“Y temió, y dijo: ¡Cuán temible es este lugar! No es este sino casa de Elohim, y está puerta de shamayim.” Bereshít 28:17 Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim Bucaramanga 6944330, 300 2671295, 317 4316336
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parashat # 7 Vayetzé – axeYEw" – Y Salió Lectur a de la Tor ah Ber eshít (Gn) 28:1032:3 ▪ 28:1022 ▪ 29:117 ▪ 29:1830:13 ▪ 30:1427 ▪ 30:2831:16 ▪ 31:1742 ▪ 31:4354 ▪ 32:13 Lectur a de la Haftar ah (de los Neviim) Hoshea (Os) 11:714:9
Y temió, y dijo: ¡Cuán temible es este lugar! No es este sino casa de Elohim, y está es puerta de shamayim. Bereshít 28:17 1
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De qué lugar esta hablando Yaaqóv para llamarlo casa de Elohim y puerta de Shamayim; que en otras oportunidades fue el monte Moriyáh en donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq y que en esta oportunidad huyendo de su hermano hacia sus familiares se encuentra durmiendo en un lugar donde el mismo dice que es la puerta de shamayim. Años más tarde por el rey David lo escoge como el lugar de su reposo en donde se establecería luego el templo de Yerushaláyim. ; Yerushaláyim. Nombre dado a la capital del reino de Yisrael en el tiempo de David. Esta ciudad aparece con varios nombres antes de llamarse Yerushaláyim como proceso antes y después de ser llamada por su pueblo: Yisrael. Miremos sus nombres:
~y.l;vWry.
1.
~lev; Shalém. Bereshít (Gn) 14:18; Tehillim (Sal) 76:2. Su ubicación está en el monte hY;rim o Moriyáh donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq (Isaac) y más tarde Sh´lomóh
levantó el templo de Yerushaláyim. b Divrei Hayamim (Cr) 3:1. 2. µyhil¿aÔ tyBe Beit Elohim nombre dado por Yaaqóv mientras dormía cuando venía de [b'v; raeB beer sheba de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17. 3. También fue llamada por Yaaqóv lae tyBe lae el beit el que traducido es Elohim casa de Elohim Br (Gn) 35:7; con la misma connotación 28:17. 4. µyIm;V;h' r['v¾ Puerta de Shamayim nombre dado por Yaaqóv mientras dormía cuando venía de [b'v; raeB beer sheba de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17. 5. zWl luz que traduce almendro y se encuentra Shof (Jue) 1:23, 26; Br (Gn) 28:19; Yah 16:2; 18:13. 6.
sWby. Yebús. Shoftim (Jue) 1:21 donde habitaron los jebuseos y no fueron expulsados por los Yisraelí Yahushua (Jos) 15:63; a Divrei Hayamim (Cr) 11:45
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7.
!wYoc i Tzión que es la ciudad de David. b Sh´muel (S) 5:7; la fortaleza de tzión es la misma ciudad de David y se encuentra más de 44 veces a Div 11:5 Tzión es el lugar del rey en donde viviría Teh (Sal) 2:6; b Malakim (R) 8:1
8. Después de la persecución de Roma y la destrucción de Yerushaláyim por los romanos a manos de Tito general romano en el 70 d.M y aún en el año 132 D.M Roma se dio a la tarea de reconstruir la ciudad en una escala menor y fue llamada Aelia capitalina en la que fueron excluidos todos los Yehudí (judíos).
9. Además le dieron un nombre en árabe que fue Iliya a los que hoy en día les dicen Al Quds (Al Sharif), es decir el noble santuario; pero una vez volvió nuestro pueblo se le volvió a llamar Yerushaláyim, ciudad de shalom (paz). 10. Yashua también la llamo br; Jl,m, ty"r]qi ayhiAyKi µyIl¾v;Wrybi la ciudad del gran rey Mt 5:35. 11. Llamada la ciudad de nuestras fiestas solemnes Yesh (Is) 33:20 Mira a Tzión, ciudad de nuestras fiestas solemnes. Tus ojos verán a Yerushaláyim, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas ni ninguna de sus cuerdas será rota. 12. El Jai yj; lae también es conocida como la ciudad del Elohim vivo Ib (He) 12:22.
