´ SENTIDO COMUN, # 3, ABRIL 2007 Contra el juicio suspendido y el alma dormida
1. EDITORIAL En esa obra maestra que son sus Confesiones se refiri´ o San Agust´ın a las ”ganancias de fango, que no pueden tomarse sin mancharse las manos”. Hay sin embargo gentes dispuestas a recoger ganancias no ya de fango, sino de sangre. De la sangre de las v´ıctimas. La inteligencia de la situaci´ on que vivimos hoy en Espa˜ na exige mirar cara a cara a estos comerciantes viles, porque no comercian con su patrimonio, sino con el nuestro, con el de incontables generaciones de espa˜ noles antes de nosotros, con el patrimonio de las generaciones venideras y con los centenares de v´ıctimas que conocen mejor que nadie cual es el peso y el significado de ese patrimonio. Hay como decimos que mirar a la cara a estos mercaderes del bien com´ un robado y diagnosticar correctamente su insania. No es, como err´ oneamente algunos dicen, que este gobierno se haya rendido al terror. Es que ha formado sociedad con ´el, porque tienen ambos el mismo sustrato: un odio feroz contra Espa˜ na. Habr´ıa que aclarar sin embargo que no es la existencia de Espa˜ na como naci´ on lo que se amenaza, es torre demasiado elevada para estos conspiradores que van escasamente m´as all´ a de los estudios primarios. Lo que se amenaza es su funcionamiento como Estado, y si hemos de prestar atenci´ on al silencio vergonzoso de los que no tienen otra misi´ on que garantizar su existencia, comenzando por el que fuese jefe de las Fuerzas Armadas y Jefe de Estado cuando a´ un estaba vigente la Constituci´on de 1978, si hemos de prestar atenci´ on decimos a ese silencio indignante, no erraremos mucho el diagn´ostico si decimos que el Estado ha dejado de existir y funcionar como tal. ¿Qu´e queda? Una superestructura que administra menos de la quinta parte de los frutos del trabajo de los espa˜ noles, pervertida por una ideolog´ıa
criminal y que busca solidez no ya en la Ley y el orden y la voluntad del pueblo, sino en la amenaza no disimulada de una guardia pretoriana presidencial, al estilo t´ıpicamente gansteril que caracteriza al psoe y a sus socios. Nada podr´ıa hacer eta contra Navarra si el gobierno simplemente se abstuviese de intervenir. Bastar´ıa entonces la aplicaci´ on de la Ley de Partidos. Pero para que los asesinos se lancen al asalto de los ayuntamientos, para que metan sus manos en los fondos p´ ublicos y den algunas vueltas m´as de tuerca al terror, para que instauren su imperio de maldad, necesitan que el gobierno les haga parte del trabajo, que pase un trapo sucio que disimule temporalmente la sangre, que el gobierno env´ıe a sus perros contra lo que queda del poder judicial y que finalmente la Justicia sea burlada con impunidad. No es entonces que el gobierno se haya rendido: el gobierno de Espa˜ na ha ca´ıdo en manos de mercaderes de fango y sangre que en sociedad con eta y en comuni´on con los mismos principios de rencor y odio arremeten ya para demoler lo poco que queda del Estado. Que todo espa˜ nol decente se apreste a la defensa de su Naci´on. Que tengamos desde hoy el horizonte de restituir su funcionamiento como Estado y, m´as a´ un, de perfeccionar una Constituci´on que se ha mostrado en extremo d´ebil. Los destinos de nuestra patria no pueden estar al albur de personajes sin altura moral ni intelectual colocados a los mandos por el azar o los accidentes. 2. APUNTES PARA UNA CRISIS (IX): FIRMAR EN NOMBRE DE OTROS Luis del Pino en el blog Los enigmas del 11-M; http://www.libertaddigital.com
