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La victoria escondida del Presidente Chávez texto de Juan Carlos Monedero
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ras la apretada victoria del NO en el referéndum sobre la Reforma Constitucional, pueden extraerse ya algunas conclusiones. La primera, es que el Presidente Chávez no dispone ya de cheques en blanco. La segunda, que a pesar del resultado, el Presidente sigue contando con la adhesión de la mayoría de los venezolanos. La tercera, que una vez más, los esfuerzos mediáticos por presentar al presidente como un dictador implacable, se han saldado con un notorio fracaso.
“Tan doloso es poner una revolución democrática en peligro por exquisiteces puristas como dejar a esa revolución consumirse por un silencio falsamente revolucionario” ERNESTO MÜNTZER
La complicación de una promesa Que Venezuela iba a enrumbarse al socialismo fue la promesa electoral que llevó al Presidente Chávez al triunfo espectacular de diciembre de 2006. De ahí que, de entrada, que se cumpliera esa promesa no era sino una cuestión de honestidad política. Que la fórmula fuera una reforma constitucional abría más interrogantes. Es indudable que una Asamblea Constituyente obligaba a un debate más en profundidad, con sus indudables ventajas, pero también se acompañaba de dos inconvenientes: implicaba disolver la Asamblea –con mayoría absoluta chavista tras la retirada de la oposición en las elecciones de diciembre de 2006–, además de que significaba un cambio de modelo cuya profundidad no podía decretarse sino que tenía que estar primero asentada en la ciudadanía. Reforzar la idea de que se camina hacia un nuevo contrato social tiene siempre interés, y aún más cuando se pretende construir ese nuevo consenso a través de la legalidad y la legitimidad constitucionales. La decisión final, políticamente correcta, fue dar pasos graduales a través de una reforma. El socialismo se hace al andar. Sin embargo, y como pudo comprobarse durante los tres
meses de debate, era evidente que esa reforma era complicada en la forma y confusa en el fondo. Pese a que el mismo Presidente reconoció haber recibido informes cuestionando algunos aspectos e, incluso, la conveniencia de la misma, el proyecto llegó finalmente a una Cámara entregada que hizo bien poco por que el pueblo se enamorara de la propuesta. La actitud tradicional de la oposición de intentar tumbar el proceso bolivariano apoyándose en cualquier excusa –apoyada por una iglesia tan lejos de dios como cerca de los Estados Unidos– forzó, como en otras ocasiones, a que se simplificaran las posiciones. La proliferación en Venezuela de iracundos y acríticos altavoces de la última afirmación del Presidente, caracterizados por tomar al pie de la letra cualquier intervención presidencial y convertirla en artículo de fe, terminaba de enturbiar la serenidad del debate. Una vez más se perdía la posibilidad de abrir una discusión desde dentro de la revolución que permitiera un compromiso ciudadano a la altura de los momentos más críticos vividos durante el debate constitucional (1999) o con ocasión del golpe o del revocatorio presidencial. Aunque ya en un inicio hubiera parecido sensato optar por un ejercicio de simplificación del texto constitucional, se optó por insistir en la Flutgesetz (la marea legislativa tan propia de la época), con el resultado de que los finalmente muchos artículos reformados, así como la complicada redacción de buena parte de ellos sembraron el fárrago y el oscurantismo. El apresuramiento que demostraban algunas redacciones, el escaso
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cuidado con la técnica constitucional, el endurecimiento de los requisitos para la participación, la falta de concreción de la nueva geometría política (postergada a desarrollos legislativos posteriores), el refuerzo del Ejecutivo o la superación de la descentralización tradicional eran elementos que reclamaban mayor explicación y quizá, como se argumentó también desde dentro del chavismo, una asamblea constituyente. El argumento de que la reforma debía apoyarse en bloque no ayudaba a abrazar la propuesta, pues conforme iba creciendo en volumen la reforma, más difícil se tornaba encontrar una lógica común a todos ellos. Es indudable que la reforma vigorizaba al Presidente de la República. Pero en vez de explicar este hecho como algo necesario y paralelo al empoderamiento popular (sentar a Gramsci en la mesa de Montesquieu), se distraía el debate con otros asuntos que parecía excusas y que no daban argumentos para contrarrestar las alertas catastrofistas de la oposición. La tarea de enmascaramiento puesta en marcha por los adversarios del proceso bolivarano terminó de confundir a quien se adentrase en las entrañas de la reforma, aún fuera cargados de paciencia y conocimiento. Las tardías y malhumoradas explicaciones no podían, en la recta final, competir con las simplificaciones oportunistas de la oposición.
