´ SENTIDO COMUN, #11 FEBRERO 2008 Contra el juicio suspendido y el alma dormida http://www.esnips.com/web/adelante
1. EDITORIAL La segunda semana del mes de enero comenz´ o con la inusitada atenci´ on prestada por los panfletos progubernamentales al hecho de que el Papa oficiase una misa seg´ un el rito tridentino, vigente en la Iglesia desde hace siglos. Qu´e importancia puede tener este hecho para los no creyentes tiene una respuesta y esa respuesta est´ a ´ıntima y sorprendentemente relacionada con la naturaleza del rito tradicional, que por otra parte, segunda sorpresa, no puede ser comprendido salvo por los creyentes. ¿Por qu´e a los ateos les importa el c´ omo de la liturgia cat´ olica? Para interpretar correctamente esta desaprobaci´on a la Iglesia desde posiciones ateas es preciso ir al fondo de la cuesti´ on. Y en ´el tenemos la eterna confrontaci´on entre tiran´ıa y libertad. Hagamos entonces una excursi´ on argumental que desembocar´ a en el porqu´e de estos ataques. Imaginemos una de esas extraordinarias interpretaciones al piano de Arturo Rubinstein. O rememoremos una de esas incre´ıbles victorias t´ acticas de Robert Fischer ante el tablero. O adentr´emonos en una de esas excursiones quasi divinas de la filosof´ıa tom´ısta al interior del alma humana. El pianista excepcional, el ajedrecista arriesgado y profundo, el fil´osofo que pasea entre el cielo y la tierra sin perder pie, son de una manera eminente personas libres cuando ejercitan su arte. Esta libertad tiene una fuente, y s´ olo una fuente: la adhesi´ on rigurosa, disciplinada, inquebrantable, a unas normas previas. De la arbitrariedad no puede brotar ninguna libertad aut´entica. El precio de la libertad eminente no es otro que la sumisi´ on extrema a los principios del arte. ¿Podr´a alguien contar las horas que pas´ o el pianista ejercit´andose,
el ajedrecista analizando, el fil´osofo meditando? En verdad, si esa fuese una disciplina impuesta no podr´ıamos juzgarla m´as que como inhumana. La libertad, es el ejercicio de la voluntad que juzga y elige un camino y ese juicio se hace a partir de principios. La solidez de esos principios es la garant´ıa de todo el proceso por el que el hombre arranca de la contemplaci´on del mundo, toma posici´ on respecto a ´el, juzga y act´ ua. Comprendamos entonces que el socialismo, enemigo de la libertad, ha de dedicar tanta energ´ıa a la coacci´ on f´ısica de las personas, sin excluir el exterminio, como al combate de aquellos principios que garantizan la libertad de la conducta del hombre. Y el hombre puede elegir entre tocar el piano, jugar al ajedrez o explorar los arcanos de la metaf´ısica. Sin embargo, no puede elegir vivir. Est´ a obligado a ello. No es preciso en este punto tratar de demostrar la verdad del cristianismo. Tan s´ olo es preciso constatar su operaci´ on sobre los creyentes. El cristianismo hace hombres libres y hace en extremo libres a los que hasta el extremo han abrazado la fe. Contra esos nada pudieron emperadores, ni muchedumbres donde el odio hab´ıa prendido, ni guerras, ni hambres, ni sufrimientos, ni persecuciones. De hecho, ni siquiera la muerte pudo con ellos. Libres hasta el extremo, ni el tormento pudo doblegar a tantos m´artires, ni el tiempo ha podido borrar sus nombres. ¿Qu´e fu´e de sus verdugos? ¿D´ onde han quedado sus nombres? ¿Qui´en los reivindica desde el borde de la fosa del olvido en cuyo fondo no son ya ni polvo? Redondeemos la inteligencia de la situaci´ on. ((Religi´on)) proviene del verbo latino religare, que significa reuni´on, vinculaci´ on nueva de dos partes que quedaron separadas. La religi´ on es la religatio del hombre con Dios y el centro de esa religatio