Esta semana han pasado relativamente inadvertidas las consecuencias que cabe deducir de una noticia estremecedora. La retirada de cargos a Otegui por orden de Zapatero ha sido respondida por Batasuna con nuevos desplantes a ese Gobierno que saben que est´ a rendido. Ha dicho Batasuna que piensa concurrir a las elecciones; ha recalcado Otegui que no tiene intenci´on de condenar la violencia; ha amenazado Pernando Barrena con hacer p´ ublicos los acuerdos firmados con el PSOE antes del anuncio del alto el fuego de ETA. Y ´esta es la noticia a la que quiero referirme. Que exist´ıan esos acuerdos era algo ya sabido. De hecho, resulta m´as que dudoso que esos acuerdos s´ olo est´en vigentes desde antes del anuncio del alto el fuego: lo m´as probable es que los acuerdos existan con anterioridad al propio 11-M. La noticia consiste, en realidad, en la confirmaci´on del contenido de los acuerdos, m´as que en su propia existencia. Seg´ un ha revelado Gara, el Gobierno de Zapatero se habr´ıa comprometido, a cambio del anuncio de alto el fuego y de otra serie de condiciones (como el cese de las extorsiones y de la adquisici´ on de nuevas armas), a respetar el derecho a decidir de los vascos; a crear alg´ un tipo de ´ organo de coordinaci´ on entre Euskadi y Navarra, como preludio de una futura integraci´ on; y a cesar en el acoso policial y judicial a ETA. Resulta estremecedor que existan esos acuerdos firmados. Pero lo m´as terrible es lo que cabe deducir del contenido que ahora conocemos. Porque lo que esos acuerdos significar´ıan es, ni m´as ni menos, que Zapatero se habr´ıa comprometido con ETA a acabar con la separaci´ on de poderes y con la propia Constituci´on. Que el Gobierno se comprometa a cesar en el ”acoso policial” a ETA es algo que cae, muy probablemente, en el campo de lo delictivo, pero se encuentra dentro del ´ ambito de decisi´on del Ministerio de Interior y, por tanto, del Gobierno. Sin embargo, ¿c´ omo puede firmar el presidente de Gobierno, en sus acuerdos con ETA, que va a cesar el ”acoso judicial”? En Espa˜ na, el poder judicial es un poder independiente. No existe forma legal, por tanto, de que Zapatero se comprometa en nombre de los jueces a que cese ese ”acoso judicial”. Si Zapatero o sus enviados han firmado esos acuerdos, eso querr´ıa decir, ni m´as ni menos, que est´ a firmando un cheque sin fondos, prometiendo a unos asesinos algo que sabe que no puede cumplir. O, por el contrario, que est´ a dispuesto a violentar las leyes, a acabar con la separaci´ on de poderes, para conseguir por medios extralegales que los jueces renuncien a perseguir a los miembros de la banda. ¿Qu´e medios extralegales ser´ıan esos? ¿Qu´e pre-
siones va a ejercer, o est´ a ejerciendo, Zapatero sobre unos jueces que, al menos en teor´ıa, no est´ an sometidos a su voluntad? ¿C´omo puede Zapatero firmar en nombre de unos jueces que forman un poder independiente? Otro tanto cabe decir del compromiso a respetar ”el derecho a decidir de los vascos”. La Constituci´ on espa˜ nola atribuye la soberan´ıa al pueblo espa˜ nol en su conjunto. No cabe en esa Constituci´on, por tanto, ning´ un ”´ ambito vasco (o vasconavarro) de decisi´on”. En consecuencia, Zapatero habr´ıa firmado unos acuerdos expropiando esa soberan´ıa popular y atribuyendo al Gobierno unas facultades de las que carece. Zapatero habr´ıa firmado, en nombre del pueblo espa˜ nol y sin autorizaci´on de ´este, una renuncia de soberan´ıa que posibilitar´ıa ese ”derecho de autodeterminaci´on” que la banda exige. ¿Y c´ omo piensa Zapatero que puede hacer honor a ese compromiso, salvo violentando interpretativamente la Constituci´on y recurriendo, de nuevo, a la presi´ on extralegal sobre los magistrados que componen el tribunal encargado de garantizar el respeto de nuestra norma suprema? Zapatero habr´ıa firmado, por tanto, en nombre de otros. Lo que quiere decir que est´ a dispuesto a retirar a esos otros las potestades que les corresponden y a asumir un poder que la Constituci´on no le concede. Zapatero habr´ıa decidido, en el momento de estampar sus enviados esa firma en el documento ignominioso, que cualquier medio es admisible para garantizar el pago. Zapatero habr´ıa decidido, al firmar ese pacto de sangre, que el Gobierno tiene que acabar con los mecanismos de control democr´atico y con la propia soberan´ıa del pueblo espa˜ nol. El golpe de estado permanente puesto en marcha con el 11-M llega as´ı a su culminaci´ on.