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Historia de la ciudad de Yerushaláyim. Una vez tomada la ciudad, David mejoró las fortificaciones y construyó un palacio para sí; también instaló el arca en su nueva capital. Sh´lomóh siguió fortificando la ciudad, pero su mayor logro fue la construcción del templo. Después de su muerte, y de la consiguiente división de su reino, Yerushaláyim experimentó cierta declinación, como era de esperar, ya que en adelante sería la capital de Yahudáh únicamente. Ya en el quinto año de su sucesor, Rajabám, el templo y el palacio real fueron saqueados por tropas egipcias a Malakim (R) 14:25. También los merodeadores flishtím y árabes saquearon el palacio en el reinado de Jorám. Siendo rey Amatzyáh, parte de los muros de la ciudad fueron destruidos a causa de un pleito con el rey del N, Yoásh, y nuevamente hubo pillaje en el templo y en el palacio. Uziyáhu reparó el daño ocasionado a las fortificaciones, de modo que en el reinado de Ajáz la ciudad pudo soportar los ataques de los ejércitos combinados de Siria e Yisrael. Poco tiempo después el reino del N sucumbió ante los asirios. Jizqiyáhu de Yahudáh también tenía buenas razones para temer el poder asirio, pero Yerushaláyim escapó providencialmente. Para casos de sitio construyó un conducto para mejorar la provisión de agua potable a la ciudad. Nebukadnetzár de Babel capturó la ciudad en 597, y en 587 a.C. destruyó la ciudad y el templo. Al final de ese siglo los judíos, entonces bajo el dominio de los persas, fueron autorizados a retornar a su tierra y su ciudad, y reconstruyeron el templo, pero los muros 4
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de la ciudad permanecieron en ruinas hasta que Nejemiyáh los restauró a mediados del ss. V a.C. Alejandro Magno liquidó el poder del imperio persa a fines del ss. IV, y después de su muerte su general Tolomeo, fundador de la dinastía tolemaica en Egipto, entró en Yerushaláyim y agregó la ciudad a su reino. En 198 a.C. la tierra de Yisrael cayó bajo el poder de Antíoco II, el rey seléucida de Siria. Alrededor de 30 años más tarde, Antíoco IV entró en Yerushaláyim, destruyó sus muros, y saqueó y profanó el templo, e instaló una guarnición Siria en la ciudad, en el Acra. Yahudáh Makabím encabezó una revuelta judía, y en 165 a.C. se volvió a consagrar el templo. Él y sus sucesores gradualmente fueron ganando independencia para Judea, y la dinastía asmonea gobernó sobre una Yerushaláyim liberada hasta mediados del ss. I a.C., época en que Roma intervino. Los generales romanos forzaron la entrada de la ciudad en 63 y 54; un ejército la saqueó en el año 40; y tres años más tarde Herodes el Grande tuvo que entrar por la fuerza para volver a controlarla. Primero tuvo que reparar el daño causado por estas diversas incursiones, luego se embarcó en un vasto programa de construcciones, y erigió algunas torres notables. La más renombrada de sus obras fue la reconstrucción del templo, en escala mucho más grandiosa, aunque la tarea no se completó durante la vida de dicho monarca. Una de sus torres fue la Antonia, que dominaba el área del templo. La revuelta judía contra los romanos en 66 d.C. sólo podía tener una conclusión; en el 70 d.C. el general romano Tito entró por la fuerza en Yerushaláyim y destruyó sus fortificaciones y el templo. Dejó tres torres en pie; una de ellas, Fasael, todavía se mantiene, y fue incorporada a la llamada “torre de David”. Pero mayores desastres tenían que caer sobre los judíos: otra revuelta en 132 d.C. dio como resultado la reconstrucción de Yerushaláyim (en escala mucho menor) como ciudad pagana, dedicada a Júpiter Capitolino, de la que fueron excluidos todos los judíos. Esto fue obra del emperador Adriano, quien llamó a la ciudad recién reconstruida Aelia Capitolina (nombre que fue incorporado al