Negros en la Primavera I En la Eterna Primavera viven todos los negrones, recios zambos, bien bembones y mulatas traicioneras. Qué lujuria en tus caderas, ojos llenos de pasión hacen perder la razón cuando en el valle de Azapa entre el verde manto escapan suspiros del corazón. II Arica y su primavera al ritmo de los tambores, repicar no te demores que la gente desespera. Meneando las caderas mi tumbe yo así lo gozo, suavecito, bien sabroso con la comparsa de negros en mi baile yo celebro este ritmo cadencioso. III El golpe de la madera se desvanece en el viento y un repicar muy violento el pulso nos acelera. Alcanzo a tocar siquiera la clave de un rico tumbe, que como antigua costumbre de nosotros los negrones, sin distinguir las naciones con su ritmo nos recubre.
III Barrio Lumbanga y tus calles, nos muestras tus zambones, también los hay cimarrones escondidos por los valles. Las negras de fino talle, y pañuelo en la cabeza, con natural entereza, invitan a bailar Tumbe todo el público sucumbe olvidando la tristeza. V No todo aquí es alegría, pues hay canto a lo divino. la cruz de madero fino en mayo siempre nos guía. Dándonos paz y armonía durante siglos completos, la guardamos con respeto como quien respeta el alma, encontrando así la calma en nuestro fiel amuleto. VI Ya con esta me despido, espero pueda entender para mí el mayor placer me lo da el tumbe querido. Tengo yo en mi propio nido familia afrodescendiente, luchando por los parientes me encontrarás cuando quieras los negros son mi bandera la causa sigue pendiente! © Carlos Olivares Jara, 2015