EVALUACIÓN CURRICULAR DE LA L.E.M. El siguiente documento presenta los resultados de la evaluación global del plan de estudios de la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas que imparte la Facultad de Matemáticas de la UADY, para valorar el grado en que los medios, recursos y procedimientos permiten el logro de las finalidades y metas de dicho plan. 1. Contextualizando 1.1 ¿En qué consiste la evaluación curricular? Un plan curricular no se considera estático, pues está basado en necesidades que pueden cambiar y en avances disciplinarios, lo cual hace necesario actualizar permanentemente el currículo de acuerdo con las necesidades imperantes y los adelantos de la disciplina (Díaz-Barriga, et. al., 2005). Para lograrlo, se debe contemplar la evaluación externa e interna del plan de estudios y que los resultados conduzcan a la reestructuración curricular en caso de requerirse. 1.2 Importancia de la evaluación curricular Diversos autores consideran que el resultado importante de una evaluación es el de poder llegar a formular juicios de valor sobre las variables medidas, dichos juicios nos permitirán tomar decisiones que oriente los resultados hacia la dirección apropiada: conveniencia de conservar el plan de estudios, modificarlo o sustituirlo. La evaluación curricular es importante porque en la actualidad constantemente ocurren cambios y hay nuevos hallazgos científicos, por lo que es importante juzgar continuamente los resultados obtenidos para reemplazar (en su caso) racional y en forma fundamentada lo que se tiene establecido (Quesada, 1979, citado en Díaz-Barriga, et. al., 2005). La evaluación proporciona la información necesaria que permitirá establecer las bases objetivas para modificar o mantener los elementos del plan de estudios a evaluar. Es indispensable también valorar lo más objetiva y sistemáticamente posible los logros y las deficiencias de un plan curricular en operación. Sin embargo, la puesta en escena de una evaluación curricular no es tarea fácil. Generalmente cuando se lleva a cabo una evaluación, se conduce de manera no sistemática, sin alguna metodología, sin atender todos los aspectos que la engloban, lo que muchas veces nos conlleva a planes de estudio que se utilizan por años sin modificación alguna, o a planes que sí se modifican pero sin un proceso científico de evaluación. Lamentablemente, en muchas ocasiones, el método más utilizado se limita a analizar la secuencia y organización de los títulos de las asignaturas y de las unidades temáticas, lo que da lugar a la obtención de información descriptiva e incompleta, pues no se indica el rendimiento real de los alumnos, y tampoco si al egresar de la carrera satisfacen las necesidades para las que fueron capacitados. Cabe señalar también, que habitualmente se ha ubicado a la evaluación curricular al final del egreso de una generación, lo que conlleva a que se revisen sólo los componentes curriculares finales de todo el proceso; lo cual no es lo más conveniente pues la evaluación se realiza tarde e impide detectar errores e incongruencias cometidas en las etapas iniciales. De aquí la justificación de que el proceso de evaluación sea continuo y se lleve a cabo un seguimiento permanente. Otro problema que se enfrenta en el proceso de evaluación
consiste en que se involucran intereses humanos e institucionales, lo cual la obstaculiza, pues en la recolección de datos, éstos pueden ser distorsionados u obstruidos en favor de dichos intereses; por ello es importante que participen activamente todos los actores involucrados en el currículo (profesores, alumnos, administradores, evaluadores, empleadores, etc.). Dentro del marco de la evaluación se considera importante realizar cuatro operaciones fundamentales (Tyler, 1979 citado en Díaz-Barriga, et. al., 2005): 1. La definición y delimitación precisa del aspecto educativo que se quiera evaluar (por ejemplo, la evaluación curricular, que se definirá después que se establezcan el área y los propósitos de la evaluación) 2. La definición operacional del aspecto educativo en cuestión, es decir, la formulación de un conjunto de conceptos y suposiciones pertinentes para dicho aspecto (en la evaluación curricular se refiere a la especificación de los objetivos) 3. La selección y elaboración de instrumentos y procedimientos de evaluación más adecuados para dicho conjunto de conceptos y suposiciones. Entre los procesos para recopilar información pueden utilizarse tanto procedimientos formales como informales, estrategias cuantitativas o cualitativas. El empleo de análisis de interacción, videos tomados en el aula, observación participante, análisis documental, listas de comprobación, entrevistas, cuestionarios o encuestas, escalas, buzones de sugerencias, entre otros. 4. La revisión continua de acuerdo con la información obtenida a partir de la aplicación de los instrumentos y procedimientos diseñados, de la definición del aspecto educativo evaluado, de los conceptos y suposiciones formulados y de los mismos instrumentos y procedimientos desarrollados. Por medio de estos pasos generales, se conduce la evaluación de cada una de las diversas etapas del proceso de derivación curricular, en su conjunto y en diferentes niveles, aunque habrá variantes de acuerdo con las características de cada etapa y de cada evaluación. Las estrategias de evaluación del currículum deben ser válidas y confiables. Deben estar prescritas por una ética de la evaluación, donde la transparencia de los propósitos, la credibilidad de los procesos, el manejo confidencial de la información y la racionalidad de las decisiones serán criterios clave que habrían de seguirse (Santos, 1990). 1.3 Evaluación interna y externa En la evaluación integral de un plan de estudios se debe incluir los aspectos internos y externos del mismo (Díaz –Barriga, 1993). Surge de esta manera la necesidad de una evaluación interna y externa. La evaluación interna se refiere al logro académico de los objetivos. Ambas están en constante relación de interdependencia y sus resultados conducen, por lo general, a la elaboración de un programa de reestructuración curricular. La evaluación externa, se refiere a las repercusiones sociales que puede tener la labor del egresado, es decir, su capacidad de solucionar problemas y satisfacer las necesidades del ambiente social. Entre las actividades sugeridas se encuentran: Para la evaluación interna
