitad de su mandato o periodo, un plebiscito que evalúe su gestión o establecerlo por estatutos), para que estén a la cabeza de la dirección aquellos que realmente interpretan a la mayoría de la Asamblea. En un ámbito paralelo cabe destacar otros elementos, como el que dice que hay que esparcir el poder para que no dañe, es decir, mientras más diseminado esté, más saludables serán las consecuencias que de ello deriven. Concebir por lo tanto, a las organizaciones sociales como espacios de encuentro que necesariamente deben ser lo más horizontal posible y por ende, lo menos jerárquicos posibles. A esta serie de concepciones se podrían agregar a modo de ejemplo: 1º La organización como puente, como instrumento para ir y volver, para comunicarse unos con otros. El puente es generalmente bastante horizontal, porque un puente vertical no funcionaría. Esto implica que la organización no es un fin en si misma, sino un medio para... Todos tenemos algún tipo de experiencia o conocimiento de organizaciones que se convirtieron en fines para sí, por ende todo lo demás terminaba resecándose a su lado. 2º Las organizaciones deben ser como el arco iris, donde quepan todos los colores sin que ninguno domine al otro. Tiene que ver con la idea de que entre todos lo sabemos todo y de que es posible en el campo social popular hacer un mundo para todos o un mundo donde quepan muchos mundos, que coexistan todas, las unas al lado de las otras sin hegemonía, sin dominio y lo que es peor para nuestro pensamiento racional, sin necesidad imperiosa de síntesis. Ello, porque la síntesis, como concepto teórico implica la necesidad de marginación, porque algo se pierde o es subsumido por otras que terminan siendo hegemónicas. La organización no como un tejido piramidal sino que circular, como un tejido autogestionado y autocreativo. De este funcionamiento se nutren los nuevos actores que se involucran en el proceso del movimiento y que en el rodar es susceptible de perfeccionar, modificar, pero que ya está en movimiento. De ahí este auto-aprendizaje o red autocreativa. Por último, trabajar el tema de la Autonomía que es definido como un elemento clave de cualquier proyecto social emancipador. De este conjunto de prácticas e ideas que se han ido desgranando en estos años, se nos plantea el repensar el imaginario que tenemos de una posible transición. En la concepción clásica la transición empieza un día después de la Toma del Palacio de Invierno, esto es una herencia directa de la Revolución Francesa, porque ella fue la primera Revolución Popular de la Humanidad, a tal punto fue la primera que tuvo que remitirse a un símbolo de 2500 años atrás, el gorro frigio, a la época de la Grecia Antigua, donde los Libertos se ponían un gorro de lana como símbolo de su Libertad. No había en los siglos anteriores imaginarios o símbolos que pudieran ser -8-
Patria Para Todos adoptados por los revolucionarios franceses. Esto fue un cambio gigantesco en las mentalidades, como lo fue en Hegel, Marx, Saint-Simon, Fourier hasta el día de hoy. El imaginario de la Toma de la Bastilla que se repite en todos los procesos posteriores es difícil de trabajar en otro sentido, porque las culturas nos pesan y a veces nos aplastan. Sin embargo, Marx en el Manifiesto Comunista, cuando habla del proceso de transición del Feudalismo al Capitalismo, dice que en el seno de la sociedad feudal comenzaron a desarrollarse relaciones de producción y de vida de otro tipo, las burguesas. Estas nuevas formas de expresión cultural se conformarían en un proceso de varios siglos. A tal punto se desarrollaron estas formas y cultura burguesas que llegó un momento en que la sociedad feudal era una pequeña isla en un mar u océano de sociedad burguesa. Claro, una isla que controlaba resortes claves del Poder, que inhibía el cauce o desarrollo normal de esa otra sociedad, había que hacer saltar por los aires ese Poder feudal. Eso fue lo que se hizo con la Revolución Francesa y otras del período en cuestión. Con ello no se quiere decir que la transición a esa nueva sociedad necesariamente vaya o deba ser así, todo esto en el sentido de lo expresado a propósito de la imagen de la transición, pasando por la toma del poder y construcción planificada de una sociedad nueva, de arriba hacia abajo, tiene que ser repensada. No se puede