Ministerio juvenil “Guerreros de luz”
Parabola Del Buen Samaritano Personajes Narrador Viajero 3 Pistoleros Sacerdote Levita Samaritano NARRADOR: Un día un viajero piadoso paseaba tarareando, pensando que todo estaba bien. Cuando de pronto de las rocas le brincaron tres de los pistoleros más malos que hayas visto en tu vida. Tenían ojos pequeños y rechinaban los dientes juntos. Comenzaron a golpear al viajero, después dos de ellos al mismo tiempo lo tomaron de los brazos mientras que el otro lo golpeaba. Cuando la acción parecía congelarse, el viajero recordó y se dijo a sí mismo, “¡Yo sé Kung Fu!” Y se soltó y comenzó a pelear. Pero los pistoleros lo tiraron al suelo. Mientras caía al suelo (la probabilidad es que ya esté en el suelo—pero repite las palabras “Pero mientras caía al suelo” hasta que se levante), dejó salir un gemido terrible seguido por un profundo gruñido. Los ladrones tomaron su dinero y se fueron, gritando y saltando de gozo. Mientras estaba en el suelo quejándose, un sacerdote llegó quién, al ver al hombre, estaba sorprendido y pasó alrededor de él diciendo, “estoy asombrado pero se lo merecía por viajar solo.” Después llegó un Levita, y el hombre seguía quejándose. Cuando el Levita lo vio y lo escuchó, corrió al lado del hombre y dijo, “¡Dios mío, Dios mío, qué lástima!” Y comenzó a ayudar al hombre a levantarse, pero después se dio cuenta de la hora y lo tiró. El hombre dio un grito. El Levita dijo, “Voy a llegar tarde a la alabanza en la sinagoga—no debo dejar que ningún hombre se anteponga a Dios.” Y se fue. Y finalmente llegó un Samaritano que al ver al hombre fue movido a compasión y vendó al hombre, después lo ayudo a levantarse y le acerca una piedra para que el hombre se sentara ahí. Después de mucho esfuerzo, lo levanta y lo carga hasta el pueblo.
FIN