es el sacrificio eucar´ıstico. La enormidad de su misterio no cabe por supuesto en estas pocas l´ıneas, pero no es preciso comprender su contenido ni sentir su misterio. Basta, a los efectos de estos p´ arrafos, con reconocer que este sacrifico est´ a en el centro del cristianismo. En la liturgia post-conciciliar, ese sacrificio se realiza coram populo, de forma que el sacerdote, de cara al pueblo, da a entender que ´el se encuentra all´ı por alguna raz´ on distinta a las razones por las que los fieles acuden. El sacerdote, cara al pueblo, da a entender que reza por razones distintas por las que ha de rezar el pueblo. Ese pueblo de Dios, que es cuerpo m´ıstico de Cristo. Al menos dos generaciones han transcurrido desde que se introdujo esta forma lit´ urgica y conforme ha avanzado el tiempo se ha ensanchado la distancia entre lo que es el sacrificio y lo que aparenta ser. No poco han contribuido a ´esto la inclusi´ on de elementos profanos, como sistemas de megafon´ıa e iluminaci´ oin artificial, y el hecho de que el propio edificio donde se realiza el sacrifico no es ya en demasiadas ocasiones un espacio que contribuya a la elevaci´ on del esp´ıritu ni un lugar en armon´ıa con la liturgia o los ornamentos sagrados, sino un cascar´on funcional construido sin esp´ıritu y habilitado para acoger a un n´ umero de personas que de igual forma podr´ıan estar all´ı para celebrar una uni´on con Dios que para celebrar una fiesta profana. Por eso es extremadamente importante que la liturgia se desembarace de elementos arbitrarios, de ornamentos profanos (hemos visto relojes en las paredes de algunas iglesias), de m´ usicas no estrictamente religiosas y de la pronunciaci´on de palabras arbitrarias por un sacerdote que, ante un micr´ ofono, no se diferencia aparentemente de un animador social. Cuando se haga esta limpieza, ser´ a evidente que los fieles est´ an all´ı como cuerpo de Cristo, cumpliendo un rito que no es arbitrario, pronunciando y escuchando palabras que se remontan a la fundaci´ on de la Iglesia por el mismo Jes´ us. La purificaci´ on de la liturgia cristiana, por exaltar la grandiosidad, la majestad y sobre todo la sacralidad del acto eucar´ıstico remite a los fieles de forma peculiar al sentido u ´ ltimo de la relaci´on del hombre con Dios, ilumina la necesaria ((religatio)) y al hacerlo pone en evidencia aquellos principios de que emana la libertad de los hombres en particular y la de los cristianos en especial. Desde este punto de vista cobra total sentido el hecho a primera vista sorprendente de que a un gobierno ateo le importe, y mucho, el que un sacerdote celebre la misa de cara al altar en lugar de hacerlo de cara a los fieles. Desde este punto de vista se explica que los ´ organos de propaganda
del partido socialista hayan reaccionado de forma inmediata y en primera p´ agina al hecho de que Benedicto XVI haya oficiado una misa seg´ un el secular rito tridentino. Hemos de concluir con que, en efecto, las formas lit´ urgicas son muy importantes, para los cristianos y para los no cristianos, porque remiten de una forma oculta pero vigorosa al conflicto entre tiran´ıa y libertad. Y es muy reconfortante que muchos fieles as´ı lo hayan entendido y reclamen en multitud de lugares la reinstauraci´ on del rito tradicional. As´ı est´ a sucediendo en Madrid, Toledo, Sevilla, Albacete, Murcia, Pontevedra, Navarra, Barcelona y Mallorca, junto con movimientos emergentes en al menos trece provincias m´as. ¿Qui´en dijo que las formas no son importantes? Una u ´ ltima advertencia. Titulaba El Pa´ıs del d´ıa 14 de enero ((El Papa, de espaldas a los fieles)). Efectivamente, Benedicto XVI aparece, en la fotograf´ıa que acompa˜ na al texto, de cara al altar, al igual que el resto de los fieles. Pero el titular no est´ a ah´ı para subrayar lo evidente, sino para introducir en sus lectores la idea de que, de alguna forma, el Papa es infiel a los deseos de los fieles; para introducir la idea de que la Iglesia es una especie de democracia que el Papa ha secuestrado. Para dar a entender que la jerarqu´ıa eclesi´astica desprecia a los creyentes. Por supuesto que estas son sugerencias de ignorantes malnacidos. Por supuesto que ese diario progubernamental anticat´ olico de extrema izquierda se ha envilecido con el paso del tiempo hasta el punto de que es dudoso si ser´ıa apropiado para envolver deshechos de pescado, aunque es evidente que s´ı es apropiado para hacer la propaganda de un gobierno infame. Pero no nos equivoquemos: la maldad extrema no brota necesariamente de la necedad extrema, aunque se propaga con rapidez entre las muchedumbres de necios. La atenci´ on que dedican en portada a un aspecto de una celebraci´on que dicen no importarles, relativa a un Dios en quien dicen no creer, demuestra hasta qu´e punto, con qu´e certeza, los enemigos de la libertad han identificado a la resistencia. Resistamos pues.