3. CONVENCER A LA MAYOR´ IA O PREPARAR LA RESISTENCIA Alberto Recarte. Opini´ on en Libertad Digital; http://www.libertaddigital.es Tenemos un presidente del Gobierno y unos partidos pol´ıticos (PSOE, IU y los nacionalistas) que no respetan las leyes. No cumplen la Constituci´on y creen que Espa˜ na como Naci´on es un error hist´orico y que ahora es el momento de trocearla como Estado. Por eso han aprobado el Estatuto catal´ an y han pactado con Batasuna-ETA, la excrecencia armada del nacionalismo vasco, cuyas acciones violentas son justificadas unos d´ıas por unos y otros por otros. Rodr´ıguez Zapatero, el libertador de De Juana Chaos y amigo de Otegi, el dirigente de Batasuna, a quien considera un hombre de paz, tiene, por m´as alucinante que parezca,
planteamientos guerracivilistas. Cree que hay que reanudar el enfrentamiento entre las dos ya inexistentes Espa˜ nas, para que ahora ganen los partidos de izquierda y los nacionalistas. Y est´ a dispuesto a aceptar la violencia de ETA, como demuestra su comportamiento tras el atentado de Barajas. Que la Espa˜ na del siglo XXI sea totalmente ajena a esos planteamientos rupturistas ni le importa ni le interesa. l es y act´ ua como un revolucionario que desprecia el ordenamiento jur´ıdico. Sabe Rodr´ıguez Zapatero, y saben sus aliados, que s´ olo el PP sigue defendiendo Espa˜ na como Estado y como Naci´on; por eso necesitan destruirlo. Y la forma m´as eficaz de hacerlo, como siempre con cualquier partido pol´ıtico, es crear disidencias internas. En el caso del PP, los disidentes son un grupo de altos dirigentes que creen excesivo y poco electoralista el discurso nacional de su partido aunque sea compartido, eso s´ı, por la inmensa mayor´ıa de los militantes y de los votantes. Para el Gobierno, el enemigo a batir son Esperanza Aguirre, Acebes y Zaplana, demonizados por los medios de comunicaci´on de la izquierda, de los nacionalistas y de los pobres de esp´ıritu. S´ olo un rotundo triunfo electoral del PP, ahora en las municipales y auton´ omicas y despu´es en las pr´oximas generales, puede parar el proceso de descomposici´ on del Estado espa˜ nol. Recomponerlo es harina de otro costal. Ser´ıa necesario un nuevo proyecto constitucional, un refer´endum y volver a ganar por mayor´ıa absoluta otras elecciones generales inmediatas. Es muy posible que lo que he expuesto en los p´ arrafos anteriores le suene a chino a muchos espa˜ noles. Y no porque sean pasotas o irresponsables. Simplemente ese discurso pol´ıtico es complejo y las necesidades personales, las preocupaciones familiares y el trabajo diario llenan la capacidad de reflexi´on de muchos votantes, que no imaginan las consecuencias, en sus vidas personales, de la ruptura del Estado espa˜ nol y no terminan de creerse que Rodr´ıguez Zapatero no sea s´ olo falso y mentiroso, sino que su objetivo sea la destrucci´on del Estado espa˜ nol. Si los que defendemos la Constituci´on, y a nivel de representaci´on pol´ıtica s´ olo lo hace el PP, no ganamos con claridad