República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular para la Educación Colegio” San Francisco de Asís”
Minería y Prostitución
Alumno: Israel Ferreira
Caracas, 30 Marzo de 2019
Existe un fuerte vínculo entre la minería ilegal y la explotación sexual. Siempre que se producen grandes migraciones a una zona para desempeñar un trabajo en las minas, hay una gran demanda de actividad sexual, que a menudo generan tráfico sexual Minería y prostitución: quizás sea una de las combinaciones más antiguas del planeta. Y en Venezuela la crisis económica hace que cada vez más mujeres estén dispuestas a arriesgar su vida y su salud en estas zonas donde la autoridad la ejerce el más fuerte. Esta es la historia de una de ellas. Cerró los ojos para escaparse de la realidad de esa despreciable primera vez con un cliente. Nunca antes lo había hecho por dinero. Muchas de sus compañeras fumaban marihuana o esnifaban coca antes de iniciar su jornada de trabajo sexual. Pero aunque nunca faltó quien se lo ofreciera, prefirió no hacerlo: sabía que sería peor. Cerrar los ojos se convirtió en su ritual. Roscio decidió que era momento de mejorar su calidad de vida y la de su familia. La situación del país la obligó, explica. Y trató de no pensarlo mucho porque sabía que se arrepentiría. Sus amigas “las veteranas” se lo recomendaron: “En todo momento me hablaron claro”, dice, haciéndose responsable de su calvario: “Allá nadie va engañada, todas saben que hay que prostituirse para ganar plata fácil”. Ante sus conocidos ella habla con cierta espantosidad: “Tú sabes lo que yo hago”, suele decir al referirse a su trabajo. La propuesta de contar su historia, sin embargo, la dejó pensativa. Antes del encuentro Roscio hizo una parada en el hospital para recibir su tratamiento, no podía dejar de tomarlo porque de no hacerlo debía empezarlo nuevamente: hacía apenas quince días de su regreso de El Callao –al sur del país, en el estado Bolívar- y en el transcurso se dio cuenta de que había contraído por primera vez paludismo (malaria). Se sentía mal, la delgadez y su cara demacrada lo demostraba. La enfermedad finalmente le había alcanzado. En El Callao la mayoría de los mineros han contraído paludismo de veinte a treinta veces como promedio. Es algo común en las minas y hasta el momento los centros de salud se han encargado de brindarles el tratamiento al pie de la letra. La Cucharita La Cucharita es una mina de oro en el estado Bolívar, al sur de Venezuela. Las calles de tierra tienen una escasa distancia de tres metros con la orilla del río, es un lugar remoto y por lo mismo las condiciones de vida son limitadas. Cuenta con una farmacia, una tienda de ropa y una que otra bodeguita, así como también personas
que se dedican a comprar ropa y comida fuera para la reventa en el sitio, a pesar de ser un lugar sumamente modesto hay mucho dinero y oro circulando por la zona. Roscio es oriunda del centro del país, tiene 21 años de edad y proviene de una familia pobre. Estudió hasta tercer año de bachillerato, tiene dos hermanos, su mamá es costurera. De su papá no sabe mucho. Estando en El Callao ahorró para comprar una casa para su mamá y su hermana menor, quienes hasta el momento dependen económicamente de Roscio.
Hace dos años partió hacia El Callao, específicamente a la mina La Cucharita. Bajo y subió de al menos tres autobuses para poder llegar a su destino. Decidió dormir en el camino para no arrepentirse. En El Callao la esperaba una de sus amigas (de las veteranas) y juntas siguieron la travesía hasta llegar a la parada de los lancheros, de donde partieron hacia la mina. Al llegar a La Cucharita le presentaron a la dueña del bar donde podría ofrecer sus servicios: “la mami” es en pocas palabras su proxeneta, aunque Roscio se expresa de ella con mucho respeto: “Es una señora muy sincera, no tengo nada malo que decir de ella, es su trabajo y así se gana la vida, prostituyéndonos. No es algo de lo que debería sentirme orgullosa pero así me tocó, y a la mami tengo mucho que agradecerle”. Las “corruptelas” son especies de chozas hechas con tablas y que se encuentran a la orilla del río. Es el nombre que le dieron los garimpeiros a los sitios donde pueden tomar alcohol y buscar prostitutas. En el negocio de “la mami” cada una de sus empleadas tiene su “corruptela” particular para atender a sus clientes. La fiebre del oro Muchas son las jóvenes que ejercen la prostitución en la zona minera, Roscio asegura que también se encuentran señoras de hasta 50 años. La fiebre del oro las llama, muchas le mienten a su familia diciéndoles que están trabajando como cocineras. La mayoría son jóvenes y así como unas van por necesidad, otras van para cubrir sus vanidades que van desde comprar ropa y teléfonos hasta operarse los senos: “De nada les valen esos celulares inmensos porque allá no tenemos ni cobertura”, asegura Roscio. Y añade: “Ahora que la situación ha empeorado, semanalmente llegan muchas chamas. La mayoría para prostituirse. Es cierto que todas tienen la posibilidad de hacer mucho dinero pero de la misma manera se va porque todo es caro”. A las minas llega de todo. Los hombres son desde ex presidiaros hasta profesionales. Reunidos todos son iguales, deben trabajar tanto o más para poder cubrir el sustento
