Narrativa de la primera clase Al comenzar nuestro auxilio pedagógico teníamos una mezcla de sensaciones; miedo por la nueva experiencia que estábamos viviendo, ansiedad por conocer y saber con que clase de alumnos nos encontraríamos, que pensarían estos de nosotras y como nos tratarían. Al llegar a la escuela, era muy temprano, entonces comenzamos a imaginar desde la vereda como seri el edificio en su interior. Comenzamos a ver un desfile de alumnos vestidos de diferentes formas, sin un uniforme que los unificara, que se trasladaban de la escuela a el anexo separados estos por una calle cubierta de polvareda, y un gran espacio verde que era ocupado por un grupo de alumnos. Toco el timbre, era la hora de entrar y enfrentarnos con la realidad, estábamos atemorizadas desde el portón de entrada no parábamos de mirar a un grupo de docentes que bulliciosos se dirigían hacia sus salones, entre ellos buscábamos a nuestro docente tutor, Bety, que tardo un poco en llegar o quizás a nosotras nos dio esa impresión debido a la mezcla de nervios y ansiedad. Finalmente el momento llego, nos dirigimos hacia nuestro nuevo salón siguiendo los pasos de Bety quien se convertiría en nuestro ejemplo a seguir. Caminamos por la galería rodeada de miradas profundas que nos hacían sentir forasteras en ese lugar. Con timidez entramos al salón, poblado de adolescentes inquietos y charlatanes, quienes escucharon con pocas ganas la presentación que nos hizo la profesora; tratamos de encontrar un lugar entre esa multitud y se nos hacia difícil ya que los bancos estaban desordenados y el salón era pequeño para ese grupo; la mayor parte de las paredes tenían mensajes escritos por los alumnos a sus compañeros; finalmente encontramos un pequeño lugar donde llevar a cabo nuestra actividad. La profesora con voz muy potente recordó a sus alumnos que seria el momento del examen, quienes gritando como si no estuvieran en un salón de clases preguntaban por las características del examen, para su beneficio informo que el examen seria en grupos de dos alumnos e inclusive podrían tener la carpeta abierta para realizar algunas consultas. Utilizando el blanco y limpio pizarrón la profesora tomo un fiaron y redacto las consignas una de las cuales se debía realizar en la sala de informática, lugar al cual se dirigieron los alumnos con mucho entusiasmo ascendiendo por una escalera que para nosotros tenia muchos escalones, no así mismo para los alumnos quienes lograron su objetivo rápidamente. Una vez en la sala intentaron acomodarse como podían ya que el espacio era reducido para ellos; comenzaron a resolver las consignas al mismo tiempo que una lluvia de preguntas caían sobre la profesora quien intentaba responderlas entre el murmullo de sus alumnos, quienes interesados discutían las respuestas que iban a dar. Finalizada la actividad volvimos todos al salón, ellos hablando entre si de diferentes temas, nosotras mirando cada movimiento que hacían. Y llego el momento tan esperado, el timbre que marco el final de nuestro primer día en esa aterradora experiencia que teníamos que enfrentar y que a fin de cuenta nos terminaría agradando.