Manolo Rives: La Victoria De Elcano

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20-M

NÁUTICA

Domingo, 2 de julio de 2006 / Diario de Mallorca

HISTORIA NAVAL

El buque “Victoria” testigo de la primera vuelta al mundo

La Victoria de Elcano Bajo el mando de Juan Sebastián flota; la Concepción, la San AnElcano, navegante nacido en tonio y la Santiago constituían el Guetaria, fue la Victoria, el pri- resto de la escuadra. Elcano, mamer buque que dió la vuelta com- rino de probada experiencia, iba Cambiado con la DEMO VERSION CAD-KASenPDF-Editor pleta a la Tierra, demostrando su en de la Concepción calidad de esfericidad. De larga experiencia maestre o segundo de a bordo. marinera y tras participar en alMagallanes, nacido en 1.480, gunas acciones bélicas, pasó a re- era portugués, de familia noble. sidir en Sevilla, donde tuvo noti- Había tenido diversas desavenencia de los proyectos de Magalla- cias con su rey, y también su prones de llegar a las Indias yecto de buscar un paso hacia las Orientales a través de un estre- Indias Orientales navegando hacho, en la América Meridional, cia el Oeste, fue rechazado por que uniría el Atlántico con el Pa- D. Manuel de Portugal. Esto cífico, en zona considerada espa- constituía una alternativa a la ruñola por el Tratado de Tordesi- ta portuguesa, circunnavegando llas. el África Occidental , llegando al Unos años antes, en 1.506, Indico a través del Cabo de Buehabía fallecido Cristóbal Colón na Esperanza en búsqueda de las en la ciudad de Valladolid, con el islas de las especias. Fernando de convencimiento de haber encon- Magallanes, dolido por no entrado una nueva ruta hacia Asia. contrar ayuda para su causa, se No fue así, como sabemos, ya naturalizó español, ofreciendo que su legado consistió en descu- sus servicios al Emperador Carbrir todo un Nuevo Mundo para los I. Corría el año 1.518 la humanidad. El gran continenSe dirigió la escuadra a las Iste, con su América del Norte, las Canarias, donde hizo proviCentral y del Sur, suponía una siones y luego navego hasta las enorme barrera, sin ofrecer nin- proximidades de las de Cabo gún paso entre el Océano Atlánti- Verde. A principios de 1.520, naco y el llamado Mar del Sur, des- vegaban por las costas de Américubierto por Vasco Núñez de ca del Sur y después de explorar Balboa, desde las playas del ist- el Mar Dulce, denominación damo de Panamá en 1.513. da al estuario del Río de la Plata Tras hacer provisiones en Se- y cerciorarse de que no era un esvilla, partió de Sanlúcar de Ba- trecho que comunicara el Atlántirrameda una flota el día 20 de co con el mar del Sur, prosiguió septiembre de 1.519, formando su viaje a lo largo de la costa, escuadra con la Trinidad, capita- siempre con rumbo Sur inspecna de la expedición, y que lleva- cionando todos los recovecos ba a su bordo a Fernando de Ma- sospechosos de ser un paso al gallanes, capitán general de la océano que más tarde llamarían

Pacífico. A finales de Marzo, arribaron a la bahía de San Julián, disponiéndose a pasar el otoño e invierno austral. Durante (http://www.cadkas.com). los más de cinco meses que duró la fuerte invernada, naufragó la nave Santiago. Cerca de donde se halla actualmente la ciudad argentina de Bahía Blanca, la Victoria embarrancó en la costa, aunque las consecuencias no fueron graves. Pudo proseguir su viaje y después de muchas vicisitudes se adelantó en lo que esta vez resultó ser un estrecho, que fue llamado en un principio “de la Victoria” y también de “de Todos los Santos”, el actual estrecho de Magallanes. A finales de noviembre de 1.520, y después de emplear un mes, para recorrer el estrecho, salió la “Victoria” al océano junto con la “Trinidad” y la Concepción únicamente, puesto que la Santiago, como dijimos, había naufragado y la San Antonio navegaba rumbo a España, después de amotinarse su tripulación. Este océano, conocido, como Mar del Sur, fue rebautizado, como Pacífico o de Las Damas, debído a las tranquilas aguas que encontraron, movidas por los vientos alisios. Llegó la menguada flota a las Islas Marianas, que entonces llamaron “de los ladrones”, ya que los aborígenes, invitados a subir a las naves, robaban lo que les venía en gana y se lanzaban al mar, ganando a nado la costa. Llegar a estas islas supuso un viaje de unos tres meses, que resultó infernal por el hambre y las enfermedades, sobre todo el escorbuto, que acabaron con la vida de diecinueve tripulantes En esta época en que todo era nuevo y no se valoraba la Tierra en su verdadera dimensión, las previsiones de víveres o cualquier otro consumo, quedaban desbordadas por las enormes dis-