las dos pr´oximas convocatorias electorales, nos encontraremos con un escenario mucho peor que el actual. Rodr´ıguez Zapatero y sus aliados actuar´ an como lo hizo el partido nazi tras ganar las elecciones de 1933. Espa˜ na se habr´ a convertido en una parodia, latinoamericanizada, de lo que significaron el fascismo y el nazismo en los a˜ nos treinta del siglo pasado. Y en esa tesitura hay que preparar la resistencia. A nivel personal y a nivel pol´ıtico. Porque, como ha demostrado repetidamente la historia de la Espa˜ na moderna, cuando los espa˜ noles se den
cuenta de lo que han hecho con su vida y su futuro, reaccionar´ an. Como lo hicieron los pueblos de toda Espa˜ na tras contemplar, sin darle importancia, la invasi´ on francesa de 1808 hasta el 2 de mayo. No hubo reacci´on a nivel popular hasta esa fecha porque la invasi´ on hab´ıa sido bendecida por los dirigentes pol´ıticos de la ´epoca, los Borbones -padre e hijo-, los intelectuales, y la burgues´ıa acomodada, a los que posteriormente se identific´ o como afrancesados. Digo preparar la resistencia, porque Espa˜ na como Estado no podr´a funcionar durante unos a˜ nos, pero la Naci´on espa˜ nola no habr´ a desaparecido y ser´ an mayor´ıa los que pedir´an -en un futuro indeterminado- la reconstrucci´ on pol´ıtica de Espa˜ na. Y preparar la resistencia porque el modelo vasco, de partido nacionalista que condena la violencia pero cuya polic´ıa -siguiendo las instrucciones de su Gobierno- permite la impunidad al entorno de ETA-Batasuna, se extender´ a. Y se perseguir´a no s´ olo a los que, como en Catalu˜ na, pretenden hablar en espa˜ nol, sino a todos los que no se identifiquen con los reg´ımenes totalitarios que nos quieren imponer. Y cuando esos comportamientos sectarios sean cotidianos en la Espa˜ na no enferma de nacionalismo, la mayor´ıa de los espa˜ noles reaccionar´ an, buscando, nuevamente, el imperio de la ley y el restablecimiento del Estado de Derecho. Y, adem´as de nuestra propia experiencia hist´orica, tenemos ejemplos cercanos, en Europa, de rebeliones c´ıvicas no violentas que han logrado reformas constitucionales y elecciones generales libres frente a comportamientos totalitarios de sus gobernantes. Porque, para desesperaci´ on de los Rodr´ıguez Zapatero de turno, Espa˜ na, hagan lo que hagan, seguir´a existiendo como Naci´on y la mayor´ıa de los espa˜ noles querr´ a que vuelva a funcionar como Estado.
4. LA RIQUEZA DE GENERACIONES: CAPITALISMO Y LA FE EN EL FUTURO Johan Norberg, fragmento. Cortes´ıa de Contrapeso.Info. El art´ıculo completo puede encontrarse en http://www.liberalismo.org Creer en el futuro es quiz´a el m´as importante valor para una sociedad libre. Es lo que hace que estemos interesados en lograr una educaci´ on, o en invertir en un proyecto, o incluso en ser amables con nuestros vecinos. Si pensamos que nada puede mejorar o si creemos que el mundo se acabar´ a pronto, entonces no nos esforzaremos en lograr un futuro mejor y m´as civilizado. Y todos seremos miserables.