seguir haciendo al pie de la letra ese libreto, por ende, hay que creer e imaginar desde ya, que esta crisis civilizatoria poco a poco irá encontrando nuevos senderos o cauces por donde fluir como las aguas que buscan nuevos derroteros cuando se les presentan obstáculos que les impiden avanzar hacia el mar. Un ejemplo de esa creencia son las comunidades indígenas de Chiapas, del Movimiento de los Sin Tierra, de las experiencias organizadas y no tan organizadas del trueque, puede haber en un plazo de tiempo una sociedad alternativa con sus agrovillas, sus asentamientos, cooperativas urbanas y rurales con medios de comunicación alternativos, etc., que tendrá que disputar en algún momento el poder a quién lo detente. Aquí se instala la idea de territorialización como estrategia, porque las prácticas nuevas tienen que estar asentadas en un territorio, esa es una clave sobre la cual en alguna medida se debe funcionar y que no sólo es la fábrica del burgués como creyó Marx – el ideólogodonde planteaba que la expansión de éstas - y por consiguiente más obreros - creaba ya las condiciones objetivas para una nueva sociedad. Ello puede ser por la idea bastante simplificada que tenía del factor tecnología, donde la forma en que se expresan las relaciones del cómo producir lo decide el propietario del capital, mientras que en los espacios comunitarios la organización del trabajo la decide el colectivo, que puede ser el desastre de copiar la del burgués o ir cambiándola, cuestión que no será de un día para otro. Esta estrategia de transición de organización múltiple, diferente, debe ser eso, distintas modalidades para no reemplazar o ser pendulares a la que se considera antítesis. Aquí hay un fértil campo para la experimentación y la incertidumbre, donde la expresión puede ser una radio comunitaria, una cooperativa de trabajo, como un campamento o un asentamiento, donde si se las mira con distancia son espacios autorregulados que buscan construirse al margen de la lógica del mercado, aunque negocien con él y estén vinculados con el mercado. Controlados y regulados por los propios protagonistas de esas experiencias con autonomía. No hay transición alternativa al capitalismo, sin que los oprimidos de toda especie tengamos o construyamos una cosmovisión distinta a la de los opresores. Ello se justifica porque con la cultura de los que ejercen este Dominio no se llega a ningún lado. Piénsese en las relaciones hombre-mujer, ancianos-jóvenes, o la relación jerárquica dentro de los grupos intermedios. No hay tránsito posible sin que se planteen estos tópicos y se reconoce -9-
Patria Para Todos que ello es difícil, más aún en esta lógica depredadora donde “el hombre es el lobo del hombre”, sin olvidar que el señor que acuñó esta frase justificó con su tesis la monarquía absoluta y hasta hoy, en las escuelas de Derecho, se lo instala como uno de los pensadores que trazó las grandes líneas de las teorías contractualistas fundantes del Estado Moderno, es decir, nuestro Estado. Ahora, creemos que en las actuales condiciones, a pesar de todo lo aprendido en el siglo que se fue, con triunfos y fracasos de los cuales se puede aprender algo, se requiere una gran dosis de voluntad y dignidad en el acto de recrearnos, no sintetizable en programas, en consignas, en planteamientos estratégicos. Creo que algunos de los mensajes que transmite el Zapatismo en este sincretismo, donde se extraen elementos de la cultura judeo-cristiana occidental y se rescatan otros de la cosmovisión indígena, donde hay cuestiones para pensar y también sentirlas. Donde no sea requisito previo el tener las cosas solamente claras, sino que sentirlas, porque el Poder en su sentido más negativo es una forma de aplastar esos sentimientos múltiples que son los que enriquecen la vida y nos pueden permitir el transitar por un camino distinto. En otras palabras, sin mística, sin deseo, sin entusiasmo, no es posible construir nada interesante, nada que sea capaz de involucrar a otros. Este es el punto de atracción de los Zapatistas por ejemplo, que no sólo demuestran que hay injusticia sino que demuestran que las cosas se pueden hacer de otra manera. Esto será un intento de construcción permanente, más que una declaración de principios. Lo demás, es para una conversación en torno a una mesa, ojalá redonda.
