Índice Situación histórica y geográfica..........................diapositiva 4 Estilo de las Parábolas Jesús..............................diapositiva 5 Naturaleza y finalidad de las parábolas........................................................diapositiva 6 El Buen Samaritano…...............................diapositivas 7, 8 y 9 Análisis de la Parábola..............................diapositivas 10 y 11 Reflexión………....……………................................diapositiva 12 Oración…………………………...........................…...diapositiva 13 Enlaces...............................................................diapositiva 14 Bibliografía.........................................................diapositiva 15
Situación histórica y geográfica. Toda la región de Palestina estaba bajo el dominio de los romanos y en el mejor de los casos había un rey, supuestamente judío y sino se designaba directamente un gobernador (o procurador) romano. La mayoría eran gobernantes crueles y los judíos los odiaban profundamente, como así también a los publicanos, recaudadores de impuestos para los romanos. Cuando nació Jesús, gobernaba el rey Herodes el grande, de origen idumeo. En tiempos de la
Estilo de las Parábolas de Jesús La parábolas son un recurso literario que no aparece en la Biblia hasta el NT, lo que hace creer que no las había en los tiempos anteriores a Jesús. Las parábolas de Jesús son claras y sencillas, cosa que las hace fáciles de comprender. La situaciones que se plantean en ellas no son rebuscadas y de extremada dificualtad, todo lo contrario, Jesús las expresaba de un modo tan simple que las podían comprender hasta los niños. Jesús toma las parábolas de sus vivencias. Refleja sus expriencias en ellas, añadiendo por supuesto el mensaje que quiere transmitir. Además, suele añadir un rasgo, una característica extraña para llamar la atención de los oyentes, y la repite continuadamente. Aunque las parábolas que aparecen en la Biblia son palabras de Jesús, hay que tener en cuenta que pueden haber sufrido algunas transformaciones en su traducción a los idiomas actuales, cambiando de esta forma algunas de las palabras, y en algun caso la información para adaptarlo a las costumbres de vida del lugar donde eran traducidas.
Naturaleza y finalidad de las parábolas Las parábolas son indudablemente el corazón de la predicación de Jesús. En las parábolas sentimos inmediatamente la cercanía de Jesús, cómo vivía y enseñaba. Pero al mismo tiempo nos ocurre lo mismo que a sus discípulos: debemos preguntarle una y otra vez qué nos quiere decir con cada una de las parábolas. Las parábolas son un fragmento muy importante de la tradición de la Iglesia. Son una manera más fácil de hacer llegar a las personas lo que Jesús quería transmitirnos, una manera más fácil de entender la Buena Noticia. Las parábolas reflejan fielmente y con claridad la Buena Noticia, la forma en que predicaba, la seriedad de su llamada hacia el Reino de Dios, su oposición a la falsedad de los fariseos y el misterio de la cruz.
El Buen Samaritano Un maestro de la Ley, que quería poner a prueba a Jesús, se levantó y le dijo: - Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna? Jesús le dijo: - ¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella? El hombre contestó: - “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»” Jesús le dijo: - ¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás. El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: - ¿Y quién es mi prójimo?
Jesús empezó a decir:
Jesús entonces le preguntó: - Según tu parecer, ¿cuál de estos tres se hizo el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores? El maestro de la Ley contestó: - El que se mostró compasivo con él. Y Jesús le dijo: - Vete y haz tú lo mismo. Lc 10, 25-27.
Análisis de laParábola Motivo: La parábola surge de una pregunta de un doctor de la ley a Jesús (con intención de ponerlo a prueba). Ese doctor hace la mayor pregunta que uno puede plantearse y Jesús le responde basándose en a la Escritura. El mismo doctor responde bien con una combinación del Deuteronomio (Dt 6,5) y del Levítico (Lv 19,18): “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo”. Hace falta destacar que Jesús, al responder su pregunta con otra pregunta, le está proponiendo que la respuesta está ya dentro de él. ¿Y quién es mi prójimo?: A esa pregunta tan concreta, Jesús respondió con la parábola deL Buen Samaritano. Es una historia totalmente realista ya que en ese camino se producían con cierta frecuecia este tipo de asaltos. Un sacerdote y un levita (conocedores de la Ley) se acercan por el camino pero pasan de largo (hecho que no es justificable por mucho que su tarea de rezar en Jerusalén fuera importante). Al fin llega un samaritano, probablemente un comerciante y socorre al hombre.
Jesús cambia el eje de la pregunta. Ya no se trata de quién es o deja de ser mi prójimo sino que yo tengo que convertirme en prójimo de todo aquel que me encuentre y necesite de mi. La propuesta es convertirme en una persona que ama, alguien de corazón abierto que se conmueve ante la necesidad del otro. Contexto y actitud: Aquella era una época en que los israelitas y los samaritanos no se llevaban bien. La actitud de uno y otro en socorrer al pobre hombre es bien distinta. El samaritano no se pregunta hasta dónde llega su obligación de solidaridad. El samaritano tiene compasión de ese hombre y se convierte en su prójimo.
Reflexión Hay que saber buscar siempre al prójimo, porque aunque estemos solos siempre existe, al otro lado del teléfono o quizás a muchos quilómetros de distancia, esa persona que tanto necesitamos o que nos necesita. Ayudar al prójimo, al cercano, es llenarte de gozo y es una experiencia que siempre se quedará. Hay que tener en cuenta que el prójimo no siempre es el conocido, ni el que nos cae mejor, y que aunque sea totalmente desconocido o que quizás sea alguien que no tiene nuestra misma forma de ser o pensar o simplemente no tiene un trato cercano o agradable, siempre merece nuestra ayuda, porque esto es lo que predica el Señor. Todos merecen la ayuda, el apoyo y el conocimiento del Reino de Dios. Y por estas razones tenemos que intentar seguir sus pasos, y así cambiar un poco el mundo en el que vivimos, es decir, nuestro mundo, ya que en ocasiones parece que todos nos hayamos olvidado de estas palabras del Señor, porque muchas veces actuamos de
Oración del Buen Samaritano Señor, no quiero pasar de lejos ante el hombre herido en el camino de la vida. Quiero acercarme y contagiarme de tu compasión para expresar tu ternura, para ofrecer el aceite que cura heridas, el vino que recrea y enamora. Tú, Jesús, buen samaritano, acércate a mí, como hiciste siempre. Ven a mí para introducirme en la posada de tu corazón. acércate a mí, herido por las flechas de la vida, por el dolor de tantos hermanos, por los misiles de la guerra, por la violencia de los poderosos. Sí, acércate a mí, buen samaritano; llévame en tus hombros, pues soy oveja perdida; carga con todas mis caídas, ayúdame en todas mis tribulaciones, hazte presente en todas mis horas bajas. Ven, buen samaritano, y hazme a mí tener tus mismos sentimientos, para no dar nunca ningún rodeo ante el hermano que sufre, sino hacerme compañero de sus caminos, amigo de tus soledades, cercano a tus dolencias, para ser, como Tú, "ilimitadamente bueno" y pasar por el mundo "haciendo el bien" y "curando las dolencias" Amén.