algo que no permite fáciles análisis ¿Era ahora el momento idóneo, sin haberse siquiera alcanzado el ecuador de la Presidencia? ¿No cargaba aún la ciudadanía el esfuerzo descomunal de diciembre, donde se rompieron barreras de participación y el Presidente Chávez conquistó siete millones de votos? ¿Era real pretender acercar siquiera ese resultado a través de un referéndum, tradicionalmente menos atendidos por la ciudadanía? ¿No podía avanzarse a través de las posibilidades que brinda la Constitución vigente? ¿No era un trágala incorporar la palabra socialismo en la reforma cuando no se ofrecía una definición de qué quería significarse con esta palabra? Un exceso de complacencia sobrevolaba el ambiente. Al final, y en ausencia de una clara conceptualización del socialismo, la oposición tenía abonado el terreno para difundir su tramposa tesis sobre lo que debía significar esa propuesta: eliminación de la propiedad privada, ausencia de pluralismo político, perpetuación del líder en el poder o pérdida de la patria potestad sobre los hijos. La confusión reinaba por doquier, y en las filas del chavismo no estaban listos los argumentos para defender la reforma. El más sencillo era simplemente erróneo: con la reforma se construía el socialismo. Si eso era así, ¿no implicaba la exigencia de una asamblea constituyente en vez de una reforma, toda vez que se cambiaba la definición del Estado? Por el contrario, si no se trataba de traer el socialismo sino de dar algunos pasos en esa dirección –lectura que estimo correcta–, ¿no era importante dejar de decir lo contrario para no abonar la confusión? Escuchando los argumentos de muchos partidarios del sí, puede afirmarse que solamente el Presidente sabía a ciencia cierta en qué consistía la reforma.
De Asambleas y plazos Por si fuera poco, en el trámite parlamentario, los 33 artículos iniciales se convirtieron en 69. Un Parlamento que había necesitado poner en marcha el parlamentarismo de calle para legitimarse (apenas lo habían votado dos venezolanos de cada diez), se colgaba de la propuesta presidencial para reinventarse la reforma. Pronto llegaron los recursos que hicieron del Tribunal Supremo un actor muy presente en esta historia. Todo se Inconsistencias con la democracia participativa y protagónica enmarañaba. Como además el calendario de aprobación estaAlgunos asuntos de diferente calado fueron construyendo el ba absurdamente urgido por las fechas navideñas, los plazos alud de suspicacias. La mala composición acerca del método de discusión popular se hacían aún más escasos, complicando tenía que abundar necesariamente en la perplejidad. Cuando la posibilidad de un debate sosegado que pudiera repetir la la propuesta arrancaba, la democracia participativa se relegó, experiencia de 1999 y, al tiempo, desmontar las falsedades dientregando la responsabilidad del proyecto de reforma a una fundidas en los medios. Pretender que la apelación al Precomisión elegida a dedo y sometida a estricta confidencialisidente bastaba en última instancia para dad. El secreto no suele ser buen método superar estas deficiencias es no entender para generar adhesiones. Algún miembro Las tardías y malhumoradas el éxito en la politización lograda por el de esa comisión había defendido con veexplicaciones no podían, en propio proceso bolivariano. Tres millones hemencia la opción de la Asamblea Consla recta final, competir con las de chavistas han hecho valer su discrepantituyente, de manera que no siempre pasimplificaciones oportunistas cia no apoyando la reforma sin que eso recía convincente en la defensa ahora, de la oposición. implique abandonar su apoyo al Presiigualmente vehemente, de la opción por dente, prueba de que estamos ante una rela reforma. Otrosí ocurría con la inesperavolución que es bonita porque ha politizado y no adoctrinado. da multiplicación de artículos reformados en la Asamblea, que El momento en que fue convocada la reforma es igualmente se veían tan duplicados como poco justificados. Y algo de no