2. LA TORMENTA PERFECTA Xavier Sala i Mart´ı en La Vanguardia, 08-012008 D´ıa de Halloween de 1991. La costa Este de los Estados Unidos sufre una descomunal tempestad causada por la improbable combinaci´ on de aire caliente y bajas presiones provenientes del norte, aire fr´ıo y altas presiones provenientes del este y el resto de un hurac´ an tropical que sube del sur. Estos tres factores no se dan simult´ aneamente casi
nunca. Pero cuando se dan, originan lo que se conoce como La Tormenta Perfecta. Enero de 2008. Como cada a˜ no, los economistas nos vemos acosados por la prensa para que hagamos las predicciones del a˜ no nuevo. Si uno no quiere quedar como un ignorante, uno debe profetizar alguna cosa con m´as o menos sentido. Ya que yo soy de los que no tienen bola de cristal, d´ejenme que les cuente lo que est´ an diciendo los grandes gur´ us de la futurolog´ıa econ´ omica: durante el 2008, ¡habr´ a una profunda crisis econ´ omica! Hay seis factores que apuntan en esa direcci´ on. Primero, la crisis financiera del ((subprime)). Empez´o hace unos a˜ nos cuando unos bancos espabilados hicieron pr´estamos hipotecarios a familias con poca capacidad de devolver el dinero (((subprime))). En lugar de guardarse esas hipotecas peligrosas, esos bancos las securitizaron. Es decir, las pusieron en paquetes con otras hipotecas ´ y las vendieron al mejor postor. Este, por su lado, las re-empaquet´ o y las volvi´ o a vender. Y as´ı, los paquetes de hipotecas peligrosas fueron de banco en banco hasta su destino final. El problema es que ni ese destino final se conoce, ni se sabe cu´ antas hay. En las u ´ ltimas semanas hemos descubierto que Merryl Lynch, Citigroup y Uni´ on de Bancas Suizas (UBS) pose´ıan decenas de miles de millones de d´ olares. Es decir, hemos descubierto que el agujero financiero es grande y que no lo tienen bancos desconocidos sino bancos muy importantes. El problema es que, al no saberse quien tiene agujeros financieros, los bancos se guardan el dinero porque tienen miedo a prestar. Eso hace que muchas empresas que querr´ıan invertir, es decir, que querr´ıan comprar maquinaria y ampliar su capacidad productiva, no lo hacen porque nadie les presta dinero. La empresa de maquinara no vende por lo que debe despedir a algunos trabajadores. Esos trabajadores dejan de comprar comida o ropa por lo que las empresas de comida o ropa pierden dinero y despiden a sus trabajadores y el c´ırculo vicioso se expande por toda la econom´ıa. Es decir, lo que empez´o como una crisis de hipotecas ((subprime)) se contagia a la econom´ıa real y se transforma en una recesi´ on econ´ omica en toda regla. Segundo factor: los precios de la vivienda en Estados Unidos est´ an cayendo y se estima que durante el 2008 la ca´ıda puede llegar a ser de hasta un 25 %. Esto puede provocar lo que se conoce como ((efecto riqueza)): el gasto realizado por los consumidores depende de lo ricos que ´estos son o creen que son. Cuando el precio de sus viviendas baja, perciben que se han empobrecido y dejan de comprar comida o ropa por lo que las empresas de comida o ropa pierden dinero, despiden a sus trabajadores... y el c´ırculo vicioso vuelve a empezar.