Compilador: Fernando Foitzick Aguilar
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Patria Para Todos Llegamos al Bicentenario con una historia de Luchas por la Unidad La Unidad ahora es nuestra exigencia “Mientras luchan separados son derrotados juntos”. Tácito
La falseada historia oficial surgida a partir de la caída del proyecto Bolivariano en 1830 se derrumba a pedazos bajo el desprestigio de su propia falacia. La poderosa idea de la Nación Latinoamericana se abre paso al impulso de los tiempos y las necesidades de los Pueblos. Las veinte colonias surgidas tras la tragedia de los revolucionarios del s. XIX comienzan a retomar el destino en sus propias manos, y cada vez resulta más claro que la elección es entre un destino de pueblos sometidos por su división o pueblos libres por la fuerza de su unidad. La historia oficial que encerró a cada revolucionario en las celdas fronterizas de cada país ha sido demolida por las nuevas corrientes del pensamiento y la investigación. La revolución de Caracas en 1810 salvada por un chileno; la revolución chilena de 1810 con la participación de un peruano, un boliviano y un argentino; un boliviano como primer presidente argentino; un argentino como primer presidente peruano; un venezolano primer presidente de Bolivia; un venezolano primer presidente de Ecuador y de Colombia; un Carrera o un Artigas como caudillos federales en el Río de la Plata y tantos ejemplos del mismo tono, han abierto paso a aquella verdad enunciada por Manuela Sáenz: “Nací al sur del Ecuador, y mi Patria es toda Sudamérica”, y la verdad de que nuestra Nación comienza en el Río Bravo y se extiende hasta el Polo Sur está inscripta no solo como idea, sino como idea buscada por la realidad bajo los golpes de la necesidad de quinientos millones de latinoamericanos. Más allá de las eventuales heroicidades individuales las guerras al servicio del interés extra americano no son motivo de orgullo para los pueblos, sino más bien de su vergüenza. Y bajo esa lógica comienzan a aparecer los hechos que son verdadero motivo de orgullo para cada país y para todo el continente. ¿Quién se enorgullece hoy de una guerra de la Triple Alianza, que por otra parte jamás tuvo el apoyo de los Pueblos arreados a participar, que eliminó al heroico Paraguay y dejó a la Argentina la fiebre amarilla? ¿Que orgullo puede desprenderse de una guerra que dejó a Bolivia, Perú y Chile los muertos y lisiados y a los ingleses el salitre?¿Que orgullo nació de la Guerra del Chaco Paraguayo realizada en representación de la Standard Oil y la Royal Dutch Shell? ¿Qué chileno o peruano puede no estar orgullosos de la victoria peruano-chilena en la guerra contra España de 1865? ¿Que venezolano, ecuatoriano, peruano, argentino, colombiano, boliviano, uruguayo o chileno puede no estar orgulloso de la sangre derramada a lo largo del continente por la triunfante independencia y la derrotada unidad, comenzada por el grito rebelde de un descendiente de incas y una primera victoria alcanzada por un presidente negro, consumada por un ejército compuesto de soldados de todas las regiones bajo el mando del general José Antonio de Sucre en Ayacucho?