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menor relevancia: fue el Presidente quien enfáticamente planteó inicialmente que no se cambiaba “ni una coma” del proyecto –idea repetida por el eco gubernamental, advirtiendo en contrario de un delito de lesa revolución–. Sin embargo, más temprano que tarde empezaron a modificarse aspectos sustantivos –Guardia Nacional, jornada laboral, derechos de propiedad–, lo que daba la sensación tanto de apresuramiento como de que todo dependía, fuera o no cierto, de la decisión de una sola persona. En mitad de ese viaje, la oposición volvió por sus fueros y buscó en la reforma una nueva bandera para intentar tumbar la V República. Identificó las debilidades, construyó un nuevo sujeto cuyas naves no estuvieran aún quemadas –los estudiantes, asesorados para reconstruir una revolución de colores– y mordió como perro de presa con un discurso falaz y simple pero muy eficaz. El chavismo, por jactancia o por incapacidad, se dio el lujo de no debatir con la oposición y perdió así la posibilidad de entender cuáles eran sus propios puntos débiles. Contrarrestar así el discurso opositor era una tarea imposible. Aún más cuando los medios de comunicación de la oposición tienen el monopolio de la construcción de la realidad (de nada sirve tener canales públicos cuando no se conoce su lógica. En
tanto en cuanto eso sea así, una película de Hollywood seguirá teniendo más difusión que todas las películas que se hagan en África). Una vez más se hace cierto que cuando los dioses quieren perder a alguien antes lo ciegan. Desde las filas bolivarianas se equiparó la crítica interna con la crítica opositora, perdiéndose la capacidad de ajuste interno. Como pude decir en otro sitio (http://www.eluniversal.com/2007/10/02/pol_art_monederoasegura-que_504540.shtml), se trataba de la primera batalla ganada por la oposición. Con esa actitud, todas las alertas acerca de los problemas que traía consigo la reforma fueron rechazados como si vinieran de enemigos declarados del proceso. En definitiva, una parte importante de la derrota deben atribuírsela todos aquellos que han presentado la discrepancia como abandono de la revolución, traición o debilidad. Complétese el escenario con un creciente descontento ante la deriva burocrática de la revolución bolivariana, con sus correlatos de autoritarismo, corrupción, clientelismo e ineficiencia económica y administrativa (con el terrible efecto de un crecimiento de la inseguridad). Un exceso de cuartarepublicanismo enmascarado bajo boina roja ha venido utilizando espacios de poder –en el Gobierno, en la administración, en el PSUV, en empresas públicas o cobijadas políticamente– para repetir los abusos que llevaron a Chávez al poder en 1998 y cuya promesa de erradicación forma parte aún del fuerte apoyo que posee. Quizá, con todos estos impedimentos, lo que sorprenda es que cuatro millones de venezolanos hayan apostado con firmeza por una vía al socialismo, o que tres millones no hayan decidido apoyar a la oposición. Señal, igualmente, de que los logros de la revolución bolivariana son reales y así se perciben. No hay mal que por bien no venga Pero más allá de todo esto, Chávez trae con su derrota la posibilidad de una victoria de largo aliento. Tanto el 50% de electores que han apostado por un futuro socialista como los abstencionistas, que ni por asomo han pensado en apoyar a la oposición –esto es, votar No–, alientan en esa dirección. Conviene notar que el error de la convocatoria a una reforma constitucional en este momento, reconocido con urgencia por el propio Presidente Chávez, ha servido para ver lo mucho que ha crecido la conciencia política en Venezuela. La nueva cultura política ha venido para quedarse. Pero no se agotan ahí los elementos positivos. Tantos que puede hablarse sin abuso de una victoria escondida del Presidente Chávez. Por un lado, puede considerarse una victoria que la oposición haya ganado sólo aferrándose a la Constitución de 1999, esto es, a la Constitución impulsada por Chávez y a la que
