Pages 19-21 From Autobombo

  • Uploaded by: Ana Gerschenfeld
  • 0
  • 0
  • April 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Pages 19-21 From Autobombo as PDF for free.

More details

  • Words: 1,008
  • Pages: 2
Autobombo

Tribu

Típica casa judía de Derazhnia, agosto de 2008.

Ramos todos del clásico nácar… Pablo Neruda

El erudito italiano Arnaldo Momigliano menciona en un artículo sobre los judíos de su país el caso excepcional de un judío de Mantua que logró reconstituir su árbol genealógico desde el año 1600. Desgraciadamente, como la mayoría de los judíos askenazis, ignoro todo sobre mis antepasados más remotos y sé poco sobre mis abuelos. Me encanta imaginar que desciendo de Adán y de Abraham, al estilo del Nuevo Testamento, que pretende que Jesús pertenecía “a la casa del rey David”. Tampoco sé si mis antepasados llegaron al Imperio de los Zares siguiendo la ruta de la migración de los judíos hacia el este de Europa o si alguno de ellos descendía de los jázaros del Volga y del Don, tribu 19

Hersch Gerschenfeld

Autobombo

de origen turco (que Arthur Koestler llamó la “decimotercera tribu” judía), cuyo rey se convirtió al judaísmo en el siglo VIII. Los apellidos de mis padres eran Rosenblatt (hoja de rosa) y Gerschenfeld, siendo este último una probable distorsión de Hirschfeld (Guirschfeld en ruso) que habría tenido lugar en los meandros de la ortografía rusa y/o en el pasaje de fronteras. Digo Hirschfeld (que en alemán significa “campo de ciervos”) porque tal era el apellido de Ethel, la hermana de mi padre, que quedó en Rusia después de la partida de mis padres. Los apellidos paterno y materno me hacen pensar que mi familia provenía de Alsacia o de la Renania, donde los judíos se habían asentado en el siglo xiv, después de su exclusión de Francia e Inglaterra. Sucesivas expulsiones los obligaron a desplazase hacia el Este a otras regiones de Alemania y en los siglos XV y XVI se asentaron finalmente en el entonces Reino de Polonia (que comprendía también una parte de Ucrania). En esa época la residencia de los judíos en el Imperio de los Zares estaba prohibida, pero después de las sucesivas particiones del Reino de Polonia, entre 1772 y 1795, más del 70% de los territorios de ese reino fueron anexados al Imperio Ruso. De esta manera, los judíos pasaron de manera automática a ser súbditos discriminados de ese imperio, pues Catalina la Grande les impuso la obligación de permanecer en la llamada “zona reservada” (en ruso Cherta Osedlosti), que abarcaba territorios que hoy forman parte de las actuales Polonia, Lituania, Ucrania, Rumanía y Bielorusia. Mis abuelos vivían en la Podolia Gubernia, división administrativa del Imperio Ruso, situada en Ucrania entre los ríos Dniéster y Bug Sudoccidental. Esta región había pasado de las manos de los turcos a los polacos en 1714, para caer bajo el dominio de los zares después de las sucesivas particiones de Polonia. Allí nacieron mi padre en 1893 y mi madre en 1895, en aldeas situadas en las cercanías de Proskurov, una pequeña ciudad y centro ferroviario y en esos pueblos fue donde transcurrió su infancia y juventud. A fines del siglo XIX, los judíos constituían el 50% de la población de la región de Proskurov. En 1920, los nacionalistas ucranios de Semyón Petliura, al mando del atamán cosaco Semosenko, llevaron a cabo un pogrom en Proskurov en el cual fueron degollados unos 1.500 judíos y aproximadamente 3.000 resultaron gravemente heridos. Más tarde, en la década de 1930, Proskurov fue rebautizada Chmielnitzki por las autoridades soviéticas, en honor del atamán cosaco Bogdán Chmielnitzki que en 1650 había masacrado

un tercio de la población ju­día durante una invasión del Reino de Polonia y Li­tuania. Cuando aprendí a leer me enteré de la relación de mis padres con la ciudad de Proskurov porque solían recibir por correo la revista de la Sociedad de Ex Residentes de Proskurov y sus Alrededores (en ídish, la Proskurov Faraim). En realidad, Volochisk, el pueblo natal de mi padre, está situado a treinta kilómetros al oeste de la ex Proskurov, mientras que Derashna, donde nació mi madre, está a treinta kilómetros al este de la ciudad. Ya volveré sobre ciertas inferencias que estas distancias me han sugerido. Tengo poca información acerca de mis abuelos paternos. Mi abuelo paterno Isaac Hirschfeld (Guirsch­feld) se casó a fines del siglo XIX con mi abuela Clara Jasen. Tuvieron dos hijos: mi padre y su hermana Ethel. Ambos abuelos paternos murieron muy jóvenes y mi padre y su hermana fueron criados desde su corta edad por unos tíos cuyo nombre ignoro. La hermana de mi padre y su familia permanecieron en Rusia después de la revolución y la guerra civil y vivían en Leningrado antes de la Segunda Guerra Mundial. En los años 30, mi padre recibía alguna que otra carta de ella, pero después de la guerra de 1939-1945 no llegaron más noticias suyas. Ignoro el destino de esa parte de la familia, pero su silencio sugiere que fueron parte del millón de víctimas del sitio de la ciudad por la Wehrmacht. Conozco algo más acerca de mis abuelos maternos. La memoria de mi abuelo Hersch Rosenblatt fue motivo constante de una admiración exaltada (y seguramente de un cierto embellecimiento) por parte de mi madre y mis tías. Ellas afirmaban que el abuelo era abogado (yo supongo que debía de ser notario o algo así) y era lo que hoy llamamos un “intelectual”. Mis tías se extasiaban describiéndome su cultura: “Hablaba y leía en varios idiomas y tenía una gran biblioteca de libros en francés, encuadernados en cuero y con lomos dorados”. Quizá algo de cierto haya en todo esto, a juzgar por lo que hoy conozco de otros dos hermanos del abuelo Hersch. Su hermano Frank, más joven que él, emigró a Nueva York en la primera década del siglo XX y obtuvo un Ph. D. de la Columbia University en 1915. No hace mucho descubrí en la biblioteca de la École Normale Supérieure de París un ejemplar de su tesis doctoral sobre el movimiento obrero cartista en la Inglaterra de la primera mitad del siglo XIX, publicada por la Columbia University. Frank Rosenblatt se casó tardíamente y tuvo tres hijos. El menor de

20

21

Related Documents

1921
April 2020 40
Pages From Lecture_8.pptx
December 2019 19
Pages From Md_sept09
June 2020 10
Pages From 5thwmc_workshop-1
November 2019 25

More Documents from ""