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Patria Para Todos La Unidad Nacional Latinoamericana no se funda en ningún ejemplo externo. A diferencia de la Comunidad Europea, en que naciones diferentes se unen en un interés común, Latinoamérica es un Nación artificialmente dividida que necesita unirse para que su pueblo se realice en la universalidad de naciones. Nuestra historia es común, nuestras desgracias son comunes, nuestro idioma es común, nuestras necesidades son comunes, comunes han sido nuestros enemigos y común es su victoria o su derrota. Como la unidad de árboles que se desarrollaron separados, nuestra unidad se encuentra en lo más profundo, las raíces, y en lo más elevado, la copa. Mientras América Latina permaneció o permanece separada, extraña es su política. A intereses extraños respondieron sus dictaduras y a intereses extraños respondieron muchas de sus llamadas “democracias dependientes”, anteponiendo lo instrumental a lo estratégico determinante, que no es otra cosa que la Unidad Nacional. Afuera se utilizó nuestro oro, nuestro cobre, nuestros minerales, nuestros alimentos y nuestros ahorros y por intereses extraños murieron nuestros compatriotas. Nuevos vientos soplan en la Patria de Lautaro, Carrera, O´Higgins, Manuel Rodríguez, Artigas, Tupac Amaru, Atahualpa, Cuautemoc, Bolívar, Juana Azurduy, Manuela Sáenz, San Martín, Solano López, Morazán, Hidalgo, Morelos, Barrios y la lista interminable de patriotas que lucharon por la unidad. El transcurso de la historia ha diluido diferencias, pero ha conservado el término con que todos ellos se identificaron: el ser americanos. Doscientos años han cabalgado las caballerías americanas en cada país por recuperar su destino, innumerables hombres y Movimientos de toda ideología han caminado los caminos de la Patria Grande por un lugar para sus Pueblos: desde Zapata al MNR boliviano de 1952; desde el APRA del Perú al panameño Torrijos; desde el chileno Ibáñez al brasileño Vargas; desde Perón al guatemalteco Jacobo Arbenz; desde el socialista Allende al nacionalista Velazco Alvarado, y no existieron fronteras para que la chilena Gabriela Mistral realizara una heroica campaña en defensa del torturado patriota puertorriqueño en la cárcel de Atlanta, Pedro Albizu Campos. Latinoamérica a diferencia de los opulentos del mundo, no llega a la unidad fundada en su desarrollo económico, no estamos divididos por ser subdesarrollados, sino que somos subdesarrollados por estar divididos, y por lo tanto no es la fuerza del mercado el principio rector, sino la fuerza de nuestra necesidad de supervivencia fundada en la conciencia y el sentido de pertenencia a una misma Nación lo que impulsa a los hombres a actuar en esa dirección. Eliminar las fronteras interiores, tener una única moneda, vincular la Nación por todos los medios económicos, desde empresas comunes a políticas externas comunes, sistemas educativos comunes a capacidad de trabajar común, asentadas en una cultura, una historia, un objetivo y una necesidad común, son el requisito indispensable de nuestra supervivencia como Pueblo. Todo nos une, nada de nuestro interés nos separa, la Unidad será nuestra victoria y la sobrevivencia de la división será nuestro fracaso. La Unidad no será una obra de arriba hacia abajo, sino la creación desde cada lugar, porque bien sabido es, que el fuego para calentar, debe venir desde abajo.
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Patria Para Todos Ese ha sido el pedido durante doscientos años. En el bicentenario debe ser nuestra exigencia irrenunciable. A los tibios que piden prudencia y espera, solo cabe contestar con las palabras de Bolívar en la sociedad de Agricultura: “¿Tenemos que esperar doscientos años más?”. No señores, la respuesta es una sola: La Unidad ahora, ya y sin excusas. Los Estados Unidos de Sudamérica no son una entelequia, son una necesidad vital para el Pueblo Latinoamericano. Nacional Latinoamericana es nuestra historia, nuestros héroes, nuestra cultura y nuestro idioma: comunes deben ser nuestras empresas, nuestros sindicatos, nuestra educación, nuestra moneda y nuestra política exterior. El Extranjero habita al norte del Río Bravo, al Este del Atlántico y al oeste del Pacífico, esas son nuestras fronteras reales, y compatriotas somos todos los que estamos dentro de ellas. La Nación Unida, con soberanía, riqueza y la justicia, es el prerrequisito de un solo Pueblo Libre, como la división ha sido el prerrequisito de la esclavitud común. Si las oligarquías crearon veinte colonias, solo el Pueblo construirá una Patria Para Todos, que será Latinoamérica o no será nada.