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siempre adversó. Es a partir de ahora, con el reconocimiento a un ciudadano que le argumentaba que quizá estuviera mal opositor de la V República, que empieza la posibilidad de una informado. Algo que, sin embargo, piensa mucha gente en normalización democrática. Si la oposición, por el contrario, Venezuela (dicho de otra manera: no piensan que el Presidente ha aceptado la Constitución bolivariana solamente como una sea consciente de determinadas cosas que ocurren en el país). estrategia electoral, demostrará una vez más que no han Pero ese crédito puede terminar agotándose de persistir los entendido nada de lo que está pasando en este país. mismos errores. Igualmente, el resultado recuerda a Venezuela, a América LaDe ahí que alguien, más temprano que tarde, debiera explitina y al mundo cómo ese pueblo, ayer invisible, reclama hoy car por qué la reforma, un paso concreto hacia el socialismo, que se cuente con lo que piensa. En otras palabras, es capaz de tiene menos votos que aspirantes al Partido Socialista Unido de seguir apoyando a Chávez (entre el 60% y el 70%), y decirle al Venezuela, un instrumento esencial para el proceso de cambio tiempo un No contundente cuando algo no lo comparte o no lo y que a día de hoy es mera carcasa donde aún no hay estatutos entiende. Chávez es un líder que acierta como nadie cuando o ideología pero sí una eficiente comisión de conflictos. No manda obedeciendo. En otras palabras, cuando al tiempo que hubiera sido mala idea que la reforma constitucional hubiera habla el mismo lenguaje de su pueblo no ordena que se cumnacido como propuesta del naciente PSUV –y aún mejor, como pla otra cosa que aquello que el pueblo quiere realmente hacer. propuesta participada popularmente–, y no como una oferta Por el contrario, se equivoca como todos cuando guiado por la del Ejecutivo sobre la base de una comisión restringida y poco improvisación, por una deficiente información o a través de empoderada. No debiera olvidarse que cuando la gente colauna mala reflexión –todos problemas ligados a un mal trabajo bora en las propuestas cree más en ellas. de equipo– decide al margen del pueblo. Es, por un lado, lo que Pero el horizonte, pese a la depresión que algunos han maniha ocurrido en importantes procesos electorales donde el festado inicialmente, invita al optimismo. No es extraño pensar apoyo a Chávez ha roto barreras y escenarios. Aún más, cuanque este revés pueda ayudar a una necesaria autocrítica que do el pueblo recuperó a su Presidente secuestrado por una parhaga ver al Presidente Chávez que antes de la ampliación del te de los que hoy festejan la victoria del No. Pero, por otro, tamsocialismo, conviene avanzar en la corrección de errores y en el bién fue lo que ocurrió en las últimas elecciones a la Asamblea asentamiento de bases culturales para construir su proyecto. (que generó una abstención inaceptable del 75%) y es lo que ha Hay que insistir en esta idea: no puede haber socialismo sin ocurrido ahora con el referéndum constitucional, donde tres socialistas, o, como venimos repitiendo, el hombre nuevo es el millones de la base chavista no han visto razones suficientes hombre viejo en nuevas circunstancias. Como enseñan los clápara acudir a las urnas. sicos, en la medida de lo posible conviene no saltarse etapas. Pero quizá la mayor victoria del chavismo tenga que ver preDonde no existe una conciencia de lo público no puede pencisamente con la reflexión a la que obliga la derrota. En los últisarse en esa fase superior que implica una sociedad socialista. mos años ha brillado por su ausencia la autocrítica. Al contraLa propuesta de ahondamiento de la democracia que implica rio, ha obrado una auto complacencia ingenua o dolosa. Las el socialismo no puede tener lugar sin antes haber solventado estructuras de información han sido peor que pésimas –espelos cuellos de botella de la ineficacia y la corrupción, de la comcialmente en el exterior–, sin contar con la frivolidad de olvidar prensión de lo de todos como lo de nadie, de la falta de previque los problemas de Venezuela se convierten en problemas sibilidad institucional que otorga un cuerpo burocrático campara toda la izquierda continental. Castigar la mentira es una biante y poco profesional. De la misma manera, la respuesta a de las principales señales de salud democrática. Como ha estas lacras no puede ser que el Presidente termine comprodemostrado el resultado del referéndum, demasiadas personas bando hasta las facturas de las escobas o la electricidad de Pahan mentido al Presidente Chávez. lacio. Utilizando la expresión de Gramsci, En esta dirección, es momento de pre- Desde las filas bolivarianas se una metástasis de cesarismo, pese a que sea guntarnos: ¿Cómo es posible que haya más democrático, crea