de sus familias y el suyo propio. Entre las mujeres hay muchas que se encargan de la cocina y de atender los negocios, pero lo que abunda es la prostitución y no es extraño ver entre ellas a una profesional, una madre de familia, o una muy joven que miente sobre su edad. Hay de todo. También están las “avispadas”, cuenta Roscio: “La mami comenzó siendo prostituta y ahora tiene sus propias corruptelas, vive de hacer negocios. Esa sí es muy avispada”. En medio de la conversación Roscio saca su teléfono y muestra fotos de sus compañeras: casi todas se ven jóvenes y bonitas, muy bien vestidas- Sus ropas no combinan con los vacíos de cerveza, la tierra y las chozas de tabla que se observan al fondo. En La Cucharita una amanecida con un cliente cuesta 2 gramos de oro o su peso en bolívares, dependiendo del precio, en el mes de noviembre tenía un costo de 60.000 bolívares. Las trabajadoras sexuales saben que deben cobrar antes de brindar el servicio porque nunca falta el cliente que a la mañana siguiente se niega a pagar. De lo que las muchachas cobran le deben dar 10.000 a “la mami” más el pago de los preservativos con un valor de mil bolívares cada uno. Ella se encarga del hospedaje en las corruptelas y las tres comidas. El trato es que antes de irse con un cliente las muchachas deberán asegurarse de que el hombre haya gastado mucho en el consumo de cervezas, eso genera más ganancias para su negocio: cada una tiene un valor de 3.000 bolívares. Roscio saca de su cartera un envase de vidrio que trajo para mostrar: contiene pedacitos de oro. “Este allá es mi monedero”, se ríe: “En La Cucharita todo lo que está a la venta tiene su valor en bolívares o en puntas de oro que cortan de la piedrita que lleves y el resto te lo devuelven”. Además de oro, Roscio ha tenido en sus manos diamantes y coltán, el también llamado “oro azul”, que es usado en la industria tecnológica. Además, Roscio asegura haber tenido en sus manos un extraño oro de color verdoso que según ella, crece en una planta. Suena extraña esta versión, pero científicos de la Organización Científica e Industrial de la Commonwealth aseguran que ciertas plantas que crecen cerca de yacimientos de oro pueden contener una pequeña cantidad del elemento químico en sus hojas y esto pudo comprobarse en plantas cercanas a un yacimiento de oro en Australia. Seguridad Social “Para trabajar en las corruptelas de la mami tenemos que tener los exámenes al día. Hay muchas mujeres infectadas de enfermedades que se prostituyen de forma particular, independientes”, explica: “Hay mineros que te pagan por irte con ellos a los campamentos una semana, un mes o el tiempo que ellos quieran. Y hay que hacer el papel de esposa, se les atiende en todos los sentidos. Pero es peligroso, hay
que preguntarle antes a la mami porque muchas se han ido a los campamentos y después aparecen muertas. Eso le trae problemas a ella”. Ante la crisis económica venezolana la prostitución ha sido el escape de muchas mujeres pero, lamentablemente, no existen cifras ni estadísticas sobre esta dura realidad. En un país de carencias, de niños en situación de calle, de inseguridad y pobreza, aun más en el olvido ha quedado la triste realidad de las prostitutas. Ejercer la prostitución tiene sus riesgos. Puede dejar secuelas psicológicas y físicas. Muchas de estas mujeres son o han sido víctimas de violencia sexual. Roscio lo sabe, pero esta fue la única manera que consiguió para ganar dinero: “No creas, tú me ves así, que me río y echo broma pero lo que se vive es horrible, estar con un hombre que no conoces y dormir el resto de la noche con él es espantoso. Yo he pasado muchas cosas que no te imaginas. Nunca nadie me ha tratado con amor”. Atender la crisis El secretario general de la OEA, Luis Almagro, tomó la palabra para exponer los detalles de crisis multidimensional que a su juicio padece Venezuela, la cual requiere la atención del hemisferio por cuanto está en juego la democracia de la nación. Almagro sostuvo que conforme a las normas del organismo derivadas de diversos instrumentos, estima que en Venezuela se ha alterado el orden democrático. Solicitó considerar las vidas, la salud y la seguridad del pueblo venezolano a la luz de estos compromisos adquiridos por la OEA mediante la suscripción de Carta de la OEA, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la resolución 1.080 de la Asamblea General, y la Carta Democrática Interamericana.
Llamó al Consejo Permanente a adoptar medidas destinadas a enfrentar la crisis humanitaria sin precedentes e innecesaria que sufre Venezuela. Igualmente pidió un pronunciamiento respecto a los presos políticos y a los diversos informes que evidencian la aplicación de tortura. Pero sobre todo, Almagro solicitó apoyar la voluntad del pueblo venezolano que está exigiendo la realización de un referendo revocatorio. En tal sentido denunció los múltiples obstáculos interpuestos por el oficialismo y el propio árbitro, el Consejo Nacional Electoral, para impedir la consulta.
Luis Almagro también hizo referencia a la “falta de autonomía del Poder Judicial” y citó la actuación del gobierno y el Tribunal Supremo de Justicia para desconocer a la Asamblea Nacional. Por ello planteó la necesidad de conformar un nuevo Tribunal Supremo de Justicia en Venezuela, la creación de un órgano que se encargue del combate a la corrupción y pidió apoyo para a la Comisión de la Verdad con asistencia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Almagro también hizo una mención notable sobre el caso de los jóvenes Francisco Márquez y Gabriel San Miguel, activistas detenidos el 21 de junio mientras viajaban al estado Portuguesa, en los llanos venezolanos, para apoyar el proceso de validación de firmas para el referendo revocatorio. “Han sido interrogados extensivamente por la policía y por el servicio de inteligencia, sin la presencia de sus abogados”, denunció Almagro en su presentación sobre la crítica situación de violación de derechos humanos en Venezuela.