Los fil´osofos de la Ilustraci´on crearon la fe en el futuro durante los siglos XVII y XVIII, haci´endonos reconocer que nuestras facultades racionales pueden entender al mundo y que con libertad podemos mejorarlo. El liberalismo econ´ omico prob´ o que estaban en lo correcto. Adam Smith explic´o que no es de la benevolencia del carnicero que esperamos nuestra carne, sino de su propio inter´es; es mucho m´as que una afirmaci´ on econ´ omica, es una visi´ on del mundo. Es una manera de decir que el carnicero no es mi enemigo. Al cooperar e intercambiar voluntariamente, ambos ganamos. Y hacemos del mundo un mejor lugar, paso a paso. Desde esos d´ıas, la humanidad ha logrado un progreso sin precedente. Pero sorprendentemente no vemos eso, por causa de viejos mecanismos mentales que fueron desarrollados en ´epocas m´as peligrosas, cuando la ganancia de uno era con frecuencia la p´erdida de otro. Esta noche, hablar´e de esos mecanismos, de lo que son y c´ omo tratar con ellos. Y un buen lugar para comenzar es con una ideolog´ıa que ha aprovechado al m´aximo esos viejos mecanismos mentales: el socialismo. Carlos Marx explic´ o que el capitalismo har´ıa m´as ricos a los ricos y m´as pobres a los pobres. En el mercado libre, si uno ganaba el otro perd´ıa. La clase media se convertir´ıa en proletariado y el proletariado morir´ıa de hambre. Fue un momento desafortunado para hacer esa predicci´ on. La revoluci´ on industrial dio libertad para innovar, producir y comerciar, y cre´ o riqueza en una escala enorme. Lleg´o a la clase trabajadora, ya que la tecnolog´ıa los hizo m´as productivos y de mayor valor para sus empleadores. Sus ingresos se elevaron estrepitosamente. Lo que sucedi´ o fue que los proletarios se volvieron clase media y la clase media comenz´ o a vivir como la clase alta. El pa´ıs m´as liberal, Inglaterra, lider´ o ese camino. De acuerdo a las tendencias de la humanidad hasta ese entonces, se hubieran necesitado 2,000 a˜ nos duplicar el ingreso medio. A mitad del siglo 19, los ingleses lo hicieron en 30 a˜ nos. Cuando muri´ o Marx en 1883, el ingl´es promedio era tres veces m´as rico que el a˜ no en el que Marx naci´ o, en 1818. Los pobres en las sociedades occidentales tienen vidas m´as largas, con mayor acceso a bienes y tecnolog´ıas, y m´as oportunidades que los monarcas en tiempos de Marx. Muy bien, dijo Lenin, el malvado aprendiz de Marx, nos equivocamos en eso. Pero la clase trabajadora de Occidente s´ olo pudo enriquecerse porque fue sobornada por los capitalistas. Alguien tuvo que pagar el coste de esos sobornos: los pa´ıses pobres. Lenin quiso decir que el imperialismo era el siguiente paso natural del capitalismo, por el que los pa´ıses pobres dedicaban su trabajo y sus recursos a satisfacer a Occidente. El problema de esta teor´ıa es que todos los continentes se volvieron m´as ricos, si
bien a un paso diferente. El europeo occidental o el norteamericano es 19 veces m´as rico que en 1820, pero un latinoamericano es 9 veces m´as rico, un asi´ atico 6 veces y un africano, 3. ¿De d´ onde fue robada la riqueza? La u ´ nica manera de que esta teor´ıa de suma cero se mantuviera en pie es que se hubieran encontrado los restos de una nave espacial muy avanzada a la que saqueamos hace 200 a˜ nos. Y ni siquiera eso salvar´ıa la teor´ıa. Necesitar´ıamos saber a qui´en hab´ıan quitado esa riqueza los extraterrestres. Es correcto decir que el colonialismo fue a menudo un crimen, y que en muchas instancias llev´ o a terribles acciones. Pero la globalizaci´on en las u ´ ltimas d´ecadas muestra que la existencia de pa´ıses ricos facilita el desarrollo de los pa´ıses pobres, cuando ambos participan en un intercambio voluntario y libre de ideas y bienes. (...) Por lo tanto, las oportunidades de un pa´ıs pobre con instituciones abiertas, proclives al libre mercado, se elevan conforme el mundo se desarrolla m´as. A Inglaterra le llev´ o 60 a˜ nos duplicar su ingreso a partir de 1780; Suecia