más problemas que soluequiparó la crítica interna aspirantes al PSUV que gente comprometiciones. Los tiempos del todo para el pueblo con la crítica opositora, da con la reforma? ¿No había responsables sin el pueblo no se corresponden con la perdiéndose la capacidad de chequear este compromiso? ¿No se estaépoca y, mucho menos, con las expectativas de ajuste interno. rán repitiendo los comportamientos del de una ciudadanía que le ha aceptado al rey del cuento, desnudo a los ojos de los niños y vestido con Presidente Chávez que ella es el poder constituyente. caros ropajes a ojos de la corte? Le corresponde a una nueva generación de políticos y cuaEn un reciente Aló Presidente, Chávez confrontó duramente dros armar una nueva ética pública que se caracterice por el
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compromiso político y la alta capacitación en la administración del Estado. La existencia de esos nuevos cuadros será el antídoto más eficaz contra lo que ya se conoce como boliburguesía, es decir, esa nomenklatura que no ha necesitado más que cinco años para apropiarse de espacios enormes de riqueza y alcanzar una unánime reprobación popular. Una voracidad obscena –Hummer, whisky etiqueta azul, viviendas lujosas en el este de Caracas o en lugares privilegiados, control de empresas, celebraciones suntuosas– y a veces tan vertiginosa –urgida por su culpable incompatibilidad con el discurso revolucionario– que hacen recordar en el imaginario popular de la Venezuela revolucionaria, el robo institucionalizado durante la Cuarta República. Error con error se paga La atribución de toda crítica a un ánimo contrarrevolucionario ha impedido, como se ha afirmado, el ajuste interno del proceso. Por supuesto que es cierto que hay acaparadores que tienen responsabilidad en las estrecheces de abastecimiento, justo en un momento en el que están aumentando las impor-
taciones gubernamentales; por supuesto que es cierto que hay alcaldes y gobernadores que esta vez tampoco han hecho campaña (quizá, incluso, lo hayan hecho por el no); por supuesto que los medios, la iglesia, las universidades privadas o privatizadas han sembrado en el país las dudas aprovechando el asesoramiento norteamericano y sus estrategias comunicacionales; por supuesto que la hegemonía neoliberal internacional, tanto en Estados Unidos como en Europa o determinados países latinoamericanos, ha hecho sus deberes demonizadores de la reforma y del Presidente Chávez. Nunca un país había experimentado en su suelo juntas todas las técnicas usadas por los Estados Unidos para tumbar gobiernos (golpe de Estado, paro patronal, desabastecimiento, violencia callejera, creación de grupos paramilitares, aislamiento internacional, intoxicación comunicacional, creación de disidencia interna, etc.). A ojos de la izquierda europea, Chávez ayudará más o menos a esta estrategia con sus formas, pero quien ponga en el mismo plano una cosa y otra está peligrosamente cayendo en argumentos que difícilmente se compadecen con la democracia. La presión por supuesto que cansa, pero las convicciones reclaman asientos más sólidos. De cualquier forma, y aún siendo ciertos todos estos intentos desde el exterior de acabar con el proceso bolivariano, no deja de ser igualmente verdad que también han existido en situaciones anteriores y han fracasado estrepitosamente en su intento. Es momento por tanto de ver las responsabilidades propias. La soledad en la toma de decisiones y en su vocería, la falta de una red coral de gobierno, la ausencia de una estructura colegiada de dirección política, la falta de consolidación del partido o un creciente autoritarismo ramificado en amplios sectores de la administración y el Gobierno no pueden sustituirse por discursos extremos, acusaciones de traición o deslealtad o por una primacía de las declaraciones altisonantes. Más allá de todos estos aspectos, incluidas las adversidades de la política exterior –con el correlato del miedo al aislamiento construido–, han sido algunas decisiones internas las que han ido debilitando el proceso. Momento es de recordar contra William Blake que los caminos del exceso no siempre conducen al palacio de la sabiduría. La gestión de la conveniente no renovación de la licencia que poseía el canal de televisión RCTV no pasará a los anales de la estrategia política. Un canal golpista al que se le acaba su concesión administrativa sale del espacio radioeléctrico público en cualquier país del mundo y punto. ¿Era necesario anunciarlo con seis meses de antelación, como una decisión política y no administrativa y en un acto militar? De la misma manera, los regustos autoritarios de algunos