árabe, incluso, como Iliya). Sólo en el reinado de Constantino (a principios del ss. IV) se permitió a los judíos entrar nuevamente en la ciudad. Desde entonces la ciudad empezó de ser pagana y se volvió cristiana, y se construyó muchas iglesias y monasterios, entre ellas la iglesia del Santo Sepulcro. Yerushaláyim sufrió muchas vicisitudes después del ss. II; ha sido capturada, ocupada y administrada, en diversas épocas, por tropas persas, árabes, turcas, británicas, e Yisraelí, como también por los cruzados. Los adelantos edilicios más importantes en la ciudad vieja (en oposición a los suburbios modernos de rápido crecimiento) se deben a los musulmanes primitivos, los cruzados, y finalmente al sultán turco Suleimán el Magnífico, que en 1542 reconstruyó los muros de la ciudad en la forma en que podemos verlos actualmente. Los Yisraelí dieron a la ciudad su antiguo nombre hebreo. Yerushaláyim; generalmente los árabes la llaman alQuds (alSharéÆf), ‘el (noble) santuario’. 5
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IV. Cr ecimiento y extensión Debemos aclarar desde el comienzo que la historia física de Yerushaláyim es bastante incierta. Esto, por supuesto, se debe en parte a los desastres y destrucciones periódicos, y a las capas de escombros que se han apilado a través de los siglos. Estos factores han causado dificultades en otras partes también, pero a menudo los arqueólogos han podido solucionarlas en gran medida. La dificultad particular con Yerushaláyim es que ha sido continuamente habitada y todavía lo está, de modo que es difícil llevar a cabo excavaciones. Los arqueólogos tienen que cavar donde pueden, y no donde piensan que valdría la pena hacerlo. Por otra parte, hay una abundancia de tradiciones: cristianas, judías, y musulmanas; pero en muchos casos no resulta fácil evaluarlas. De modo que subsisten las dudas y la controversia; sin embargo, en el último siglo se han hecho muchos trabajos arqueológicos valiosos, lo que ha permitido resolver algunos problemas. En ninguna parte de la Escritura encontramos una descripción sistemática de la ciudad. Lo más cercano es la narración de la reconstrucción de los muros por Nejemiyáh. Pero hay un gran número de referencias que ofrecen alguna información. Es necesario unirlas y colocarlas dentro del cuadro que nos proporciona la arqueología. Nuestra primera descripción de la ciudad es la de Josefo (GJ 5.136–141); Josefo ofrece allí el fondo para su narración de la captura gradual de la ciudad por Tito y los ejércitos romanos. También es necesario ubicar esto en el cuadro general. Las excavaciones han demostrado concluyentemente que la ciudad más primitiva se encontraba en el cerro al SE, zona que ahora está completamente fuera de los muros de la ciudad (el muro meridional fue llevado algo hacia el N en el ss. II d.C.). Debemos tener en cuenta que la Tzión original se hallaba sobre la colina oriental; en la época de Josefo ya se había dado erróneamente el nombre al cerro del SO. Poco queda del período anterior a los jebuseos, pero podemos inferir que una pequeña ciudad creció en la colina SO, cerca del manantial de Gihón en el valle hacia el E. Los jebuseos agrandaron la ciudad hasta cierto límite, principalmente con la construcción de terrazas hacia el E, de modo que su muro oriental quedaba bastante abajo de la ladera, hacia el manantial. Parecería que esta terraza y el muro oriental necesitaron mantenimiento y reparaciones frecuentes, hasta su destrucción final por los de babel a principios del ss. VI a.C., después de lo cual el muro oriental fue nuevamente movido hacia la colina. En tiempos de paz era práctica común construir las casas fuera de los muros, lo que cada tanto requería la construcción de nuevos muros y fortificaciones. La ciudad de David y Sh´lomóh se extendía hacia el N, en particular, y el templo se encontraba sobre el cerro NE; el palacio real probablemente estaba ubicado en la zona entre la ciudad más antigua y el área del templo. 6