Tercero: el precio del petr´ oleo ronda los 100 d´ olares por barril. En el a˜ no 1974, un aumento parecido, por si s´ olo, caus´ o una de las m´as grandes recesiones del siglo XX. Es cierto que la econom´ıa de hoy, con muchos m´as servicios y menos industria, es menos dependiente de los precios de la energ´ıa. Pero tambi´en es cierto que el aumento del precio del petr´ oleo coincide con el de otras materias primas. La raz´ on es que, esta vez, los precios no suben porque unos locos de la OPEP han reducido la oferta sino porque los dos pa´ıses m´as poblados del mundo, China e India, est´ an creciendo r´ apidamente y demandan grandes cantidades de materias primas. Cuarto, el euro est´ a por las nubes: un euro caro hace que los productos europeos sean caros y eso impide que Europa exporte y tome el tim´on de la econom´ıa mundial cuando los Estados Unidos entren en crisis. Quinto, el d´ olar corre el riesgo de sufrir una ca´ıda catastr´ ofica. En estos momentos hay tres grandes grupos de personas que tienen d´ olares en sus carteras: los Chinos, los fondos de pensiones alemanes y japoneses y los exportadores de petr´ oleo. Si estos grupos ven que el d´ olar se debilita, pueden intentar quitarse sus miles de millones de d´ olares de encima para no sufrir p´erdidas, cosa que precipitar´ıa la ca´ıda de la moneda americana, provocando un siniestro financiero sin precedentes. Sexto: la situaci´ on geopol´ıtica sigue teniendo elevadas dosis de incertidumbre. El asesinato de Benazir Bhutto, candidata a la presidencia de un pa´ıs islamista poseedor de la bomba nuclear, es un triste recordatorio de que conflictos b´elicos o atentados terroristas a gran escala pueden ocurrir en cualquier momento. Total, seis son los factores que apuntan a una crisis econ´ omica global. L´ ogicamente, por m´as que insistan los profetas, nadie sabe con certeza si esa crisis finalmente se va a producir porque tambi´en hay razones para ser optimista. Por ejemplo, los bancos centrales de Europa y Estados Unidos est´ an aumentando la cantidad de dinero para que las empresas que deseen invertir puedan hacerlo y el gobierno norteamericano est´ a ayudando a las familias ((subprime)) a pagar sus hipotecas. Lo que pasa es que, si bien cada uno de estos seis factores, por s´ı solo, podr´ıa desencadenar una crisis econ´ omica mundial, hoy se dan todos simult´ aneamente. Es decir, estamos ante la combinaci´ on improbable de factores que no se dan casi nunca pero que, cuando se dan, podr´ıan acabar originando... La Tormenta Perfecta.
3. ALLAN BLOOM O CUANDO LA UNIVERSIDAD VENDE SU ALMA Antonio Martnez en El Manifiesto http://www.elmanifiesto.com Existen palabras que est´ an rodeadas de una indudable aura de prestigio. Universidad y universitario se encuentran entre ellas. A pesar de la devaluaci´ on que hoy afecta hasta a las instituciones m´as venerables y respetadas, el ((haber ido a la Universidad)) sigue evocando unas resonancias que van mucho m´as all´ a de obtener un t´ıtulo acad´emico que, en teor´ıa, abre las puertas de un futuro profesional m´as o menos brillante. En efecto. Ese ((haber ido a la Universidad)) no implica simplemente cursar una serie de asignaturas que certifican una cierta competencia intelectual en tal o cual campo cient´ıfico o t´ecnico. Tradicionalmente, ha significado bastante m´as que eso: y es que al universitario se le consideraba investido de un ((esp´ıritu universitario)) que le imbu´ıa de un amor al saber que exced´ıa los estrechos l´ımites marcados por el programa que va a ser objeto del correspondiente examen. El universitario de toda la vida le´ıa libros sin que se los mandaran, frecuentaba constantemente la biblioteca de la Facultad, asist´ıa a conferencias, discut´ıa con pasi´on en los caf´es sobre ciencia, pol´ıtica, filosof´ıa y literatura y no persegu´ıa el simple saber especializado de su disciplina. Se entend´ıa que era misi´ on esencial´ısima de la Universidad estimular en sus estudiantes esta disposici´ on: no en vano, la palabra ((universidad)) nos remite a la noci´on medieval de la universitas studiorum, al saber humano