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Conclusión: que el Che Guevara no vuelva a marcharse a Bolivia Hay un momento en toda revolución donde las promesas incumplidas, la simbólica cárcel recurrente que tejen los burócratas, la sustitución de los antiguos privilegiados por otros nuevos (que, además de quedarse con el dinero quieren también la gloria, monopolizando un discurso que no cumplen), la tentación de negociar con el antiguo régimen a costa de los pobres o, en el otro extremo, la renovación del culto a la personalidad –contra la que alerta el propio Chávez– o la exacerbación de la amenaza hacia propios y ajenos, hacen que los aubuyendo con el silencio a que se devoren los procesos a sí misténticos revolucionarios se vayan con su suerte a otra parte, mos. aunque sea para que les llenen de plomo el pecho en una esMás allá de que más adelante pueda ser el pueblo quien decuelita en un pueblo perdido. cida los contornos de su nuevo contrato social y se movilice paLo que significa la Venezuela bolivariana en el contexto ra que el Presidente Chávez pueda continuar esa tarea, hoy la emancipador mundial no puede permitir siquiera pensar en discusión tiene necesariamente que ser otra. No olvidemos un escenario que no sea la profundización exitosa del camino que ha sido el propio Chávez quien ha dicho que en 2012 se va. emprendido décadas atrás y que tuvo su pistoletazo de salida ¡Cuántas palabras debieran tragarse los que han opinado sobre con el pueblo alzado y reprimido durante el caracazo en 1989. su compromiso democrático con tanta frivolidad! ¿ReconoceLa Venezuela bolivariana y socialista es hoy vanguardia de la rán que han colaborado al deterioro de un país en donde funemancipación latinoamericana y hay que cuidarla como a un cionaba plenamente la democracia? preciado tesoro. Se engañan quienes quieren diferenciar entre Quedan por delante cinco años de Gobierno, asentados souna izquierda vegetariana y una izquierda carbre todo lo ya construido y con una credibilinívora. Lo que apenas vale para Chile no puedad en su dirección que no tiene parangón en Más allá de todo esto, de aplicarse al resto de un continente que vieChávez trae con su derrota todo el continente. Además de la voluntad dene de otra historia y que no tiene el balcón mostrada del pueblo venezolano y de la direcla posibilidad de una abierto al Pacífico. El pago de la deuda social ción eficaz del Presidente Chávez, se cuenta en América Latina lo hará cada país de acuer- victoria de largo aliento. en Venezuela con dos herramientas de gran do con sus posibilidades. Venezuela, Ecuador, valor: por un lado, una de las mejores constiBolivia están intentando caminos nuevos que rompen los prituciones del mundo; por otro, un partido naciente que puede vilegios del pasado. Por eso encuentran tantos impedimenteos. convertirse en un referente para todo el continente si logra Como dice la cita de arriba, manchándonos políticamente las construirse como una estructura nacida desde la base y articumanos cuando las circunstancias lo reclamen, pero no contrilada desde la base.
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momentos de la creación del PSUV –la elección a dedo de los propulsores, la labor desarrollada por algunos Gobernadores, la creación de una comisión de conflictos aun cuando no estaban todavía listos ni estatutos ni programa– tampoco recibirán grandes elogios en una historia de la democracia latinoamericana. Por último, una reforma constitucional nacida de un grupo deliberante confidencial no es un método adecuado cuando se trata de dar pasos hacia el socialismo. Como recordó Marx, esta fase superior de la historia humana reclama grandes dosis de conciencia y, por tanto, de participación. No vale decir que el socialismo no se decreta y después pretender realmente decretarlo. No en un pueblo que ha llevado durante tanto tiempo la Constitución de 1999 en sus bolsillos.