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tancias a recorrer, que a veces hasta triplicaban lo previsto inicialmente. La galleta, alimento tradicional en la mar, era un pan sin levadura y pasado dos veces por el horno, que se conservaba durante largo tiempo. Según Pigafetta en el trayecto mencionado anteriormente, se agotó hasta la galleta y la poca que quedaba, se ingería en la oscuridad, para no ver la gran cantidad de gusanos que contenía, el agua estaba putrefacta y se llegó a comer el cuero que protegía de los roces a los cabos y algunos elementos de la arboladura. El proceso de ablandamiento, según el cronista, consistía en tenerlo en agua cuatro o cinco días y posteriormente cocerlo. Entre el escorbuto y este tipo de menú, las encías se inflamaban de forma “que no se podían ver los dientes”. Las ratas se pagaban a un ducado. Desde las Marianas navegaron hacia el archipiélago formado por más de seis mil islas, que más adelante serían conocidas, como las Filipinas. En Cebú, lograron aliarse con el cacique de la isla. El 27 de abril de 1.521, Magallanes quiso desembarcar en Matán, isla esta del archipiélago filipino. Los nativos se opusieron con fiereza al desembarco y tras una lucha muy desigual, en que murió Fernando de Magallanes, los españoles reembarcaron sin poder recuperar su cuerpo. Tras la muerte de Magallanes, nombraron sucesor a Juan López de Carvallo. Después de tocar Paragua y Borneo, donde se realizaron reparaciones y se tomaron víveres de refresco, fue depuesto del mando Carvallo y pasó a ocupar su lugar de forma provisional, Gonzalo Gómez de Espinosa. Posteriormente Elcano fue nombrado capitán de la Victoria y considerado por todos el digno sucesor de Fernando de Magallanes. Por falta de tripulantes, pues hasta aquel momento eran muchos los que habían muerto por una u otra causa, se resolvió prescindir de una de las naves, concretamente de la Concepción, que era la que se hallaba en peor estado y se repartió su tripulación entre la Victoria y la Trinidad. Durante un tiempo y ahora de nuevo bajo las ordenes de un líder, recorrieron aquellos mares comerciando unas veces y combatiendo otras con los naturales de aquellos territorios, en algunos de los cuales estaban ya asentados los portugueses, por entonces enemigos de los españoles. Después de veintisiete meses de viaje, avistaron las Molucas, llegando a Tidor lo que causo enorme satisfacción, ya que uno de los motivos principales de tan larga navegación, consistía en llegar a las islas de las especias, navegando hacia el oeste. En Tidor cargaron gran cantidad de clavo de especia y nuez moscada. Por fin y con la enorme alegría de haber descubierto una nueva ruta hacia las Indias Orientales,



decidieron regresar a España. La Trinidad, que se hallaba en deplorable estado tuvo que someterse a reparaciones, para posteriormente volver a Panamá, siendo apresada por los portugueses. La Victoria emprendió sola el camino de regreso. Era el mes de diciembre de 1.521. Condujo Elcano la nao, con 73 hombres a bordo, 13 de los cuales eran nativos, hacia el cabo de Buena Esperanza, en el Sur de África, recalando en algunos lugares, cuando era necesario hacer provisiones y agua o reparar el buque y también cuando se veía la posibilidad de embarcar especias u otras mercaderías. Consiguió la Victoria por fin doblar el Cabo de Buena Esperanza, conocido inicialmente el Cabo de las Tormentas, después de varios intentos, pues el tiempo era desfavorable, y tomar rumbo hacia el Norte. Era entonces el mes de mayo de 1522. En julio siguiente, fondearon en la isla de Santiago de Cabo Verde, donde ocurrió un incidente con los portugueses, quienes apresaron a una docena de españoles. Elcano se vió obligado a zarpar con la poca tripulación que le quedaba; compuesta por 22 hombres. Durante su estancia en la isla pudieron comprobar que habían perdido un día ya que no tuvieron en cuenta su vuelta al mundo hacia el oeste. Este fenómeno había sido explicado dos siglos antes por el astrónomo árabe Abu Feda. Después de 26 días de navegar en muy precarias condiciones, con la nao en muy mal estado y grandes vías de agua, llegaron a Sanlúcar, el punto de donde habían partido, hacía exactamente tres años menos catorce días. Habían dado la v u e l t a completa al mundo en un recorrido de más de catorce mil leguas. La Victoria fue luego reparada y todavía realizó algunos viajes a las Antillas, hasta que al fin naufragó mientras volvía a España. En la ilustración podemos ver como era poco más o menos la Victoria. Lo mismo que ocurre con las naves de Colón, hay mucho de hipotético en su representación. Fue la Victoria una embarcación muy semejante a la Santa María, panzuda como todas las naos, con una eslora aproximadamente de tres veces su manga. Teniendo en cuenta los escritos de la época, cabe atribuirle una eslora de unos 25 ó 26 metros, como máximo. Al igual que las otras naos, izaba en el palo mayor una vela cuadra este mismo nombre y una pequeña gavia, así como otra vela cuadra en el trinquete, esta mucho más pequeña. Una cebadera por debajo del bauprés y la clásica latina en el mesana completaban su aparejo. En su vela mayor mostraba la bandera imperial de España.

El “Victoria”, al mando de Juan S. Elcano, fue el primer buque que dió la vuelta completa a la tierra.

MANOLO RIVES Director Escuela Náutica Palma

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