entendido como totalidad org´ anica: el saber ((universal)) al que se ha consagrado durante siglos la instituci´on universitaria reh´ uye la especializaci´on fragmentadora y busca sin descanso la integraci´ on de las diferentes disciplinas en una gran unidad todos cuyos elementos est´ an interconectados y se iluminan entre s´ı. El esp´ıritu de Santo Tom´ as de Aquino, patr´ on de las universidades de Occidente, se encuentra, sin duda, reflejado en esta concepci´ on ((sinf´ onica)) del saber que aspira a convertirse en sabidur´ıa. Pero, seg´ un la c´elebre frase de T.S. Elliot, la cultura occidental contempor´ anea ha cometido el imperdonable pecado de despreciar el saber en beneficio de la mera informaci´ on. Ahora tenemos trillones y trillones de datos e informaciones fragmentarias, pero no sabemos qu´e hacer con ellas. Y la Universidad se ha sumado alegremente a esta nefasta revoluci´ on: el ((esp´ıritu universitario)), la aspiraci´on de alcanzar una luminosa y compleja visi´ on sin´ optica del mundo, ha sido sustituida por la anarqu´ıa intelectual y la disgregaci´ on de las disciplinas, que ha convertido las Universidades en reinos de taifas, en archipi´elagos de departamen-
tos y facultades autistas, dedicadas con fruici´ on al vicio de una ((masturbaci´ on intelectual)) en la que lo esencial es la hipertrofia irracional de la disciplina propia: producir, en desbocada met´ astasis, toneladas y m´as toneladas de art´ıculos, programas, seminarios etc., etc., cuyo impresionante volumen se considera signo de que el campo de estudio propio posee una importancia extraordinaria. Y, mientras, los estudiantes se quedan en la m´as absoluta orfandad. ¿Unidad del saber? ¿Aspiraci´ on a la belleza, la verdad y la sabidur´ıa? ¿Sacrificio del ego y sus opiniones en aras de un servicio desinteresado a la realidad objetiva de las cosas? ¿Veneraci´on por el acervo cultural heredado al menos desde Grecia? Lenguaje anacr´onico, palabras que hay que condenar al ostracismo. La nueva consigna se mueve en una direcci´ on completamente opuesta: guerra sin cuartel a la tradici´ on, difusi´ on sistem´ atica del caos y la irracionalidad por todos los intersticios del gran edificio universitario. Esto es lo que parece exigir el carnavalesco esp´ıritu de nuestro tiempo, que pretende quemar en una inmensa pira, y en nombre de un nuevo concepto de ((libertad)), los venerandos libros que han custodiado hasta ahora el tesoro de nuestra cultura. Esta es la gran revoluci´ on que Allan Bloom, prestigioso profesor de la Universidad de Chicago, denunciaba, a finales de la d´ecada de 1980, en El cierre de la mente moderna. Su l´ ucido an´ alisis se refer´ıa a la evoluci´ on de la Universidad americana desde 1950 a 1980, pero mantiene hoy en d´ıa todo su valor. En s´ıntesis: para Bloom, la Universidad contempor´anea europea o americanase ha quedado sin alma. El virus del m´as absoluto relativismo se le ha colado hasta el tu´etano. Ya no tiene ning´ un corpus de alta cultura que ofrecer a sus estudiantes. Dicho de otra manera: el sagrado ((esp´ıritu universitario)) de anta˜ no se encuentra hoy a punto de expirar. La Universidad, enferma de narcisismo e indiferencia a la sabidur´ıa, ha vendido su alma al demonio de una especializaci´on parox´ıstica. Y, porque ha perdido su propia alma, ya no es para sus estudiantes una ((alma mater)), es decir, una madre nutricia que les proporciona el alimento del aut´entico saber. L´ ogicamente, una Universidad as´ı ya no aspira a llegar al alma de los j´ovenes universitarios, ni a ser para ellos una experiencia vital, intelectual y espiritual decisiva. Y en esto consiste su culpa, su cat´ astrofe y su tragedia. Dec´ıa el antiguo lema de los salesianos: Da mihi animas, cetera tolle. Es decir: dame las almas y ll´evate lo dem´ as. Lo que Bloom denuncia respecto a la Universidad de nuestros d´ıas es justo lo contrario: que le da igual el alma de sus alumnos, y que ya no pretende iniciarlos en el misterio de ninguna alta y hermosa sabidur´ıa. Sin duda, estamos aqu´ı ante uno de los mayores desastres culturales de nuestro tiempo.