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Esto no debe llevar a análisis ingénuos. Las dificultades seEn repetidas ocasiones ha insistido Chávez que comenzaba guirán siendo grandes. Los ataques internos y externos van a la “revolución en la revolución”. Ahora, cuando van a arreciar recrudecerse al entenderse la derrota del referéndum como un las posiciones del “chavismo sin Chávez” –en las propuestas momento de debilidad. No vamos a escuteóricas de Dieterich, en el comportamiento char al grueso de los opinólogos que han errático del General Baduel, en las críticas La Venezuela bolivariana acusado a Chávez de dictador, autócrata, y socialista es hoy vanguardia tardías de quienes dentro del chavismo manipulador, gorila o castrocomunista, enanhelan mantener posiciones de poder, en de la emancipación tonar un mea culpa después de que el Prepolíticos oportunistas de la oposición que latinoamericana y hay que sidente aceptara de inmediato y sin ningún llaman a la reconciliación–, es cuando cocuidarla como a un reparo el resultado adverso. Pese a los insulrresponde asentar las bases para que la revopreciado tesoro. tos y calumnias de políticos, tertulianos, colución eche los cimientos de unas estructulumnistas y editorialistas o blogeros autoras profundas. Es el momento de mimar la rreferenciados, miembros de ese cartel global de mercenarios capacidad democrática del PSUV, revirtiendo una estrategia de la comunicación, ni el Consejo Nacional Electoral estaba que ha primado la cantidad a la calidad y que ha impedido que manipulado ni el voto electrónico se monitoreaba fraudulentasea la base quien se encuentre con su verdadero instrumento mente por satélites rusos y chinos; era rotundamente falso que de emancipación. Es el momento de hacer de la discusión inlos jefes de mesa respondieran en última instancia a consignas terna un requisito democrático, de multiplicar las disidencias, del oficialismo, que el censo estuviera manipulado o que los de hacer cierta la apertura de mil escuelas para que florezcan funcionarios públicos estaban obligados a votar por lo que les las mil flores de un pensamiento plural. Es el momento de cordijera Chávez. tar de cuajo la corrupción, de acabar con la inseguridad que Y el ejército, al contrario de lo que se ha pretendido en patéafecta principalmente a los pobres y construye un nuevo tica explicación a posteriori, lejos de ser una guardia pretoriagenocidio silencioso, de demostrar que el aparato del Estado na del Presidente, ha sido y es un garante de la Constitución y respira por otras heridas que las abiertas en la Cuarta Rea la Constitución se somete. Ese mismo ejército que ha asumipública, de predicar con el ejemplo gubernamental la austerido el lema “Patria, socialismo o muerte” como saludo –para mi dad socialista a la que está obligado un pueblo en donde aún cultura insumisa, desafortunadamente– no ha usado sus hay necesidades extremas no cubiertas. Pero eso no se organiarmas para imponer la reforma y menos, como se ha pretendiza sin una nueva ciudadanía. Es el momento de hacer de la fordo en un desesperado intento de explicar el normal desarrollo mación de cuadros, en todos los niveles, un objetivo prioritario del referéndum, ha tenido que forzar al Presidente a aceptar el de la V República. resultado (¡Qué necesidad tiene ese peculiar neofascismo de Es muy difícil que surjan liderazgos como el que representa negar el compromiso democrático de Chávez!). Ojalá mostrara el Presidente Chávez. Por eso, nadie tiene derecho a dilapidarel ejército la misma fidelidad institucional en Colombia, en los, pues su fracaso condena al continente al retraso en su México o en Guatemala, por sólo quedarnos en ese continente. emancipación. Por el referente simbólico levantado, ni siquieLa campaña para intentar tumbar a Chávez no se va a frenar ra el propio Chávez puede frivolizar con la importancia de Hupese a que, una vez más, haya demostrado su pleno comprogo Chávez. La enseñanza del referéndum es clara: ojalá los miso con los procedimientos democráticos. Ya se sabe que en aciertos del futuro –y en su caso los errores– tengan necesariauna parte importante de la derecha mundial –que contamina a mente que atribuirse a más actores. una izquierda contaminada a su vez de argumentos conservaNo un Chávez sino mil Chávez será el mejor legado dejado dores– la honestidad democrática es algo que sólo se exige a los por el Presidente para la nueva Venezuela. La revolución reclaotros. Que se pregunte la izquierda europea cuántas veces ha ma un nuevo rumbo desde el día 3 de diciembre, que sólo criticado a Chávez y cuántas veces ha entrado en su conversapuede negarse desde la falta de compromiso con el cambio ción el apoyo a los paramilitares del Gobierno colombiano, la social radical que necesitan esos países. Decía Bertolt Brecht ausencia de Estado de derecho en México, la represión en que son los pueblos con convicciones los que tienen esperanCentroamérica, los mapuches encarcelados en Chile, los desaza. La convicción revolucionaria del pueblo bolivariano y del parecidos en la Argentina de Kirchner, la trama de corrupción Presidente Chávez tienen pues la tarea por delante de seguir política y económica en el Brasil de Lula. O que recuerdan las sembrando las esperanzas que habrán de cosecharse en el elecciones de Florida que se inventaron a Bush. Izquierda vehorizonte de inclusión que sigue alumbrando el continente lagetariana e izquierda carnívora. tinoamericano
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