I. Analizar la congruencia o coherencia entre los elementos curriculares, en cuanto a la relación de correspondencia y proporción entre ellos, así como entre las áreas, tópicos y contenidos especificados. II. Analizar la vigencia de los elementos curriculares, con base en la información obtenida en el análisis de la población estudiantil, de los avances del conocimiento y de los cambios sociales. III. Analizar la viabilidad del currículum, a partir del estudio de los recursos humanos y materiales existentes. Proposición de las condiciones adecuadas para implantar el proyecto curricular. IV. Analizar la secuencia e interdependencia de los programas, cursos, módulos, unidades, etcétera, en función de los principios del modelo psicopedagógico asumido, con el propósito de adecuarlos. V. Analizar la educación de contenidos y actividades curriculares con los principios epistemológicos y psicopedagógicos, referidos a la población estudiantil y a la estructura sintáctica y semántica de las disciplinas o campos de conocimiento que sustentan el proyecto curricular. VI. Transformar, actualizar e integrar los elementos curriculares estructurales, con base en los análisis anteriores. VII. Analizar la operatividad de los aspectos académico-administrativo institucionales e interinstitucionales. VIII. Investigar acerca de la formación, práctica docente y condiciones laborales de los profesores, así como de sus estilos de interacción y pensamiento en torno al proyecto curricular y el proceso de aprendizaje de los alumnos. IX. Investigar los factores relacionados con el aprendizaje, desarrollo personal y logro académico de los alumnos (causas e índices de reprobación, número de desertores, aprovechamiento escolar, destrezas académicas, actitudes y motivación, rasgos personales y aprendizaje, etcétera). X. Identificar los problemas que el currículum plantea en su práctica, así como los factores que condicionan su éxito o fracaso (confrontación potencial, interés y condicionalidad). XI. Contrastar los presupuestos del currículum formal en cuanto a las capacidades cognitivas y desempeño de los estudiantes, con la instauración de actividades metacurriculares e instruccionales. XII. Identificar actitudes, valores, ideología, principios éticos modelados explícita e implícitamente y que se desprenden tanto de las estructuras formales, como de la práctica del currículum. XIII. Identificar el posible papel innovador del currículum formal y de las prácticas educativas que se le asocian. Para la evaluación externa: I. Revisión crítica del marco de referencia que da sustento al proyecto curricular. II. Investigación continua de las necesidades sociales que abordará el egresado, en el contexto de un análisis de la práctica social de la profesión. III. Investigación continua del mercado ocupacional, demanda laboral, subempleo y desempleo del egresado. Delimitar la formación requerida y potencial en el ámbito ocupacional y retroalimentar la estructura formal del currículum. IV. Investigar los alcances y limitaciones de la incidencia de la labor profesional del egresado en relación con las diferentes áreas, sectores y actividades propuestas en el perfil profesional, tanto a corto como a mediano plazo.
V. Investigación de las funciones profesionales desarrolladas en el desempeño de la profesión, con respecto a la formación ofrecida en la institución educativa y la propuesta a los egresados de otras instituciones. 2. La evaluación de la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas Tomando como referencia la contextualización anterior, describiremos a continuación el objetivo y la metodología a seguir para la evaluación del plan de estudios de la licenciatura. Se propone aplicar un estudio de tipo descriptivo y adoptar el modelo de evaluación curricular para la educación superior diseñado por (Díaz-Barriga et. al, 2005). Se desarrollarán para el efecto la evaluación interna, enfocada al plan de estudios de la licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas que se imparte en la Facultad de Matemáticas de la UADY y la correspondiente evaluación externa enfocada a la adaptación de dicho plan a las necesidades sociales del área. 2.1 Objetivo del estudio El objetivo del presente estudio es realizar las evaluaciones interna y externa de la licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas que se imparte en la Facultad de Matemáticas de la UADY y con base en los resultados que se obtengan, plantear las modificaciones necesarias para conservar el plan de estudios, modificarlo o sustituirlo. Metodología En la evaluación de los planes de estudios antes mencionados, se utilizará información que provenga de alumnos, egresados, maestros, autoridades, expertos, y empleadores en el área de la Enseñanza de las Matemáticas contrastando la información para ofrecer un análisis cualitativo pero lo más objetivo posible. A continuación presentamos una descripción de los elementos de quienes obtendremos la información a analizar: I. Alumnos: personas con inscripción vigente en cualquiera de los cursos de la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas. II. Egresados: Personas que concluyeron el plan de estudios de la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas, dentro de las tres últimas generaciones. III. Maestros: Catedrático de la facultad que imparta cursos en la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas IV. Autoridades: El coordinador de la licenciatura. V. Expertos: Personas con grado mínimo de maestría y experiencia docente y profesional en el área. VI. Empleadores: Personas que requieren y utilizan los servicios de los egresados en esta área.