˜ QUE 4. AFGANISTN. EL DANO CAUSA ZAPATERO Grupo de Estudios Estrat´ egicos (GEES) http://www.gees.org Las tropas espa˜ nolas no se retirar´ an de Afganist´an, seg´ un se afirma en el borrador del programa electoral del PSOE. De un documento de 196 hojas, ni m´as ni menos que p´ agina y media se dedica a la pol´ıtica de Defensa y a las Fuerzas Armadas. No cabe mayor desprecio hacia lo militar que el preparado por el equipo de ZP. Si en su programa electoral de 2004 la prioridad era la pol´ıtica europea de defensa, sin renunciar a una relaci´ on trasatl´ antica robusta y al firme compromiso con la OTAN, en 2008 el protagonismo se lo lleva casi por entero Naciones Unidas. Contribuir al m´ aximo protagonismo de la ONU en el escenario internacional y, especialmente, en la decisi´ on, dise˜ no, conducci´ on y seguimiento de las operaciones de paz es la prioridad de los socialistas, seguida de cerca por el reforzamiento de la UME (Unidad Militar de Emergencia), mientras se relega a un segundo plano a Europa y apenas se menciona a la OTAN. De los buenos, buenismos y buenisimos prop´ ositos del PSOE nos quedamos con el mantenimiento del compromiso militar con Afganist´ an, aunque si por Rodr´ıguez Zapatero fuera, nuestras tropas se vendr´ıan ma˜ nana mismo. ¿Pero para qu´e y en qu´e condiciones se quedan y se quedar´ an nuestras tropas? El Gobierno socialista insiste en que nuestra presencia en Afganist´ an es de la mano de la ONU, escondiendo que estamos bajo el mando operativo de la OTAN, la que seg´ un Zapatero no legitima, pero que a su pesar funciona bastante mejor que su adorada ONU. Zapatero insiste tambi´en en que se trata de una operaci´ on de mantenimiento de la paz, de lucha contra el hambre, la pobreza y el analfabetismo, y por la emancipaci´ on de la mujer. Pero para eso est´ an las ONGs y, desde marzo de 2002, la Misi´ on de Asistencia de la ONU en Afganist´ an (UNAMA). Aunque Zapatero no lo sepa, decenas de trabajadores humanitarios han muerto el a˜ no pasado en estas tierras por la carencia de seguridad que reina en el pa´ıs afgano. ¿Y las tropas? Las fuerzas militares, si est´ an desplegadas y estructuradas de forma adecuada, pueden ofrecer protecci´ on, comunicaciones, capacidades de coordinaci´ on y control, apoyo log´ıstico y evacuaci´ on sanitaria a multitud de organizaciones. Pero si es por el PSOE, nuestras tropas continuar´ an en Afganist´ an limitando al m´aximo las salidas de las bases de sus contingentes, para evitar a Zapatero las impopulares v´ıctimas. Las numerosas restricciones -escritas y no escritasa nuestros militares, sobre el cu´ ando y el c´ omo
emplear las propias fuerzas, y las reticencias para proporcionar las capacidades adicionales necesarias para reforzar la expansi´ on de la operaci´ on, est´ an dando al traste con ella. La escasa libertad de actuaci´on est´ a desgastando a los propios militares, que no pueden arriesgar sus vidas para intervenir en una situaci´ on por muy amenazadora que sea o por muchas v´ıctimas, afganas o extranjeras, que pueda costar. Con impotencia se ven obligados a dejar que fracase su misi´ on, de la que depende la vida de muchos civiles, en Afganist´an y fuera de ´el, incluidos quienes s´ı deben llevar a cabo y de hecho llevan, misiones humanitarias. Zapatero esto ni se lo imagina, obsesionado con la paz, con evitar el uso de la fuerza y con evitar que nuestros soldados usen la fuerza y cumplan con su misi´ on. Est´ a pervirtiendo el significado de nuestra presencia all´ı, y eso est´ a teniendo un coste. Conviene preguntarse cu´ antas v´ıctimas inocentes est´ a causando esta pol´ıtica, y cu´ al es el da˜ no que Zapatero est´ a causando a la lucha contra el hambre, la pobreza y los derechos b´ asicos de hombres y mujeres.