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La zona intermediaria es probablemente “el Ofel” de pasajes tales romo b Div (2 Cr) 27:3, (el nombre significa “hinchazón”, y fue aplicado a la ciudadela de otras ciudades también, p. ej. Samaria, b Mlk (2 R) 5:24; pero algunos eruditos aplican el término a toda la colina oriental que se encuentra al S del templo. La ciudad jebusea, o quizás más estrictamente su fortaleza central, ya tenía el nombre de “Tzión” (cuyo significado es incierto, quizás “área seca” o “eminencia”) en la época de su captura por David, después de lo cual se llamó “ciudad de David” (cf. 2 S. 5.6–10; 1 R. 8.1). El nombre “Tzión” se volvió, o siguió siendo, sinónimo de Yerushaláyim en general. En los prósperos días del ss. VIII a.C. la ciudad comenzó a extenderse hacia la colina occidental; parecería que este nuevo suburbio se conoció como segundo barrio o Misné b Mlk (2 R) 22:14. Posteriormente un muro lo circundó, construido ya sea durante el reinado de Yejizqiyáhu b Div (2 Cr) 32:5 o algo más tarde. Lo que es seguro es que esta ampliación incluía el cerro NO, pero no se ha podido determinar si el cerro SO estaba ocupado en esa época. Los arqueólogos Yisraelí han llegado a la conclusión de que sí lo estaba, y de que el estanque de Shiloja se hallaba dentro de los muros de la ciudad en el reinado de Yejizqiyáhu; pero K. M. Kenyon sostiene lo contrario. Yerushaláyim fue saqueada por las tropas de Nebukadnetzár en 587 a.C.; la mayoría de los edificios fueron destruidos, y se demolieron los muros de la ciudad. El templo fue reedificado a fines del siglo, y Yerushaláyim nuevamente tuvo una pequeña población; pero no fue hasta mediados del ss. V que las autoridades persas permitieron la reconstrucción de los muros de la ciudad por parte de Nejemiyáh. Es indudable que Nejemiyáh reconstruyó los muros anteriores hasta el punto que le fue posible, pero de las excavaciones se desprende claramente que la colina occidental quedó abandonada, como así también las laderas orientales del cerro SE. Las terrazas jebuseas fueron tan completamente demolidas que no fue posible repararlas, y fue por ello que Nejemiyáh llevó el muro oriental hasta la colina. Lamentablemente la descripción que hace Nejemiyáh de la Yerushaláyim de sus días plantea numerosos problemas. Por un lado, no resulta claro cuáles puertas se encontraban en los muros de la ciudad, y cuáles estaban en el templo. Por otra parte, hay numerosas dificultades textuales en los pasajes pertinentes de Nejemiyáh. Además, no ofrece ninguna indicación en cuanto a dirección o en cuanto a cambios de dirección. A esto tenemos que añadir el hecho de que los nombres de las puertas cambiaban con cierta frecuencia. Debido a las recientes excavaciones es necesario revisar los intentos anteriores de interpretar los datos de Nejemiyáh. Resulta bastante claro, sin embargo, que el circuito que se describe en Nej 3 sigue una dirección contraria a las agujas del reloj, y que comienza al N de la ciudad. Hay pocos indicios de que la ciudad llegara hasta la colina occidental nuevamente hasta las SS. II a.C. Después de la revuelta de los Makabím la ciudad comenzó a crecer 7