Luis Alberto Terroba
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Alegato a favor de la mayoría UNO Es cierto. No ocupo un solo cargo de representación hace ya largos años. Es más, no me interesa. Ya tengo suficiente con representarme a mi mismo. No obstante lo anterior, me siento, desde una perspectiva socio-económica, parte de una mayoría que ha sido avasallada durante 34 años por una dictadura neoliberal implacable, con todas las implicancias negativas en el ámbito de nuestros derechos políticos y culturales. No es mi intención aburrirlos con datos estadísticos que ilustren las diferencias socio-económicas existentes. Basta con decir que quienes gozan de los beneficios de dicha dictadura, desde los grandes empresarios monopolistas hasta las jefaturas de esa gigantesca empresa llamada Estado, constituyen una minoría. Al contrario, la inmensa mayoría nos distribuimos entre la pobreza extrema, la pobreza del salario mínimo (incluso el ético) y la pobreza disfrazada de tarjetas de créditos. Conscientes o inconscientes, pobres todos. Desde esta realidad y por esta realidad va mi alegato. Sin eufemismos, sin falsos pudores; con respeto, pero categórico. Demasiado tiempo disfrazando el gesto y la palabra nos ha llevado al corazón de la hipocresía, cuando no, al solaz de la ignorancia. Soy plenamente consciente de que los procesos sociales y políticos, en tanto los hacemos los seres humanos, son imperfectos. Pero -a la vez- son perfectibles, y esa es la premisa desde donde alego que estados o realidades que beneficien a la mayoría de las personas y a su hábitat, son posibles de alcanzar. DOS Si existe un grado de acuerdo entro los disidentes del sistema capitalista, sobretodo en su expresión neoliberal, planetaria y sin contrapesos; es que tenemos como resultado del desarrollo del mismo una sociedad enferma. En este contexto nadie puede pretenderse completamente sano. Las diferencias entre los individuos son, más bien, los tipos y grados de patologías que padecemos. Ciertamente, ser conscientes de esta situación representa una ventaja en relación a quienes no lo son, pero por las características globales de la pandemia neoliberal, la ventaja es bastante relativa. Un habitante de un pueblo afectado por una peste, al tener conocimiento del grado de infección alcanzado y las causas de la misma, podrá enfrentar de mejor manera su sobrevivencia. Sin embargo, si la mayoría permanece ignorante, y por lo tanto inerte; tarde o temprano dicho habitante será parte de un mismo final. Es más, el ser consciente de la enfermedad no significa, necesariamente, el querer combatirla. Así, el individuo consciente de la realidad que vive ha venido optando, de generación en generación, entre las siguientes alternativas:
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Patria Para Todos 1.- Dada la profundidad y complejidad de la crisis y las fortalezas de los dominadores del sistema, lo más razonable es manejarse dentro del orden establecido. Desde el ciudadano honesto, solidario y laborioso; hasta el delictivo, egoísta y dispendioso yuppie; el camino elegido tiene un solo nombre: alienación. 2.- Dada la profundidad y complejidad de la crisis y las fortalezas de los dominadores del sistema, lo más razonable es manejarse fuera del orden establecido. Desde el solitario y errático drogadicto; hasta la comunidad esotérica establecida; el camino elegido tiene un solo nombre: evasión. 3.- Dada la profundidad y complejidad de la crisis y las fortalezas de los dominadores del sistema, lo más razonable es manejarse contra el orden establecido. Desde el joven organizándose en su población; hasta los míticos guerrilleros, el camino elegido tiene un solo nombre: rebelión. Estamos en el punto. Nuestra opción es la rebelión. Albert Camus afirmaba que, en lo más básico, un hombre rebelde es aquel que dice no; que en este primer movimiento está implícito un valor que supera la mera negación de la condición de sometimiento en la que se vivía hasta el momento del no. Este valor es una afirmación de futuro; el querer ser algo distinto (por lo general, radicalmente) a lo que se era. Pero, ¿es suficiente este acto de la voluntad? El marxismo y sus derivaciones indudablemente