5. SANTO TOMS Y LOS ((INTELECTUALES PROGRAMADOS)) Urbano Alonso del Campo http://www.conoze.com El pasado d´ıa 28 de enero se ((celebr´ o)) el d´ıa de Santo Tom´ as de Aquino, patr´ on de las Universidades europeas. El entrecomillado significa el olvido tanto de la figura del santo como del significado de la celebraci´ on, que este a˜ no ha coincidido por pocas fechas con el bochornoso espect´ aculo de la censura de Benedicto XVI en ((La Sapienza)), universidad fundada por la Iglesia. (N.E.) Recientemente, un sereno y sensato pensador, hablaba de los ((intelectuales programados)), como lo opuesto justamente, del intelectual libre y honesto que no se deja llevar por la moda o el esnobismo, ni se impresiona por la huidiza y transitoria fama. El verdadero intelectual jam´ as es oportunista o demagogo de turno; busca con asiduidad, disciplina y empe˜ no la objetividad, buscando el c´ alido clima de la verdad, sentida y gozosamente gustada manteniendo una oferente disponibilidad y compartiendo sin ego´ısmos cerrados y angostos lo que debe ser patrimonio com´ un. Los intelectuales ((programados)), como nos advert´ıa nuestro autor, pueden crear moda, pueden hacer costumbre de buen tono. Mas que adscribirse a una ideolog´ıa o adhiri´endose a ella, la ilustran con sus divagaciones, la barnizan con sus ocurren-
cias y la bru˜ nen con su estilo. De este modo va naciendo la moda intelectual. Casi siempre tarada por dos vicios importantes: la superficialidad y el malentendido. As´ı nos fue dado asistir a las apolog´ıas, alegres y despreocupadas de los totalitarismos, de los de derechas y de los de izquierdas. Y no eran apolog´ıas meramente est´eticas, sino apolog´ıas con aire filos´ofico. Eran, en suma, la moda. Para revitalizarla, para inyectar la energ´ıa operante, se echa mano con frecuencia del pasado. En unos casos del pasado hist´orico; en otros del pasado ideol´ ogico. Y, en ambos casos, con evidente falseamiento de las premisas y subsiguiente adulteraci´ on de las consecuencias. Esta situaci´ on me invita a reflexionar sobre la actitud intelectual de Tom´ as de Aquino. Ya casi olvidada la festividad lit´ urgica y acad´emica del Aquinatense me ha hecho repensar una vez m´as la calidad de su magisterio lleno de honestidad intelectual, para situarse en el aqu´ı y en el ahora en la historia viva del pensamiento, en los ant´ıpodas de los intelectuales programados, lo que me obliga a˜ no tras a˜ no a un di´alogo amigo con Tom´ as de Aquino. Su pensamiento filos´ofico, teol´ogico y humanista, sus formulaciones densas no tienen siempre un cierto aire de suave brisa, pero s´ı de anhelo y expresi´ on profunda. La biograf´ıa de Santo Tom´ as, tan llana, tan mon´ otona, es un tanto parad´ojica en su superficie, sobre todo si no la contemplamos desde una perspectiva hist´orica. Si hacemos una cala de reflexi´ on en su entra˜ na, circunstancias y contexto hist´orico, resulta todo lo contrario: una biograf´ıa rica, ((actuosa)), erizada de perspectivas intelectuales, colmada de disputas acad´emicas; en una palabra de dinamismo de mente y de coraz´ on. No pretendo hacer el paneg´ırico del instinto intuitivo, sino aplicarme a hacer una semblanza del d´ıa que para m´ı es de todos los d´ıas, al recordar esta festividad de Tom´ as de Aquino. Empecemos por su estructura. Primero, la estructura f´ısica; despu´es, la estatura intelectual; y por fin la estatura moral. Con las tres juntas, aglutinadas en un todo u ´ nico, se puede obtener f´ acilmente la semblanza o el boceto del