hizo lo mismo en 40 a˜ nos. Un siglo despu´es, pa´ıses como Taiw´an, Corea del Sur, China y Vietnam lo han hecho en menos de 10 a˜ nos. Durante los a˜ nos 90, el siglo pasado, pa´ıses pobres en los que en conjunto viven unos 3.000 millones de habitantes se han integrado a la econom´ıa global y han visto elevar sus tasas de crecimiento hasta casi el 5ingreso promedio se duplica en menos de 15 a˜ nos. Debe compararse esto con el crecimiento m´as lento de los pa´ıses ricos y el crecimiento negativo en otros pa´ıses pobres donde viven 1.000 millones de personas. Estos pa´ıses, ´ especialmente en la Africa sub-sahariana, son los menos liberales, menos capitalistas y menos globalizados. Parece que Lenin entendi´o las cosas al rev´es: los pa´ıses pobres que est´ an conectados con los pa´ıses capitalistas por medio del comercio y la inversi´ on crecen m´as r´ apidamente que los dem´ as, no se vuelven m´as pobres. Ambos, Marx y Lenin se equivocaron. Ahora, es el turno de un economista socialista moderno, Robert Heilbroner, quien en 1989 admiti´o c´elebremente: Menos de 75 a˜ nos despu´es del inicio oficial de la competencia entre capitalismo y socialismo, ´esta se acab´ o: el capitalismo ha ganado. Los grandes cambios que est´ an sucediendo en la URSS, China y Europa del Este nos han dado la prueba m´ as clara posible que el capitalismo organiza m´ as satisfactoriamente los asuntos materiales de la humanidad que el socialismo.
(New Perspectives Quarterly, Oto˜ no de 1989) Pero Heilbroner no hizo las paces con el capitalismo. Las mentalidades de suma cero no mueren f´acilmente. Alguien ha tenido que pagar por el ´exito del sistema, ¿verdad? Pues s´ı, efectivamente. Heilbroner ha dicho que a´ un se opone al capitalismo, pero ahora porque significaba un alto coste ambiental. Despu´es de oponerse al capitalismo porque creaba desperdicios, ineficiencias y pobreza, un socialista ahora podr´ıa oponerse al capitalismo porque es eficiente y crea mucha riqueza, y eso destruye la naturaleza. Ese argumento es tan popular como falso. Antes que nada, los peores problemas ambientales no son las chimeneas. Es mucho peor que la gente queme madera, carb´ on, los desperdicios de las cosechas y esti´ercol para cocinar y calentarse. S´ı, la producci´on moderna de energ´ıa crea problemas ambientales pero no mata a nadie cada 20 segundos, como ese asesino en las cocinas. Y las enfermedades trasmitidas por el agua matan otros 5 millones cada a˜ no. Tan s´ olo el n´ umero de personas que mueren por causa de estos dos problemas ambientales tradicionales es 300 veces superior al n´ umero de muertos en guerra en un a˜ no. Estas enfermedades, por cierto, han sido eliminadas en las naciones industrializadas de la tierra. M´ as a´ un, cuando nos volvemos m´as ricos tambi´en podemos enfrentarnos a los nuevos problemas ambientales que las nuevas industrias crean. Cuando tenemos los recursos para salvar a ambos, a nuestros hijos y a nuestros bosques, empezamos a pensar en salvar a la naturaleza, para lo que el progreso econ´ omico y tecnol´ ogico nos da los medios. El medio ambiente es el resultado de un giro en las preferencias. En los u ´ ltimos 25 a˜ nos la contaminaci´on del aire en Europa se ha reducido en 40 % y en los Estados Unidos, el 30 %. Tenemos estudios detallados de la calidad del aire en Londres desde el siglo XVI, que se deterior´ o hasta 1890, para mejorar desde entonces: hoy es tan limpio como lo era en la Edad Media. Los bosques han crecido cada d´ecada en los Estados Unidos y la Uni´ on Europea desde los a˜ nos 70. Lagos y r´ıos est´ an menos contaminados. La cantidad de petr´ oleo que se ha derramado en los oc´eanos se ha reducido en 90 % desde 1980. S´ı, seguro tenemos grandes problemas ambientales frente a nosotros. Pero tuvimos a´ un mayores problemas antes, y logramos solucionarlos gracias a mayor riqueza, conocimiento y tecnolog´ıa. Y no veo raz´ on por la que no sigamos haciendo lo mismo. (...)