aportan el rigor científico, la racionalidad que permite encauzar prácticamente todas las experiencias de rebelión del siglo pasado. Empero, el fracaso fue estrepitoso, la derrota castradora. Aún más, en la historia de las rebeliones constituyen mayoría las que no cristalizaron. Tanta rebelión aplastada, tanta rebelión suicida, tanta rebelión traicionada. ¿Tendrá sentido persistir?, ¿tendrá sentido disputar un poder que ha sido diseñado para salvaguardar los intereses de una minoría cada vez menor y para el sometimiento de una mayoría cada vez mayor?. ¿No será hora de imaginar nuevos derroteros para las rebeliones en ciernes? Interpelado por estas dudas, el objetivo de este alegato es abrir debate, aportar al discernimiento colectivo e incitar a una acción emancipadora coherente con el tiempo que nos toca vivir y con la condición humana, siempre diversa, siempre en reflujo. TRES La consolidación del neoliberalismo como sistema planetario se asocia y se refuerza con el proceso de globalización; lo que posibilita que cualquier individuo, en cualquier rincón del mundo –quiéralo o no- disfrute o la mayor parte del tiempo y para la mayoría de las personas, sufra las consecuencias de decisiones tomadas en centros de poder anónimos. Vivimos la Aldea Global que hace medio siglo profetizara Mac Luhan, y en los próximos cincuenta años, de no mediar cambios sustantivos en las relaciones de poder actuales, es probable que nos acerquemos más, como especie y
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Patria Para Todos sociedad, a la Matrix de los Wachowsky que al proyecto de humanidad al que dice aspirar la ONU. El desarrollo tecnológico, particularmente en el campo de la informática y las comunicaciones, se constituye en el eje del proceso de globalización; siendo los agentes del neoliberalismo los operadores de facto y primeros beneficiarios de sus múltiples potenciales. La perversidad del sistema, la inexistencia de referencias éticas de sus agentes, ilimita sus medios permitiéndoles una acumulación inagotable de poder. Así, la apropiación de los medios de comunicación por parte de los impulsores, partidarios y administradores de dicho régimen, tiene un doble efecto en el consciente y subconsciente colectivo: funde globalización y neoliberalismo en una sola imagen, retroalimentando sus propósitos en un discurso único que transita por doquier, a la velocidad de la luz. A la vez, genera en los disidentes y victimas conscientes de este perfeccionado armado capitalista, una sensación progresiva de aislamiento, angustia y fatalismo. Toda elaboración teórica, toda expresión concreta, pequeña o grande, individual o colectiva, a favor de la humanidad pareciera no existir o no tener sentido. Cada minuto prensa, noticieros y publicidad nos repiten la verdad única: la del Dios Mercado. Y en esta sociedad mediática –como bien lo señalara Ramonetrepetición equivale a prueba. Esta verdad virtual se hace carne en las irrefutables cifras de los ministros de Hacienda de la Aldea neocapitalista y en el sánscrito de los economistas adscritos. Allí donde se han respetado los mandamientos que anunciara el profeta von Hayek, el paraíso terrenal de los de arriba, es cuestión de tiempo y de “chorreo” para los de abajo. Pero, ¿por qué no calzan estas estupendas cifras con el hambre, el hacinamiento, la prostitución infantil, la delincuencia, la drogadicción y todas las inhumanidades que desbordan nuestras ciudades y campos? ¿Cómo ocultar –por ejemplo- los más de 200 millones de pobres de esta América morena que señalan los informes de la CEPAL? CUATRO Uno de los decanos del periodismo estadounidense, el liberal Walter Lippmann, teorizó sobre el modelo predominante (y único válido para sus promotores) en las sociedades occidentales: la democracia representativa. A Lippmann debemos agradecerle el que haya tenido la franqueza de decir las cosas por su nombre. Para él, en este tipo de democracia existen dos grupos claramente diferenciados: uno, la clase especializada, que analiza, toma decisiones, ejecuta, dirige y controla los asuntos públicos; el destino de toda la sociedad. Por cierto, una minoría. Y dos, precisamente, la inmensa mayoría de la población que siendo incapaz de entender y decidir sobre su propio destino, se ve “beneficiada” por las decisiones y acciones de la élite. A esta clase de ineptos, Lippmann, los denominó el rebaño desconcertado. Cada cierto tiempo, el rebaño desconcertado, tiene el “privilegio” de elegir, entre distintos tipos pertenecientes a la élite, uno que lo represente. Y si el cargo es menor, uno que represente a quien nos representa a nosotr@s. Depositado el voto