denominado Doctor Ang´elico. En lo f´ısico, era muy corpulento, un napolitano bien criado. Era una buena base corp´ orea para sostener una gran cabeza, redonda, de ancha frente y ojos como soles. Los testigos que declararon en su proceso de canonizaci´ on coincidieron en afirmar estos detalles de su estructura f´ısica. Algunos recientes eruditos han dicho que no fue un tipo napolitano, pensaban que el tipo o el prototipo italiano es vivaracho, trovador y encantador. Chersterton, genial maestro de la paradoja, en una biograf´ıa de Santo Tom´ as, nos dice con su fino humor y gran hondura, ha hecho el paralelismo y el contraste entre los dos grandes santos
italianos: Tom´ as de Aquino y Francisco de As´ıs, y ha visto el retrato de Santo Tom´ as a trav´es de la ((Disputa)) de Rafael y del lienzo Ghirlandaio: una corpulencia mastod´ ontica sosteniendo una cabeza de emperador romano. Una cabeza como la de Napole´ on o la de Mussolini, pero de proporciones m´as gigantescas. El mismo Chersterton, tan amigo siempre de la iron´ıa, contempl´ o a Santo Tom´ as como un tonel de vino, como un buey alado de la mitolog´ıa asirio-babil´onica. Y, como buen ingl´es se imagin´o a San Francisco y al Aquinate bajando de una colina como un Don Quijote y un Sancho Panza medievales. Esto, como es natural, no era m´as que la corteza, forzando un poco el juego de comparaciones para revelar que lo que quer´ıa decir era otra cosa. El retrato intelectual va m´as all´ a de la realidad f´ısica. Hay que adentrarse, con otros criterios en esa corpulencia humana. La cabeza es ya un ´ındice de su talla mental y se ha exagerado su dimensi´ on f´ısica para deducir por analog´ıa -m´etodo t´ıpico de conocer muy usado por la escol´ astica-, la hoguera de verdad que all´ı ard´ıa. La sed de ahitarse del u ´ ltimo porqu´e de la realidad, la capacidad y orden de la dimensi´ on arquitect´ onica. Aunque los m´as revoltosos de sus condisc´ıpulos le cre´ıan un zote -le denominaban el ((buey mudo))- su maestro, Alberto Magno los desenga˜ no´ con medidas m´as justas dici´endoles que era un estudiante con vocaci´on y capacidad extraordinaria, pero humilde. Hoy es posible desde la perspectiva hist´orica medir la estatura intelectual de Tom´ as de Aquino, en su gigantesca obra. Ah´ı est´ a una mole cicl´opea de libros y tratados a trav´es de los cuales se puede llegar a inducir algo para reconstruir la batalla intelectual de Tom´ as de Aquino. La definici´ on busca el contacto de la realidad con la idea. Cuando la realidad es muy compleja, hay que ir por otro camino: por el de la comparaci´ on o el de met´ afora. Y esto es lo viable en nuestro caso. Pir´ amides, dec´ıa Lacordaire; catedrales g´ oticas de la teolog´ıa, han dicho otros, ((monumentum aere perennius)) (Monumento m´as perenne que el bronce) repiten los que han le´ıdo a Horacio. Da igual. Son analog´ıas. La realidad es testimonial. El aspecto moral de Tom´ as de Aquino fue la de un Santo que no olvid´ o nunca que era hombre. Un profesor riguroso y amable. Un hermano de todos y de todas las horas. ((Il buon frate Tomasso)) era el mote con que sus coet´aneos amigos y enemigos, le conoc´ıan. El mismo mote con que lo designa el Dante en la ((Divina Comedia)) y Fray Ang´elico en sus frescos. No se impacient´ o sino para buscar la verdad. O por repeler el error. Su u ´ nica tentaci´on acentuada, su pasi´on esencial fue la verdad. La Verdad y la verdad. Dios y el mundo creado. Cincuenta a˜ nos gast´o en esta b´ usqueda. Una eternidad en poseerla.