5. 300 Para unos, ”300” es una pel´ıcula fallida, en exceso alejada de la verdad hist´orica. Para otros, es un relato impresionista que respeta esencialmente la gesta que narr´o Her´ odoto. Para una facci´on de la izquierda distinguida por lo angosto de su universo sem´antico, la pel´ıcula es...¿adivinan el adjetivo? Pues claro, fascista. Dej´emoslos estar y traigamos aqu´ı unos fragmento del libro VII, Polimnia, de la Historia de Her´ odoto. XXXII. Lo primero que hizo Jerjes llegado a Sardes fue destinar embajadores a la Grecia, encargados de pedir que le reconociesen por soberano con la f´ ormula de pedirles la tierra y el agua y con la orden de que preparasen la cena al rey, cuyos embajadores envi´ o Jerjes a todas las ciudades de la Grecia menos a Atenas y Lacedemonia. El motivo que tuvo para enviarles fue la esperanza de que atemorizados aquellos que no se hab´ıan antes entregado a Dar´ıo cuando les pidi´ o la tierra y el agua, se le entregar´ıan entonces; y para salir de esta duda volvi´ o a repetir las embajadas. LVI. Pasado Jerjes a la Europa, estuvo mirando desfilar a su ej´ercito compelido de los oficiales con el azote en la mano, paso en que se emplearon siete d´ıas enteros con sus siete noches, sin parar un instante s´ olo. D´ıcese que despu´es que acab´ o Jerjes de pasar el Helesponto, exclam´ o uno de los del pa´ıs: ”¡Oh J´ upiter! ¿a qu´e fin t´ u ahora en forma de persa, tomado el nombre de Jerjes en lugar del de Jove, quieres asolar a la Grecia conduciendo contra ella todo el linaje humano, pudiendo por ti s´ olo dar en el suelo con toda ella?” CLXXXIV. Hasta llegar al dicho lugar y a Term´ opilas no tuvo contratiempo alguno aquella armada, cuyo n´ umero subir´ıa entonces, seg´ un hallo por mis cuentas, a la suma de 1.207 naves venidas del Asia. La suma de la gente que en las naves ven´ıa, tomada desde el principio de todas aquellas naciones, ser´ıa de 241.400 personas, y esto a raz´ on de 200 hombres por nave; pues a m´ as de esta guarnici´ on nacional de las naves iban en cada una de ellas 30 soldados de tropa, ya persas, ya medos, ya Sacas, cuya suma de tropa, sub´ıa por su parte a 36.210 soldados. A este u ´ltimo n´ umero y al otro anterior voy a a˜ nadir la suma de gente que en las galeotas o penteconteros ven´ıa a raz´ on de 80 hombres por galeota, pues tantos vendr´ıan a ser poco m´ as o menos. Llevo de antes dicho ya que eran 3.000 esos buques, de donde se saca que la suma de su tripulaci´ on era de 240.000 hombres. As´ı que todo el n´ umero del ej´ercito de mar asi´ atico hac´ıa la suma de 517.000 hombres con el pico de m´ as de 610. El n´ umero de la infanter´ıa en el ej´ercito de tierra fue de 1.700.000 y el de la caballer´ıa de 80.000: a estos quiero a˜ nadir los a ´rabes que ven´ıan en sus camellos, los Libios que
acud´ıan en sus carros, y solamente calcular´ a que fuesen todos 20.000 hombres: ahora, pues, la suma total que resulta de los dos ej´ercitos de mar y de tierra juntamente computadas sube a 2.317.910 hombres; y en este n´ umero de tropas sacadas del Asia no incluyo el n´ umero de criados y vivanderos, como tampoco el de los que ven´ıan con las embarcaciones cargadas de bastimentos. CCII. Era el n´ umero de los griegos apostados para esperar al rey en aquel lugar: de los espartanos 300 hoplitas; de los tegeos y mantineos 1.000, 500 de cada uno de estos pueblos; de Orc´ omeno, ciudad de la Arcadia, 120; de lo restante de la misma Arcadia, 1.000, y este era a punto fijo el n´ umero de los arcades; de Corinto 400; de Fliunte 200, y de los miceneos 80, siendo estos todos los que se