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Patria Para Todos en la urna, el rebaño desconcertado debe volver a su rol de espectador, hasta una próxima elección. Si este ritual no se altera, la clase especializada concluirá que tenemos una democracia ejemplar. Pero si llega a ocurrir que el rebaño se pone inquieto, que no le gusta como se están dando las cosas, que empieza a darse cuenta que las diferencias de la minoría de arriba con la mayoría de abajo, son abismales; si al rebaño se le ocurre iniciar un proceso de organización, a renegar de su desconcierto; entonces la élite echará mano de todo su potencial propagandístico con el objeto de persuadir a la masa de lo bien que estamos, y que si usted no está contento de cómo lo han hecho las autoridades, ya vendrá un nuevo torneo donde podrá elegir un o una mejor representante. Si la cosa se pone más complicada, los militares -salvo honrosas excepcionesestarán siempre ahí, a la mano; ya sea para reprimir, ya sea para pasar a formar parte de la clase especializada, como ha ocurrido a lo largo y ancho de nuestra historia como pueblos sometidos. CINCO El concepto de poder que caracteriza a la democracia representativa no difiere, en lo esencial, del concepto que rige a cada una de organizaciones e instituciones que constituyen nuestras sociedades. Si pudiéramos esquematizar de manera sencilla dicho concepto, podríamos señalar tres elementos que lo definen: Verticalidad, dependencia y uniformidad. 1.- La verticalidad se expresa, en su polo superior, con una concentración total del poder de definición, decisión y ejecución de las cuestiones que competen al conjunto de la sociedad. Por otro lado, en el polo inferior, en la más absoluta ignorancia, cuando no en la más condenable desidia. 2.- Esta verticalidad en toda su (de) gradación, requiere generar las dependencias, individuales o colectivas, que permitan el funcionamiento eficiente y eficaz del orden establecido. 3.- Asimismo, requiere que la inmensa mayoría de los individuos respondan a patrones culturales, políticos, sociales y económicos que uniformen su racionalidad y sentimientos respecto de la cosa pública. La consecución de la permanencia de estos tres elementos resultan vitales e insoslayables para quienes detentan el poder. Ergo, la posibilidad de un cambio radical en las relaciones humanas en pos de una sociedad más justa y libertaria pasa, en primerísimo lugar, por erradicar este concepto de poder. De ahí que, otro poder, debe plantearse como la antítesis del esquema señalado. Frente a la verticalidad, debemos potenciar relaciones de horizontalidad. Frente a la dependencia, debemos promover la autonomía. Frente a la uniformidad, debemos rescatar la diversidad. La conjunción de relaciones humanas horizontales, autónomas y diversas, nos permite el desarrollo de una sociedad comunitaria que es, a su vez, la antítesis de la disgregación que favorece el desarrollo del sistema capitalista en todas sus variantes.
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Patria Para Todos Una definición tal, nos pone en una situación compleja y minoritaria en el ámbito del activo político. Nos estamos oponiendo no sólo a quienes detentan el poder; sino que, también, a quienes aspiran a conquistar los centros de poder existentes. Aunque esta conquista levante las banderas del bienestar de las mayorías pobres y marginadas. Si el poder de decisión respecto de una estrategia y programa, global e integral, de superación de las pobrezas no recae en dichas mayorías, tarde o temprano, asistiremos a la reproducción de la corrupción propia de una forma de poder que niega la participación de quienes debieran ser protagonistas de su propia emancipación.
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