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nuevamente. A Herodes el Grande se le debe un considerable programa de construcciones a fines del ss. I a.C., y la ciudad siguió creciendo hasta su destrucción al final de la rebelión judía (66–70 d.C.). Nuestra principal fuente literaria para todo este período es Josefo; pero su información deja sin resolver una cantidad de problemas. El primero de ellos es la posición del “Acra”, la fortaleza Siria levantada en Yerushaláyim en 169 a.C. Evidentemente su propósito fue mantener los atrios del templo bajo estrecha vigilancia, pero ni Josefo ni a Mak. Aclaran si la guarnición estaba ubicada al N, al O, o al S del templo. Las opiniones están divididas, pero las más recientes excavaciones tienden a apoyar la tercera posibilidad. Un segundo problema es la dirección de la “segunda muralla” y la “tercera muralla” mencionada por Josefo, que nos dice que los romanos penetraron en Yerushaláyim en 70 d.C. atravesando progresivamente tres muros septentrionales. Josefo describe los puntos terminales de los tres muros, pero no ofrece información con respecto a la línea que seguían. Las excavaciones han complementado su información aquí y allí, pero aun así queda mucha incertidumbre. K. M. Kenyon identificó los restos de una antigua muralla en la actual puerta de Damasco como parte del tercer muro, pero según los arqueólogos Yisraelí es parte del segundo muro; los descubrimientos mas al N han sido relacionados con el tercer muro por estos últimos, pero Kenyon afirma que se trata de una muralla de circunvalación (erigida por Tito durante el sitio de Yerushaláyim). La tercera muralla se comenzó bajo Agripa I (41– 44 d.C.), y estaba recién terminada cuando empezó la guerra judía del 66 d.C., de modo que poco servirían los métodos estratigráficos para distinguir el muro de Agripa del de Tito. La ciudad quedó en ruinas entre 70 d.C. y la revuelta de Barcoquebá, 60 años después. El emperador Adriano reconstruyó posteriormente la ciudad y la denominó Aelia Capitolina; esta ciudad fue mucho más pequeña que la anterior, con la permanente retracción del muro meridional. Durante la era cristiana el tamaño de Yerushaláyim se ha mantenido constante. El área amurallada actual (“la ciudad vieja”) adquirió su forma definitiva bajo Sulcimán el Magnífico en el ss. XVI.
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Yerushaláyim de noche
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El cambio de r ostr o o semblante Br (Gn) 31:2 Y Yaaqóv vio el rostro de Labán, y he aquí no era con él como antes en el pasado. 5 Y dijo a ellas: Veo yo el rostro de vuestro padre que no es hacia mí como antes en el pasado; y el Elohei de mi padre ha estado conmigo. Aquí la palabra rostro es muy conocida en hebreo como penei que viene de una raíz que nos indica la cara o rostro de las personas en el cual se muestra cada una de las partes del rostro humano; mostrando su estado de ánimo de la persona. 11
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ָפּנֶהpané; cara (como la parte que da vuelta ); usado en una gran variedad de aplicaciones (lit. Y fig.); también (con prep. pref.) como prep. (antes, etc.):abierto, adelante, agradar, anterior, antiguamente, aspecto, bajo, cara, consejero, cuidado, cumbre, defender, delante, delantera, dirigir, durar, encuentro, enfrentar, enfrente, enojo, estado, estima, extensión, fachada, favor, faz, filo, frente, guardar, ídolo, intención, interponer, ira, juguete, lado, miedo, mirar, negar, parecer, parte, persona, preceder, preferencia, presencia, presentar, primero, principio, razón, rostro, semblante, servicio, servir, suceder, superficie, tiempo, triste, venerable, vista. La primera que penei se encuentra en la torah esta relacionada al rostro de Yahweh muy relacionada con una traducción que indica cercanía o presencia en Br (Gn) 3:8 Luego
oyeron la voz de Yahweh Elohim que se paseaba por el jardín, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron del rostro (PENEI) de Yahweh Elohim entre los árboles del jardín. Otro ejemplo de una relación con Yahweh es con Moshéh el gran nevií en la torah y el guiador de su pueblo. Esta traducción en las versiones modernas esta de la siguiente manera Nm 12:8 Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la
apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? Pero hay un gravísimo error de traducción hagamos el paralelo y comparemos. En Bem (Nm) 12:8 Boca a boca hablare con él, y con figuras; y no con cosas escondidas; y el semblante de Yahweh mirara. ¿Y por qué, no tuviste temor para hablar contra mi siervo Moshéh? Aquí ven claramente la diferencia, correcto entonces veamos la diferencia que se encuentra en la palabra hebrea פֶּה pe; boca (como medio para soplar ), sea lit. O fig. (Particularmente habla ); espec. Filo, porción o lado; adv. (Con prep.) de acuerdo a : abertura, boca, borde, cara, charla, comer, conforme a, cuello, decir, dicho, de dos filos, entrada, extremo, filo, habla, jactarse, mandamiento, mandar, mandato, orden, palabra, paladar, parte, pico, porción, según, rivera. Una parte del rostro como lo es la boca. Son muestras las primero de los errores de traducción y segundo que no fue cara a cara sino que Yahweh le hablo de boca a boca es decir que le hablaba como en la zarza, aunque no vio nada si oyó la voz de Yahweh que estaba en medio de ella. El primer ejemplo de un hombre que tubo problemas con su rostro fue Qayín. Dice la torah que Yahweh le hablo sobre su semblante miremos Br (Gn) 4:5 Y no miro a Qayín y 12
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a su presente. Y se airó Qayín mucho y decayeron sus facciones. 6 Y dijo Yahweh a Qayín ¿Por qué te aíras? ¿Por qué decayeron tus facciones? El rostro, naturalmente, ofrece indicación visible de las emociones internas, y una variedad de adjetivos acompañan a la palabra en las Escrituras, como triste, demudado, avergonzado, o airado. El rostro podía cambiar de color, ensombrecerse o palidecer. Miremos lo que dice las escrituras, cunado el rostro muestra algunos cambios según el estado del corazón ánimo o algún sentimiento: El hombre no podía ver el rostro de Elohim por temor a morir Shem (Ex) 33:20 Y dijo: No pueden ver mi rostro; porque no me vera el hombre, y vivirá. Por la comida que se consume Dn 1:13 Compara luego nuestros rostros con los
rostros de los muchachos que comen de la porción de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. Para sanidad 2 Mlk (R) 4:29 Elishá dijo entonces a Geijazí: Ciñe tu cintura, toma mi
bastón en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas. Luego pondrás mi bastón sobre el rostro del niño. el rostro corresponde al corazón del hombre Mis (Pr) 27:19 Como el rostro en el agua es reflejo del rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre. El rostro airado es contra el deslenguado y el que odia lo refleja en su rostro como en los labios. Mis (Pr) 25:23 El viento del norte hace girar la lluvia y el rostro airado, la
lengua murmuradora. 26:24 El que odia, lo disimula con los labios, pero en su interior maquina engaño; 25 por más que hable amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón. 26 Aunque con disimulo encubra su odio, su maldad será descubierta en la congregación. Dn 3:19 Entonces Nebukadnetzár se llenó de ira, cambió el aspecto de su rostro contra Shadrák, Meishák y Abédnegó y ordenó que el horno se calentara siete veces más de lo acostumbrado. El rostro refleja la tristeza Nej (Neh) 2:13 Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajshasté, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, 2 me dijo el rey: ¿Por qué 13
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está triste tu rostro?, pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces tuve un gran temor. 3 Y dije al rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? El rostro de Yahweh nos resplandece Teh 80:3 ¡Elohim, restáuranos! ¡Haz resplandecer
tu rostro y seremos salvos! 31:16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; ¡sálvame por tu bondad! Bem (Nm) 6:25 Yahweh haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti bondad; Pero el esconder su rostro de nosotros es olvidarse y dejarnos en el día de la destrucción Dev (Dt) 31:17 Pero aquel día se encenderá mi furor contra él, los abandonaré y