hallaban presentes venidos del Peloponeso; de los beocios y tespienses 700, y 400 los tebanos. CCVI. Enviaron delante los espartanos esta tropa capitaneada por Leonidas con la mira de que los otros aliados quisiesen con aquel ejemplo salir a campa˜ na y de impedir que se entregasen al medo, oyendo decir que dilataban en tardanzas aquella empresa. Por su parte estaban ya resueltos a salir con todas sus fuerzas, dejando en Esparta la guarnici´ on necesaria, luego de celebradas las Carnias, que eran unas fiestas a ´nuas que les obligaban a la detenci´ on. Lo mismo que ellos pensaban hacer los otros griegos sus aliados por raz´ on de concurrir en aquella misma saz´ on de tiempo a los juegos ol´ımpicos, y con esto, pareci´endoles que no se vendr´ıa tan presto a las manos en Term´ opilas, enviaron all´ a adelantadas sus tropas como precursores suyos. CCXII. D´ıcese que el rey, que estuvo mirando todas aquellas embestidas del combate, por tres veces distintas salt´ o del trono con mucha precipitaci´ on receloso de perder all´ı su ej´ercito. Tal fue por entonces el tenor de la contienda: el d´ıa despu´es nada mejor les sali´ o a los b´ arbaros el combate, al cual volvieron muy confiados de que, siendo tan pocos los enemigos, estar´ıan tan llenos de heridas que ni fuerza tendr´ıan para tomar las armas ni levantar los brazos. Pero los griegos, ordenados en diferentes cuerpos y repartidos por naciones, iban entrando por orden en la refriega, faltando s´ olo los focenses, que hab´ıan sido destacados en la monta˜ na para guardar una senda que all´ı hab´ıa. As´ı que, viendo los persas que tan mal les iba el segundo d´ıa come les hab´ıa ido el primero, se fueron otra vez retirando. CCXXIV. En el calor del choque, rotas las lanzas de la mayor parte de los combatientes espartanos, iban con la espada desnuda haciendo carnicer´ıa en los persas. En esta refriega cae Leonidas peleando como var´ on esforzado, y con ´el juntamente muchos otros famosos espartanos, y muchos que no eran tan celebrados, de cuyos nombres como de va-
lientes campeones procur´e informarme, y asimismo del nombre particular de todos los trescientos (...) CCXXV. (...) Persever´ o el furor de la acci´ on hasta el punto que se acercaron los que ven´ıan con Epialtes, pues apenas oyeron los griegos que ya llegaban, desde luego se hizo muy otro el combate. Volvi´endose atr´ as al paso estrecho del camino y pasada otra vez la muralla, llegaron a un cerro, y juntos all´ı todos menos los tebanos, sent´ aronse api˜ nados. Est´ a dicho cerro en aquella entrada donde se ve al presente un le´ on de piedra sobre el t´ umulo de Leonidas. Peleando all´ı con la espada los que todav´ıa la conservaban, y todos con las manos y a bocados defendi´endose de los enemigos, fueron cubiertos de tiros y sepultados bajo los dardos de los b´ arbaros, de quienes unos les acomet´ıan de frente echando por tierra el parapeto de la muralla, y otros, dando la vuelta, cerr´ abanles en derredor. CCXXVIII. En honor de estos h´eroes enterrados all´ı mismo donde cayeron, no menos que de los otros que murieran antes que partiesen de all´ı los despachados por Leonidas, pusi´eronse estas inscripciones: ”Contra tres millones pelearon solos aqu´ı, en este sitio, cuatro mil peloponesios.” Cuyo ep´ıgrama se puso a todos los combatientes en com´ un, pero a los espartanos se dedic´ o ´este en particular: ”Habla a los lacedemonios, amigo, y diles que yacemos aqu´ı por obedecer sus leyes.”(...) ¿Quedar´ an al menos 300 europeos dispuestos a defender la cultura, la religi´ on, la libertad y la historia de occidente?