esconderé de ellos mi rostro; serán consumidos y vendrán sobre ellos muchos males y angustias. Dirán en aquel día: “ ¿No me han venido estos males porque no está mi Elohei en medio de mí?” 1 Ke (P) 3:12 porque los ojos de Yahweh están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro de Yahweh está contra aquellos que hacen el mal. La modestia y la reverencia exigían cubrir el rostro con un velo, como hizo Ribqáh ante Yitzjaq. En la visión de Yeshayáhu, el rostro del todopoderoso estaba velado por serafín. Era signo de humildad inclinar el rostro hasta el suelo; y caer sobre el rostro significa gran temor. Por otra parte, podía mostrarse un máximo desprecio escupiendo en el rostro de alguien. Metafóricamente podía demostrarse resolución, firmeza “poniendo” (“afirmando”, “fijando”) el rostro obsérvese la gráfica frase de Yesh (Is) 50:7 Porque Yahweh, el Señor,
me ayuda, no me avergoncé; por eso he puesto mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Que denotaba un propósito inmutable. Se hacía una oposición firme resistiendo a una persona delante de su rostro (resistir cara a cara). La noción de intimidad y comprensión se transmitía por medio de la frase “cara a cara”. Esta frase, naturalmente, ha pasado a algunas lenguas modernas, al igual que decayó su semblante. El rostro de los muertos se cubría Yhj (Jn) 11:44, de modo que cuando se hizo esto con Amán, se quiso significar que su suerte estaba echada Ester 7:8. Cuando un hombre se postraba a fin de solicitar algo, el superior levantaba la cabeza del suplicante como señal de que el favor sería concedido. 14
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Levantar el rostro de alguien significaba concederle un favor Br (Gn) 19:21, y luego convertirlo en favorito Dev (Dt) 10:17. La conclusión después de hacer un recorrido por la tanak y la Brit es: El rostro refleja lo que hay en el corazón del hombre, sus emociones, sus dolores, su gozo, su estado, el nivel del rúaj que tenga una persona, también el rostro de Yahweh revela el agrado con los que le temen y con los que no obedecen a sus mandamientos. El rostro de Labán, no era como al principio, tenia envidia por la prosperidad y la bendición que Yahweh le había dado, por la cantidad de hijos, por el favor que veía en Yaaqóv; el llego sin nada y ahora era un pastor próspero lleno de ganado y riquezas. La apariencia del rostro, es muy fácil darse a conocer cuando la persona no tiene bien su corazón; su forma de servir, de actuar, se refleja en la forma en que se comporta con el rostro; la misma palabra dice el de ojos altivos. Debemos anotar que los ojos, además de ser ventanas del alma, son también los que muestran los estados de ánimo, por ellos se derraman lágrimas y son brillantes cuando se quiere a alguien o alguien querido llega etc. Pero hay los ojos, los que se guiñen y que esta prohibido por la torah hacerlo, ellos muestran coquetería y hasta gestos de rareza etc. Tu rostro refleja lo que hay dentro de ti, unas veces el rostro duro, no es mas que un escudo para esconder el dolor, la soledad y además actitud grosera y con el rostro se muestra, o con los ojos, con los labios, con los gestos, con el seño fruncido parte del rostro lo que tu tienes. La torah dice, en el libro de Nejemiyáh: el gozo de Yahweh es nuestra fortaleza, ¿tienes el gozo? Sabes, el fruto del rúaj y no digas que tú tienes el rúaj y sigues con el seño o temperamento sin cambiar. ¡No! O ¡Si! Si es no, es porque el rúaj no está dando fruto en ti o mas bien el rúaj no está en ti para que des un cambio. Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim Yoshua Ben Efrayim Mi bandera
Mi bandera
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